Capítulo 5 Mantenlo vivo

Deanna suspiró con el corazón encogido. Llamó a la empresa de grúas, les dio la dirección y se puso en contacto con la policía de tráfico.

Poco después de que llegaran ambas partes, el policía de tráfico preguntó brevemente por la situación. Sabiendo que el asunto se había resuelto en privado, no dijo mucho más.

Observó impotente cómo la grúa se llevaba el coche, sintiéndose un poco reacia.

"Señorita Jones, le ruego que me acompañe a comisaría para prestar declaración", se acercó el policía de tráfico y le dijo.

Deanna asintió y subió al niño al coche de policía. Cuando terminaron con todo y regresaron a casa, ya era de noche.

Mientras tanto, el coche de Lance llegó a Mercer Manor.

El ayudante Xavier Nelson bajó primero del coche, abrió la puerta y ayudó al conductor a llevar a Lance al interior.

En cuanto entraron, miró a la recepcionista con impaciencia y preguntó: "¿Dónde está el viejo Hughes?".

La chica de recepción salió rápidamente y los condujo al interior, diciendo: "El viejo Hughes lleva mucho tiempo esperando, por favor, pasen rápido".

Pronto, Lance fue conducido a una habitación.

El interior estaba decorado en un estilo antiguo, con un tenue aroma a sándalo que flotaba en el aire, haciendo que la gente se sintiera tranquila.

Un digno anciano de unos setenta u ochenta años, mentalmente agudo, de ojos brillantes, vestido con un traje tradicional, permanecía erguido, sorbiendo té de una taza.

Xavier miró al anciano y le dijo: "Viejo Hughes, el señor Mercer se ha lesionado hoy. Ha sufrido una recaída. Por favor, trátelo".

En ese momento, Lance Mercer estaba a punto de perder el conocimiento. Había aguantado todo el camino, con un toque de agresividad en la mirada.

"¡Bájalo rápido, déjame echar un vistazo!" El viejo Hughes se apresuró a dejar su taza de té y ordenó.

Xavier tumbó a Lance en la cama y el viejo Hughes se acercó para examinarlo detenidamente.

Al cabo de un rato, susurró: "¿Qué has hecho? Te he estado aconsejando que descansaras para mejorar, ¿cómo has acabado empeorando? ¿No aprecias tu propia vida?".

"¿Es grave, viejo Hughes?" preguntó Xavier con ansiedad.

El viejo Hughes le miró fríamente: "¿Me crees si te digo que no es grave?".

Xavier no pudo decir palabra e hizo una reverencia. Al cabo de un momento, habló muy serio: "¡Viejo Hughes! Por favor, haga todo lo posible por salvar la vida del Sr. Mercer, pase lo que pase, ¡debe sobrevivir!".

El viejo Hughes le miró con indiferencia y resopló: "Él se lo ha buscado, ¿qué puedo hacer?".

Aunque dijo eso, sus manos no dejaron de moverse. Primero detuvo la hemorragia de Lance y luego sacó un kit de agujas para hacerle una cura en el pecho.

Al cabo de un rato, el viejo Hughes guardó la aguja, salió de la habitación y anotó una receta en un papel de la recepción, con las siguientes instrucciones: "Prepare las hierbas según esta receta, hiérvalas a fuego medio con tres cuencos de agua en uno".

Una hora más tarde, Lance se despertó.

En cuanto abrió los ojos, vio al viejo Hughes y supo lo que había pasado.

"Viejo Hughes, tus habilidades médicas son cada vez más refinadas. Parece que he dormido poco tiempo", dijo Lance con voz ronca.

El viejo Hughes respondió: "Esta vez tienes suerte. Hoy tengo suficientes hierbas raras que pueden frenar tu antigua enfermedad. Por eso te has despertado tan rápido. De lo contrario, habrías sufrido más".

Lance se quedó atónito y preguntó: "¿En serio? ¿Hierbas raras? ¿Qué clase de hierbas raras tienen este efecto?".

En el pasado había acudido al viejo Hughes en busca de tratamiento cuando cayó enfermo, pero nunca había visto resultados tan milagrosos.