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Los días que siguieron fueron una montaña rusa emocional para Alba. Trataba de mantener la compostura frente a su familia y amigos, pero su corazón se debatía en una batalla interna entre la pasión que sentía por Esteban y el compromiso que había hecho con Agustín.
Las semanas previas a la boda transcurrieron con una mezcla de alegría y ansiedad. Los preparativos para el gran día estaban en pleno apogeo, y Alba se esforzaba por mantenerse centrada y evitar que sus pensamientos se desviaran hacia Esteban.
Durante una reunión con su mejor amiga, Carla, esta notó la tristeza en los ojos de Alba. "Alba, sé que la organización de una boda puede ser estresante, pero estás radiante y emocionada por el matrimonio, ¿verdad?", preguntó Carla con una sonrisa amable.
Alba asintió, tratando de ocultar sus verdaderos sentimientos. "Sí, Carla, estoy emocionada, pero también un poco nerviosa. Es una gran decisión, y quiero que todo salga perfecto", respondió evasivamente.
Pero Carla conocía a Alba demasiado bien. "No me mientas, Alba. Sé que algo te está atormentando. ¿Hay algo que quieras compartir conmigo?", insistió Carla, preocupada por su amiga.
Alba finalmente cedió y confió en Carla. Le contó sobre su dilema, cómo se sentía atraída por Esteban y cómo eso la había sumido en una confusión abrumadora. Carla escuchó con atención, sin juzgar, y ofreció su apoyo incondicional.
"Alba, solo tú puedes tomar esta decisión. Pero recuerda que el amor verdadero es mucho más que una pasión momentánea. Agustín te ama profundamente, y si él es el hombre con el que quieres construir tu vida, debes seguir tu corazón", aconsejó Carla.
Sus palabras resonaron en el corazón de Alba, y aunque la tormenta de emociones seguía presente, se sintió más tranquila y decidida. Sabía que no podía basar su elección en la emoción del momento, sino en lo que realmente quería para su futuro.
El día de la boda llegó finalmente, y Alba caminó hacia el altar con una mezcla de nerviosismo y serenidad. Sus ojos se encontraron con los de Agustín, y por un instante, todo pareció encajar perfectamente. Se recordó a sí misma que había tomado la decisión correcta, eligiendo un camino que implicaba compromiso y lealtad.
La ceremonia fue emotiva y hermosa, y en el momento en que Alba y Agustín intercambiaron votos, sintió una calidez reconfortante en su corazón. Estaba segura de que había tomado la decisión correcta y que estaba en el lugar correcto.
La fiesta de bodas fue una celebración llena de risas, bailes y felicidad compartida. Alba se sentía agradecida por el amor y el apoyo que recibía de su familia y amigos. Aunque Esteban estaba presente, respetuoso pero distante, Alba sabía que había cerrado ese capítulo de su vida y que miraba hacia un futuro lleno de esperanza junto a Agustín.
Los días siguientes a la boda trajeron consigo la tranquilidad y la certeza de que había tomado la decisión correcta. Alba se comprometió a ser la mejor esposa posible para Agustín y a construir un matrimonio sólido y duradero juntos.