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Propuesta de trabajo

¿Cómo que sus pequeños? ¿El señor Black tiene hijos? Vaya, eso sí que es un descubrimiento para mí, en todas las revistas que he leído y en los artículos sobre él jamás habían mencionado que era padre de dos hijos, es tan joven.

- Entonces ¿por qué tienes tú a mis hijos y no su niñera?

¿Qué le pasa? Acabo de hacerme cargo de estos dos pequeñines. Si no hubiera sido por mí, sabrá Dios en qué lío se hubieran metido. Creo que su molestia es la forma más injusta de reaccionar a esta situación, debería estarme agradeciendo. Es algo muy grosero de su parte, prácticamente me está gritando y ni siquiera es mi jefe, todavía, esperemos.

No creo que me convenga mucho contestarle con la misma actitud con que él me está tratando a mí, estoy en completa desventaja aquí si quiero tener este trabajo.

- Disculpe señor Black, pero no sé quién es su niñera. Yo estaba en el pasillo cuando los bebés vinieron gateando en mi dirección. Como no vi a nadie me preocupé y los traje hasta aquí buscando un responsable de ellos. Solo intentaba cuidarlos

Él se me queda mirando. Su vista cambia de mí hacia los niños que están con sus dedos pulgares en la boca e inmediatamente, su mirada se suaviza. Creo que me ha entendido.

- ¿Cómo has hecho para lograr que se queden dormidos? Eso nunca ha pasado, han tenido varias niñeras y no funciona, solo se calman así conmigo

Justo cuando iba a responderle que no había hecho nada del otro mundo, una chica llega a la habitación bastante agitada. En su rostro se nota la preocupación, pareciera que ha corrido metros y metros. Al ver a los bebés se tranquiliza un poco.

- ¡Gracias a Dios están bien!

En cuanto los ojos del señor Black se posan sobre ella, cambia su actitud completamente. La mirada suave que tenía hace solo unos pocos segundos se ha perdido por completo. Está molesto, muy molesto.

- Sí, aquí están. Sanos y salvos, pero no gracias a ti –su voz es fuerte y amenazadora- ¿Me puedes explicar qué demonios hacen mis hijos en brazos de una completa extraña en vez de contigo? ¿Qué hacían solos por los pasillos?

La chica palidece en cuanto escucha la voz de él. la entiendo perfectamente, este hombre sí que sabe intimidar y bastante. Está en un gran apuro, la pobre. Yo misma reconozco esa mirada que tiene. El señor Black no tiene pinta de ser un jefe muy amable que digamos.

- Señor, no es culpa de ella que yo tenga a los niños, ellos vinieron y, como ya le dije, solo los quise ayudar, tenerlos a salvo

- ¡Claro que es su culpa! El trabajo de ella es cuidar de mis hijos y por lo que he visto, no lo ha hecho de la mejor forma

- Disculpe, sé que debe estar preocupado, no me conoce, soy una completa extraña, pero no hay necesidad de culparla, solo mírela, estaba muy nerviosa, estoy segura de que está haciendo su trabajo lo mejor que puede

Su cabeza gira hacia mí de forma rápida y esta vez, es a mí a quien está intimidando.

- ¿Estás defendiéndola? Gracias a ella tú también te metiste en problemas

- ¿Problemas?

- Sí, por supuesto, no pienses que te vas a salir de esta tan fácil. Tú no trabajas aquí, no sé qué haces en mis oficinas –me dice casi gritando

No pienso permitir que este hombre me trate de esta forma tan despectiva. Sea mi futuro jefe o no, no tiene por qué hablarme así y más cuando solo estaba intentando cuidar a sus pequeños. Debería estar agradecido.

- Como mismo acaba de decir, no trabajo aquí, no es mi jefe, no tiene que alzarme la voz, ni a mí ni a sus trabajadores. Esa no es la mejor forma de llamar la atención, usted mejor que nadie debería saberlo. No hace falta ser un tirano para que las personas lo respeten

Sus ojos se agrandan con evidente sorpresa. Estoy segura de que nadie nunca se ha atrevido a hablarle de esa manera, sobre todo por la expresión que tiene la chica dibujada en su rostro. Me ve como si fuera un extraterrestre, pero a la misma vez como con orgullo.

- Tienes razón, lo siento, no debí gritar, es solo que me preocupé mucho por mis gemelos, solo de pensar que les pudo haber sucedido algo, me da terror

Tengo que admitir que aunque tenga un carácter un poco desagradable, resulta tierno ver cómo se preocupa por sus hijos. Es entendible que haya reaccionado de esta manera.

Los bebés comienzan a moverse y a hablar en su idioma. Están despiertos y han reconocido a su padre. Extiendo mis brazos para pasárselos al señor Black quien los acuna cuidadosamente.

- Estos pequeños traviesos ¿a dónde se fueron sin permiso?

- Debo decir que no tenía idea de que estaba casado –las palabras se me escapan de la boca antes de que pueda darme cuenta

- No lo estoy –me responde él

- Disculpe, no quería meterme donde no me llaman

- No pasa nada, debería leer más la prensa, señorita… -dice esperando que le diga mi nombre

- Nerea Jones –le digo mientras le extiendo mi mano para saludarlo formalmente- he venido aquí para… -justo en ese momento me doy cuenta de todo el tiempo que ha pasado y la razón por la que estoy aquí- lo siento, pero tengo que irme, fue un placer conocerlo señor Black –digo y de inmediato salgo corriendo

Vuelvo al pasillo justo en frente de la puerta de recursos humanos solo para encontrarme un cartel que pone “Cerrado”.

¡No puede ser! ¡Maldita sea! Esta era una oportunidad muy especial para mí, no podía desperdiciarla y ahora no me queda otro remedio que irme con las manos vacías. Había albergado tantas esperanzas en este puesto de trabajo y ahora he tenido que tirarlas a la basura.

Me disponía a marcharme cuando la chica que cuidaba a los gemelos me intercepta.

- El señor Black quiere verte en su oficina –me dice- por cierto, muchas gracias por haberme defendido ahí dentro, fue muy amable de tu parte –sonríe cuando termina de decir estas palabras

- No te preocupes, no ha sido nada pero ¿por qué quiere verme a mí?

- No lo sé, no me lo ha mencionado, solo me ha dicho que no regrese sin ti, acompáñame por favor, no puedo meter más la pata en lo que me queda de día

Ella comienza a caminar por el pasillo y yo le sigo sus pasos. Me lleva directo hasta su oficina. Es hermosa y muy amplia. La vista de la ciudad desde aquí es sencillamente asombrosa.

- Espera aquí, el señor Black te atenderá enseguida

Tras decir estas palabras se marcha y cierra la puerta detrás de ella. No puedo dejar de mirar por toda la habitación, jamás había visto una oficina como esta. Las que ponen en la televisión se les queda pequeña a esta.

La vista es tan increíble que paso el escritorio para acercarme a los enormes cristales que tiene como ventanas, cubren desde el suelo hasta el techo para ofrecer la mejor de las vistas. No lo puedo describir con palabras, es sencillamente mágico.

Me doy la vuelta y pego un brinco, el señor Black está parado en la puerta mirándome fijamente mientras sostiene una hoja de papel entre sus manos.

- Yo solo estaba…

- Tome asiento señorita Jones –me interrumpe y sigo su instrucción- ¿por qué quiere ser recepcionista?

¿Cómo sabe él que he venido para la entrevista de trabajo? ¿En cuanto me fui se puso a averiguar? Bueno, supongo que al ser el dueño de todo esto no le fue muy difícil.

- ¿Usted me está haciendo la entrevista?

- Algo así

¡Dios mío! Cuánta presión siento en estos momentos. Ahora tengo que intentar darle la mejor impresión sobre mí, después que hace solo unos minutos le reprendí por estar maltratando a sus trabajadores.

- Bueno, en realidad mi sueño no es ser recepcionista, estaba optando por el puesto pensando en un futuro. Creo que este sería el trabajo perfecto para empezar en una carrera. Estando aquí puedo aprender de los mejores especialistas

- ¿Tienes alguna experiencia laboral?

- Bueno, en realidad me gradué hace tres meses de la universidad en la carrera de administración empresarial. No tengo experiencia, pero le aseguro que soy muy buena aprendiz, me gradué con título de oro y…

- Vamos a ahorrarnos la parte en la que me recitas todo tu curriculum ¿vale? Es bastante tedioso y ambos sabemos que no me va a contar nada realmente sobre ti

Por un momento pensé que antes habíamos llegado a un acuerdo. No somos amigos, pero pensé que la cordialidad reinaba entre nosotros y ahora me acaba de tratar con un tono extremadamente brusco.

- Sé toda tu trayectoria como estudiante –dice mientras señala la hoja que traía en sus manos- me lo he leído todo aquí, solo quiero que me digas por qué debería darte este trabajo

¿Se tomó la molestia de leer mi curriculum? Eso es amable de su parte teniendo en cuenta que perdí mi oportunidad por cuidar de sus gemelos. Siento cómo mis mejillas se van encendiendo en rojo vivo. Tomo aire profundamente e intento calmarme. Tengo que sorprenderlo con mi respuesta.

- Pienso que soy perfecta para el puesto porque tengo todas las intenciones de aprender y crecer, para lograr eso tengo que asegurarme de hacer muy bien mi trabajo además, soy una persona perfeccionista. Quiero darle un cambio a mi vida y pienso que este es el lugar adecuado para comenzar a hacerlo

- Es un discurso muy mono, pero no me has dicho nada diferente a las demás personas que han venido a la entrevista, además, ya la jefa de recursos humanos se ha marchado, no puedo quitarle su autoridad

¡¿Qué?! ¿De qué me está hablando? Él es el dueño de esta corporación, si alguien puede quitar y dar autoridad es él. está jugando conmigo desde el inicio, pero no pienso permitírselo.

- Si no pensaba darme el trabajo ¿para qué me ha hecho regresar? ¿para reírse de mí? Creo que me he comportado de forma ejemplar, no me lo merezco en lo absoluto

Él hace una pausa para quedarse mirándome. Gira su cabeza hacia un lado para luego hacerme la siguiente pregunta:

- ¿Te gustan los niños?

¿Acaso este hombre ha perdido la cabeza? ¿Será por eso que no habla mucho de su vida personal? ¿Estará loco? Esta conversación está yendo hacia una dirección bastante diferente a lo que tenía pensado.

- ¿A qué viene esa pregunta? No tiene nada que ver con el puesto de recepcionista

- No, tienes razón, ese puesto ya se ha ocupado

Este hombre hace que yo pierda los estribos en muy poco tiempo. Si ya tiene alguien para el puesto ¿Por qué me ha hecho regresar aquí de nuevo? ¡Cuánta molestia e ira siento ahora mismo!

- ¿Por qué no me lo dijo antes? Me está haciendo perder mi tiempo, necesito un trabajo

- Lo siento, pero nuestra jefa de recursos humanos es muy estricta con el tema de la puntualidad. Como no te presentaste, ella contrató a otra persona

Él no me puede estar contando esto en serio. Llegué tarde porque estaba cuidando de sus hijos sin tener por qué hacerlo. Definitivamente esto no es ninguna prueba de agradecimiento. No se puede ser más arrogante. He dejado pasar la que probablemente era la oportunidad de mi vida.

- Muy bien, gracias por contármelo

Me pongo de pie y de inmediato, siento como el pecho se me aprieta. Me acabo de dar cuenta que he derrochado una de mis mejores oportunidades. Siento las lágrimas acumulándose en mis ojos y parpadeo rápidamente para impedir que comiencen a rodar por mis mejillas. Me dirijo hacia la puerta cuando su voz me detiene.

- Te he llamado aquí porque tengo otra propuesta de trabajo para ti, si estás interesada claro

- ¿Qué propuesta? –le pregunto girándome hacia él- ¿estás dispuesta a mudarte?...

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