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Capítulo 13: El hombre escondía tanta malicia.

Senda tiró la camisa mojada por la lluvia a su antojo, y luego se desabrochó el cinturóncon incrustaciones de diamantes alrededor de su cintura.

-¿Qué quieres hacer?- Mauren le vio el vigoroso músculo pectoral casualmente y eso le turbó la respiración.

Ella se desprendió la mirada con prisa y no se atrevía a ver la fisonomía que se desvistió tan cautivadora que no soportó lanzarse sobre él.

-Senda, me he equivocado, aceptaré si quieres castigarme, pero cero que no tienes ganas de contraer esponsales conmigo.-

Ella no le gustaba en absoluto, no sabía qué le hubo pasado esa noche, y él hubo hecho el amor con ella.

Pero evidentemente, todo lo que hubo ocurrido era una contingencia.

Le dijo, -Yo misma iré a tu casa a pedir excusas para que la abuela entienda que todo esto no tiene ningna relación contigo.-

-Por eso, ¿si todavía quieres cancelar el compromiso?- él se volvió y le dirijió la mirada a Mauren poniendo el cinturón en la camisa.

-No, no es eso.- Mauren entendía mucho que para Senda un hombre tan orgulloso, si ser rechazado por una mujer era igual que darle una gran vergüenza.

-Señor Senda, no quiero ser obstáculo para ti, como lo que tú piensas, es muy difícil que llevemos bien.-

-No lo creo, es demasiado armónico cuando nos quedamos juntos, tanto el tamaño como el ritmo, ¿no?

Se cerró la puerta del cuarto de baño, y luego sonó el sonido de la ducha.

Mauren se encontraba atortolado un buen rato para comprender qué significaba lo que hubo dicho Senda.

¡Por Dios! ¿el tamaño y ritmo? ¿la repuesta era realmente decirse desde la boca de Senda? ¿por qué ese hombre se diferenciaba totalmente en él de su memoria?

Las mejillas se le ponían roja como un tomate, y la chica no podía imaginar que las palabras tan sexuales salieron de la boca de Senda.

Se hallaba extraviada. ¿Si debía huirse aprovechando el tiempo que estaba él duchándose?

Pero no sabía si hubo guardias afuera, y una vez que se capturara, no le dejaría un buen resultado.

No notó cuánto tiempo llevaba irresoluto y alguien llamó la puerta de la habitación de repente. Hedi le trajo la ropa a Senda.

Mauren le preguntó a Hedi con una expresión desesperada, -Hedi, ¿qué quiere hacer Senda? ya conozco mi error.-

No le gustaba mucho suponer la idea de los demás, en especial, la de un hombre tan inconcebible como Senda.

Hedi se sorprendió con su sinceridad, los dos se hubieron visto solo dos veces, pero como si ya se conocieran mucho tiempo.

Hedi disminuyó el asombro, y le contestó atentamente, -Dama, el señor se te preocupa por la soledad, por eso ha ido a acompañarte.

Si no se hubo cancelado el banquete de contraer esponsales por accidente, la dama futura ya vivía en la casa del Pérez en ese momento.

Por otro lado, el señor y la dama futura se estaban enamorandos ese noche, era normal que tuviera afectos melifluos.

Aún no sabía por qué vino Senda a la casa de López después de enfadarse.

¡Qué difícil columbraba lo que pensaba el jefe!

Le dijo, -Le cuida bien a Senda, tengo que irme.

-Hedi...-

-Sí, dama, Senda ya ha ordenado que si dama quiere hacer algún juego de escape, mañana puedes escuchar la grabación sexual del señor y dama a través de todas las principales plataformas de Internet de la Ciudad Norte.-

-¿Qué has dicho?- Mauren estaba asustada aquí.

-Le he olvidado decir que dentro del coche hay el sistema CarLog de multifunción, aunque no puede hacer vídeos, pero la calidad de grabación, excelente.-

¡Mierda! ¡eso era la amenaza! Mauren apenas aguantó injuriar.

Ella intentó originalmente escapar esa noche, pero no esperaba que el malicioso hombre ya lo hubiera previsto.

-Dama, me voy primero, ¡que tengáis un buen sueño!-

Les cerró la puerta moviéndose mano y le dejó una señal de despedida.

Mauren todavía no se despidió del enfurecimiento cuando se abrió la puerta del cuarto de baño...

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