Capitulo 5: —¿De verdad?.
Capitulo 5.
—No lo son.
—Ven. —tomándola de la mano la llevo de regreso a la cama, quitó la bandeja y la dejó en la mesa—. Túmbate sobre tu espalda.
Nerviosa, ella hizo lo que se le pidió.
Acostándose de espalda en el centro de la cama abrió levemente sus piernas. Ella se sentía como una paciente siendo examinada por el doctor; solo que esta vez era ella la tenía que ir explicando la anatomía de su cuerpo.
—Abre más. —ordenó Drak con su mirada fija en su entrepierna. Abrió todo lo que pudo—. Eres rosada y no tienes pelo.
—Oh, lo tengo es solo que está rasurado. —sus mejillas ardían—. Y supongo que soy rosada.
Drak se subió a la cama abriéndose camino entre sus piernas abiertas. Sus manos tocaron los pliegues de su coño exponiéndolo más, haciendo que su cuerpo se tense.
—Nuestras hembras no tienen pelo en esta zona. ¿Que es esto?. —toca su clítoris con la punta de un dedo áspero. Gimiendo, Karen trata de controlarse.
—E-ese es mi... Mi clítoris. Es donde se encuentra nuestro placer.
—Las hembras de mi planeta tienen esto, solo que no está afuera, está muy adentro de ellas y es más grande solo se puede llegar a ese punto cuando las montamos.
Sigue con su exploración, moviendo su dedo a su abertura ya mojada.
—E-eso de lo que hablas es el punto G y nosotras también lo tenemos y es muy fácil llegar a ella con solo meter el dedo.
—¿De verdad?.
Parecía sorprendido por saber que podía darle placer con solo meter sus dedos dentro de ella.
¿Cómo le daban placer entonces a sus mujeres? Esa pregunta rodó por su mente. Solo esperaba que no fuera una raza primitiva.
Karen cubrió su rostro avergonzada, ocultando también una sonrisa nerviosa, de que estuviera haciendo esto con un hombre que obviamente no era uno pero que estaba muy cerca de serlo.
Mirándolo de nuevo vió que esperaba una respuesta.
—Si. De verdad. En realidad hay muchas maneras de dar placer. —agarrando sus propios senos tocó los pezones—. Éstos nos proporciona placer al tocarlo de esta manera o de la manera que quieras, volviéndonos muy receptivas.
«¡Dios mío, que cosa tan más complicado de explicarle a un sujeto (Alien)!» pensó ella.
Cómo también quería que la nave se abriera en dos y el espacio exterior la tragara en su oscuridad.
Rezó mentalmente para que no continuara con las preguntas.
Sacando los dedos del coño de Karen se los lleva a la boca probando sus fluidos. Gruñendo la miró.
—Sabes delicioso. —dice él relamiéndose los labios—. Es fascinante los diferentes que son ustedes las humanas de nuestras hembras.
—Gracias... Supongo. —sus mejillas ardían.
Drak estiró sus manos sobre ella, agarrando sus senos.
—Son suaves y también rosa.
La estaba volviendo loca con su toque ¿Era posible que estuviera desarrollando sentimientos de deseos por él?.
—Espera. Para. —su voz salió patéticamente débil. Ni ella misma estaba segura si quería que parara. Sus largo y ásperos dedos hicieron contacto con su clítoris jugando y burlándose de él. Karen mordió su labio inferior para reprimir un gemido pero no pudo evitar que su cuerpo se estremeciera de placer. ¿Cuánto tiempo había pasado desde que un hombre la tocó de esa manera? No podía recordar y tampoco quería.
Con un rápido y brusco movimiento él estaba encima de Karen obligándola abrir sus piernas para él, cosa que hizo automáticamente para evitar que se las aplastara.
Drak apoyó el mayor peso de su cuerpo en su antebrazo izquierdo para no lastimarla mientras que con su otra mano y ágiles dedos bajaron un poco más hasta la suave y resbaladiza hendidura de su coño mojado, gemidos de placer salieron libres sin poder evitarlos más.
Seguía tocando su ussi y ese pequeño brote que sobresalía de ella.
—Señor de los soles eres, increíblemente hermosa. —su voz salió ronca a causa del esfuerzo que le estaba costando no darle la vuelta y montarla.
Karen se quedó sin aliento al escuchar su voz profunda y vibrante. Abriendo los ojos se encontró con un par de bellos ojos azules brillantes, recordándole una vez más que él no era humano.
Rozo sus labios sobre los de ella y una corriente le recorrió el cuerpo y le hizo preguntarse si él también la sentiría. Siguió bajando hasta llegar a sus senos y llevarse uno a la boca probándolo con esa bífida lengua suya, subió su mano y amasó el que le quedaba libre mientras presionaba su dura erección contra su coño húmedo, estimulándola y llevándola más cerca del borde de un orgasmo.
—Drak.
—¿Si?.
—Estoy... Yo... Voy acorrerme, pará.
Esa declaración solo hizo que aumentará más el movimiento de sus caderas sin importarle que sus pantalones se le mojaran con sus jugos. Besando, lamiendo y mordiéndo suavemente el cuello de Karen mientras amasaba sus senos haciendo que ella gritará de placer.
Bajando la mano nuevamente introdujo sus dedos en su interior moviendolos.
Karen grito ya al borde de todo.
—Correte para mí. —le susurró en la curva de su cuello y eso fue todo lo que necesitó para dejarse ir gritando su nombre desesperadamente.
Drak sintió como su Ussi se contraía alrrededor de sus dedos al alcanzar su orgasmo y su cuerpo temblar.
Alzando la cabeza para mirar su hermoso rostro atravesar el orgasmo, tenía los ojos cerrados y sus labios entreabiertos para él, una invitación abierta para besarla pero se contuvo. Esté era su momento; su momento para que ella viera lo bien que la podía hacer sentir, su momento para que tuviera una probada de lo que estaba por venir, y su momento para que se diera cuenta que estaban destinados a estar juntos. Que era su neka. Ella tenía que haber sentido esa corriente que sintió cuando sus labios se rozaron.
Su falo palpitó con el recuerdo. Su quad estaba caliente y pesado listo para ser vaciado en ese apretado y cálido ussi de su hembra. Ella se encontraba lista y receptiva para él.
—¡Wow! Eso fue... Increíble. —la suave voz de su neka lo hizo estremecer.
—Estoy de acuerdo contigo. —contempló su rostro mientras chupaba sus dedos—. Debo estar dentro de ti. Ahora.
Se levantó rápidamente quitando sus pantalones dejando libre su virilidad.
—Oh no, no creo que esto vaya a suceder.
—¿Acaso te niegas a aparearte conmigo?.
—¿Aparearme?. —en qué jodido mundo la han metido. Esperaba que ese termino sólo fuera una manera de llamar al sexo y no lo que ella creía que era—. Es que no creo que eso... —señala su polla—. Vaya a caber en mi. Es muy grande. —demonios era como apilar tres latas de refresco juntas. Su polla era de un gris tormenta oscura, la corona en forma de hongo brillaba con el pre-semen, una cresta recorría su gruesa polla a la mitad. Pero lo que más le llamo la atención fue sus bolas dónde deberían ir dos habían cuatro.
Su boca se hizo agua al imaginar cuanta cantidad de semen podría producir.
—Estás lista, mi neka. Si pensara que no podrías tomarme no lo haría. Yo nunca te lastimaría. Date la vuelta.
«¿Neka? ¿Que significa eso?».
Pero sus pensamientos no pudieron continuar divagando porque un impaciente Drak la hizo girar y ponerla sobre sus manos y rodillas posicionándose detrás de ella. Mierda esto iba a dolerle.
—Relájate mi neka. Sé que puedes tomarme. —una protesta murió en sus labios al sentir sus dedos jugar con su coño mojado. Su enorme cuerpo se erguia sobre ella dándole besos en el cuello y hombro. Luego sintió la cabeza de su polla presionar contra su entrada, tan exitada como estaba y deseosa de volver a correrse, se encontró precionando contra él anhelandolo en su interior.
Amaba como la hacía sentir, como su cuerpo respondía a él. todo se sentía tan bien que no quería que nunca terminara.
Al sentir el dolor cuando su vagina se abría con cada empuje agarro las sábanas de la cama en un puño.
—Falta poco. Estás tan apretada que mi falo vibra por correrse en ti. —mordió su labio inferior para reprimir un grito. pensaba que ya era todo pero no.
Unos empujes más y pudo sentir sus bolas presionando contra su clítoris. Entonces comenzó a moverse dándole paso al dolor-placer que le estaba haciendo sentir.
En poco tiempo se vió a si misma rogando por que le diera más de prisa, ya cerca de otro orgasmo devastador que se estaba construyendo.
—!Oh Dios, Drak! Voy a correrme. —gritó antes de dejarse ir, su cuerpo convulsionando y contrayéndose alrrededor de su polla.
Sus brazos ya no aguantaban su peso dejándola caer y hubiera bajado las rodillas de no ser por Drak que la sostenía.
Mordiendole el hombro con un fuerte gruñido en pleno éxtasis él se dejó ir también. Sintiendo como su polla creció unos centímetros más en su interior, su cálido semen vaciandose dentro de ella y enviándola a otro orgasmo que la hizo gritar de felicidad.
Amando cada momento que él le estaba dedicando