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Prologo:

-Disculpe Señorita, su padre desea verla

- ¿no sabes para qué? - le pregunto

-No señorita, ha estado hablando con unos hombres. - me dice

- ¿Entonces hay alguien con él en este momento? - le pregunto viendo la ropa que traía puesta, esta era un short blanco con una camiseta ombliguera roja, que dejaba ver algo de piel.

-No señorita, vi salir a unos hombres hace diez minutos. - me respondió por lo que le dije

-Bueno, pues vamos a ver que desea mi padre ahora- temía otra de sus trampas para mantenerme vigilada y bajo su mando y control.

Baje la escalera rumbo al despacho de mi padre, mientras en mi mente sigo disfrutando de mis planes y de mi futura verdadera libertad, en donde viviría una vida tranquila y lo más normal posible, así llegue a la puerta del despacho y sin llamar entro, solo para encontrarme a papá sentado frente a su enorme escritorio por lo que le digo

- ¿que desea papá?

Mi padre no contesto de inmediato y fijo su vista en algo detrás de mí, por lo que me vuelvo solo para ver qué es lo que llama la atención de mi padre y eso es un hombre muy alto y fuerte, su apariencia era un tanto amenazante ya que su expresión era dura y un tanto peligrosa, claro que le daría miedo a otro que no sea yo, ese hombre parecía una muralla, pues tenía un gran tamaño, se notaba que tenía músculos y un cuerpo definido, pero lo que llamaba la atención eran sus facciones duras como si fueran de piedra y en ella resaltaban unos ojos grises como el acero.

Al verlo yo solo puedo pensar … … … Problemas … … … GRANDES PROBLEMAS y con mayúsculas.

Me volteo hacia mi padre y le pregunto

- ¿Bueno me lo vas a decir o no? – le pregunto a lo que él me sonríe y trata de decir

-Serena, como ya sabes tengo un nuevo proyecto muy importante con el gobierno y este es un tanto secreto, así como peligroso y si la información del mismo cae en malas manos sería demasiado peligroso para todos. - como si no lo supiera desde hace tiempo, ¿mi padre me cree tonta? El que cinco equipos diferentes hagan una parte de un todo no evita que estos sepan lo que hacen los otros, ni que estuvieran traduciendo los rollos del mar muerto, Demonios. Por lo que le pregunto pues él sabe que mañana es mi último día de trabajo en Maxcorp, el cree que volveré al Rancho Highlander.

- ¿Y yo que tengo que ver con eso? – estoy molesta por verme involucrada otra vez en sus negocios con el gobierno, aun no olvido que por su ineptitud mi madre murió.

-Lo que trato de decirte cariño, es que el gobierno ha decidido ponerte un guardaespaldas para protegerte. - dijo mi padre, esto no es nuevo para mí, pues la muralla a mis espaldas no estaría aquí solo por su tamaño, pero eso me molesta y mucho pues arruina mis planes, motivo por lo que replico.

- ¿QUE DECIDIO QUIEN? – le grito molesta, mi padre sabe que tendrá que explicarme por qué permitió que esto se repitiera, él sabe que no soporto restricciones, no después de haberme librado de la Bruja Harrison.

-El gobierno cariño, pues saben que la única forma de obligarme a decir o entregar todo es si te secuestraran y te hicieran daño. - dice mi padre sonriendo muy tranquilo.

-JA ¿y todo esto sin consultarme? - mi tono de voz era frio, papá sabe que habrá problemas, por lo que se apresura a decir

-comprende hija, es por tu bien.

- Y un cuerno, nadie, pero nadie me puede obligar a tener un moscón atrás mío, no de nuevo y si esta es otra de tus maniobras, no lo vas a conseguir y si no me haces caso, en mi vida te dirijo la palabra otra vez y me iré de tu casa. - le digo molesta, aun cuando se bien que esta casa y todo su contenido es mía.

Mi padre por toda respuesta solo sonrió de lado y dijo

-Serena, este es el Agente Especial a cargo Maximiliano Hunter. - vi como la sonrisa de mi padre cambiaba a una picara mientras el hombre tras de mí se acercaba a nosotros diciendo

-Su padre no puede hacer nada para evitar que yo la vigile, pues tengo ordenes muy superiores a lo que su padre pueda decir o hacer, también puede llamarme Max, si le es más fácil de recordarlo así. - dijo el hombre mirándome con algo de frialdad y aburrimiento en su fría y dura mirada.

Escuchar su voz, después de que estuvo en silencio la mayor parte del tiempo me sorprende, pues su tono al igual que su cara es frio como sus ojos color acero, pero el que dijera que me vigilaría fue el acabose, no lo voy a permitir, no otra vez, por lo que le respondo

-Bueno, pues ese será su problema, el de mi padre y el del gobierno y con sinceridad le digo que me quitare su sombra tanto como me sea posible.

-Mire Señorita, yo tengo que hacer un trabajo y cumplir órdenes y sería mucho más fácil si usted coopera. - dice el hombre con el mismo tono, como si me hiciera un favor, JA.

-JA, pues no lo hare, de eso puede estar seguro, no lo necesito y no voy a permitir que vuelvan a controlar mi vida, ya no más. - le respondo enojada, eso no es bueno y quien me conoce lo sabe.

-Lo hará, pues desde ahora, yo diré si sale o no de la casa y espero que haga caso. - ordeno el hombre con voz dura y fría como el ártico; en su rostro no se movió un solo musculo, lo que lo hizo parecer aún más amenazante, que bien se ve que está acostumbrado a ser obedecido y más que no me conoce por lo que le respondo.

-ME IMPORTA UN COMINO LO QUE USTED DIGA, TENGO CASI VEINTITRÉS AÑOS DE EDAD, SOY MAYOR DE EDAD, POR LO TANTO, NI SIQUEIRA MI PADRE TIENE AUTORIDAD SOBRE MI ¿LO ENTENDIO? – le grito y salgo del despacho de mi padre dando un portazo.

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