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Capítulo 5

*Lena narrando*

Me desperté con el sonido del despertador. Me levanté y fui a ducharme y ponerme algo de ropa porque hoy sería mi primer día de trabajo.

Llevaba una blusa blanca de manga larga, pantalones rectos color vino y zapatos de tacón beige (aunque no se notarían bien debido a los pantalones)

Terminé de arreglarme y fui a preparar el café mío y de Emma mientras mi pequeño aún dormía.

Hoy hice pan con mantequilla de maní y uvas para mí y para Emma hice papilla y algunas uvas.

Nada más terminar escucho un ruido procedente del vigilabebés y me dirijo a la habitación del pequeño.

La tomo en mi regazo y hablo y acaricio a mi hija. Poco después la llevo a la cocina donde desayunamos.

Cuando terminamos de comer, le cambié el pañal y miramos la televisión juntas hasta que llegó Amanda. Cuando llega la niñera, dejo a mi hija con ella y voy a la empresa.

Tan pronto llego a la planta baja de la empresa siento muchas miradas sobre mí, simplemente lo ignoro, recordando las reglas que mi razón hizo para que podamos trabajar aquí sin tener ningún problema.

- Ser cortés

- Mantener la calma

- No buscar peleas ni enemigos

- Bajo ninguna circunstancia debo tener una relación romántica con nadie de la empresa.

Si sigo estas reglas será muy difícil meterme en problemas en mi nuevo trabajo.

Tomo mi placa y tomo el ascensor hasta la zona presidencial. Tan pronto como llego soy recibido con un cálido abrazo por parte de Isa.

- ¡Ay dios mío! Estoy feliz de que vayamos a trabajar juntos - Dijo emocionada.

- Además…estoy muy ansiosa- digo un poco nerviosa.

- No te preocupes, eres muy inteligente y competente, seguro que lo harás bien - Dice tranquilizándome.

Isa es una buena chica. Tan pronto como la vi supe que nos llevaríamos bien.

Así que finalmente me senté en mi escritorio, que estaba ubicado frente a la oficina del jefe. Había paredes de cristal alrededor de la mesa. Entonces tomé mis cosas y las organicé.

Minutos después escucho abrir el ascensor, ya sabía quién era sin siquiera mirar para comprobarlo.

- Buenos días señorita. Smith- Este es mi nuevo jefe pasando por mi escritorio.

- Buenos días señor Miller - digo cortésmente.

Poco después, empiezo a trabajar y a comprobar la agenda del Sr. Miller.

Ya era algo: cuando fui a recordarle al jefe su reunión con los inversores.

Llamé a su puerta y escuché su voz profunda que decía "pasa".

- Licencia - digo entrando - Tienes una reunión con inversores en unos minutos - digo mirando la tablet de la empresa donde está registrada tu agenda.

- ¿Y dónde será? - Preguntó.

- En la sala de reuniones del sector - respondí cortésmente.

- Está bien…señorita. Smith, me acompañarás a esta reunión – Dice dejándome un poco sorprendido – Y gracias por recordarme la reunión, ya lo había olvidado.

Simplemente sacudí la cabeza y salí de la habitación hacia mi mesa.

Ya estábamos en la sala de reuniones. Todo muy serio.

Tan pronto como empezó la reunión comencé a tomar notas en la Tablet. Básicamente fue un resumen de lo que se dijo.

El tema de la reunión fue una idea para el lanzamiento de una nueva joyería para el Día de San Valentín. Sobre la mesa se expusieron varias ideas pero desde mi punto de vista no eran buenas, ya que no era original. Eran ideas inspiradas en otras joyas, lo que hacía que pareciera algo común y poco sorprendente.

Parece que mi jefe pensaba lo mismo que yo.

- He visto algo parecido con el nombre de otras empresas. Quiero algo original y sorprendente. Una joya que cualquiera que la mire sabe que tiene el nombre de Miller - Dice poniéndose de pie - Piensa en algo diferente. Quiero nuevas ideas. Habla y sal de la habitación y te seguiré.

Finalmente llego a casa. El día fue agotador, pero estaba feliz. Me cansé de trabajar y no buscar trabajo.

Tan pronto como entro encuentro a Amanda en el sofá. Le hablo un poco del primer día y luego se va.

Aprovecho el sueño de Emma y voy a darme una ducha. Cuando termino me pongo un pijama cómodo y voy a preparar la cena.

Termino de cenar y escucho el ruido del vigilabebés. Sigo a mi pequeño, que estaba despierto pero todavía un poco somnoliento.

- Te despertaste mami - digo tomando a mi bebé en brazos, todo astuto.

La llevo a la sala y hablo con ella, quien me mira como si entendiera todo lo que le decía.

Después de cenar jugamos un poco y la puse a dormir. Poco después fui a mi habitación, di gracias a Dios por un día más y me quedé dormido.

meses después...

Han pasado meses desde que comencé a trabajar en Miller Companies y algunas cosas han cambiado.

Inscribí a Emma en una guardería, quería que interactuara con otros niños.

Con el nuevo trabajo pude no sólo pagar las cuentas, sino que cambié el vestuario mío y el de Emma. También compré algunas cosas para la casa.

Sobre mi trabajo que puedo decir... Simplemente perfecto, mi trabajo no es difícil, mi jefe no es molesto y casi nadie me presta atención. De hecho, creo que ni siquiera saben mi nombre, ya que en la empresa nos llamamos por nuestros apellidos. Pero eso no es malo, porque prefiero ser neutral.

Los meses trabajando en la empresa me acercaron más a Isa. Construimos una amistad increíble. Ella ya vino a la casa, vio y jugó con Emma. Al principio mi hija se sorprendió por la presencia de Isa, pero pronto empezó a empatizar con ella.

Llego a la empresa después de dejar a Emma en la guardería y voy directo al área presidencial.

Hoy me levanté un poco raro, después de todo ese día hace un año que Lucca falleció. Siento una ligera opresión en el pecho y escalofríos por todo el cuerpo. Confieso que este día me afecta mucho.

Paso por la recepción del área presidencial y no encuentro a Isa, solo a Mía. Largo y me dirijo a mi mesa.

Me siento y voy a revisar la agenda del señor Miller.

Poco después llega el señor Miller.

- Buenos días señorita. Herrero. Quiero mi agenda en minutos - Dice.

- Buenos días señor Miller, ok se lo paso pronto - le digo y entra a su habitación.

El señor Miller es un hombre muy serio pero educado. Tiene una cara malvada que a veces da un poco de miedo.

Confieso que no hablamos tanto como yo con Isa y Mia. Pero en cierto modo es bueno.

Termino de revisar tu agenda y me dirijo a tu oficina. Llamo a la puerta y luego escucho un "entra".

- Disculpe - digo entrando - tienes una reunión hoy a las :, para firmar los papeles para la compra de las piedras de Rubí y también tienes una cita con el señor Cooper - digo finalmente mientras el señor Miller me mira. Es un poco extraño para él mirarme, normalmente está pegado a la pantalla de la computadora.

- Ok – Dice sin dejar de mirarme, luego me disculpo y salgo de la habitación.

Ya era mi hora de almuerzo. Y pensé seriamente si iba a comer, después de todo no tenía hambre.

Estuve enfermo todo el día, sintiendo opresión en el pecho. Cuando no se sentía mal, pensaba en Lucca.

Creo que ese día no pude ocultar mi infelicidad, porque Isa vino a preguntarme si todo estaba bien. Le dije que sí, lo cual no la convenció así que tuve que explicarle. Poco después, fue a la habitación de su hermano.

Estaba listo para irme a almorzar cuando sonó mi teléfono celular. Al instante un mal presentimiento me invadió y de inmediato respondí.

Recurrir

- Buenas tardes, quisiera hablar con la señorita. Lena – Habló una voz femenina. Pude sentir su voz un poco nerviosa. También hubo un pequeño ruido.

- Buenas tardes, es ella – digo angustiada.

- Soy Michelle, la cuidadora de Emma. Hubo un incendio en la guardería y estamos llamando a los padres para que vengan a recoger a los niños- Dijo nerviosa.

Mi mundo se derrumbó, el miedo me tomó de tal manera que ni siquiera podía respirar correctamente. Sentí miedo al pensar que mi hija estaba herida. Más aún al tener un accidente el día de la muerte de su padre, quien falleció en un incendio.

- ¿¿QUÉ?? - grité- Michelle, ¿cómo está mi hija? ¿Estaba herida?- Cambié de voz nerviosamente.

- No no. Ella está bien, ven lo antes posible- colgó.

Cancelar

Ni siquiera pensé con claridad, simplemente entré a la oficina de mi jefe sin siquiera tocar la puerta.

-Perdón por entrar así señor, pero necesito salir urgentemente- dije temblando.

- ¿Qué pasó, Lena? - Isa se acercó preocupada.

- Se incendió la guardería de mi hija, me acaban de llamar - No pude contener las lágrimas que corrían por mi rostro.

Isa me dio un fuerte abrazo. Y mi jefe acaba de decir.

- Vámonos – Sacó su celular y nos dijo a ambos que lo siguiéramos. Agarré mi bolso de mi escritorio y nos dirigimos al estacionamiento, nos dijo que subiéramos al auto y lo hicimos.

Estaba tan nerviosa que ni siquiera me importó que mi jefe me llevara a la guardería de mi hija.

Solo le pedí a Dios que cuidara de mi niña.

Lena entró desesperada en mi habitación. Cuando me contó lo que había pasado no lo pensé dos veces. La llevé a la guardería de su hija.

Puso la ubicación del GPS y seguimos el camino.

Durante el viaje la observé y vi lágrimas caer sin parar por su rostro. Después de todo, era comprensible.

Isabella estaba en el asiento trasero, acariciando el hombro de su amiga, una forma de calmarla.

Al poco tiempo llegamos a la guardería, apenas detuve el auto y Lena e Isa saltaron y las seguí.

Lena va a buscar a su hija, cuando ve a una mujer con un niño en brazos y corre hacia ella.

La bebé que antes lloraba, en cuanto escuchó la voz de Lena, dejó de llorar y estiró los brazos hacia ella.

- Hola mi amor, está bien, mamá está aquí- dijo Lena mientras abrazaba a su hija, sollozando entre lágrimas.

Isa también fue a acariciar a la pequeña que aún estaba en el regazo de su madre.

Lena preguntó qué había pasado y la mujer dijo que la cocinera de la guardería accidentalmente dejó que un paño se incendiara y las llamas pronto se extendieron.

Después de calmarnos un poco, Lena recogió a su hija y sus pertenencias y volvimos al coche.

Confieso que la escena con la señorita. Smith besando a su hija en su regazo mientras lloraba me conmovió. Estaba muy preocupada, con cara de miedo, y vi que todo se le iba con el contacto físico.

Llevé a Lena a su casa. Nos invitó a subir, mi hermana rápidamente aceptó y me llevó.

Llegamos a tu apartamento. Era pequeño, pero estaba bien organizado y limpio.

Nada más entrar nos invitó a sentarnos.

- Puedes sentarte, siéntete libre - Dijo sentándose frente a Isabella y a mí. Ella suspiró - Gracias por ayudarme - Dijo - Y lamento interferir con tu trabajo. Especialmente señor Miller, puede deducirlo de mi salario- Dijo avergonzada.

- Imagínate Lena, no necesitas disculparte – dijo mi hermana.

- Señorita Smith, no necesita disculparse y se fue por una buena causa, no tocaré su salario – le digo mirándola.

No puedo mentir, la señorita Smith era una mujer hermosa. Tenía el pelo liso y castaño que le llegaba entre los pechos y la cintura. Su cuerpo era proporcional, tenía muslos medianos, un vientre que no era plano ni con muchos pliegues, piel clara y un rostro perfecto, tenía ojos verdes adictivos, labios rojizos que se veían hidratados y su altura supongo que era alrededor, y .

Salió de mis pensamientos con el discurso de mi hermana.

- Puedo bañarla si quieres – dice Isa tomando al bebé en brazos. Creo que Lena iba a hacer algo por el pequeño y mi hermana se ofreció a ayudar.

- Está bien, ya sabes dónde están las cosas – Dice dándose la vuelta y dirigiéndose a la cocina.

- Ty la abraza un poco para que yo pueda coger las cosas - Dice entregándole a la chica que creo que se llamaba Emma.

No hubo tiempo para responder y la pequeña ya estaba colocada en mi regazo.

Ella me miró con ojos verdes como los de su madre. Al poco tiempo abrió una sonrisa que derrite el corazón de cualquiera. Tomó mi mano y jugó con mis anillos.

Era lo más lindo del mundo, ese pequeño ser traía una paz inexplicable. Desestabilizaría a cualquiera con tanta ternura.

Creo que podría haber sentido esto antes si Anne no hubiera muerto, si no se hubiera ido llevándose a nuestro hijo que ni siquiera sabíamos que existía en su vientre.

Salió de mis pensamientos melancólicos con Isa levantando a Emma de mi regazo.

- Vamos, la tía le va a dar un baño a este bebé caliente - Dice oliendo el cuello de la pequeña que se echó a reír, haciéndome sonreír.

Poco después, mi hermana lleva a Emma a lo que creo que es el baño.

Entonces Lena me llama.

- Sr. Miller, ¿qué hay para tomar? - Pregunta desde detrás de la encimera de la cocina.

- Un agua por favor – Le digo que asentí y vuelvo a hacer lo que estaba haciendo.

Miro discretamente la casa, hasta que mis ojos se detienen en una foto. Era uno que tenía a Lena y un hombre a su lado, estaban sonriendo, el hombre tenía su mano sobre su vientre. Creo que ya sabían del embarazo.

Algo que me intrigó fue el hecho de que no había nada, ni siquiera un objeto que indicara que allí vivía un hombre. No creo que Lena esté casada o tenga novio. Pero ¿quién sería el padre de la pequeña Emma?

Saqué estos pensamientos de mi cabeza porque no era asunto mío.

Luego regresa mi hermana con el bebé bañado y Lena trae algunos bocadillos y bebidas.

Hablaron un rato mientras yo sostenía a la pequeña en mi regazo, parece que le agrado.

Una hora más tarde, Isa y yo nos fuimos cada uno a nuestra propia casa.

Llegué a casa y la soledad volvió a acompañarme, pero esta vez fue diferente, me sentía incómoda con ese silencio por primera vez en años.

Subí a mi habitación, me di una ducha y me acosté pensando en ese día. Cuando me viene a la mente la imagen de mi asistente con su hija en el regazo. Y entonces duermo.

días despues...

Han pasado días desde el incendio en la guardería de Emma. Y desde ese día no he podido dormir en toda la noche, no puedo comer y todo lo que meto en la boca ni siquiera llega bien a mi estómago y lo tiro.

Contraté a Amanda para que cuidara de Emma, no me arriesgaría a llevarla a la guardería tan pronto.

Salgo de mis pensamientos con la voz de Isa llamándome.

- Lena - Dice chasqueando los dedos frente a mí - ¿Estás bien? ¿Estás pálida… has comido hoy?- Preguntó preocupada.

-Estoy bien, no te preocupes- digo tratando de no preocuparla. -¿Pero qué querías?- pregunto.

- Dale estos papeles a mi hermano, por favor. Lo dejaron en mi escritorio... se trata de las piezas para el auto nuevo - Dice entregándome el papeleo. - Es hora de almorzar, ¿vienes? - Me preguntó.

- Sí, lo haré, sólo le voy a dar estos papeles al Sr. Miller y enseguida bajo. Pero puedes seguir adelante- le digo a la misma mujer, asentí y me fui.

Me levanto de la silla y termino sintiéndome mareado. Esto ha sucedido con frecuencia.

Debe ser porque me estoy levantando rápido. No puedo hacer eso, después de todo, tengo la presión arterial baja.

Pienso para mí.

Él se fue y yo fui a la oficina del jefe. Llamo a la puerta y escucho un "entra".

- Licencia- digo entrando a la habitación - Aquí están los papeles para la compra de las piezas del auto nuevo. - digo entregándoselo a la misma persona que estaba parada.

- Gracias señorita Smith... Ya se va a almorzar - preguntó mirándome. No pude descifrar su mirada, pero era diferente.

- Sí, solo vine a entregarte tus papeles – digo colocando mi mano en mi cintura, sintiendo que el mareo se acercaba.

- ¿Está todo bien? - Me preguntó preocupado. Si no estuviera tan preocupado por no desmayarme, pensaría que su actitud era extraña.

Pero ni siquiera pude responder, porque debido a la tortura perdí la fuerza en mi pierna y me caí.

Lo último que sentí fueron unos brazos fuertes abrazándome. Entonces todo se volvió negro.

Me desperté con un ligero dolor de cabeza. Pero dejo de prestarle atención cuando me doy cuenta de que estaba acostado en una cama de hospital y mi jefe estaba en un sillón frente a mí.

- Usted despertó - Dice acercándose - ¿Se encuentra bien, señorita Smith? - Dice mientras presiona un botón en mi costado. Creo que es para llamar a la enfermera o al médico.

- Estoy- digo, poniendo mi mano en mi cabeza, que todavía me duele. - ¿Qué pasó? - Pregunto.

- Te desmayaste en mi sala, por suerte no te caíste al suelo - Dice mirándome. Siento que tus ojos están un poco confundidos y preocupados.

¡UN MINUTO! Si no caí al suelo es porque alguien me agarró.... MIERDA, me desmayé en los brazos de mi jefe. De MI JEFE... ¿Tienes alguna idea de qué es esto?

Antes de que pueda desesperarme más, el médico llega a la habitación.

- Buenas tardes - Dice sentándose frente a mí - ¿Cómo se siente señorita Smith? - Dice mientras examina mis ojos con esa lucecita.

- Bueno, pero siento un pequeño dolor de cabeza- digo quejándome, lo que puso en alerta a mi jefe.

Espera, ¿realmente estaba preocupado por mí? ¿¿CONMIGO??

- Señorita, le voy a hacer unas preguntas para saber qué pasó- Dice y yo solo miro con la cabeza. - ¿Tiene algún problema de salud? - Preguntó mientras escribía en el portapapeles.

- Sí, presión arterial baja - digo

- ¿Alguna posibilidad de estar embarazada? - Preguntó.

Me moví incómodo ante la pregunta.

- No- No explicaría por qué.

- ¿Has estado muy nervioso estos últimos días? - preguntó el médico.

- Sí – digo sintiendo la misma mirada de mi jefe sobre mí.

-¿Cuándo fue tu última comida?- Preguntó con las cejas arqueadas.

- Creo que fue... - Hago una pausa para pensar - Creo que fue el desayuno - digo

- ¿¿De hoy?? - Preguntó como si lo que dije no coincidiera con los exámenes.

- No... ayer- digo sorprendida al darme cuenta de que han pasado más de horas desde que comí.

- Ok- Suspiro - Tuviste una bajada de presión arterial por falta de comida y nerviosismo. Le tomarán un suero y la darán de alta. Recomiendo quedarse en casa durante días descansando – Dice despidiéndose.

Entonces apareció una enfermera y me puso la vía intravenosa en el brazo, y luego se fue, dejándome con el señor Miller que me quemaba con su mirada.

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