El beso
Ellos entraron al restaurante y cenaron, ambos decidieron no seguir hablando sobre el tema, ya que Carlos sentía cierta incomodidad en el rostro de Amanda. Cenaron y pasaron una noche normal, de jefe y empleada. Él luego procede a llevarla hasta su casa.
— ¡Buenas noche Amanda!
— Lo del beso...no..
— ¡Shhh! no quiero que te sientas obligada con nada, y te pido una disculpa por el beso.
— ¡Ah no! No me digas que ahora te quieres retractar. "Tenemos un acuerdo"
— Yo mantengo mi palabra, mañana inicio el proceso del contrato y la búsqueda de las casas como te lo propuse.
Ellos se dieron la mano y se despidieron teniendo un acuerdo de palabras, que pronto sería firmado y llevado a cabo.
— ¡Madre, pensé que dormías!
— La vecina me llevó a ver el doctor, hice una crisis después de tu partida.
— ¿Que, como te sientes ahora? ¿por que no me llamaron?
— ¡Ay hija! No quiero seguir siendo una carga, has desperdiciado tu juventud, solo por ayudarme, y eso no es justo.
— Para esto soy tu hija, y te prohíbo sentirte una carga, con amor te doy lo mejor de mi. ¿Que sentido tendría mi vida sin ti? Ninguno es la respuesta. A ver ¿que te dijo la doctora?
— Me ha dicho lo de siempre, si no llevo mi tratamiento al pie de la letra, mis huesos seguirán debilitándose, pronto podrían convertirse de cristal.
— Hoy he hecho un acuerdo con mi jefe y no te voy a preguntar, ya que he aceptado. A partir de ahora vas a poder llevar tu tratamiento y Junior irá a la escuela.
— ¿Un acuerdo, que te ha propuesto tu jefe? que podrás conseguir tanto dinero como para llevar un tratamiento tan costoso, y más aún, enviar a mi niño a la escuela. A eso me refiero Amanda, deberías de pensar en un auto lujoso, en una casa nueva, celulares, como las demás mujeres de tu edad. Hasta en el matrimonio está dejando de pensar, tirando a la basura tu juventud y tu belleza, cargando problemas que no te pertenecen.
— Claro que me pertenecen y ya te he dicho. Como nunca te he ocultado nada madre, te contaré todo, pero no quiero escuchar reclamos, ya que te he dicho que tome la decisión y le di mi palabra al señor Carlos.
— ¿Qué te ha propuesto el señor Andrews?
— Alquilar mi vientre. llevaré un bebé, así él podrá permanecer siendo el Ceo de la empresa, y yo puedo llevar a cabo las necesidades de este hogar.
— Debes de pensarlo mejor, no creo que sea conveniente, esto te puede traer muchas consecuencias hija.
— No te preocupes madre, él me ha ofrecido pagar todos los estudios de Junior, tendremos una cuenta con dinero para todas las necesidades, y así podría llevar a cabo su tratamiento. También me va a comprar una casa y tendré un salario bueno en el trabajo. De cualquier manera me pude haber embarazado de cualquier estúpido de la calle, un maleante por ejemplo. Hay muchas madres solteras, no seré la primera.
— No creo que sea buena idea Amanda, debes de pensarlo mejor, esto podría conllevar muchas consecuencias, no sería el hijo de cualquiera, sería el hijo de un alto ejecutivo y sobretodo casado. ¿Por que no lo tiene con la esposa?
— De alguna manera me enteré que ella también ha estado buscando un vientre en alquiler, Así que más adelante cuando arreglen sus diferencias ella también podrá estar al tanto de todo y sé que no tendré problemas, solo te comenté porque ya es una decisión tomada. Él Señor Carlos a partir de mañana iniciará su parte del acuerdo y pronto firmaremos ese contrato.
Aunque la señora Charo quiere seguir tratando de hacer que su cambie de opinión, no lo consigue y no logra nada. Ella tomó un baño y se encierra en su habitación, Charo conoce bien a su hija y estaba muy decidida, su mirada le decía que era un hecho.
........
— ¡Buenas noches amor! Pensé que aún no estabas aquí, como te habías ido y ni siquiera dijiste a dónde.
— Carlos disculpa, estaba haciendo una crisis de aceptación propia. créeme esto es difícil, me siento herida y también culpable, no puedes imaginar como me siento. Lo peor es que no puedo darte el hijo que tanto sueñas, además de ser la petición de tu padre.
— Ada he hablado con mi padre, ya te lo había dicho, yo lo voy a convencer.
— ¿Y si nos separamos? no quiero seguir estorbando tu camino, es injusto qué algo tan natural cómo convertirse en padres, para mi sea imposible.
— ¿Qué dice Ada? Tú eres mi compañera.
— También la piedra del zapato, ya que por mi culpa no has podido darle a tu padre lo que ellos te exigen.
— Debemos seguir normal, yo te prometo qué vamos a estar bien como siempre.
— ¿Acaso piensas que no veo tu rostro de indignación? he revisado tu cajón y he encontrado ropa de bebé. Eso dice que anhelas un hijo y no te lo puedo dar, así que no puedo seguir aquí Carlos.
— ¿Qué dices, has estado buscando en mi cajón?
— Lo que te digo es, que he solicitado el divorcio, ya no quiero seguir contigo. Pensé que podría salir, alquilar un vientre y seguir contigo viéndolo feliz, y no, no permitiría que otra persona llevara nuestro bebé en su vientre, ¡sí, soy egoísta, porque te quiero para mí sola!. y no lo puedo hacer, porque no te puedo dar un hijo. — Ella entre lágrimas de dolor miras el rincón y ya tiene empacada sus maletas.
— ¿Crees que es necesario todo eso?
— Tengo un vuelo que sale en 3 horas, mañana mi abogado te traerá los papeles del divorcio, no te seguiré amarrando a mí. Ella se acerca, le da un suave beso toma sus maletas y se marcha.
¡Ring, Ring, Ring!
— ¡Hello! ¿Cómo estás madre? — Carlos responde con la voz un poco apagada y cabizbajo.
— Imagino que acabas de hablar con tu esposa, por tu voz lo puedo percibir.
— ¿Cómo sabes eso madre?
— Estuvimos conversando y también estuve de acuerdo con su punto de vista. Aunque la escuché y sentí mucho remordimiento por sus sentimientos, le aconseje que era lo mejor, alejarse y dejarte.
— ¡Madre, Cómo puedes decir algo así! Ella ha sido mi compañera desde siempre, no debiste meterte en el asunto de nuestro matrimonio.
— Debes cambiar tu vida, de alguna manera el universo, el mundo, te ha dejado claro que esa no es la mujer para ti. Además ella ya tenía decidido abandonarte cuando me hizo la llamada.
— Y sabes porque mi padre nunca la ha querido siempre se lo ha dejado claro de todas maneras posible con su forma de actuar, como la trata, como la observa. A nadie le debe de interesar mi pareja, solo a mí. ella ha sido mi compañera desde siempre madre.
— ¿A ver y cómo le darías heredero a la familia Andrew? sabiendo que es lo que estamos asegurando ya que somos muy pocos.
— Tengo todo bajo control, voy alquilar un vientre y voy a tener ese hijo que quieren, ya mi padre esta al tanto, ya que he hablado con él. No entiendo por qué debieron de hablarle a mi esposa.
— ¡Un momento! tu esposa me llamó, ella me confirmó sobre su separación y dejó muy claro que se iba a alejar, porque necesitaba tiempo, ya que se sentía una piedra en tu camino y hasta dudaba de sus sentimientos.
— ¡Que! ¿ella te dijo eso, madre?
— Tengo las notas de voz, si quieres te las reenvío. En todos los años que tienes con esa mujer, nunca he intervenido, ella hasta parece enferma y nunca te lo dije. Si me enteré de todo esto a sido por qué ella ha iniciado la conversación.
— Esto se me ha ido de las manos, lo siento todo un fracaso.
— Solo te puedo decir, que cuando una persona quiere hacerse a un lado o tomar un espacio en su vida, debemos darle la oportunidad, si ella te ama regresará, tú sigue con tu vida normal hijo.
— No me habló en un tiempo, me dijo que mañana llegaría el divorcio.
— Pues a mí todo lo contrario, me dijo que te daría un tiempo y buscaría la forma de estar a tu lado aunque tú hicieras familia para mantener tu puesto. Y luego por amor volvieron a estar juntos.
Se había vuelto un caos la vida de Carlos, tenia muchas cosas que pensar, porque las palabras de su madre también le dijeron la verdad. Él había notado el cambio en su esposa, su actitud y la forma de ser. Él se fue a la cama y duro una semana esperando una respuesta o una llamada y nunca llegó, Ada al aparecer había desaparecido. Le parecía injusto perder algo tan valioso solo por una estúpida cláusula.