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“Capitulo 1”

Todos alguna vez nos sentimos insuficientes para alguien, algo remplazable.

Narra Emma:

Hoy se supone que será un nuevo día, un “maravilloso” día, la verdad para mi es solo otro día, diferente mierda.

Me quede hay en mi cama sin ganas de nada, mirando el techo y pensando que es lo que iba a ser de mí. Mi hermano como siempre de metiche entro a mi cuarto sin tocar la puerta.

-Hola mi princesa -habla con voz de ternura.

-No soy una princesa -le respondí toda seca -te he dicho que no entres a mi cuarto sin tocar.

-Perdón, es que estoy emocionado porque hoy entraras al liceo -se sienta al lado de mí.

-Que tiene de emociónate si me volverás a negar como tu hermana -lo miro de reojo.

-No es eso, solamente… -no encontró las palabras, por lo tanto, yo hable.

-No vas a venir con falacias, yo no soy la pendeja de 10 años que te creía todo, ahora mas que nunca me doy cuenta que solo les doy vergüenza.

-No digas eso, solamente no quiero tener mala mi reputación -sonríe.

-Lo se nadie querría ser amigo de una gorda como yo.

Narra Emma:

La verdad ya me acostumbré esto, en la casa Erick siempre me trataba como su princesa, como su hermana menor, pero siempre que estábamos en otro lugar, en el colegio, el centro o cualquier otro lugar me negaba, y pues lo entiendo nadie querría estar asociado con una gorda.

-Te voy a pedir que te retires de mi habitación, me voy a comenzar alistar -le hable fría y sin ganas de nada.

-Okei, te esperamos a bajos -sonríe.

Narra Emma: Elegí mi ropa, una polera grande (así no me veía tan gorda) unos jeans negros y unos tenis, cuando iba ir al vestirme al baño de mi habitación me quedé plasmada en el espejo del baño.

Mis ojos se llenaron de lagrimas al verme, no quiero ser así, no quiero lucir así, no quiero ser solo grasa, no, no quiero, no me gusta nada que hay en mí. Tape mi cara con mis manos y comencé a llorar, siempre trate de tener buena autoestima, pero los comentarios de la gente respecto a mi físico, asían que cada vez me odiara más.

-Hermanita apúrate por favor -Grita desde fuera de mi habitación.

-Ya voy -le grito mientras limpiaba mi rostro, termine de vestirme y coloque un poco de maquillaje en mi rostro (rimen, encrespado y un poco de labial) Ya estaba lista y baje, ahí se encontraba mi hermana con su IPhone cruzada de piernas mostrando el abdomen.

-Ya llegaste, tanto te demoras pepa -Hablo la castaña sin despegar la mirada de su celular.

-Solo fue un pequeño retraso -trate de responder lo más tranquila posible.

-Bueno no te juzgo con esa pansa que tienes ¿Quién no se demoraría? -Hablo burlonamente parándose del sofá.

-Zarina te puedes calla -la reprocho mi hermano.

-Nos vamos por favor -hable para terminar la pelea ridícula.

-Una sola cosa, yo no voy a llegar al liceo con esta -me apunta.

-Emma te iras en taxi -Hablo mi mama.

-Pero ¿Por qué mama? Vamos al mismo lugar.

-Ya escuchaste a tu hermana no quiere llegar con Tigo y si no quieres irte en taxi te iras a pie. -Mire a Erick tratando de decirle con la mirada “Llévame tu”.

-Bueno, yo me voy porque llego tarde -Hablo mi hermano agarrando las llaves de su auto, todos tenían su vehículo propio experto yo. Mi madre me dio el dinero para irme al taxi, no me gusta salir en taxi porque la gente me mira raro y murmura cosas, algo que me hace sentir mal e incómoda. Al llegar al liceo los nervios me invadieron las personas me comenzaron a mirar algo con desprecio, hubo dos chicos que me llamaron la atención, uno que tenia rulos, y otro que tenia su pelo liso y algunos visos en su cabello.

-No sabía que vendría la pepa pig -Murmura el mayor de los hermanos Vélez.

-Pues ya está aquí -Habla serio.

-Te tengo una propuesta -Sonríe con esa malacia.