Capítulo 3

2018

Ariel

—Señor Velez, aquí le traigo unas copias de los libros que necesito que firme —dice con cierta timidez, poniendo los libros en mi escritorio — estas son las que serán vendidas en las librerías a un costo especial —me explica mi secretaria.

— ¿Cuántos libros son? —Pregunto levantando mi mirada del monitor de la computadora.

—20 libros señor, 10 son para la librería más grande de Colombia, y las otras 10 son para una librería que venden libros online.

—Tú sabes que ahora no tengo tiempo esto Susy, ya empecé a trabajar en mi nuevo libro y necesito total concentración —exclamo con cierto fastidio.

—Yo entiendo señor Velez, pero desde la semana pasada están esos libros allí, y ya los necesito firmados porque hay que enviarlos hoy, las librerías están cansadas de esperar— respiro profundo y guardo mi documento de Word.

— Está bien ¿trajiste un marcador permanente? — pregunto con poca paciencia.

—Sí señor— dice, entregándome el marcador —por cierto señor le tengo unos recados que le han dejado por teléfono.

—Dime, te escucho —empiezo  firmar los libros, mientras mi secretaria me lee los recados, que tiene apuntados en una pequeña libreta.

—La editorial de Estados Unidos llamó para ver si ha revisado los  términos del contrato que  enviaron para que ellos puedan empezar la traducción del libro en ingles. Llamaron varias librerías para presentar sus propuestas para que asistas hacer un book signing; hay un youtuber colombiano con 10 millones de suscriptores que quiere hacerte una entrevista por skype y, la última, pero menos importante, tu prometida llamó para ver si querías salir a cenar hoy la noche, para hablar sobre los preparativos de la boda.

—Eh… —ya siento un gran dolor de cabeza, hoy va ser un largo día, me detengo de firmar los libros y pienso en mis respuestas por unos segundos —dile a la librería en Estados Unidos que mis abogados están analizando el contrato y se contactarán con ellos  para ver si hay algún cambio que tenemos que hacer. Las librerías que presentaron sus propuestas, las que son de alto calibre mándamelos por correo, y las que son librerías pequeñas, confírmele que me voy a presentar y ellos no tendrán que pagarme, lo haré de gratis. Al youtuber dile que esta semana no puedo hacer la entrevista, pero la siguiente semana estaré disponible, pónganse de acuerdo con la fecha para que no afecte mi agenda. Y  lo de mi prometida que ya la llamo, eso es todo Susy —ella me sonríe como respuesta y cierra su libreta donde apuntó todo lo que le he explicado. Susy comienza alejarse y cuando está punto de abrir la puerta para irse, se detiene, y se dirige de nuevo a mi.

—Señor Velez, ¿le puedo hacer una pregunta? —me parece curioso su repentina pregunta, puesto que nuestra relación laboral de más de un año  siempre ha sido estrictamente de trabajo.

—Dime Susy —digo con un semblante neutral, dejando a un lado la firma de los libros.

— ¿Por qué siempre haces book signing de gratis para librerías pequeñas? —me detengo de lo que estoy haciendo y la observo por unos segundos, nadie me había hecho esa pregunta antes, y siendo que ella es mi secretaria es mejor que lo sepa ahora para que no volvamos a tener esta conversación. Respiro profundo y le contesto.

—Hace unos años atrás conocí a una escritora novata que era especial para mí,  ella siempre me dijo que cuando ella llegara ser una gran escritora reconocida, haría todas sus book signing para librerías pequeñas de gratis, eso iba ser su forma de apoyar a esos pequeños negocios y nunca olvidarse de donde vino. Y como ella nunca pudo lograr esa meta, yo lo haré por ella— siento como la tristeza y la melancolía tomar su lugar en mi corazón.

— ¿Ella es la niña trasnochadora? —Susy parece arrepentida de su pregunta impulsiva, y ya no tengo ánimos seguir esta conversación tan personal.

—Eso es todo Susy —alejo mi mirada y sigo firmando los libros.

—Sí señor— toda apenada ella sale de mi oficina.

Me recuesto en mi gran sillón y paso mis manos por mis ojos, por debajo de mis lentes. Ha pasado un largo tiempo que no he pensado en Julieta, he estado tan ocupado en todo el éxito que ha tenido mi libro, que he enterrado su recuerdo en lo más profundo de mi ser. Esa época que fue una de los mejores y peores de mi vida.

Trato de no seguir pensando en esto y regreso a mis quehaceres, termino de firmar los libros y solo los quedo observando. No puedo creer que mi libro "El terror que pasa en la oscuridad" ahora esté en físico, y jamás pensé que llegaría a ser unos de los best sellers de Colombia. Y solo pensar que muy pronto será traducida en inglés y vendido en Estados Unidos me hace pensar que todo esto es un gran sueño y en cualquier momento me voy a despertar.

Realmente lo he logrado todo, soy un muy reconocido autor en mi país, ya tengo a dos editoriales listas para publicar mi nuevo libro, estoy ganándome la vida haciendo las cosas que amo y  muy pronto estaré casado con una chica increíble, pero, ¿por qué no me siento feliz? Siempre pensé que cuando llegara a tener este tipo de éxito en mi vida profesional y personal sería el hombre más feliz del mundo, pero no es así. Hay días que me siento perdido, que solo hago las cosas por el compromiso y sin nada de pasión, siento que me falta algo y muchas veces no sé qué es.

Vuelvo abrir uno de los libros que ya he firmado, y es cuando me aparece la dedicatoria. ¨Este libro es dedicado a mi niña trasnochadora¨ y no puedo evitar sonreír cuando su rostro aparece en mi mente, y eso solo me hace recordar lo mucho que la extraño todos los días. Trato de no pensar en ella porque no quiero volver a ese momento oscuro que estuve por mucho tiempo después que la perdí, pero eso no significa que la haya olvidado.

Abro un gabinete que tengo cerrado con llave de mi escritorio, y saco un marco con una foto de Julieta, mi hermosa niña trasnochadora. Si ella estuviera conmigo estaría tan orgullosa de mí, que logré sacar mi pequeña historia de wattpad y convertirla en la gran sensación la que es hoy en día.

Entro a su perfil de wattpad en mi computadora y allí sigue su historia, ella estaría  loca de la felicidad de saber que su historia ¨La ventana¨  llegó a más de 4 millones de lecturas y cerca de un millón de votos. Y creo que tuviera más si hubiera podido terminarla. En su sección de conversación de su perfil está llena de personas que le pedín que la termine, quieren saber qué pasará al final y que aman su historia. Ella estaría en la luna de la felicidad, y se merece todo esto y mucho más, solo me quiebra el corazón saber que ella nunca lo podrá ver. Siento las lágrimas caer de mis ojos y mi mente viaja a uno de los peores días de mi vida.

Flashback 2015

Estaba en mi casa, me acababa de despedir de Julieta, que iba a una entrevista de trabajo. Mientras esperaba su mensaje, me puse a leer un poco de mi libro de juego de tronos. Me acuerdo que cerré mis ojos por unos segundos y creo que es allí cuando me dormí. Cuando me desperté noté que ya se estaba atardeciendo, y mi libro estaba en el suelo, veo la hora y va hacer las 4:00pm. Me levanto como loco porque sé que Julieta debe estar llamándome y súper preocupada por mi; encuentro mi celular enrollado con mi sábana y lo desbloqueo. Estoy esperando encontrarme como con 4 llamadas perdidas y unos 10 mensajes, pero nada, Julieta no se ha vuelto conectar  al whatsapp desde nuestra última conversación.

Comienzo a sentir que algo está mal, pero no quiero ser negativo, debe haber una explicación, pero aunque trato de no decirlo en voz alta, tengo miedo, Julieta siempre esta en línea, siempre. Trato de llamar y no sale la llamada, le escribo varios mensajes  y solo me sale una flequita,  ¿será que se quedó sin internet? ¿se fue la luz y se le descargó su celular? O la que más temo es que algo malo le pasó. Trato de calmarme y pensar en solo cosas positivas, dejo mi celular en la mesita de noche y comienzo ordenar mi cama, sé que cualquier momento voy a recibir una llamada o mensaje de ella y sabré que ella esta bien.

Pasan alrededor de una hora, vuelvo a chequear mi celular y aún no hay rastros de ella, si son las 5:00pm en Colombia, significa que ya son las 4:00pm en Honduras.

Me entra el pánico y me voy a sus redes sociales para ver si veo algún signo de vida, pero en ninguna de sus redes hay nada nuevo que yo no he visto. Mi presentimiento de que algo está mal se pone más fuerte con cada minuto que pasa, mi última carta que tengo es utilizar el número de emergencia para contactarnos con alguien de nuestro país por la casualidad que algo pasó y no nos podemos comunicar. Pero no quiero usar esa carta, porque en el momento que lo haga, voy saber que algo está terriblemente mal.

Pasa otra media hora y en este momento ya no puedo más, busco el número de emergencia (que es el número de la madre de Julieta) y la llamo por whatsapp, el celular suena dos o tres veces cuando alguien me contesta.

— ¿¡Quién habla!? —me contesta a gritos como si estuviera agitada.

—Hola señora Brooks, perdóneme que le moleste pero no he podido contactarme con su hija en horas y estoy preocupado. ¿Está cerca para que le puedas pasar el teléfono, por favor? —en ese momento la señora Brooks se quebranta a llorar histéricamente, y allí cuando mi corazón dejó de latir, y tenía razón, algo está mal.

—Ay Ariel, mi pobre niña— la señora Brooks sigue llorando histéricamente y  trato de prepararme para lo peor, aunque creo que nadie nunca está preparado para algo así.

— ¿Qué le pasó a mi Julieta?— pregunto con un nudo en mi garganta

—Estuvo en un horrible accidente de auto, donde se lastimó su cabeza y su pierna, ahorita la están operando para reparar el daño cerebral, es lo único que me han dicho —el celular se me cae de las manos, y siento que no puedo respirar, me quedo congelado en el lugar en que estoy. En cámara rápida, como una diapositiva de Word, pasa por mi mente cada maravilloso momento que compartimos juntos. La primera vez que la besé, la primera vez que me dijo que me ama, todos nuestros mes aniversarios, la primera vez que hicimos el amor, la manera que la observaba cuando ella no se estaba fijando, su hermosa sonrisa y nuestra promesa.

Me derrumbo en el suelo y comienzo a llorar, con un dolor tan profundo que las palabras no lo pueden explicar, sentir como si me falta aire y una tremenda soledad de saber que posiblemente voy a perder a la mujer que amo.

***

El sonido del teléfono de mi oficina me saca de esos recuerdos tan terribles que le hacen tanto daño a mi salud mental. Me limpio las lágrimas que se me han escapado, y tratando de recuperar mi compostura frio, neutral, y contesto el teléfono.

— ¿Qué pasó Susy?

—Perdóname que le moleste señor Velez, pero su prometida está en la línea número 2 —gruño en frustración, en serio hoy no es mi día.

—Dígale que después la llamo, ahora estoy ocupado —cuelgo la llamada, y me vuelvo a recostar en mi sillón. Pasan como dos minutos cuando escucho el sonido de mi celular personal sonando, busco el celular en el escritorio y contesto sin ver quién es.

— ¡Candy! ¡Te he dicho que no me llames cuando estoy trabajando! —grito con impaciencia.

—Hola Ariel —la voz suave de la señora Brooks me saca totalmente de onda.

—Oh, Hola señora Brooks, ¿ cómo has estado? —pregunto con cortesía. Ha pasado como casi un año desde la última vez que hablé con la señora Brooks, me metí al lleno al trabajo y no he vuelto hablar con ella, o tal vez solo siento vergüenza conmigo mismo por haberme ido como un cobarde.

—Bien ¿y tú? he leído un artículo hablando sobre el éxito de tu libro, estoy muy feliz por ti.

—Muchas gracias, señora Brooks.

—Bueno no llamo para quitarte mucho tiempo, solo quiero darte una noticia, y no sé cómo va afectar tu vida— esta ha sido la llamada que más miedo he tenido de recibir, el día que desconecten a Julieta de las máquinas que la han mantenido viva por más de 3 años.

—Dime señora Brooks —he estado preparándome por mucho tiempo para este momento y sé que me va ha dolor, pero es lo mejor dejarla ir.

— ¡Julieta se despertó! —grita la señora Brooks con alegría, y ahora no sé si reír o llorar.

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Xoxo Lissa❤