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¿¡Me esta gustando mi novio?!

Las luces y sonidos de las sirenas llenaban toda la calle, ya se le hacía mucha belleza a Dayana que simplemente le dieran una patada en el trasero a Edgar para sacarlo como las veces anteriores.

Un oficial tenía sometido a Edgar mientras lo revisaban, ella tenía unas enormes ganas de ir a abofetearlo una y otra vez por su comportamiento impulsivo e idiota.

- ¡Suéltenme! ¡Ese tipo empezó!

Edgar arrastraba un poco las palabras mientras gritaba como un completo loco, el exceso de alcohol en él era evidente en su voz. En cuánto terminaron de revisarlo el oficial le puso las esposas, cuando lo levantó para meterlo a la patrulla él miró a Dayana, ella tenía sus brazos cruzados sobre su pecho mientras lo miraba molesta, pero él ya estaba acostumbrado a eso.

- ¡No te preocupes por mi hermosa! ¡Mi padre me sacará de aquí como por arte de magia! ¡Tú ve a descansar nos vemos mañana en clases!

Edgar le dedicó una sonrisa pícara a Dayana antes de ser metido en la patrulla, el cabello rubio y lacio de él estaba completamente revuelto, sus ojos azules estaban un poco rojizos de las orillas, pero aun así se miraba muy atractivo.

El corazón de Dayana se aceleró un poco, pero se recompuso casi al instante, saco su celular para pedir un auto que la llevara a casa, pero en cuanto estaba poniendo la dirección, pensó en Edgar y lo que le dijo antes de que se lo llevaran.

El padre de Edgar era un hombre ocupado, que ella a pesar de tener 10 meses saliendo con él jamás lo había visto, en ocasiones que visito su casa y el señor se encontraba ahí estaba tan ocupado trabajando en su estudio que jamás salió.

"¿Y si su padre está tan ocupado que no puede ir por él?"

Dayana pensó... sin quererlo estaba preocupada por Edgar de que pasara mucho tiempo detenido, torció los labios un poco y miro al cielo nocturno mientras cerraba con fuerza los ojos.

Al final se decidió en ir por él y pagar la fianza para sacarlo, así que cambió la dirección para ir por Edgar a la delegación.

...

De camino al lugar se puso a pensar en Edgar, en como últimamente se estaba preocupando más por él, en como estaba teniendo cada vez más paciencia con él y eso ya era decir mucho...

Pensó en las veces que habían ido a comer, salidas al parque, al cine, los detalles que él tenía con ella y las frases bonitas que él le decía. Al pensar en todo eso el corazón de Dayana empezó a latir con un poco más de fuerza y empezó a sentir un extraño calor en su interior.

Ella era consiente de las intenciones iniciales de Edgar en la relación así como ella tenía las suyas, pero pensó que quizás con el tiempo que llevaban juntos las cosas estaban cambiando, así que empezó a dudar y a considerar la posibilidad de tomar más en serio su relación.

Al llegar a la delegación se apresuró a llegar a la recepción para preguntar por él, a pesar de tener una actitud fría y serena, por dentro curiosamente era un manojo de nervios.

- Buenas noches..., disculpe busco a Edgar Escalante, lo trajeron aquí hace como media hora, me gustaría pagar su fianza.

- Un momento por favor...

La chica empezó a teclear con habilidad sobre el computador que estaba frente a ella, en cuestión de segundos encontró la información de la solicitante.

- La fianza de Edgar Escalante ya fue pagada, su padre está dentro en estos momentos con él.

- ¡Oh! De acuerdo gracias...

Dayana le sonrió a la joven y se alejó para recargarse en una pared, no esperaba que el padre de Edgar fuera tan rápido, al parecer lo había subestimado.

Empezó a debatirse entre esperar a verlos salir para mirar a Edgar, pensó que como buena novia debía esperar por él afuera, pero lo más seguro es que el padre de Edgar no iba a estar nada contento con él así que quizás lo mejor era marcharse.

Unas puertas de metal se abrieron y de ellas salió un hombre alto con pantalón negro y camisa de vestir blanca, tenía unos ojos azul oscuro, cabello castaño claro y la piel ligeramente morena.

La recepcionista no pudo evitar suspirar al verlo, y así como admiro su tonificada espalda al entrar al área de celdas, lo observo cautivada mientras lo miraba marcharse.

El paseo su mirada por el lugar y esta se detuvo en una joven de cabello ondulado oscuro y vestido blanco que estaba recargada en una pared, ella estaba jugueteando con su labio inferior dándole golpecitos ligeros con el dedo índice.

A él le pareció algo familiar eso, así que se detuvo a una distancia prudente de ella cuando ya la había pasado y observo su rostro, ella parecía estar sumida en sus pensamientos.

Mirándola detalladamente se dio cuanta de quién era, ya la había mirado varias veces por los monitores de las cámaras de seguridad de su casa, seguro de si, se acercó a ella.

En cuanto pareció oscurecerse de pronto por la sombra de alguien al frente, ella levantó la mirada para toparse con el rostro de un hombre serio y frío pero muy apuesto.

Ella frunció las cejas un poco, el hombre quedó sorprendido ante la belleza de esa joven, ella lo miraba indiferente y a la defensiva, se recompuso de inmediato y él habló.

- Eres la novia de Edgar ¿No es así?

- ¿Y usted es...?

Él estaba más que listo para recibir una respuesta aprobatoria, ya que estaba totalmente seguro que esa chica era la que había visto en su casa, pero en vez de un simple sí, recibió como respuesta otra pregunta con un tono amenazador de parte de ella.

- Yo soy su padre Alexander, lamento no habernos presentado antes...

El hombre tendió su mano para saludarla, ella se quedó perdida por unos instantes mirando a los ojos al hombre, mientras levantaba una ceja...

"¿¡Él es el padre de Edgar?!... No puedo creerlo, se mira tan joven"

Alexander torció sus labios ligeramente, estaba acostumbrado a las miradas de asombro y admiración de las mujeres, más sin embargo Dayana lo observaba con asombro pero un ligero toque de molestia.

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