¡Christopher y Lucía, su amante!
CAPITULO 5 ¡Christopher y Lucia, su amante!
Han pasado ya tres días desde la última vez que hable con la amante de mi marido, no entiendo nada, Cristopher es cada vez más cariñoso, me imagino que su amante ya le dijo acerca de mis planes, y está tramando algo peor para mí, no debo bajare la guardia en ningún momento, nunca he sido una mujer que haya necesitado ser “astuta” en algún sentido, pero esta vez debía sacar lo inteligente de cualquier lado.
Era claro que esa mujer no accedería a mi propuesta, así que debo buscar pruebas para demostrar la infidelidad de mi marido, no bastaban las conversaciones en su teléfono, necesitaba algo más diciente, alguna foto o algo así… es lunes, comienza la semana, él se está arreglando más de lo normal, lleva un traje oscuro bastante elegante, con una camisa blanca, se aplicó una colonia en su mentón, el fin de semana estuvo en la peluquería arreglando sus uñas y masajeando su cuerpo, mi esposo era demasiado deseable, era atractivo, para su edad, era demasiado llamativo, me gustaba, pero me dolía que no fuese mío.
- Pero ¡qué bien arreglado vas hoy para el trabajo Cris!,- Le digo con un toque de sarcasmo, no puedo evitarlo por más que quiera, mis ojos se llenan de furia al ver como se arregla para ella, es lógico.
-Queridita hoy tenemos una reunión muy importante- Me dice mientras se acaba de acomodar la corbata
“Reunión importante, si claro cómo no”, en realidad podría ser una masoquista, pero no quiero que se vea con esa mujer y mucho menos que tenga intimidad con ella, debo hacer algo para evitarlo, creo que lo seduciré y seré yo quien disfrute lo bien arreglado que esta, antes que se vaya al trabajo, como en los viejos tiempo; por fortuna me acabo de duchar, mientras el se acaba de arreglar, dejo mi piel al desnudo, agradezco aun conservar un buen cuerpo, ahora que su amante está embarazada es una ventaja para mí.
Me paro frente a él, y dejo caer mi bata de seda al piso, mi cuerpo queda al descubierto y mis senos están erguidos, Cristopher abre los ojos ante mi sorpresa.
-Hmm querida, pero ya me arreglé voy a la oficina
Poso mi mano en su entrepierna directamente y corroboro que este provocando el efecto esperado, y así es, su virilidad esta lista para una faena ¡pero no será con su amante!
-Verte tan guapo me excita querido, recuerdas cuando recién nos casamos como teníamos noches de intensa pasión, que ni siquiera dormíamos por estar amándonos, hasta hace unos años hacíamos el amor a diario ¿Qué pasó mi amor? - Empiezo a besarle el cuello, me pongo de puntas de pies para poder alcanzarlo, mientras que con mis manos voy rozando su cuerpo, puedo sentir como él se emociona y su respiración se entrecorta.
-Querida, estas haciendo que me antoje de tu cuerpo, y tengo muy poco tiempo para llegar a la reunión- El empieza a besarme fuertemente- ¡delicioso! - hace cuanto tiempo no sentía esos besos tan agradables, por fortuna no tengo sentimientos incluidos ahora, pero, así como él me ha utilizado en sus momentos, yo también puedo hacerlo, al fin de cuentas es mi marido.
-No te quitare mucho tiempo- saco mi lado más pe***, me pongo de rodillas dejando mi trasero a su vista, de un solo golpe bajo la cremallera de su pantalón, me fijo que lleva ropa interior nueva- maldito- saco su miembro y con el placer que cualquier esposa tendría por saborear a su marido me lo llevo a la boca, puedo sentir como sus manos acarician mi espalda, mientras que yo simplemente con mi cabeza hago movimiento para que sienta placer, sé que Cristopher no se va a resistir, me levanta del piso, me bota a la cama, me abre de piernas y en tres segundo esta encima mío, ni siquiera se desviste, solo de la parte de su cintura para abajo, me sorprende el deseo que siente, estoy en el borde y aunque la intención solo era vaciarlo, empecé a disfrutarlo también.
Sus envestidas eran demasiado fuertes, sentía como mi cadera se estaba inclinando hacía el involuntariamente, en mi mente solo estaba la idea de querer vengarme, ¡ay, pero estaba fracasando!, se agacha y lleva mis senos a su boca mientras sigue meneándose encima de mí, creo que me correré, ¡está bien oh, lo hare! --¡fracase! Sucumbí ante sus encantos y lo disfruté.
Cristopher hace lo mismo, emite un fuerte gemido ronco, estaba llenándome de placer.
-Querida estas deliciosa- Cristopher me dice mientras recupera su respiración
-Dale, vete que se va a hacer tarde
Cristopher sale del encanto y mira su reloj, efectivamente se estaba haciendo tarde. Se acomoda su ropa rápidamente y va al baño, hizo un medio intento por bañarse su parte intima, se peina nuevamente, se aplica su mejor perfume y sale corriendo
-Querida, me tengo que ir- se acerca y me da un beso húmedo, no me aguanto las dudas, me pongo una sudadera que tengo a la mano rápidamente, me recojo el cabello en un moño alto no lo alcanzo a peinar, un par de tenis y salgo a perseguirlo, aunque sé que es toxico lo que hago, la incertidumbre y el deseo de conocer a la mujer embarazada me están matando, era obvio que no iba a su oficina.
Dejo que tome su auto y salga de la casa, en seguida tomo un taxi que ya me estaba esperando, mi auto lo podría reconocer fácilmente, lo vamos persiguiendo y la ruta no es la de la empresa, ¡lo sabía!
-Carlos, pare por favor, esperemos que coja un poco de ventaja, no lo pierda de vista
-Si señora, eso trato de hacer-Carlos me sonríe por el retrovisor- es un moreno bastante guapo
Carlos es un joven de 28 años, una amiga me lo recomendó, ella también perseguía a su esposo, fue quien me dio la idea, ahí estaba yo acatando consejos innecesarios, simplemente debería pedir el divorcio y ya, pero mi masoquismo es más fuerte que mi orgullo.
Cristopher parquea su auto frente a una casa en un barrio de clase media, aunque es una casita hermosa, es blanca con balcones y un hermoso jardín. Él toca la bocina del auto e inmediato sale un niño pequeño como de unos dos años y una mujer embarazada.
¡Mierda! Cristopher no solo estaba esperando un hijo, sino que tenía una familia completa fuera del hogar, el niño se lanza a sus brazos y alcanzo a escuchar como le grita ¡papi!, le abraza fuertemente, esa faceta de padre amoroso nunca la tuvo con mis hijos.
La mujer le da un beso y se abrazan, pero no con tanta intensidad, siento como mi corazón se rompe con la escena y las lágrimas inevitablemente empiezan a caer, saco un pañuelo de mi bolso y las seco, siento como los ojos de Carlos me miran a través del retrovisor.
- ¿Qué acaso jamás has visto una mujer llorar en tus persecuciones o qué? - Le digo bastante irónica, estaba molesta
-Si señora, de hecho, he visto mucho, a diario es lo más común, solo que me hago la pregunta de todos los días ¿Por qué no se divorcian? - hace una mueca sugestiva- Quiero asesinarlo, ¿Quién le pregunto su opinión?
Vuelvo a la escena, todos entran a la casa, ya se salían de mi vista, de verdad seguía sin entender las razones por las cuales Cristopher estaba haciendo todo, era un falso, es que demostraba amor real, yo lo sentía, estaba en una encrucijada.
- ¡Lléveme a mi casa Carlos, por favor! - le digo al chofer del taxi con la voz entrecortada
-Señora Amanda, aún quedan tres horas de mi servicio, yo no hago devoluciones porque soy un contratista a través de un tercero, si tiene algo más que hacer yo la transportaré, digo para que no pierda el pago por sus servicios.
Miro al entrometido taxista de reojo, con eso entiende que yo quería estar en mi casa, durante todo el camino no hice más qué llorar, estaba demostrado que era la prueba fiel de la estupidez y la falta de amor propio.
Carlos solo puede suspirar y verme por el retrovisor, mientras lloro me doy cuenta de que es demasiado guapo, que es una lástima que este conduciendo taxi, debería estar en una revista para modelos, algo así, ni siquiera coordino mis pensamientos, después de estar llorando, resulte sonriendo inconscientemente. Menos mal en ese momento Carlos está mirando hacia al frente.
Narra Cristopher
No puedo evitar la sensación que me produce Amanda, últimamente con Lucia no hemos podido estar juntos, ante la falta de atención para mi entrepierna, Amanda es la opción más rápida y fácil, no me puedo quejar tampoco, ella es mucho más joven que mi amante, pero sigue siendo muy simple para todo, soy feliz cuando regreso a mi segundo hogar.
Después de lo fácil que fue desfogar mis ganas esta mañana con Amanda, regreso a la casa de Lucia, allí está mi hermoso hijo varón Julien, y mi querida Lucia, ella es una guapa mujer de 39 años, licenciada de economía, es bastante inteligente, además de independiente, cuando la conocí solo era madre de Samantha y no dudo ni un segundo en darme un hijo, y luego sin estarlo esperando, en menos de dos años tendremos una pequeña hija, ajustare mi divorcio con Amanda a mi conveniencia y me iré con ellos lejos del país.
- ¡Mis amores! ¿Cómo están?, ¿no saben cuánto los extraño?
-Debo hablar contigo Cris, paso algo terrible
- ¿Qué paso Lucia? - Le pregunto intrigado, aunque muero de hambre, huele a un rico desayuno y me acerco a la cocina, está haciendo wafles, mis favoritos. -Dame primero de comer mujer, ya me cuentas
Lucia sirve la mesa, le ayudo con el desayuno de Julien y compartimos en familia, paso de largo lo que quiere decirme por ahora, debo llevar a Julien al jardín infantil e ir a la oficina, no tengo mucho tiempo para quedarme a solas con mi amada, aunque tampoco es de mi interés, por su estado no hemos podido tener intimidad.
-Cris, tenemos que hablar- Lucía se me acerca, ya imagino yo que es de lo mismo de siempre, ¿Qué cuando me voy a divorciar? blah blah, ya el tema está bastante tedioso, mejor me voy, si dejo a mi esposa es por sus cosas negativas y no las quiero tener con mi nueva familia.
-Amor tengo una reunión, te amo- me acerco y le doy un beso, tomo a mi pequeño y salgo de inmediato.