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En el trabajo

PDV Maria

De donde yo venía en los suburbios, los chicos con los que había estado y con los que había salido, todos ellos estaban bien, pero no te quitaban el pensamiento con 1 mirada.

No como lo hacía él.

Me acerque un poco de forma inconsciente solo para verlo mejor, lo hizo en pasos silenciosos, y mientras más cerca estaba, mejor se veía.

De verdad estaba para morirse, tenía el cabello de un color castaño oscuro brillante, hombros anchos, labios carnosos y era alto, tenía una piel muy bien cuidada, y una mandíbula firme y bastante varonil.

Mis piernas se apretaron de forma inconsciente y sentí varias cosas recorrer mi cuerpo, temblé un poco cuando escuche su voz.

―Ven a sentarte, señorita Maria ―me dijo èl.

―O-okey –le respondí nerviosa.

Casi empecé a correr para poder llegar rápido, luego recordé que eso me daría mala imagen y pude controlarme a último momento, intente caminar normal como siempre, pero mis pies me traicionaron y camine de un modo muy extraño.

La vergüenza me hubiera matado de no ser porque estaba mirando hacia su escritorio en vez de a mí.

Jacob Harper… ese era el nombre de mi posible jefe, tenía que recordarlo, lo había visto cuando Teresa me mostro las fotos y me informe más acerca de él.

Jacob estaba con la vista fija en unos documentos cuando llegue, me senté de forma silenciosa y no hice ningún ruido, según la chica de afuera, solo debía hablar cuando Jacob me lo indicase, no antes de eso.

Espere, hasta que media hora después, finalmente alzo la vista para verme.

―Entonces ¿Usted es la señorita María Gómez que solicite el empleo y paso las pruebas por internet? ―me pregunto Jacob mientras me miraba fijamente.

Sus ojos me cautivaron cuando los vi, mi cuerpo se tensó, y mis piernas se apretaron aún más, sentí cierta sensación allí abajo en mis piernas, me dio pena eso último, por suerte lo disimule bien.

― ¿Señorita? ―dijo Jacob.

―Sí, si, perdone, sí, soy María, y soy la que paso las pruebas, aquí traje mis curriculum para que pudiera verlo y comprobar mis credenciales y aptitudes… señor ―le dije a Jacob, mientras le entregaba las cosas que habían traído conmigo para este momento.

Jacob las tomo y empezó a ojearlas 1 x 1, me quede viéndolo de pies a cabeza mientras tanto, quería grabar la imagen en mi mente, no sabía cuando lo iba a volver a ver de nuevo.

Las sensaciones en mi cuerpo siguieron, y cuando Jacob termino de revisar los documentos que le entregue, se giró para verme a mí.

―Señorita María ¿Sabes de que trata el trabajo al cual te estas postulando? ―me pregunto Jacob.

―Sí, bueno más o menos, en la propuestas dijeron que iban a ser más específicos respecto a ello.

―Así es, pero bueno, para resumir las cosas, tu trabajo consistirá en ser… algo así como una secretaria privada para mí ―me dijo Jacob.

¿Secretaria privada?

Entonces iba a poder verlo de forma frecuente…

―Entiendo ¿y qué es lo que haría en ese puesto… señor? ―le pregunte.

―Cosas simples, revisar mis cosas y ver lo que sea importante, revisar documentos y cosas así, y atenderme en todas mis otras “necesidades”.

Todas sus necesidades… abanique la cabeza levemente para poder quitarme los pensamientos que me llegaron a la cabeza.

―Ese sería básicamente el trabajo que le estoy ofreciendo, pero debe saber que no hay horario fijo… usted tendrá que estar disponible siempre para mi y en todo momento… ¿Okey? no aceptare excusas si falla aunque solo sea 1 vez… ¿Esta dispuesta hacerlo? ―me pregunto él.

― ¡Si claro! ―solté.

Me calle al instante cuando note lo que dije, Jacob me lanzo cierta expresión.

―Quise decir… si, no tengo ningún problema respecto a eso, ire con usted apenas me lo indique sin importar que señor ―le dije.

―Esa actitud me gusta, te daré un teléfono especial desde el cual te llamare en todo momento siempre que te necesite, deberás llevarlo siempre contigo a donde sea que vayas… sin excepción.

―Lo entiendo.

―Bien, ahora, cuéntame un poco más de ti María ―me dijo Jacob.

― ¿De mí? ¿Por qué?

― ¿Por qué? María, vas a ser mi secretaria privada, si todo sale bien, vas a pasar mucho tiempo conmigo, y no me sentiría cómodo si tengo a 1 desconocida de la cual no sé nada conmigo a cada rato… cuéntame un poco de ti, te escucho ―me dijo Jacob.

Eso me tomo por sorpresa, pero la verdad es que no sabía que decir…

―Bueno… ¿Qué quisiera saber… señor?

―Sobre ti, tu vida, de dónde vienes, tus pasatiempos… vamos María, háblame, dime quien eres ―me dijo Jacob.

Fue una solicitud fuera de lo común, pero no sabía como eran las entrevistas de trabajo aquí, decidí hacerle caso, quería el trabajo.

Le termine por contar a Jacob mucho de mi vida, él escuchó atentamente, le dije hasta donde había estudiado y donde me gradué, en ningún momento llego a interrumpirme.

Cuando termine de hablar, sentí que ya le había contado toda mi vida, excepto por algunas cosas importantes, en todo ese se me habían ido como 2 horas de tiempo…

Fue raro que alguien tan importante como él tuviera tanto tiempo disponible para alguien como yo.

Cuando termine Jacob asintió en mi dirección, parecía satisfecho.

―Bien, muchas gracias por contarme todo eso María, me has gustado bastante… tienes el empleo ―me dijo Jacob.

― ¡De verdad! ―grite emocionada.

―Claro, eh visto tus credenciales y tus habilidades, estas capacitada para el puesto, y además me has caído bien, ten… esto es para ti ―me dijo Jacob mientras sacaba algo de su escritorio.

Lo que me paso era un teléfono, parecía muy caro, me sentí fuera de lugar teniendo algo como esto conmigo, sentía que si lo llegaba a perder estaría en deuda toda mi vida…

― ¿No es demasiado esto solo para poder contactarnos? Con 1 teléfono mas… simple bastaría ―le dije a él.

―No, ese es el que tendrás, créeme, lo vas a necesitar, no me cuestiones María ―me Dijo Jacob.

Cierto, ahora él es mi jefe, tengo que ahora hacer lo que él me diga sin rechistar, no lo olvides.

―Okey, no lo volveré a hacer… jefe.

―Bien, así me gusta María, ahora, ten, con esto podrás entrar y salir de este lugar y todos sabrán para quien trabajas, también esta lo que vas a ganar mensualmente a partir de ahora.

Jacob me pasó 1 hoja, allí estaban varios cosas y datos, pero lo que más me llamo la atención, fue el numero abajo hasta el final.

40.000 dólares… esa sería mi ingreso… ¿Mensual?

¡40.000 dólares!

Nunca había ganado tanto dinero en mi vida… creo que ni siquiera mi papa llegaba a ganar esa cantidad de dinero en la finca…

Es mucho dinero.

La emoción me invadió, y no pude evitar soltar varios risas de forma inconsciente, me di cuenta de lo que hacía y me tape la boca con pena.

Jacob se me quedo mirando con 1 sonrisa.

―Bueno, por lo menos ahora sabemos que vas a estar feliz con tu trabajo, María ―me dijo este.

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