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1

LA TUMBA

No podía creer lo que estaba viendo, ere perturbador que la tumba de Max estaba abierta, no solo eso, sino que su cuerpo no estaba. Todos estábamos desesperados y sin saber qué hacer, Max se tomaba la cabeza caminando en círculos. No me imagino qué se debe de sentir ver mi propia tumba vacía. Daphne y Jinni estaban llorando además de los dos chicos que estaban con ellas.

—Daphne, Jinni, ¿pueden decirnos qué pasó? —les hablaba Davis con un tono elevado. —Si ustedes tuvieron algo que ver con esto llamaremos a la policía.

—No tenemos nada que ver Davis, solo vinimos acá a como lo habíamos acordado y cuando nos acercamos a la tumba de Max ya estaba vacía, si quieres puedes preguntarle a los demás, todos nos sorprendimos al ver eso. Fue por eso que gritamos —respondió Daphne con lágrimas en su rostro.

Todos nos quedamos viendo sin idea alguna de qué hacer.

—Tengo una idea —dijo Loren.—Sabemos que con el hecho que estemos acá nos haría sospechosos de la tumba profanada y no queremos ir a la cárcel injustamente, todos iremos a casa y guardaremos silencio, es lo mejor por el momento, así que cambien esas caras y regresemos a casa como que no hemos visto nada ¿ok?

Murmuros.

—Esto no es un juego —exclamó Loren, levantando la voz.

—Creo que ella tiene razón chicos, a nadie le favorecería decir que estuvimos acá —afirmaba Davis.

Regresamos a los autos y nos fuimos a nuestras casas.

Sigilosamente abrimos la puerta de la sala para llegar a mi cuarto, encendí una vela y me acomodé en la cama. Tenía tantas dudas de por qué o quien haría eso.

Max se había sentado en una mecedora, se tomaba su mentón. Sabía que él estaba sacando sus propias conclusiones de lo que había visto.

—Es horrible —dijo Loren.

—No puedo creer como alguien puede hacer tal atrocidad.

Nish, tienes idea del por qué profanarian la tumba de Max.

—No, no tengo idea. Estoy igual de confundida que todos. ¿Como para qué querían hacer eso? en una ocasión leí que habían personas que les gustaba comer carne en ese estado.

—No creo que esa sea la explicación, Nish, acá debe de haber algo más, pero hay que dormir, no quiero llegar desvelada a clases.

Max estaba pensativo, pero también me sentía incómoda por no poder hablar con él, sabía que él y yo estábamos coincidiendo con nuestros pensamientos, pero por culpa de Loren no podíamos debatir. Así que solo le hice de seña que mañana hablabriamos.

—¿Puedes apagar la vela? —le sugerí a Loren—Que descanses...

El sonido de la alarma me hace despertar de inmediato.

Achicaba mis ojos mientras miraba a mi alrededor. Loren seguía dormida, Max se había quedado dormido en la mecedora. Pensaba en lo de anoche y me daba mucha tristeza por las cosas que estaba pasando Max, él no era mala persona como para que le estuviera pasando todo esto. Quité mi cobija de mi cuerpo y me dirigí hacia el. Acaricié su pelo pues me ponía en su lugar y me daba nostalgia. Max empezó a abrir sus ojos poco a poco, lo quedé viendo y le di una sonrisa cálida. Inmediatamente él sonríe. Me acerco a su oído:

—Buenos días Max, sé que no hablábamos mucho ayer, pero hoy será otro día—volteé hacia Loren, no quería que me descubriera como una loca hablando a solas.

—¡Loren, Loren! —agité su cuerpo.—Ya levántate, es hora que busquemos cómo vestirnos para ir a la universidad. Me iré a bañar y para cuando salga quiero que estés lista para que entres.

Le hice seña a Max de que saliera. Después de todo el podía vernos y no quería pasar la vergüenza de antes que no lo podía ver.

Me estaba duchando y Loren me comentaba acerca de su enamorado. En el fondo quería decirle sobre lo de Davis y Jinni, pero no podía hasta saber si en verdad esos dos tenían un amorío a sus espalda.

Salí del baño para elegir mi ropa.

—Deberías de remodelar tu ropero —sugirió Loren.

—¿Cómo por qué o qué? —fruncí el ceño levantando mis brazos.

—No sé, solo sugiero que deberías de vestirte un poco más femenina, no te digo que no lo haces sino que algo más llamativo.

—Te diré una cosa, Loren, somos amigas desde hace muchos años y creo que ya debes de saber que si me visto así es porque me gusta, además no me gusta llamar la atención a esos chicos por ahí, sus piropos pervertidos no los soportaría.

—está bien, cada quien tiene sus gustos, pero yo solo quería ayudarte con eso, me iré a bañar.

Bajamos a la sala para desayunar un poco e irnos a la universidad. Max estaba sentado al lado de mamá en el sofá, era raro ver esa imagen de mamá y Max juntos, estaban viendo las noticias. Max volteó y señaló a la Tv.

—Buenos días, chicas—nos saludó mamá.

—Tomen asiento, miren lo qué pasó con su amigo Stuart. No puedo creer que esta ciudad esté cambiando, en mis tiempos no ocurrían esas cosas.

Loren y yo nos quedábamos viendo.

Salía un oficial hablándo.

—Cómo pueden ver han profanado la tumba de Max Stuart, aún no sabemos las causas de tal hecho, pero tenemos un testigo que asegura que a eso de las tres de la mañana se adentraban un grupo de adolescentes, investigaremos a fondo para encontrar a los culpables, las próximas declaraciones las daremos a medida que avance la investigación.

Tragué grueso, lo acepto.

—Les serviré el desayuno, chicas, dentro de poco entran y no quiero que lleven su estómago vacío.

Mamá se dirigía a la cocina mientras yo murmuraba a Loren que esto se saldría de control, la policía sabría que nosotros estuvimos ahí.

En eso suena el celular de Loren.

—Es Davis, me manda un mensaje que necesita que nos miremos todos en la cafetería que queda cerca de la universidad.

Asentí ansiosa.

Llegamos a la cafetería, Davis ya estaba ahí junto a Loren y los dos chicos de la universidad.

—Creo que ya todos estamos al tanto de lo que transmitieron por la noticias en la mañana, así que tengo un plan. Necesito que eliminen todos su mensajes, contactos, busquen cualquier cosa que haga despistar a la policía, ya tengo escrito las coartadas que dirán, no estén nerviosos, este día estaremos muy distanciados. Es un hecho que ellos estarán en la universidad, salgamos de acá uno por uno —explicaba detalladamente con gestos Davis.

Parecía que Davis tenía experiencia con estas cosas, ya lo tenía trazado todo minuciosamente.

Salí de la cafetería, Max venía a mi lado.

—¿Qué piensas Max?

—¿sobre lo de anoche?

—¿si?

—no lo sé, creo que la persona que lo hizo debe de tener algún plan, la mayor parte del tiempo los asesinos regresan para eliminar evidencias o cosas semejantes, lo que no entiendo es que ¿Qué podría tener mi cuerpo como evidencia? Si ya los oficiales habían determinado que yo me había suicidado.

—¿y si es todo lo contrario?

—lo contrario ¿de que?

—me refiero a que quizá la policía está involucrada en esto, ambos sabemos que tú no te suicidaste Max, ¿por qué ellos darían la versión que te suicidaste cuando no es así? ¿No será que hay alguien más queriendo saber qué pasó contigo?

—suena algo lógico, pero es muy peligroso, Nish, quien haya sido, sea el asesino u otra persona no me imagino hasta donde llegarían sus límites. A veces me enojo conmigo mismo que no puedo recordar nada, quizá ya hubiéramos atrapado a esa persona.

—no te culpes, ya habrá momento en el que recuerdes todo.

Llegué al aula de clases, estaban todos murmurando, lo más probable era lo que habían transmitido los noticieros. Max se sentó en el escritorio del profesor subiendo los pies encima de la mesa.

—Hoy seré tu profesor, Nish, ¿no te gustaría tener un apuesto profesor? —presumía Max.

Sonreí, Max y sus ocurrencias... siempre tenía lo egocéntrico, pero acepto que me divertía.

Llegó el profesor.

—Buenos días, jóvenes, necesito que por favor hagan silecio. Busquen sus asientos. El día de hoy tendremos visita de los oficiales, así que no tendremos clases, pero necesito que se mantengan en él aula mientras ellos vienen.

No habían llegado y yo ya estaba nerviosa, no soy buena mintiendo y menos a un oficial, ellos son expertos y van a notar que estoy mintiendo.

Dos oficiales entraron al aula.

—Hola, chicos, la visita de hoy no es nada fuera de lo común, haremos interrogatorios uno a uno solo para esclarecer ciertas cosas referente a lo sucedido con su compañero Max Stuart, así que pueden salir e iremos llamando según la lista.

Al menos yo era de las últimas en esa lista.!Salí del aula con Max, necesitaba relajarme, debía encontrar el lugar donde pudiera hacerlo.

AsEstás en problema, Nisha Sullivan, hasta yo puedo percibir tu nerviosismo, deberías de estar tranquila, tú no tienes nada que ver con eso. Míralo desde ese punto de vista —sugería Max, quizá estaba haciendo un esfuerzo para tranquilizarme.

Caminaba directo hacia la biblioteca, era el único lugar en donde sabía que tendría paz, ahí me gustaba leer y escribir mis libros.

—¿Dónde vamos? —preguntó Max.

—A la biblioteca, no creo que te guste estar ahí. No es tu estilo supongo

Loren se acercaba, pero como teníamos que seguir el plan de Davis ni nos alzamos a ver.

Entramos a la biblioteca, estaba vacía. Perfecto para mi, me gustaba estar sola y sería el momento justo para escribir un poco. Me senté en una mesa que estaba cerca de una ventana, necesitaba un poco de aire, Max se sentó a mi lado.

—No, Max, necesito privacidad, no puedo escribir cerca de ti ¿si comprendes?

—que extraña que eres, pero bueno... estaré por acá cerca, suerte con tus cosas.

Saqué mi libreta de apuntes y empecé a escribir, ciertamente escribir me servía para tranquilizar mis nervios, mis ataques de ansiedad, era la manera perfecta para desahogarme.

Pasaron los minutos y yo seguía escribiendo cuando una mano cruzó mi vista poniendo un libro encima de la mesa. Miré el libro y fui elevando mi vista sobre el brazo de la persona. Se trataba de Oliver Lyne, era un chico conocido desde años atrás.

—Te recomiendo este libro, Nish —sonrió.

—Te lo agradezco, Oliver, por cierto. ¿Qué haces acá?

—Bueno, desde hace un tiempo he estado colaborando con las personas de la biblioteca, además me gusta la lectura es por eso que te recomendé este libro.

—Entiendo, es bueno saber que no todos los hombres son iguales, al menos hay uno que sí comparte lo mismo que yo. Con razón te había visto acá en muchas ocasiones e incluso platicamos algunas veces, pero pensé que hacías tus trabajos de clase.

—Así es y ¿cómo estás, Nish?

—Bien, estoy muy bien. Solo trataba de escribir un poco mi nuevo libro.

—¡Wow! ¿Podrías regalarme una copia cuando lo termines?

—si, no te preocupes, serás el primero en tener una copia.

—seré tu fan desde ya, no me culpes, pero me emociono con estas cosas

—oye, tranquilo, sé cómo se siente, lo mismo me pasa a mi cuando leo un libro interesante y por supuesto que leeré tu libro

Max se aproximaba, lo miré de reojo. Oliver se volteó a la dirección de Max.

—¿Pasa algo, Nish? —pregunta Oliver.

—No, todo bien—regresé mi mirada hacia el.

—Vaya, vaya, señorita Sullivan, me voy un rato y ya está alguien detrás de ti, sí que eres atractiva para estos estupidos nerds, primero Dalton y ahora Oliver. Este típo es una especie de nerd camuflado, el hecho que perteneciera a mi equipo no lo hacía de los míos, por eso siempre como capitán lo quise en la banca, era un inservible, mediocre y ahora por lo que veo te enamora con tus cosas de libros. Que patético es. Guarda tus cosas que nos vamos Nish, ya pronto te tocará a ti dar tu versión y espero que ya hayas calmado tus nervios.

—¿Son ideas mías o estás un poco nerviosa Nish? —Oliver fruncía el ceño.

No entiendo cómo Max cambio su personalidad en un segundo al verme con Oliver, él solo me estaba hablando cosas de libros.

—Para nada, Oliver, solo que últimamente no he podido estudiar lo suficiente para mis exámenes y eso me pone un poco mal, pero creo que te dejaré. Quizá en otro momento continuemos las plática.

—Adiós...

—¿Qué te pasa Max? No me gusta que me trates así, yo solo estaba hablando con Oliver, algo normal.

—¿Que no te das cuenta como te queda viendo, Nish? Se nota que le gustas.

—¿Y qué con eso? Independientemente no te da el derecho de hablar así y menos tratar a las personas de esa forma. Algo que he notado es que cuando estoy con alguien conocido y es hombre tú te pones así Max, no lo entiendo.

—Solo trato de protegerte de todos esos degenerados, tú porque eres mujer no lo notas, pero yo si.

—Además, Oliver no es así, él solo trabaja en la biblioteca en sus tiempos libres, solo quiso saber acerca del libro que quiero publicar.

—Igual sigue siendo un estupido, Nisha.

Negué con mi cabeza.

—¿Sabes? Acá dejemos esta platica, no tengo cabeza para pensar en otra cosas que no sea el interrogatorio y al parecer no estás colaborando conmigo.

—No te preocupes, Nish, yo estaré contigo y te ayudaré — Max tomaba mis manos y me miraba a los ojos.

Era nuevamente el Max que estoy acostumbrado a ver, me daba seguridad, me protegía y estando él sabría qué responder.

Así nos dirigimos al aula, juntos y llenos de valor...

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