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Mi única opción

--Las células leucémicas que generalmente son de crecimiento lento, ahora son más grandes y están atacando de manera aún más violenta, me temo que la cirugía de células madres no ha funcionado, ahora nuestra única alternativa es lograr el trasplantes de médula ósea—lo escucho, juro que lo hago, pero mi cerebro ahora solo se encuentra en un lugar muy lejano, un lugar donde hay bellos árboles y mi madre me lee cuentos de hadas, como cuando era una niña y creía que lograría encontrar un príncipe azul y este me llevaría a vivir a su castillo, que patética soy, no soy más que un una mujer completamente tonta que desea huir de la realidad que la invade, pero eso es lo más lamentable, que no lo lograre, pues al solo salir por lo menos un segundo de aquel gran prado verde donde se encuentra mi subconsciente, hallare mi triste realidad, mi gran cruel y devastadora realidad

--¿Qué podemos hacer? ¿Dígame si hay otro tipo de tratamiento? ¡Por Dios debe ayudarnos a buscar una solución…! --mi madre habla llena de dolor, mientras sostiene el pequeño cuerpo de mi hija acurrucado en sus brazos, a lo que yo bajo mi cabeza y allí está él, mis dos pequeños bebés, esto parece una muy mala y cruel broma del destino

--Haremos la quimioterapia más fuerte, y tal vez luego de ello una radioterapia más agresiva, además de que su medicamento será en dosis más agresivas, lo lamento necesitamos el donador de médula, con solo un donador, lograremos duplicarlo y salvar a los dos—mi madre solloza y sostiene una de mis manos, mientras suavemente regala un apretón, intentando consolarme, pero creo que ella lo hace más por ella misma, que por mí, a lo que solo intento hacer una medio sonrisa, pero aquello más bien me sale como una mueca de desolación, en la que solo demuestro que no quiero derrumbarme al igual que ella lo hace

--¿Y cómo haremos para conseguir el donador? ya usted dijo que ninguno de nosotros somos compatibles con los gemelos, dígame si podemos hacer algo más, no sé lo que sea… la mujer que donó sus células madres… ella puede ayudarnos…--el hombre niega algo apenado a las palabras de mi madre. Y en ese momento sé que no dirá nada bueno para nuestras esperanzas

--Lo lamento señora White… pero ella ha salido de la lista de donadores, debido a que ya donó su médula ósea hace poco, por lo que para volver a donar, tendrá que hacerlo hasta por lo menos unos cinco años…--y hasta hay resisto, no lo soporto más y sollozo, al fin salen las lágrimas que tanto he intentado controlar, mi vida ha acabado justo en este momento, mis hijos morirán y yo no puedo hacer nada para detenerlo, quiero morir con ellos, quiero solo ahogarme en mi dolor y volver a saber de absolutamente nada, en lo que mi madre de nuevo da un apretón en mi mano e intenta tranquilizarme, pero yo solo quiero quebrarme y hundirme en mi sufrimiento, mientras con todas mis fuerzas lucho por encontrar la manera de fundir a mis hijos en mi cuerpo y lograr alejar todo mal de ellos, si tan solo pudiese hacerlo, si tan solo pudiese encontrar la manera de librarlos de esto de nuevo, lo haría, lo haría, incluso si con ello yo muriese en el intento

--Gabi… ya no llores por favor hija, encontraremos un donador, ya lo veras, por favor ya no llores más te lo pido…--intento controlarme, pero cada vez es más difícil, cada vez más se presenta algo nuevo y aquello me destroza por completo. Hace seis años volví de un intercambio de Rusia completamente destrozada, en lo que el chico del que me había enamorado, me había demostrado de la manera más terrible y sanguinaria cuál era su verdadero ser, era algo horrible, la verdad aun sueño con aquella noche, aún tengo pesadillas con él y con aquel hombre. Por lo que podría llegar a decir que mi mayor miedo además de llegar a perder a mis preciados hijos es llegar a verlo de nuevo, no había duda que aquel cariño y amor que salía por cada poro de mi piel hacia a aquel, se había convertido en miedo y asco, aquello fue tan traumatizaste que mis padres optaron por hacer que mi regreso fuese de manera inmediata y me había enviado con psicólogos por meses, pero al parecer no había regresado sola, ya que a las semanas de mi regreso me había enterado que estaba embarazada y no solo de uno, si no de dos, en aquel momento estaba tan asustada que no negaré que pensé en abortar, estaba embarazada del hombre al que le temía, no digo que él me haya violado, pero estaba tan asustada que ellos se parecieran a él, que no me sentía para nada capaz de poder manejar aquello, fue un gran alivio que mis padres nunca me juzgaron, solo era una adolescente de dieciséis años que estaba embarazada y sus padres habían apoyado, estoy tan agradecida con ellos por todo lo que hacen por mi sin dudar un solo minuto, que juro por mi vida que nada es suficiente para lograr pagar aquella gran deuda que tengo para con ellos

--Señorita White… por favor no desespere, buscaremos la manera de que sus hijos sobrevivan de este horrible momento—el hombre canoso me habla con tranquilidad, lo cual me desespera aún más, juro que solo quiero golpearlo por ser tan jodidamente tranquilo, cuando mis hijos están muriendo, está bien… sé que no es su culpa, pero como odio la falsa compasión, como odio cuando te observan como si tuviesen la solución a tus problemas, cuando la verdad es que no se acerca ni un solo poco y más cuando te observan como si lograran entender tus sentimientos, cuando en realidad nadie es capaz de lograr sentir aquel sentimiento que te invade solo a ti

Bajo la cabeza y allí lo veo a él, quien está tan cansado por aquella quimio que acabó de recibir, que me llena de un gran retorcijón en mi corazón y un enorme hueco en mi estómago, por lo que solo acaricio su bella mejilla, mis pobres bebés están muriendo y yo no tengo la menor idea de cómo ayudarlos, cuando mis bebés tenían dos años enfermaron y habían dado positivo con leucemia, aquello fue un golpe tan brutal para mi familia y para mí, que nos sentimos derrumbar y es que nosotros estábamos locamente enamorados de aquel par de chiquillos que hacían nuestras vida cada vez más colorida.

Pero entonces primero enfermo Lukyan, fue tan lamentable, me sentía tan mal y como si aquello no fuese suficiente. a las semana mi bella Life se había enfermado de igual manera, aquello ya no era un chiste, era un castigo divino, me odiaba, lo odiaba, debido a que solo llegaba a la conclusión que mis hijos sufrían por sus actos de porquería, como odiaba aquel hijo de puta que plantó la semilla de mis bellos hijos en mí, dentro de mi cabeza y mi ser solo había un único culpable, solo era culpa de él la enfermedad de mis hijos, lo odiaba y aun lo hago: y al parecer moriré con aquel sentimiento hasta el final de mis días

--¿Hay algún donador que nos pueda recomendar…?--decido por fin hablar para saber qué podemos hacer, a lo que hombre revisa en aquel computador que posee y al parecer no me dará buenas noticias, ya que pude notar en su expresión tan corporal y facial cambiaban casi de inmediato, observe como sus cejas se fruncen y sus facciones se tensaban a cada segundo, al parecer este ridículo hombre no tiene buenas noticias para mí en lo más mínimo, carajo… debería dejar de tratar al doctor de mis hijos de aquella manera; y es que él no es su culpa, pero si me sirve de consuelo. Poseo tanta frustración, que al parecer mi cerebro solo me indica que me desquite con él y quizás pueda sentir menos culpa por no tener al verdadero causante de las desgracias de mis hijos frente a mí, para lograr decirle todo aquello que llevo muy dentro de mi

--Lo lamento señora White… al parecer no lo hay… le sugiero que hable con el padre de los niños, usted más que nadie sabe lo complicado que fue encontrar aquel donante hace unos meses, fue un milagro lograr encontrarlo…--si, lo olvidaba. hace unos meses habíamos encontrado por fin al donante de células madres para el tratamiento y mis hijos según este hombre habían logrado superar el cáncer, aquello fue una felicidad absoluta para nosotros, pues lo habían logrado, habían logrado vencer en menos de dos años aquella maligna enfermedad, pero solo habían pasado más de dos meses de la recuperación final, cuando el maldito cáncer los invadió de nuevo y ahora más agresivo que anteriormente, al parecer yo no tenía mala suerte, o más bien, la mala suerte me poseía a mi

--Ya le hablé sobre ello, no tenemos ningún contacto con él, ¿sabe qué? no importa, le agradecería que nos ayudará a colocar a mis hijos en lista de espera por favor… pero debemos colócalos como prioridad--el hombre asintió ya algo cansado al igual que yo, ya que siempre tenemos la misma conversación de porquería sobre el padre de mis hijos, pero este personaje, a pesar de tener un doctorado y no sé qué más tonterías, parece no entender que no llamera aquel monstruo.

Salimos del hospital mientras mi madre, Discute una y otra vez del por qué aquel doctor no hace su trabajo y deja de juzgarme con la mirada, por no tener al padre mis hijos conmigo y mandarme a buscarlo cada que se presenta la oportunidad, la verdad es lo que hace constantemente, en lo que yo solo estoy en silencio mientras acomodamos a los bebés en cada una de sus sillas, con mucha delicadeza al lograr notar como estos se encuentran aun completamente dormidos y agotados; es completamente entendible saber que no tienen ánimos ni siquiera para levantarse mientras los dejamos en aquel lugar, por lo que solo optamos por dejarlos descansar y rogar a que en bien despierten no sea tan agresivos los efectos secundarios de aquel horrible calvario por el pasamos cada día al salir de este tétrico lugar, al que todos llaman lugar de sanación

--Te juro que muchas veces me sueño dándole un puñetazo en su fea cara…--al parecer mis pensamientos hacia nuestro oncólogo son los mimos que los de rosario de White, una mujer de cabello negro ondulado y ojos muy iguales a los míos, su piel color canela y un cuerpazo que a simple vista no aparenta los cuarenta y tres años que posee, alguien que no le cuesta decir lo que piensa y una madre incondicional. Aquella es mi madre, la mujer que más he logrado admirar en toda mi vida

--Tranquila Rosy… no eres la única que desea hacerlo, una vez escuche a Zack decir que deseaba golpear al susodicho por la misma razón…--mi madre da una gran carcajada mientras conduce el auto hacia nuestro hogar, en lo que aún recuerdo el gran enojo de mi hermano mayor al escuchar decir aquellas palabras, miradas y actuaciones despectivas de aquel cuadrado hombre que se hacía llamar nuestro doctor

--Es que se lo merece…--mi madre se queda en silencio por un momento al parecer pensando en algo que posiblemente, dirá y me disgustara, sé muy bien que desde hace días desean decime algo referente a los gemelos, lo sé porque mi padre y hermano actúan igual a como ella lo hace en este preciso momento—deberíamos ir a otro hospital, uno más especializado, estaba pensando en viajar a New York, el memorial sloan es uno de los mejores hospitales de oncología que hay en el país, cariño tu padre y yo lo hemos estado pensando y queremos que viajes allí—observo a mi madre sin dar crédito a las palabras que acaba de decir, pues es más que obvio que no lo hare, amo a mis hijos, pero New York, es una de las ciudades más costosas que hay y ya hemos gastado una fortuna en todo referente a los gemelos, no podemos darnos ese lujo, a lo que doy un gran suspiro y niego ante aquellas palabras, pues es más que improbable que lo hagamos

--Mamá ya hablamos de ellos… no tenemos el dinero para hacer aquello, por Dios, yo trabajo en una empresa en donde me pagan lo justo y con ello pagamos las medicinas de Lukyan y Life, mami… no podemos… estoy muy agradecida con ustedes por todo lo han hecho por mí, pero no permitiré que gasten más de lo que tienen…--mi madre se queda en silencio, ya que sabe que hablo con la verdad y no importa en lo más mínimo si aquella hace un berrinche, lo único que logrará conseguir es que me burle de ella y no le preste la mayor atención

Mi vida al lado de mis hijos ha sido maravillosa, y aunque hemos pasado por mucho, cada momento que recibo una sonrisa y un fuerte abrazo comprendo que fue lo mejor que pude hacer en mi vida, pues ello son lo único que tengo y sin ellos mi vida no sería absolutamente nada, por lo que luchare, luchare hasta el final por ellos, y por esa razón haré lo menos espere hacer, sé muy bien que una vez juré no recorrer a él, pero al parecer es mi única opción, al parecer no escuchare aquella voz que siempre se repite en mi cabeza una y otra vez, hare lo que un madre debe hacer por sus hijos y aquello es, todo lo posible para que lograr la mejor vida para ellos y en mi caso, para conseguir que ellos vivan una vida larga y llena de muchas bendiciones

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