Sinopsis
Muchas veces creemos que los sentimientos pueden controlarse, somos capaces de pensar que porque hemos esquivado el amor, somos inmune a él, que las personas pasarán por nuestras vidas como pasa un cometa, fugaz; pero no somos capaces de creer que amar a una persona o no sale de nuestro control, el cerebro entiende lo que quieras, el corazón no; y sí, puedes ordenarle a tu cerebro que no se acerque a alguien pero no puedes obligar al corazón que no sientas cosas cuando te gusta de verdad. Que te guste mucho alguien solo es un paso, un paso a querer pasar mas tiempo con esa persona, a empezar a sentir esas llamadas "maripositas en el estómago" ; ahí, justamente ahí, ni siquiera serás capaz de controlar tu cerebro. La ciudad de San Francisco vuelve a convertirse en escenario del surgimiento de una historia intensa y de dos personas que siendo completamente desconocidas se vuelven estrepitosamente muy cercanas. Liam, el guapísimo CEO en diseño de modas, irresistiblemente soltero y sin ningún tipo de interés en el amor. En él la belleza, el sexo y el talento alcanzan su mas alto nivel. Dicen que "si no has pasado una noche con él, no sabes lo que es la vida". Eileen, una chica humilde, trabajadora, sencilla, de corazón noble, sociable, divertida, simpática, de esas personas que con solo conocerlas ya se ganan tu cariño. La vida de Eileen se complica. Tiene una relación con su mejor amigo Jack, pero es Liam quien provoca escalofríos en ella. Ella intenta hacer lo correcto, pero Liam le complica siempre las cosas.
1. Eileen
—Andrea —le grito a la loca de mi amiga, mientras suelto el delantal y vuelvo a mirar el reloj—, se me olvidó Jack.
Ella pone cara de no entender nada.
—Quedamos en vernos a las cinco —le digo—. Son las seis ya.
Ella me dedica un mohín.
—¿Qué importa Jack? —dice entre risas—. Salgamos hoy, tu y yo —comenta dando una palmada como si se le hubiese ocurrido la mejor idea—. Keira últimamente está muy ocupada con su matrimonio.
—Andrea en primera, Jack es mi novio...
—Un novio que no amas —me interrumpe—. Sabemos que es otro el que te gusta real...
Suena la campana de la puerta de el gastropub. Nuestros ojos ubican a la persona que acaba de llegar. Mi maldito corazón tiene el ritmo acelerado. Parezco adolescente.
—Vale —me dice ignorando que Liam acaba de llegar—. Después continuamos nuestra conversación.
—Tardísimo —digo en alta voz mirando nuevamente el reloj.
Cojo mi bolso y camino hacia la salida. Sin querer choco con Liam.
—Disculpa —le digo, él con su mal carácter no me responde—, estoy algo apurada.
Paso de él. Aprendí a no darle importancia. Desde que lo vi la primera vez me encanta, pero no soy una cría de quince años, no estaré babeando por él. Además, estoy comprometida.
—Eileen —grita Andrea haciendo que voltee a verla—. ¿Pasamos a las diez por tí?.
—Qué no —le grito y me marcho.
Comencemos desde el inicio para que no piensen que soy una loca. Soy Eileen, la chica de cabellos rojizos y piel pálida, delgada, y común, muy común; aunque hay aspectos que pueden hacerme extraordinaria y es contar con mi abuela, mi amigo Jack y mi mejor amiga Andrea, quien tiene una mejor amiga Keira, que también es mi amiga.
Algunas personas dicen que me parezco a Marina Ruy Barbosa, ''la pelirroja'' de Jonathan en Totalmente Diva y María Isis en Imperio; no es que me desagrade esa comparación, pues para mí es todo un placer, pero ella es una reina, literal, y yo solo una mini copia barata, eso es lo que creo.
La parte complicada de mi vida, tener un mejor amigo que hace ya cuatro años se convirtió en mi novio y que me guste otra persona. Esa persona, ya la conocen, el mismísimo Liam.
Lo primero, ¿por qué soy novia de Jack?. Jack es mi amigo de la infancia, lo quiero muchísimo, pero no lo veo con esos ojos de amor. Resulta que me ha apoyado muchísimo, es tierno, cariñoso, atento, es una persona maravillosa, pero aún así, no sé por qué nosotras las mujeres nos encaprichamos con los fuckboy. Jack hace cuatro años confesó su amor, me pidió una oportunidad.
¿Por qué acepté? Por la emoción de nuestras abuelas, me pidió que fuera su novia después de un discurso precioso delante de las personas que queremos. ¿Cómo rechazarlo? ¿Cómo decirle que no y hacerlo sufrir? Si ha sido él quien más me ha apoyado y tratado de hacerme feliz.
En estos cuatro años no he logrado enamorarme. Lo quiero muchísimo y no puedo evitar que mis ojos expresen el cariño que le tengo, porque la verdad es que importante en mi vida si es, pero no logro enamorarme.
Liam, ese tipo arrogante, egocéntrico, engreído, jodidamente sexy hasta decir basta y esa cualidad que debe ser crucial para tener a más mujeres de las que debería detrás: mujeriego.
Sí, escucharon bien. No sé si a todas les ha pasado, pero creo que si hago una encuesta la mayoría es que sí. Si tienen dos opciones: la primera un chico tierno y locamente enamorado, que está constantemente demostrando lo que siente; la segunda, el mujeriego, cabrón, sexy, que no demuestra que le importas, que tiene montones de chicas detrás, que vive solo por él; creo que la gran mayoría va hacia la segunda opción ¿no?. Mientra menos te escribe, más te gusta, mientras menos te demuestra lo que siente, más te gusta, es así. Eso no es del todo masoquismo, es la realidad. Ya especifiqué anteriormente que no me refiero a todas, pero una gran mayoría sí.
¿Dónde entra Liam?
Lo conocí una noche en un club, fue ahí donde lo vi por primera vez. Estaba ahí con Andrea y sus amigos. Andrea me llamó y ahí me ''embarque''. Sonrío al recordar las palabras de Andrea.
Esa noche Liam no dejó de mirarme. Estaba encantada, porque a decir verdad alguien tan común como yo, que sea el objetivo de su mirada, es un honor. Para resumirle el cuento, acabó marchándose con dos chicas. Sí, dos, como si una no hubiese sido suficiente.
Después de esa noche, he coincido más de tres veces con él y siempre es lo mismo. Su mirada impertinente y la noche acaba con una chica en sus brazos.
Es esa mirada, tiene que ser eso lo que me gusta y me da tanta curiosidad, porque no hemos cruzado más de unas palabras.
Jack me hará bien —pienso entrando a Delancey Street Restaurant.
Él no estaba ya, con razón, me he tardado mucho.Camino nuevamente hasta la salida. Él pone mucho empeño en nosotros, por tanto no me gusta hacerle desplantes cuando se le ocurre un plan.
—Ei —escucho la voz de Jack.
—Jack —lo abrazo—. Disculpa por llegar tan tarde, tuve mucho...
Su mano agarra la mía. Mis palabras se quedan en el aire. Él es apuesto, es atento, es cariñoso. De seguro tiene opciones, muchas, en su trabajo.
—Tranquila, he esparado. Sé que estabas trabajando.
Ven, no miento cuando digo que es un amor de persona. El chico más increíble que haya.
Pero...¿y la mirada sensual?
—Me voy a volver loca —sin querer acabo de decir eso en voz alta. Jack acaba de mirarme con asombro.
—Loca de amor por ti —digo para justificar lo que acabo de decir arriba y resulta que acabo de tapar una estupidez con otra.
Jack sonríe emocionado.
¡Puede funcionar! Jack es bueno, debo darle la oportunidad a él y dármela a mí. La mejor opción es dejar de compararlo con Liam.
Hay una cruel realidad en esto. Y es que si realmente hubiese estado enamorada de Jack jamás me hubiese fijado en Liam.
—Eres tan hermosa —comenta.
Mierda. Cómo el: ''con ese vestido puedo llegar muy rápido a tus bragas'' (la única frase que me ha dicho Liam), puede provocar más impacto que esto.
Definitivamente estoy jodida.
Tierra trágame ya.
Al principio eran más llevaderas las cosas, los besos, las miradas, los planes, todo con Jack se hacía más fácil tratar. Sin embargo, desde que conocí a Liam, me cuesta un poco o mucho más las cosas con Jack.
¡Siento que no estoy donde quiero estar!
La cena con Jack, fue tranquila. Conversamos de cómo me había ido durante el día. Jack no dejaba de mencionar lo feliz que estaba de tenerme como novia y de haber conseguido un puesto como abogado en el mejor bufete de la ciudad.
—Ei, no me tomes esto a mal —comienza a decir frente a la puerta de mi casa—, pero llevamos tres semanas sin hacer el amor y me estoy volviendo loco ya por las ganas de tocarte.
Es cierto. Pero, es que no me apetece. No logro mirarlo a los ojos con pasión y deseo. En la cama me tiene como un cristal. Me estoy empezando a frustrar, llevo cuatro años en esto, la verdad. No quiero ser mala persona y hacerlo sufrir, por ello acepté esto hace cuatro años y sigo, porque él jamás me ha hecho daño, al contrario, siempre ha velado por mi felicidad. No puedo comportarme diferente.
Por otra parte, en la cama me tiene como un cristal. Y yo siento que necesito más.
—Disculpa Jack, el cansancio puede conmigo. Podemos dejarlo para otro momento.
—Ok —contesta.
Me despido de él y entro a mi casa. En mi interior me siento algo mal por pasar de él así. Sé que tiene necesidades. Han sido cuatro semanas.
—¿Cómo te fue hoy? —pregunta mi abuela dejando un cálido beso en mi mejilla.
—Normal —digo como si fuese obvio—. Iré a darme una ducha.
—¿No vas a comer? —pregunta.
—Ya comí con Jack —respondo, mi abuela sonríe.
Mejor doy una ducha y me pongo mi pijama. Estoy cansada, pero aún así, me detengo a revisar Instagram hasta que los ojos se me cierran.