El molesto comensal
Solo son las cinco de la tarde y Lila se siente tan cansada en la cocina!
"Hey ayudante, siéntate un poco."
Anderson se da cuenta que la mujer se ve cansada, por lo que decide darle un breve descanso.
Es bueno para todos que el restaurante sea uno de los más concurridos debido a que está en una zona de muchas oficinas y negocios, pero...
La actividad para los cocineros y las meseras no para ni un solo segundo casi desde que abren hasta que cierran.
"No, no, estoy bien."
"Ya casi termino."
Lila comenta casi sin aliento, pues los tacones la están matando!
Hace tanto tiempo que ella no estaba de pie por tanto tiempo...
Y mucho menos tan apurada, cortando verduras, preparando, sirviendo, corriendo de un lado al otro...
Intentando no ser un estorbo para Anderson quien se mueve como pez en el agua en su cocina y parece tan fresco como una lechuga a pesar de que las meseras lo presionaron mucho con los pedidos.
Incluso Jeff entró varias veces a la cocina para ayudar a servir.
Y limpió mesas, atendió clientes, hizo cuentas...
Lila piensa que necesitan más gente en verdad.
"No te pregunte si estabas bien."
Indica Anderson quitándole con delicadeza el cuchillo de la mano para dejarlo a un lado.
"Es una orden, ayudante Lidia."
"Sientate y te serviré un plato de mi excelente comida."
Lila exhala profundamente mientras se limpia el sudor de su frente con el dorso de su mano.
Que primer día tan agotador!
O tal vez...
Si, tal vez era eso...
Algo que la mujer se resiste a creer, pero tal vez es la explicación más lógica.
Ella sintió que fue muy pesada su jornada de trabajo debido a que ya está grande.
La edad le pesa...
Cuando era una jovencita, la misma actividad que realizó hoy le hubiera parecido divertida o aburrida, dependiendo de su estado de humor.
"De acuerdo, chef Antón."
El chico detuvo lo que estaba haciendo para voltear a ver a la mujer.
"Me llamo Anderson, no Antón."
Indica.
"Yo me llamo Lila, no Lidia o Liria, como me has estado llamando..."
"Anderson."
Touche!
"Oh lo siento!"
"No me di cuenta de que pronuncie mal tu nombre."
Se disculpa Anderson.
"Lila es tu nombre, cierto?"
La mujer afirma una vez mientras toma un poco de agua simple de un vaso.
"Toma."
"Come ahora que está caliente."
Anderson coloca en la mesa frente a la mujer un plato de aromático caldo que huele divino!
"Pero tu no comerás, Anderson?"
La mujer cuestiona porque en este tiempo no lo vió comer o tomar agua...
O ir al baño.
Espera un segundo...
Ella tampoco tomó agua o comió algo o fue al baño en todo ese tiempo!
"Créeme, ayudante Lila, mientras pruebo lo que cocino, voy comiendo."
El chico le guiña el ojo, Lila comprende.
Mientras remueve con su cuchara el delicioso caldo, Lila descansa un poco su adolorida espalda, ojos y pies.
Quien hubiera pensado que cortar verduras haría que te doliera hasta el cuello?
"ANDY!"
Gritan las lindas jóvenes meseras entrando por la puerta de nuevo, el chico las ignora por completo.
"Andy, Andy tenemos hambre!"
"Alimentanos ya!"
"Morimos de hambre!"
Las bellas niñas se quejan de forma melosa con el chico tomándola cada una de los brazos.
"Danos de comer ya Andy."
"Muero de hambre Andy!"
Lila aparta un momento la mirada de las chicas quienes dejaron abierta la gran puerta de la cocina.
Afuera hay pocos comensales ya, en su mayoría, están terminando sus alimentos.
Una pareja se levanta para irse, agradecen la comida y dejan la propina correspondiente en la mesa.
Lila mira todo distraídamente, pero cuando ellos se retiran, en la mesa de atrás ella puede ver a un hombre que la mira también.
O eso cree Lila porque su visión de lejos está algo desenfocada.
"Debí haberme puesto los lentes."
Se regaña ella pues todo lo que puede ver del hombre a la lejanía es su silueta, nadamás.
Ni un solo rasgo puede distinguir ella.
"Hey, aun no pueden comer."
Jeff entra en la cocina para indicarles que tienen un comensal más.
"Yo no quiero atenderlo, Jeff."
"Yo tampoco."
"Hazlo tu."
"Ese hombre es muy grosero con nosotras."
Se quejan las chicas sin importarles si el mencionado hombre las escucha.
"Ustedes son las meseras y es su trabajo hacerlo, para eso les pago, duo tormenta."
Indica Jeff mientras sirve comida en varios platos.
"No lo haremos y no puedes obligarnos."
"Si lo haces, renunciamos y nos llevamos a nuestros clientes con nosotras."
Lila puede ver que el semblante de Jeff cambia completamente cuando escucha eso.
"Si Jeff, sabes a lo que nos referimos, así que no lo antenderemos hoy ni nunca, menos después de lo que le hizo a Valery."
"Y ella era una mesera estrella, así que no, paso."
"Tambien paso."
Declaran rotundamente las chicas quienes vuelven su atención hacia Anderson quien las regaña diciéndoles de nuevo que su nombre no es Andy, sino Anderson.
El chico les indica que se vayan a lavar sus asquerosas manos para que las alimente como tanto exigen.
Maldita sea.
Las chicas rien felices al escuchar las palabras del chico, pues saben que está jugando.
"Entonces no lo harán?"
Las chicas mueven la cabeza negando sin ver a Jeff.
"Te ayudaré Jeff."
"Dime que debo llevar."
Las cuatro personas en la cocina voltean a ver al mismo tiempo a Lila quien pregunta.
"Dije algo malo?"
"Tu quieres una mesera ahora y sabes que antes..."
Jeff se acerca a su amiga para mirarla detenidamente.
Ella es un bello desastre sudoroso.
Tiene manchas de comida, frutas en la ropa...
Eso es una mancha de cátsup o salsa?
O sangre podría ser?
"SERVICIO!"
Se escucha la voz grave del hombre que demanda que alguien lo atienda.
Lila encuentra el grito muy familiar.
"Lo haré Jeff, solo dame un minuto para ponerme un delantal y arreglarme."
El dueño del restaurante cierra la puerta antes de cuestionar, sinceramente a su amiga de antaño.
"Estás segura Lila?"
"El hombre de allá afuera es bastante gruñón, tosco y un tanto grosero."
"Es un buen cliente, paga bien y deja propina pero..."
La mujer toma el delantal de la mano de una chica para caminar al baño.
"Estoy segura."
Gruñones, toscos y groseros?
Ella ha lidiado con hombres así en el pasado.
De hecho tenía uno en casa hasta hace un poco más de seis meses.
Seis fabulosos meses habían pasado ya desde que...
"SERVICIO!"
Ese grito cortó cualquier pensamiento de Lila mientras acomoda su cabello ante el espejo y arregla lo mejor que puede su maquillaje.
"Lleva esto."
"Yo llevaré esto."
Jeff le indica cuando ve salir a Lila del baño.
Las chicas junto con Anderson están sentadas comiendo y riendo felices y despreocupadas.
Cuando Lila junto con Jeff salen de la cocina, ella se da cuenta que no hay nadie más en el restaurante.
Solo el hombre.
"Buenas tardes señor, le traemos su..."
El hombre deja caer su periódico sobre la mesa para mirar severamente a Jeff.
"Por fin obtengo servicio, tengo dinero, ya lo sabe gerente, no quiero caridad ni regalado."
"Pagaré por el servicio de comida que ofrece este lugar de segunda, pero quiero que me atiendan de inmediato."
"Mi tiempo es muy valioso y no quiero desperdiciarlo sentado aquí esperando a que se dignen a atenderme."
Lila escuchó cada maldita palabra dicha con todo el coraje y mordacidad que el molesto comensal pudo.
Y ella sintió que de nuevo estaba con su ex.
"Lo lamento mucho, fue culpa mía, todo está caliente y rico."
"Coma por favor."
Se disculpa Lila mirando al hombre quien debe tener poco más de cuarenta años o un poco más tal vez.
Y es que a juzgar por su cabello entrecano severamente peinado hacia atrás, sus ojos diabólicamente oscuros fijos sobre ella...
Además de las duras facciones del hombre de piel bronceada por el sol que luce una impecable barba oscura y con destellos de canas, el hombre parece guapo y prepotente.
"Eso espero, dejen la comida en la mesa y retirense."
El hombre ordena, Lila y Jeff dejan los platillos acomodados lo mejor posible sobre la mesa.
"Parece un hombre de negocios."
Piensa ella mientras coloca un vaso de cristal y cubiertos en la mesa.
"Que?"
"Porque te me quedas viendo?"
"Tienes algun problema conmigo o con mi ropa?"
Oh maldición!
Pillada infraganti mirando detenidamente al hombre!
"No señor, lo siento."
"No tengo ningún problema con usted ni con su atuendo."
"Buen provecho."
Ambos se retiran dejando al comensal solo.
En la cocina, los tres chicos siguen comiendo sentados en bancos mientras que Lila y Jeff entran.
"Sientate Lila."
Pide Jeff.
"Lo siento, ese hombre es asi siempre."
"No se que demonios le ocurre..."
Detrás de ellos una vocecita femenina comenta.
"O porque sigue viniendo a este lugar para torturarnos con su maldito mal genio."
"Hay otros lugares donde podría comer, pero no, tiene que venir aquí y portarse como el pedazo de mierda que es."
Los chicos se rien por el comentario de una de las chicas mientras los adultos sonríen un poco.
"Y tu día fue..."
Jeff acaricia la mano de Lila con suavidad porque eso es lo que hacían antes.
"Cansado, Jeff."
"Creo que ya estoy vieja para esto."
Jeff se burla un poco porque el también se ha sentido así desde hace un par de años.
"No tienes que quedarte en la cocina, Lila."
"Puedes ayudarme fuera, con la caja registradora."
"Se que eres muy buena para las cuentas y..."
Anderson aparece a su lado omo por arte de magia antes que Jeff termine la frase.
"Es mi ayudante, Jeff y no te la robarás."
"Quieres alguien más allá afuera?"
"Contrata a alguien más y despide a tu asistente."
Las chicas miran el enfrentamiento.
"Hoy tampoco vino, no es así?"
"O la dejaste tan cansada anoche que no pudo levantarse de tu cama?"
Todo el mundo se sorprende por lo que insinúa Anderson.
Justo cuando Lila quiere calmar los animos, ella observa que el comensal avienta los platos en la mesa haciendo cara de asco.
"No discutan más, ahora regreso."
Indica Lila, pero ni Anderson ni Jeff le hacen caso pues siguen discutiendo acaloradamente.
"Hay algun problema señor?"
Esta vez, la visión de Lila es mucho mejor y se puede dar cuenta de que el hombre que tiene una expresión completamente enfadada y dura no tiene los ojos negros...
Y es bastante guapo en verdad, salvo por el ceño fruncido tan pronunciadamente que tiene en su cara, Lila cree que pronto se romperá la piel de su frente.
"Problema?"
"Todo es un maldito problema con esta comida insípida!"
"Lo único que quiero es una comida decente!"
"Es que el cocinero no puede hacer algo decente y sabroso para variar?"
Lila no sabe que puede decirle al irritado hombre.
"No me mires asi, mesera tonta, llevate esta mierda no comestible de mi vista y traeme otra cosa que si pueda comer."
La furia crece dentro del pecho de la mujer mientras escucha al patán ordenar!
***By Liliana Situ***
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