Capitulo 1.- Te quiero hermana.
9 DE MARZO DEL 2017
Rachel besaba con pasión a Nicholas en el sillón de su casa, llevaban un rato asi, había decidido salirse de la escuela y ya que sus padres no estaban en la casa y al sentirse aburrida de las clases opto por llamar a su novio para pasar el rato.
Nicholas bajo su blusa de tirantes y comenzó los pezones de la rubia, la cual se removia de placer al sentir su lengua sobre ella, el bajo su mano a la entrepierna de Rachel e introdujo un dedo donde comenzó a moverse dentro , el dedo no tardo en empaparse con los fluidos , un segundo dedo entro dentro de ella, provocando un gemido en la rubia quien movia su cadera gustosa, le encantaba sentirse llena de placer.
—Muerdeme.
El sin dudarlo succiono sus pezones como si fuera obtener algo de ellos, mordiéndolos ligeramente; metió un tercer dedo en su hendidura y decidió descender mientras esparcía besos por todo su vientre hasta bajar a su sexo, saco los dedos dentro de ella y comenzó a proporcionarle sexo oral, no era el mejor haciendolo, pero satisfacia a la rubia la cual no podia parar de gemir, chupaba con rapidez hasta que un orgasmo se apodero de su cuerpo. El se aparto de ella, se levanto limpiando su boda y bajo su pantalon liberando su miembro el cual estaba completamente erecto, no era muy grande, pero Rachel no tenía con que compararlo ya que con Nicholas era su primera experiencia sexual.
La rubia tomo la erección con su mano, haciendo movimientos de arriba hacia abajo, pasaba la lengua por su punta, lo chupaba y lo introducia de nuevo a su boca.
—Más rápido— le ordeno. Ella acelero los movimientos hasta que el aparto su mano y acostó a la rubia, que al saber sus intensiones, lo aparto y se puso de pie.
—Sabes que no estoy preparada para eso aun— se subió la blusa de tirantes y alcanzo su tanga para colocársela. Nicholas la miro con desagrado, llevaban seis meses juntos y Rachel no le había permitido aun ser el primer hombre en su vida.
—No me puedes dejar así Reichi— gruño molesto.
—Creo que es hora de que te vayas-—Concluyo le dio un beso y lo encamino hacia la puerta.
Eran las 12:00 p.m. y Rachel leí un libro aun en ropa interior cuando un sonido de la puerta la alerto se paro camino hacia la puerta, se fijo en la mirilla y puso los ojos en blanco al ver de quien se trataba, abrió la puerta y se encontró con Sam, el cual tenia más de un año sin ver, no se le notaban unas grandes ojeras bajo los ojos, pero aun así ella presto atención ya que su hermano no era nada desagradable a la vista, su cabello lo traía debajo de una gorra y vestía casual pasaron y cerro la puerta tras el.
—Hola Rachel— el beso su mejilla, tratando de ignorar su forma de vestir la cual era muy tentadora, le respondió el saludo y camino de nuevo hacia el sillón dejando una buena vista de su trasero a Sam, el cual desvió su mirada para no observarla. La rubia en comparación con su mamá a la misma edad, poseía curvas y unos senos grandes, los cuales no pasaban desapercibidos por nadie y mucho menos por Sam.
—Mamá y Papá no están, trabajan— agarro el control y comenzó a cambiarle a la televisión.
—Eso lo se hable con ellos, pero me dijeron que tu estarías en la escuela.
—No quise ir hermanito— enfatizando la ultima palabra, ella nunca nunca habia tenido una buena relación con Sam desde que sus padres decidieron adoptarlo, siempre lo incomodaba y el siempre se quedaba callado, para no causar problemas con sus Padres, ese fue uno de los motivos por el cual no regresaba desde hace un año.
—¿No piensas ponerte ropa Raich?— Cuestiono el, no soportaba verla así sabia que no debía mirarla de otra manera de la cual no fuera hermano a hermana.
—Si te molesta no— lo reto ella.
Él al no querer pelear subió las escaleras hacia su antigua habitación y sus pensamientos comenzaron a traicionarlo, los recuerdos de ver a su novia y a su mejor amigo engañándolo en su propia cama lo carcomía, se sentía frustrado, por eso en el momento que lo vio, sin sacar nada de su habitación y sin que ellos lo vieran hablo a sus padres y sin que ellos supieran exactamente los motivos regreso a su casa, mientras pensaba lo que iba a ser. Sin remedio las lagrimas cayeron por sus mejillas, claro que le dolía por partida doble.
Después de unas horas bajo y se encontró con Rachel dormida en el sofá, su boca estaba un poco abierta y emitia unos bajos ronquidos que lo hizo sonreír.
Su mirada recorrido el cuerpo de ella, había cambiado en un año y que su cuerpo se había desarrollado, Rachel siembre había sido muy bonita pero sin duda los años habían hecho que sus rasgos se afinaran, haciéndola lucir hermosa, la principal razón por la cual se había ido era por ella.
No quería dejarla ahí, ya que sus papas no tardarían en llegar y no seria prudente encontrarla ahí, ni mucho menos así, cargo sintiendo un calor al rozar su piel con la de ella, pero trato de despejar su mente, la subió a la habitación de Rachel y la acomodo paso una sabana para cubrirla, toco su mejilla, le dio un beso en la frente.
—Te quiero Hermana— le susurro antes de salirse de su cuarto.