Nuevo amo
Abro los ojos lentamente, estoy en una habitación, no estoy en la calle y tampoco parece que haya muerto. Ya que me duele todo el cuerpo.
Miró atentamente y veo un hombre cerca de la ventana, es un hombre muy grande, no puedo ver su rostro ya que está de espaldas pero por su porte parece ser un hombre atractivo.
— Veo que ya estás despierta— dice asustandome.
— Cómo te encuentras?—
No respondo me quedo callada, estoy confundida y asustada.
— Acaso no sabes hablar?—pregunta levantando la voz.
— Si... si que se amo—respondo y agachó la cabeza.
— Perdona como me has llamado?—
— Niño, no ves que la estás asustando...— dice Nana entrando en la habitación.
— Nana por qué no has llamado, podrías haber visto algo...?—
—Algo cómo qué? Por si no lo recuerdas yo te cambiaba los pañales y...—
— No sigas, ya he crecido bastante desde eso—
La conversación entre estos dos me resulta agradable, sus miradas son sinceras y parecen quererse.
— Jhon sal de aquí, voy a limpiar las heridas y a cambiar su camisón—
— Puedo ayudar—
— No, no puedes—
—Mía—
El hombre que ahora se que responde por el nombre de Jhon sale de la habitación y da un gruñido. Pero uno que asusta la verdad. La señora no parece inmutarse solo sonríe.
Después de un rato estoy limpia y mis heridas también. La señora acerca una bandeja y me da el desayuno.
— Señora yo...—
— Nana, para ti soy Nana—dice interrumpiendome.
— Nana, dónde estoy? Él es mi nuevo amo?—
La señora parece asombrada por mis palabras, coge una de mis manos y comienza a hablar.
— El no es tu amo mi amor—
— Pero dijo Mía y creo que en aquella calle también escuché esas palabras—
—Bueno eso es algo que él te debe explicar, eso le corresponde a él decirte. Aveces es un poco intenso y gruñón pero tiene un corazón muy grande solo tienes que ser paciente con él—
Después de esas palabras me deja sola con mi desayuno, trato de procesar sus palabras pero no soy capaz de comprenderlas, a media mañana viene un doctor y me revisa.Jhon no quiere dejarme sola con él y eso me provoca verguenza ya que el doctor me tiebe que levantar el camisón.
Lo escucho gruñir desde una esquina de la habitación.
— Muy bien, está tarde tendrás que levantarte pero solo uno poco. Podrás ir hasta el sillón y estar un rato sentada después de nuevo a la cama! Tomate todos los medicamentos y volveré mañana, a ver cómo estás—
— Gracias —respondo bajito
— Alfa — dice cuando pasa al lado de Jhon, agacha su cabeza y sale de la habitación.
No dice nada se queda callado y me observa en la distancia, su mirada me incomoda un poco. Comienzo a removerme un poco en mi sitio, necesito ir al baño con urgencia pero el doctor dijo que no me moviera.
— Qué te pasa humana?—
— Yo... yo necesito ir al baño, amo—
— No me gusta que me digas amo, yo no soy tu amo— dice mientras se acerca a mí.
—Pero usted dijo que yo era suya—
Da un gruñido y me parece ver cómo sus ojos cambian de color a dorado por un momento.
— Y eres mía —dice cogiéndome con cuidado y llevándome al baño.
— Me gustaría estar sola— digo intentando tener un poco de intimidad.
— Está bien, llámame cuando hayas terminado y no soy amo sino Jhon—
Me levanto del baño con cuidado y me acerco hasta el espejo, mi reflejo me asusta mi cara esta morada e inflamada, mis brazos no están mejor. Levanto mi camisón y veo que el resto de mi cuerpo no está mucho mejor.
La puerta se abre de golpe.
— No te dije que me llamaras!— dice un tanto enfadado.
— Lo siento amo, digo señor Jhon—
Veo como su cara se tensa, pero no dice nada más, con cuidado me coge entre sus brazos y me lleva hasta la cama, un escalofrío recorre mi cuerpo cuando esté hunde su cabeza en mi cuello aspirando mi aroma.
— Cómo te llamás? Tienes familia? Cuántos años tienes?—
— Valery, no, 18 años señor Jhon—
— No me llames señor por favor es algo que me molesta—
— Está bien se...—
— Qué es lo que te pasó ayer?—
Esa pregunta me deja helada, no le puedo decir lo que hacía y a lo que me dedicaba, de momento aquí son buenos conmigo, si hablo me pueden devolver allí y no es lo que quiero. Sin poder evitarlo comienzo a temblar las lágrimas caen de mis ojos sin poder remediarlo. Prometí no llorar, llorar es de débiles pero no puedo contenerme.
— No llores, por favor para! no puedo soportar verte así —dice acercándose a mí y abrazándome.
Un abrazo que quiero rechazar, no me gusta el contacto físico pero con el no me siento mal, no me asquea, tan solo me transmite seguridad y calidez.
Una vez que me calmo el se separa de mi y limpia con cuidado las lágrimas de mi rostro.
— Ahora debes descansar volveré más tarde para despedirme—
— Te vas? Por qué? —no sé porque lo he dicho pero no lo he podido evitar. Veo como una sonrisa se forma en sus labios.
— Tengo que salir por cuestiones de trabajo, solo estaré fuera dos días, Nana se ocupará de ti —dice para después dejarme un beso sobre la frente, un beso que hace que me estremezca.
No he sentido miedo, tampoco me ha desagradado ha sido totalmente diferente y raro. Es como si de verdad me hubiese gustado.
Me tumbo y me quedo dormida. A la hora de la comida Nana me despierta y se queda conmigo.
— Y Jhon ya se ha ido?— pregunto curiosa.
— Alguien me echaba de menos— dice desde la puerta. Me siento avergonzada si no tuviese la cara morada se vería totalmente roja por la vergüenza.
Me destapa y me ayuda a levantarme, me ofrece un brazo y camino hasta el sillón que hay junto a la ventana.
Desde aquí puedo ver un bosque y casas de madera, esto no es el pueblo, donde estaré?
El se queda mirándome durante un rato.
— Estoy retenida?—
— No —
— Entonces me puedo ir cuando quiera?—
— No —
Esa respuesta y ese tono hacen que me asusté.
— No me pegue por favor, me portare bien lo prometo—
— Oh diosa que difícil es esto... —dice con frustración — no quería asustarte, y no te voy a pegar. Cuando vuelva de mi viaje te lo contaré todo—
Sale de la habitación dejándome sola y confundida.