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Una flor marchita...

Dayana estaba en el suelo, sentada abrazando sus piernas, tenía la mirada fija en la pared, de al frente, tenía una mirada tranquila y una actitud serena. Alexander sintió pena por ella y se preocupó, ya que esa actitud de ella no la esperaba, así que asumió que solo trataba de reprimir la tormenta que se estaba desatando en su interior.

- Yo... Lo siento mucho, si quieres ir y encarar a ese desgraciado yo...

- No se preocupe, no es necesario llamaré a un taxi para que venga por mí.

- No, espera deja me cambio rápido yo te llevaré a tu casa no me tardo

Alexander camino rápidamente hacía su habitación, Dayana seguía estática sin moverse, su cuerpo se sentía pesado, decir que dentro de ella se desataba una tormenta era poco, en su interior había todo tipo de desastres naturales azotando todo su ser.

Con pesar se levantó del suelo, tomo su pequeño bolso que había dejado en el sillón, risas provenientes del pasillo por el que Edgar acababa de desaparecer la hicieron voltear, sonrió con amargura al recordar que había considerado la loca idea de tomar en serio su relación con ese hombre.

De repente la puerta de la habitación del pasillo se abrió, Dayana se puso en alerta, pero se mantuvo quieta.

- Espera linda, iré por unas cervezas a la cocina y a decirle algo a mi padre ya vuelvo...

El corazón de Dayana empezó a latir rápidamente, si Edgar solamente fuera a la cocina ella podría esconderse en la sala, pero también iría a la habitación de su padre así que si o si pasaría por donde estaba ella y la vería.

Sin más opciones a donde más ir Dayana fue hacia atrás a la habitación de Alexander, se detuvo en el pasillo, escucho las pisadas de Edgar mientras silbaba, a ella la invadió una gran necesidad de ir a golpear a ese chico idiota. ¿Pero en verdad valía la pena rebajarse a tanto por una basura como él?

Dayana caminó rápidamente hasta el final del pasillo, la puerta estaba entre abierta así que sin más entro y cerró la puerta recargando su espalda sobre ella, para su sorpresa Alexander estaba solo en bóxer en medio de la habitación, ya tenía lista la ropa que se pondría sobre la cama.

Al mirar a Dayana dentro de la habitación se quedó estático sin comprender que era lo que sucedía y porque ella parecía esta tan agitada con cierto estado de pánico.

Los silbidos de Edgar quién se acercaba a la habitación hicieron fruncir el ceño a Alexander mientras a Dayana esperaba que la tierra se la tragara o que tan siquiera pudiera desaparecer de repente.

Miró desesperada por toda la habitación, a su lado izquierdo había una puerta alta, era un armario, que tenía camisetas colgadas, sin decir una palabra Dayana entro en él para esconderse, tenía unas rendijas delgadas y largas por las cuales podía ver hacia afuera.

Alexander miró a la chica esconderse rápidamente en ese ropero, al cabo de pocos segundos entro Edgar a la habitación, andaba solo en bóxer al igual que Alexander, al verlo Dayana cerro los ojos con fuerza.

- ¿Vas a alguna parte?.- Edgar preguntó a Alexander al mirar la ropa que tenía sobre la cama

- Eso a ti que te importa ¿Qué haces aquí? ¿Por qué demonios entras sin tocar mocoso?.- Alexander estaba furioso con él, Edgar simplemente empezó a reír.

- Ya Alex tranquilo sé que vas a alguna de tus cacerías nocturnas por una mujer para pasar la noche...

- Si vienes a decir estupideces solamente lárgate si no quieres que te saque a patadas

- ¡Ya hombre! Que genio... solo venía a pedirte un favor, dame algunos preservativos te los repongo luego los míos se terminaron.- Alexander observó perplejo a Edgar, su mirada voló hacia el armario, y pensó que la chica en su interior estaba muerta de ganas de salir y estrangular a Edgar seguramente.- ¿Están aquí?

- ¡No!.- Alexander grito rápidamente, ya que Edgar iba rumbo al armario porque lo miro observando a esa dirección, se inclinó para abrir la cajonera al lado de la cama, cuando de repente miro molesto a Edgar.- Espera... Dijiste que quieres más, pero esa chica de tu cuarto no es tu novia

- ¿Y eso que?

- ¿Como que y eso que? ¿Cómo puedes estar engañando a tu novia, estar con ella y después meterte con otra mujer?

Edgar cruzó los brazos sobre su pecho, mientras reía divertido, Alexander no le encontraba la risa así que lo miro mal.

- Yo no tengo relaciones con mi novia si es eso a lo que te refieres con meterme con ella y después con otra mujer... mi novia es una apretada que no quiere complacerme por más que lo intente, y yo tengo necesidades, además esa mujer no me interesa, no tengo idea porque tantos hombres en la universidad quieren salir con ella, quizás porque les parece interesante el hecho de que nunca la han visto con alguien, pero no tiene nada interesante, ninguna cualidad que la haga resaltar, solo es una mojigata, una más del montón, es aburrida y tonta, además de amargada, no es de esas mujeres que deslumbran con su belleza y personalidad ella es como una flor marchita en todos los sentidos.

Alexander se quedó boquiabierto ante el montón de estupideces que acababa de escuchar, se había dado cuenta de que el grado de idiotez de Edgar era mayor a lo que pensaba.

Dayana estaba dentro del armario con ambas manos a los lados echas puños, tenía un semblante frío, pero en sus mejillas corrían lágrimas silenciosas, era el segundo hombre que la hacía derramar lágrimas.

Una mirada llena de odio cruzó por los ojos de Dayana, tenía la mirada fija en la espalda de ese idiota frente a ella, sus palabras se repetían una y otra vez en su cabeza como si se burlaran de ella.

"No tiene nada interesante, ninguna cualidad que la haga resaltar, solo es una mojigata, una más del montón, es aburrida y tonta, además de amargada, no es de esas mujeres que deslumbran con su belleza y personalidad ella es como una flor marchita en todos los sentidos" ...

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