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5

Al fin había llegado el fin de semana y Lara no veía la hora de buscar a su hermanito y esperar a que Alina los fuera a retirar. Ese día se había despertado más temprano que ser costumbre y se había puesto a alistar su tipo de fin de semana. Debido al altercado que había sufrido defendiendo a Sofía, no le había vuelto hablar, pese a que la chica había solicitado el cambio a su habitación y se lo habían otorgado. Lara estaba muy ofendida por lo que le había hecho, consideraba que después de haberla defendido ante todos no merecía que le diera vuelta la cara, después de todo por repudiar lo que le habían hecho se había ganado una amonestación y el desagrado del director, que dicho está de paso tenía un tema muy particular con los niños huérfanos y ella lo era.

Mientras se bañaba, luego de preparar sus cosas y que se fuera Sofía, alguien había entrado a su cierto y dejado algo encima de su almohada. Ni bien salió del baño era tanta la ansiedad de ver a sus hermanos que se sacó la toalla que cubría su pelo mojado y la tiró sobre la almohada, quedando debajo de ella lo que aquel extraño había dejado.

Se vistió cómodamente, con una camiseta y unos jean Oxford y sus convers blancas. Se peinó su larga cabellera, un poco de rimel en las pestañas y listo. Lara no era de esas adolescentes que les gustaba maquillarse mucho, por el contrario ella creía que menos siempre es más y que una mujer no necesita camuflarse entre polvos para verse hermosa y esas eran palabras inculcadas de su hermana mayor. Al igual que ella, Alina solo usaba un poco de rimel para resaltar sus largas y cuevas pestañas, el resto era personalidad.

Una vez que ya estaba vestida, toma la toalla para colgarla en el pequeño tender fijo que tiene en la ventana y ve caer al suelo un sobre rojo. A ella nada le asustaba, por lo que sin pensarlo demasiado lo tomó del suelo y rápidamente lo abrió. Dentro de él encontró una tarjeta en color negro con letras blancas que decían “Bienvenida al infierno” enseguida se acordó de lo que le dijo su compañera de banco, eso de la lista negra y de inmediato supo de quién se trataba, Emma y el trío de idiotas que la siguen a todos lados. Sin más tomo “la carta” la arrugó en su mano y la arrojó por la ventana. A Lara no le gustaban ese tipo de cosas, amenazas desde el anonimato con ella no iban. A ella le gustaban las cosas de frente, cara a cara y si había que irse a las manos pues que va, no tenía problemas. En el orfanato había aprendido a defenderse con uñas y dientes y no iba a permitir que ningunas “hijas de papi” vengan amedrentarla..

Mientras tanto, en el continente europeo, más específica en la ciudad de París, se realizaba el desfile “Verano Luna” de una de las marcas más importantes de toda Europa, cuya campaña estaba a cargo de la compañía Luna Modells. Habían trabajado por más de tres meses en cada detalle, desde la selección de las modelos hasta todo lo referido a la campaña de la marca.

Jessica brillaba de lo hermosa que estaba. Cada vez que tenían relaciones con Marco, a él le encontraba alargarle los pechos y sus labios. Él consideraba que un buen maquillaje de labios podía hacer que la mente de un hombre viaje a lugares inimaginables y ella supo aprovechar esos detalles que siempre marcaba su socio.

Llevaba puesto un vestido de seda fina color salmón corto, apenas cubriendo sus glúteos con un escote en “V” demasiado pronunciado que llegaba hasta el ombligo en tanto que la espalda estaba completamente descubierta. Ella sabía que iría a ser el centro de miradas y la que más le importaba, la de él, no le sacaría un ojo en toda la noche, porque además de ese provocativo vestido, se había pintado los labios de un rojo pasión que incitaba al pecado con solo mirarla.

La Srta. Winkelman era muy astuta y su única meta era la de casarse con Marco. A ella lo único que le interesaba era alejar a cualquier mujer que se le cruzará por los ojos y pusiera en riesgo su plan, por lo que está vez tenía una idea que no podía fallar.

Marco sabía pro demás que si había algo que a Jessica le aterraba era le verse envuelta en alguna situación mediática. Ella era muy cuidadosa de su vida privada por lo que si había una persona de la cual sospecharía, era seguro que la Srta. Winkelman no sería esa persona. Pero está vez, estaba equivocado por qué la persona por quién pone las manos en la fuego le daría un golpe bajo.

Jessica se había encargado de hacerse seguir las veces que ella junto a Marco habían asistido a su casa de fines de semana para tener sexo y mientras estaban en Francia hizo vender las fotos y correr el rumor de que Marco Whitsen, el magnate de la industria del modelaje, andaba en pareja con su mano derecha y socia, Jessica Winkelman.

- Sr. Whitsen, quiero felicitarlo. Siento que el hecho que represente a mi marca nos hará ganar mucho dinero. –

- Y yo brindo por eso. –

Marco no daba más de felicidad y orgullo de cuan famosa y prestigiosa había vuelto a la empresa y no escatimaba en demostraciones de ello. Lo que él nunca se imaginó que “Plus d'amour, plus de désir” el último grito de la moda, le pediría formar parte de su próxima campaña y que además, quería ofrecerles un contrato para ser la cara de la línea. André Lettieri era un diseñador reconocido en el mundo del modelaje, muchas compañías deseaban trabajar con él por ello, el que haya elegido a Luna Modells para la cara de su próxima campaña era una oportunidad que no podía perder.

- J’ai besoin d’une femme qui a une beauté naturelle, qui semble douce et en même temps agressive. Je veux une femme qui avec sa personnalité prévaut et marque un nouveau style dans la mode des jeunes.

André buscaba una imagen joven y fresca de belleza natural. Una mujer que transmita con su mirada la dulzura y la agresividad. Una señorita que marque un nuevo estilo en la moda en la que cualquier mujer, del cualquier status social se podía sentir identificada y sabía que solo Marco era capaz de darle lo que él buscaba y necesitaba dado que, en Luna Modells se apreciaba el concepto de mujer real sin distinción de género, raza, posición social, etc.

- Ce sera un plaisir pour Luna Modells de faire partie de cette nouvelle étape de la mode. – esto significaba un orgulloso y entusiasta “ si, será un placer para Luna Modells, ser parte de este nuevo hito de la moda”

Jessica no dudaba que este sería su oportunidad de brillar en el mundo de la moda y haría lo que fuese porque Marco reconociera que no hay nadie que puede representarlos mejor que ella.

Por otra parte, él desconocía el revuelo que se estaba desatando en cada rincón de Buenos Aires. Winkelman se había encargado de que su foto con el sr. Whitsen saliera en cada diario del país, en cada portal web. Se ocupó de copar cada canal del espectáculo, cada noticiero del país. Ella sabía que como a Marco éste tipo de cosas no le gustaban, bastaba con que algo se filtrara para mandar a retirar todos los números de revistas y diarios de todo un país y plata tenía para hacerlo. Pero con esto, le demostraría a todo el país y hasta el mundo si era posible que su presidente solo tenía ojos para ella y que no existiría nunca en el planeta una mujer capaz de tener su porte y su elegancia. Y que eso se dejaba en evidencia las veces que habían tenido sexo y siempre volvía por más..

Mientras tanto, en otra punta del planeta, Lara se encontraba bajando las largas y majestuosas escaleras del Madero School, que la llevaría hasta el hall de recibimiento dónde se encontraría con Alex más luego con Alina. Cuando llegó donde el descanso, no pudo evitar observar el cuarteto que chicos despreciables que no paraba de burlarse de cada una de los estudiantes que frente a sus ojos pasaban.

Por un momento, luego de pasar ante los cuatro, voltea su cabeza para mirar detenidamente al rostro a Emma y notar y apreciar el estómago que pintaba uno de sus ojos de color morado. Ella la observó y solo le dijo que pagaría por esa marca y para variar, Thomas le juro que haría lo necesario para sacarla del Madrid School, así tuviera que hacer hasta lo prohibido ¿Y a qué se refería? Nadie lo sabía porque en tres años nadie, en ningún curso había dejado la furia de Whitsen y Emma como lo había conseguido Lara en menos de una semana.

- “ Bienvenida al infierno” compañerita. – fue lo que escucho decir de la boca de Carlos pero ella, solo avanzó sin darles mucha importancia.

- Hare que se arrepienta si quiera de haberse cambiado a este colegio. Eso, te lo juro. – fue lo que dijo Thomas mientras observaba como la chica se perdía entre la gente.

Ni bien Lara vio a su pequeño hermano, no pudo ni supo contener su emoción y se fundió en un profundo y sentido abrazo. Minutos más tardes se sumó Alina quien al sorprenderlos en esa postear tan bella, no contuvo el impulso de tomarles una foto para luego sumarse al abrazo.

Cómo le había prometido al pequeño Alex, no irán a la casa, sino que los llevaría al cine a ver el estreno de la semana, más luego a jugar a los juegos y comer unas pizzas con hamburguesas. El pequeño no podía más de la alegría y les permitiría a las hermanas poder hablar tranquilamente.

Alina sabía que conociendo a Lara, era muy raro que toda la semana no tuviera ningún tipo de llamado de atención cuando sabía que la clase de estudiantes que asistían a esa institución era niños mimados que se la pasaban de viaje en viaje y sus nanas se ocupaban de ellos. Sabía que al enterarse sus orígenes sería el blanco de burlas por lo que quiso saber cómo se sentía con todo este cambio.

Si bien Emma le había dejado un rasguño en el rostro, Lara se lo había “camuflado” muy bien con algo de base, que si bien no utilizaba, le había ayudado bastante a discipular terrible marca. Ella sabía muy bien que si su hermana mayor la veía en esas condiciones seria capaz hasta de demandarlos, por ello, prefería callar y porque no se iba a dejar intimidad por nadie, menos por ellos.

Horas más tardes, ambas se encontraban encargando la pizza mientras esperaban a qué le sirvieran en la mesa, se puso a mirar la televisión cuyo canal estaban dando las noticias del espectáculo. Todo iba normal hasta que en la tv se reflejo a alguien que conocía muy bien, aunque no su nombre, hasta ahora, y que si bien sospechaba que venía acompañado no imagino jamás una mujer tan hermosa como la morocha de la fotografía y por un momento se dio un par de cachetazos mentales por haber tenido la actitud tan estúpida de esperar que un hombre tan importante como él se fijaría h querría besar a una pobre huérfana como ella.

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