Prólogo

Realmente nunca se me ha dado eso del amor, he pasado la mitad de mi vida soñando con un amor como los que he visto tantas veces en las telenovelas. Un amor real, incondicional, pero...puedo decir que a mis 25 años, nunca ha llegado. Cada noche antes de ir a dormir pienso en cómo será, ¿Será gordo, delgado? ¿Blanco, Moreno? ¿Alto, bajo?, Tengo tantas ganas reprimidas de amar, de poder hacer sentir a otra persona bien estando conmigo y que yo me pueda sentir de la misma forma. En fin, he tenido montones de citas, conocido personas, intentando llegar a mi otra mitad, pero...ninguna de ellas lo ha sido, a veces yo sola me he hecho ilusiones demasiado rápido y ese es el problema, porque con las personas que he llegado a sentir que puedo tener algo, siempre al final hacen algo, que termina haciendo que me dé cuenta que estaba equivocada. Es horrible ver cómo todas mis amigas han tenido pareja, han vivido cosas lindas y yo…no; Pienso que el amor es algo injusto, no nos permite escoger a quien amar, la vida sería más sencilla si fuera así, pero no, tiene que poner todos esos obstáculos para poder conocer a la persona indicada. Intento no llorar al escribir esto, es patético pero ya estoy harta de ser la eterna solterona, la vida pasa, los años transcurren y yo...yo sigo en la misma situación sentimental de siempre "Soltera", Yo soy la chica a la cual nunca le han regalado rosas, chocolates o una carta y eso realmente es muy deprimente.

Y sí, sé que todo lo que acabas de leer suena patético, pero esa es mi descripción del pasado, porque ahora soy una mujer diferente, cuando ella me destruyó sirvió para que yo me diera cuenta de lo que valgo y volviera a reconstruirme, poder ver ¡Al fin!, Que no debo dejar que mi estabilidad emocional dependa de nadie, porque yo puedo brillar con mi luz propia, y sí…realmente yo si la ame, pero descubrí que mientras yo la estaba amando, ella únicamente estaba jugando, ella me envolvió con su sonrisa cautivadora y con su forma única de ser, me enamoré de esa ¡Estúpida arrogante! Que hizo mi corazón en mil pedazos, me dolió y aún me sigue doliendo recordar cuando descubrí que para ella solo fui un juego. Pero la persona que ella destruyó, ha quedado en el pasado, porque de ahora en adelante soy una nueva Regina Montúfar y juro que nunca más, nadie se volverá a burlar de mí.