Capitulo 1
Maldición, ¿qué ocurrió? Rasco mi cuello sintiendo el dolor en mi brazo, observó el rasguño que esa bestia me hizo y un escalofrío me congela en mi lugar.
Paso mis dedos por el rasguño sintiendo aún más fuerte escalofrío recorrer mi cuerpo.
Suspiro por el dolor que transmite al solo mover mi brazo y niego, frunzo mi ceño recordando quién fue el maldito que me hizo esto.
Me incorporo y camino hacia la puerta esperando que esta esté abierta, pero no, pateó la puerta cuando no logro abrirla.
Bufó enojada por haber vuelto al mismo lugar, se enojará por lo que hice.
Claro que lo hará, ¿me matará?
Escape de la casa de reposo mientras hacían el procedimiento básico para mi ingreso al ministerio real, lo único que sé de él es que es alto, rudo, y sádico.
¿No se habrá enterado de lo que hice?, es una persona ocupada no creo que tenga tiempo para mí.
—Esquivaste toda mi seguridad. ㅡ parezco gelatina de tanto temblar, nunca había estado en su presencia, pero tenerlo solo a mis espaldas me da miedo y me hace temer por mi vida.
Me giro lentamente temerosa de lo que pueda suceder, pero si le doy la espalda sería peor.
Aquí nos educan para ser obedientes y no prestarle atención a él Alpha solo empeora la situación en la que estés, sus ojos me miran y yo retrocedo.
— Me dirás quien te ayudo a escapar o quieres que yo lo averigüe.—Trago la saliva atorada en mi garganta, niego colocando mis brazos como barrera entre él y yo.
—Te comieron la lengua.
— Y-y-yo sola e-escape señor
ㅡ NO me digas señor
Lanza la mesa al lado mío, gritó asustada abrazándome hacia mí misma pensando en que me hará algo.
Lo miro asustada mientras trato de respirar con normalidad, sus ojos se vuelven rojos aterrándome aún más haciendo que mi pulso incremente.
—Crees que soy estúpido. ㅡEntrecierro mis ojos cuando se acerca más a mí. ㅡTe di una oportunidad ahora ellos morirán por tu culpa.
— ¡No! —Grito asustada.
Me aferro a él cerrando los ojos, no quiero que nadie muera por haber intentado escapar, escucho un gruñido y me separo de él.
Bajo mi rostro y sus manos agarran mi mentón alzando mi rostro.
—Lo siento, Alpha fue mi culpa. — Murmuró.
Bajo mi rostro siguiendo las reglas, siento su respiración en mi cabello erizando mi piel por completo haciéndome sentir un cosquilleo extraño en mi pecho.
Si no hubiera sido por esa vieja
hubiera escapado por fin, no estaría aquí temiendo por mi vida como en este preciso momento en el que mis piernas se vuelven débiles por la presencia de él.
De ese hombre guapo, que por su naturaleza extraña tiene unos genes tan irreales.
—Si tienes una falta más tú serás la que esté en el calabozo y no todos los que te ayudaron me has causado muchos problemas sabes cuanto tengo que arreglar para que tu aceptación sea estable y no duden.
—Yo no quiero. ㅡAgarra mi rostro con fuerza, lo alza lastimándome obligándome a mirarlo.
— Alguien pidió tu opinión, eres mía eso te lo han dicho ¿eh? — Asiento levemente, me mira con su fría mirada. — No sabes cuanto espere para verte, serás una buena luna o no me servirás.
— Si, Alpha. ㅡSusurro para que me deje en paz.
Nos fulminamos uno al otro el odio es más notable de mi lado que del suyo, pero eso no quiere decir que no haya nada de odio en su mirada para mí, le he costado mucho dinero.
Soy la joya de él y eso tiene un precio en esta academia de joyas humanas donde nos quitan la libertad.
— No pensé que la primera vez que te viera fuera de esta manera, y no es mi momento favorito. ㅡ Murmure con enojo, como sin saber que escape de él le enojara.
—Estaré unas semanas aquí viendo tus mejoras y si no las noto yo mismo me encargaré de tu castigo.
Sonríe cínicamente, pasa sus dedos por mi mejilla estremeciéndome por su toque cálido.
Algo que solo me hace sentir cosquillas, su dedo baja por mi mentón hacia mi clavícula, miro sus ojos admirando la oscuridad infinita en ellos algo que me da miedo.
-—Tendrás cuatro semanas para cambiar tu forma de ser y portarte bien ante todos, te irás junto conmigo y mostraras una sonrisa. ㅡ Agarra mis hombros y jadeo por el dolor en mi brazo causado por los rastreadores que mandó a que me buscaran.
Observa la herida y su fuerza incrementa de cierta forma, pero
sin hacerme algún daño más, su rostro fruncido detalla el enojo puro a segundos de estallar.
Se aleja de mí y sale del lugar azotando la puerta con enojo y con eso solo me asegura que alguien morirá si se atraviesan en su camino.
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Observo mi alrededor y por cortos segundos miro la ventana espejo por donde siempre me observan, sé que él está ahí y sé que le enojo lo que me hicieron.
También, le ha enojado lo que he hecho y conocerlo por esto solo me congela la sangre.
Soy una de las pocas que tiene una etiqueta que dice peligro en la frente, suspiro un poco y miró mi brazo.
La puerta es abierta y por ella entran los científicos, un temblor aparece en mi cuerpo cuando se acercan a mí.
Soy una humana y para ellos soy su nuevo objeto de experimentos si mi dueño me deja aquí por no ser buena para él, esa es la única razón por la que trato de ser una buena joya.
Miro la jeringa y cierro los ojos asustada, siento el pinchazo sobre la herida y hago un esfuerzo para no gritar.
Definitivamente, no fue la mejor opción escapar, puede que sea sencillo estar a su lado y terminar con lo que el destino me destino sin haber nacido aún.