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Capítulo 3

- Pero... -

- Aunque se agradecería una transfusión de sangre, ¿sabes? -

Se echa a reír, bueno, al menos hay alguien de buen humor.

- Estás completamente loco. -

- Lo sé, siempre me lo dicen. -

Abro los ojos y con placer noto que no me quedé en el suelo, sino que dormí en mi cómoda cama y a la hora de dormir a los hombres lobo no hace falta que nos lo digan dos veces.

Lamentablemente creo que tengo que levantarme, porque no sé cuánto tiempo llevo durmiendo.

Muevo las mantas y me dirijo al baño de mi habitación, quizás un poco rústico pero me gusta que esté completamente construido con madera, obviamente el baño tiene azulejos.

Estiro mis brazos hacia arriba, haciéndolos frotar, mientras él se quita la camiseta larga que uso como pijama y entro a la ducha.

El agua fría me despierta por completo y al poco rato salgo.

- ¿Qué carajo... ? -

Por el rabillo del ojo veo una línea negra en mi espalda cuando paso frente al espejo.

Intento darme la vuelta y cuando puedo ver toda la figura de mis hombros casi me desmayo.

- ¡ ¿Quién diablos me puso un tatuaje en la espalda?! -

Observo su línea formando una flor de loto de forma tribal... ok, si no estoy drogado alguien me puede dar algunas explicaciones.

Dejo mi cabello mojado y uso una sudadera larga con pantalones cortos debajo mientras corro descalza escaleras abajo.

Salto la barrera de la escalera y llego directamente a la sala de estar.

Silencio, ni siquiera si el hecho hubiera muerto.

Entro y en un instante siento un viento mover mi cabello.

Echo la cabeza hacia atrás y bloqueo el puño de mi padre.

- ¿ Te has vuelto loco? Mira, te denunciaré a los servicios sociales. -

Lo dejo ir mientras él comienza a reír, no está bien, estoy soñando.

- Uno, tienes veinte, dos fue para ver tus reflejos. -

- ¿ No era mejor un examen de la vista? -

Me mira extraño, como si fuera él quien casi recibe un puñetazo en la cara.

- No creo que hubiera podido poner a prueba tus instintos Alfa con eso. -

- Ni siquiera si hubiera hecho una metamorfosis peor que Pokémon. -

-Abby ...-​

- Vale, vale, menos sarcasmo, en fin, ¿por qué tengo, tengo un tatuaje bonito pero extraño detrás de la espalda? -

- Porque eres un Alfa. -

La respuesta a todo, siendo Alfa, si alguna vez hago un cuestionario televisivo con humanos, sabré cómo responder.

Sacudo la cabeza y lo dejo pasar, aparentemente gané anoche.

- Bueno, ¿qué pasa ahora de todos modos? -

Vuelve de la cocina con una copa de coñac y luego se queja si bebo.

- Sucede que pronto tendremos que ir a la sala de juntas para discutir algunos temas, ahora que tu papel es seguro debes empezar a darte cuenta de que tienes numerosas responsabilidades. Me hubiera gustado evitarlo ¿sabes? -

Lo miro con una ceja levantada.

- ¿ Por qué? -

Traga el líquido y me mira directamente a los ojos.

- Porque me temo que tu naturaleza híbrida será el objetivo. -

- ¿ Apuntado por quién papá? -

Está a punto de abrir la boca, pero suspira dándome la espalda.

- Tenemos que irnos ahora. -

Y me vuelve a dar la espalda, perfecto, ahora tengo más preguntas que responder que – ¿Por qué eres un Alfa? -

Rápidamente me calzo unas botas y salgo.

Una vez fuera, la gente nos mira a mí y a mi padre y empieza a susurrar, o al menos las mujeres...

Estamos a punto de llegar a la sala del consejo, cuando dos niños me tiran de la sudadera.

- Ey. -

- Hola Abby. -

Son los hermanos pequeños de Meg, unos pequeños parásitos.

- ¿ Quieres jugar con nosotros? -

- Lo siento, pero tienes que hacer algo. -

Su sonrisa se convierte en un puchero hasta que sus ojos empiezan a llorar.

- No no no, ¿mira lo que te estoy dando? -

Me agacho hasta su altura y muevo mis manos frente a sus ojos, pensando detrás de mí en dos hermosos girasoles.

Aparece una luz y luego florece, dejándolos con sonrisas en sus rostros y aplaudiendo.

Me agradecen y luego desaparecen, llantos histéricos de niños, escapados.

Miras a mi padre y luego entramos.

- ¿Meg? -

- Hola loco. -

- ¿ Qué estás haciendo aquí? -

- Hemos sido convocados todos los que participaron en el desafío de la luna hace dos días. -

Ah, dormí dos días.

- ¿ Por qué? -

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