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Libres

Libres

Pasan los días, cuando se llega el momento de partir de regresos a casa, Darío debe armarse de toda la paciencia y autocontrol para no ser agresivo con su esposa

      En cuanto cayó la noche los tres se ponen en marcha, a Selene se le hace extraño que viajen de noche aun así no dice nada por lo contrario a pesar de su corta edad será una mujer libre y esposa de un soldado espartano, sabe que a su lado estará protegida confía ciegamente en su "poderoso" Artemis. Es de noche pero en el puerto parece de día, carga y descarga de productos, al ver el mar de gente Selene se aferra del brazo de Darío, este baja la mirada le sonríe, de nuevo alza la mirada ve a la gente pasar, un que otro choca con ellos, el la abraza para protegerla, Dédalo le habla al oído al príncipe, por las palabras recibidas ni se inmuta así el delgado ser deja al par solo. El menor por fin puede pagar el pasaje para ellos tres, el navío se pone en marcha sin embargo el pelinegro delgado no va con ellos, los pasajeros se van quedando dormidos, solo los navegantes quedan de pie guiándose por las estrellas, a cierta hora de la noche Darío deja inconsciente a los tripulantes, se cerciora que nadie este despierta, aúlla fuerte y a los pocos minutos el vampiro llega a su lado, los dos son quienes dirigen la embarcación, durante el resto de esa noche mientras navegan platican para conocerse mejor, Dédalo le narra un poco la historia de su vida y por qué él y su hermano menor fueron condenados a ser hijos de la noche para toda la eternidad así como beber la sangre de sus hermanos para poder vivir, el menor entiende casi todo, sin embargo su curiosidad le hace formular varias preguntas, preguntas que no tuvieron respuestas, tampoco las exige, como agradecimiento por la confianza recibida el también narra cómo es que sin deberla termino siendo maldecido por las acciones de su abuelo, como pierden todo rastro de humanidad al ser cambiados a bestias, y como el aprendió a tener autocontrol en su transformación mas no en su raciocinio, sin proponérselo el amanecer los va alcanzar, Darío saca las mantas en ella envuelve al pelinegro imitando un rollo grande de tela, los navegantes despiertan desconcertados, el griego va con su esposa se acurruca en ella se queda dormida, el viaje pasa rápido cuando se va con buena compañía, es de día cuando llegan al puerto de Atenas, Darío se echa al hombro izquierdo el gran rollo de tela, Selene carga lo poco que llevan de equipaje, Dédalo silba, un par de segundos y el silbido tuvo su respuesta, el pelinegro da instrucciones al menor, las sigue al pie de la letra llegan a un carruaje digno de un rey la puerta se abre Darío coloca el rollo cierra la puerta pero no se mueve del lugar, habla una voz que no conoce, se presenta siendo Ramsés y agradece el cuidado hacia Dédalo, le indica que abra la puerta para que suba, obedece, sus ojos rápido se acostumbran a la oscuridad, le llama la atención un chico que se ve de su misma edad, sin duda era el hermano menor, era muy parecido a Dédalo a pesar de sus ojos verdes, sin contar las finas facciones no se equivocó, el joven Cy se presenta ante el " Cy, hijo de Lilith, la primera mujer"  " Darío, hijo de Eleuter, nieto del rey Licaón " su mirada viaja al otro tripulante que sin dudas era el consorte de Dédalo, los tres de nuevo agradecen la ayuda al mayor de los Lilin, Cy, le da un pequeño costalito lleno de oro, Darío se siente ofendido por tal acción, pero es Dédalo quien le habla " para tu nueva vida y ella jamás vuelva a ser esclava" con esas palabras acepta.

_ Aquí nos separamos amigo mío, sé feliz con tu mujer.

_¿Nos volveremos a ver?

_ - Los tres sonríen- ¿Somos hijos de la noche, inmortales, todavía eres un niño, claro que nos volveremos a ver la pregunta correcta ¿Cuándo?

_En ese caso, nos volveremos a ver - Dicho eso Darío baja del carruaje, ofrece el brazo a Selene y se marcharon del lugar- 

_ Dédalo, ese chico huele como a dos que conocimos meses atrás.

_¿A qué te refieres?

_ Hace meses conocimos a dos hermanos muy peculiares - Ramsés sin dejar de ver a Dédalo- su sangre es poderosa pero no pude beber de ellos.

_ Ni yo tampoco. - confiesa Cy- 

_ Yo bebí de él, en efecto su sangre es poderosa, fue muy embriagante, tanto que no pude mover mi cuerpo. 

_ Estuviste vulnerable, yo sin estar a tu lado. 

_ - El pelinegro le da un beso lleno de amor- Ese jovencito cuido bien de mí e incluso me llevo alimento.

_ Le daré las gracias la próxima vez que lo vea. 

_ No te molestes por eso, ya lo hice, la mujer que lo acompaña, la liberé para él. 

  Los Lilin siguen su camino mientras la joven pareja esa misma noche consigue su pasaje a Persia

_ Dicen que allá no hay esclavitud. 

_ Todos somos esclavos de algo o de alguien. – responde serio Darío- ya que estamos solos somos libre de hablar.

_ Ya sabes de mí. 

_ Nunca me has dicho de donde eres. 

_ Soy de Arcadia. - responde Selene-

_ ¿Del reino maldito? 

_ Cuando eso pasó yo era una bebé, mi padre y madre salieron de la isla justo antes de que se pusiera feo.

_ Pero eras libre ¿Qué pasó? 

_ No lo recuerdo, solo un incendio y yo terminando en Esparta como esclava.

_ - le toma la mano- También soy de Arcadia. Cuando pasó todo tenía tres años, salimos huyendo mis hermanos y madre.

_ Creí que eras espartano, la disciplina, el cuerpo, tu nombre.

_ Es falso, soy el más pequeño de la familia. Mis hermanos siempre me defendían.

_ Así que decidiste que serías el más fuerte de todos.

_ Un poco. perdí su rastro no sé dónde están, creo que ya no los reconocería.

_ Y dime Artemis si ese es tu nombre. 

_ - El negro mirar viaja de un lugar a otro- Si, lo es. – tan seguras son sus palabras que no deja duda en ella- 

_ Cuando estemos en Persia quiero una casa grande con un gran jardín. – el la jala haciendo que se siente en sus piernas- 

_ Te la construiré, tendrás tu jardín.

_ Hijos, muchos hijos libres. 

_ Serán libres, me ayudarán a pastorear o a errar o a sembrar.  Pero serás madre cuando cumplas quince años.

_ Como tú digas, ahora tratemos de dormir.

_ - Se hace a un lado para dar espacio, ofrece el brazo derecho como almohada- ¿Esta cómoda así?

_Si, gracias – se gira quedando enfrente de él- No eres como los otros hombres.

_ ¿A qué te refieres?

_ Sabes de lo que hablo – se pone roja de vergüenza- 

Aun eres una niña, tienes doce todo a su debido tiempo. 

_ Eres mayor que yo tres años.

_ Y mira la diferencia entre nuestros cuerpos, eres delgada, pequeña - le hace una caricia en la mejilla- todo a su tiempo.  

_ Eres de los soldados más fuertes que he visto nunca creí que también fueras de buen corazón. 

_ ¡Shh! Nadie debe saber que soy un desertor de Esparta. 

_ En ese caso cambiemos tu nombre.

_ Te dejaré escoger mi nombre.

_ Cómo los dos somos de Arcadia que te parece Eleuter como el príncipe. 

_ Si ese nombre te gusta lo usaré.  Ahora tú, aunque Selene me gusta mucho. 

Sabrán que soy esclava.

_ No creo, no tienes marca alguna. Ahora señora mía, duerme.

_ Si mi señor – se acurruca en él, cierra los ojos al cabo de unos minutos se queda dormida-  

_ “Mi señor” ¿estaré haciendo lo correcto? Sombra como me haces falta, tu muerte me causo dolor querido compañero de batalla.

     Llegan al puerto de Mileto de día con nuevos nombres, nuevos aires, al desembarcar lo primero que hacen es comprar un caballo y carreta.

_ ¿Nos quedamos en Mileto o nos vamos?

Entre más lejos mejor, no hay que correr riesgo de ser descubiertos. 

     Diciendo eso, compran provisiones e inician su viaje al norte, con el paso de los días, una pequeña manda de lobos los siguen en su viaje, ella no los ve pero él, él no solo los ve ha estado hablando con ellos para pedirles concejos sobre a donde irse, entre más lejos mejor, viajan más allá de las murallas de Troya, llegan a una fértil planicie, el rio así como el mar queda relativamente cerca, lo prometido, él inicia con la construcción de la casa sus años de entrenamiento, su resistencia física le han ayudado con la construcción, por la noche es visitado por el alfa de la manada amiga sin que ella se cuenta noche tras noche habla con sus amigos, las noches de luna llena se transforma corre por sus terrenos feliz y contento, de vez en vez va a la ciudad o los asentamientos cercanos a comer después de todo no deja de ser un lobo come hombres lo que más le gusta son las entrañas frescas, los pocos que le han visto lo describen como un lobo gigante de pelaje grisáceo ojos azul brillantes, para que no le sigan se mete al rio y cambia a voluntad a hombre, llega hasta cierta altura ahí sale del rio, sube a un árbol y brinca de rama en rama hasta estar seguro que no le seguirán y antes de que la luna se meta él llega a casa, se mete a la cama matrimonial, abraza a su chica se queda profundamente dormido sabiendo que su casa es resguardada por sus amigos de cuatro patas. 

     Ya han pasado tres años, la casa ya está en su total construcción, lo que se está levantando es el jardín que ella quiere, uno grande con muchas flores y árboles, están trabajando en el jardín cuando llegan unos forasteros, él deja de escarbar, ella se coloca detrás de su esposo. 

Venimos en paz, somos viajeros, vamos de paso, queremos agua.

_ Allí está el pozo, pueden tomar el agua.

_ - Los visitantes van al pozo- Vamos a Troya, somos comerciantes. 

_ Unas horas más de camino, si apuran el paso llegan esta noche. 

_ Gracias por la información.

_ - Asiente- Dices ser comerciante ¿Qué vendes? – ve que esconden armas- 

_ Cosas que no son de un agricultor que está por ser padre. 

_ Si, supongo que tienes razón. – ve con recelo a los hombres, sus ojos viajan a diferentes puntos sin dejar de proteger a su mujer- 

_ Veo que aún eres joven, eres fuerte.

_ Trato de mantenerme en forma, nunca se sabe. 

_ Así es, nunca se sabe. 

_ - El matrimonio se queda en espera de que se marchen los viajeros, cuando eso pasa él hace gala de su transformación cambia a lobo aúlla la manada amiga llega en su ayuda escoltando a todos casi hasta llegar a Troya, Darío regresa a casa se siente tranquilo al ver que ella está bien, vuelve a ser hombre- Si eran comerciantes.

_ Menos mal ¿viste las armas? 

_ Las vi, creo que será mejor que te enseñe a usar alguna.

_ Odio las armas.

_ Aun así, creo que serás buena sobre todo con la daga. 

_ Lo veremos mañana ahora solo quiero dormir. 

_ - Él sale de la casa silba varias veces, sus amigos llegan para resguardar su hogar, regresa a su habitación y entra a la cama.

_ Espero no sean bandoleros – Darío le ofrece el brazo izquierdo como almohada- 

_ Si así fuese no tiene oportunidad contra mí, lo sabes bien.

_ Una vez soldado siempre soldado.

_ No mi niña, más bien tú guardián, es mi deber y obligación cuidar de mi familia – le hace una caricia al abultado vientre- ¿Qué crees que sea? 

_ ¿Hm? Creo que es una niña. 

_ - Ve el vientre con determinación olfatea varias veces- Yo creo que es hombre.

_ Ya se verá el día que nazca.  

_ Debemos ir a la ciudad, según mis cuentas llevas siete lunas llenas. 

_ ¿Crees poder pagar la estancia en la ciudad? 

_ ¡Claro que puedo! Confía en tú esposo – cierra los ojos su semblante es sereno-

_ Me gusta verte tranquilo el saber que estás bien, tranquilo me da calma y me quita el miedo.

_ No debes sentir miedo.

_ Muchas veces sueño que viene por nosotros. 

_ Son sólo eso sueño. Te doy mi palabra de que mientras estemos juntos nadie va a quitarle su libertad, ni te alejaran de mi lado. 

_ Que nuestros hijos sean libres.

_ Lo serán. 

      Los dos se quedan dormidos, ella un poco inquieta por los acontecimientos del día, él tranquilo sabiendo que están resguardados, al día siguiente después de resguardar sus pertenencias viajan a la ciudad amurallada para esperar el alumbramiento. Pasan las dos lunas llenas y pasando la última noche de luna Selene empieza con los dolores de parto, Darío la lleva a la casa Gineco donde es atendida mientras la espera afuera a la distancia se podía escuchar los aullidos de sus amigos que estaban tan inquietos como él por el nacimiento del bebé.

_ ¡Por Zeus! Soy el hombre de la casa y debo estar tranquilo.

_ - Un gruñido de su acompañante lo saca de sus pensamiento- 

_ ¿Cómo te atreves a decirme miedoso? 

_ - Otro gruñido-  

_ Cuando pases por esto también me voy a reír de ti. – se hinca para quedar a la altura del lobo- ¿crees que sus aullidos puedan viajar por todo el continente? 

_ - saca la lengua como si se estuviera burlando- 

_ Me gustaría que mis hermanos supieran que son tíos, que soy feliz.

_ - Ladea la cabeza varias veces tratando de comprender- 

_ Ellos tres son mi manada.

_ - jadeo- 

_ Mi hermano mayor Elián, Ciro, Lucrecia, ellos son mi familia, no se si mi padre vive o muere. – el llanto del bebé hace que se congele en su lugar- 

_ - Gruñe- 

_ ¡Ya nació! ¿Qué hago? – su amigo lo empuja con la cabeza, el joven de dieciocho años entra a la casa corriendo- ¿Dónde está? ¿Cómo está? ¿Qué fue? 

_ Tranquilo hijo, ellas están bien. 

_ ¿Ellas? – sin comprender- 

_ Tu esposa e hija. 

_¡Es niña! – sale la casa - ¡ Es niña! – le grita a su amigo y de inmediato los aullidos se dejaron escuchar por toda la ciudad, entra a la casa, lo llevan a la habitación de Selene- ¿ Cómo te sientes? 

_ Cansada, adolorida pero bien. ¿Ya la viste?

_ No, a ver – se le muestra- está muy chiquita ¿No se va a quebrar? 

_ ¿Qué? ¡jajaja! No lo creo.

_ Mañana regresamos a casa a primera hora, las llevaré cargando si es necesario. 

_ Como digas. Quiero descansar, dormir.

_ Si, si, adelante, yo cuido de ella, velaré tu sueño. 

_ Se que, si lo harás, siempre lo haces gracias por cuidar de mi Artemis.

_ Siempre.

Cansada por el trabajo de parto, la nueva madre duerme profundamente, Darío no deja de contemplar a su hija recién nacida que también duerme, con delicadeza toca sus manitas, ella se mueve en su lugar.

_ Siempre voy a cuidar de ti - la toma en brazos, le habla al oído- tu padre es inmortal, nunca te va a abandonar, aún no se si tu eres como yo, aunque no quiero, de corazón lo deseo.

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