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Capítulo 2

—¡Feliz cumpleaños! —La señora Morris me abraza con euforia.

—¡Gracias! Lindo regalo. —Sonrío muy feliz, abrazando la cajita color rosa.

—¡Feliz cumpleaños! —Ron y Kim espetan al unísono.

—Gracias —respondo con vergüenza y miro al freak—. ¿No me dirás feliz cumpleaños?

—Arg... —gruñe como perrito—… Feliz cumpleaños... —Baja la mirada al suelo.

—Gracias. —Le abrazo.

—¡Oye! —Me espanto cuando el tonto me empuja.

—¡Ashton! —La señora Morris lo reprende con preocupación y reclamo en su mirada—. No se trata así a una niña. Pídele disculpas.

—Arg... —Vuelve a gruñir fastidiado—… P-Perdón... —tartamudea sonrojado. Por mi parte, me encojo de hombros.

—¡Perdonado! —Le sonrío y tomo su mano suavecita—. ¡Vamos! —Me lo llevo a rastras para enseñarle mi hermosa fiesta de cumpleaños. Me acerco a los chicos, pero ellos nos miran feo.

—Hablemos. —Mis amigos me jalan por el brazo lejos de Ashton—. ¿Te vas a pasar toda la fiesta con el freak?

—Se llama Ashton y es mi amigo. —Todos ríen.

—¿Tu amigo? El monstruo no tiene amigos, de seguro te engaña para que le tomes confianza y luego comerte como se comió al gato de la señora Póker. —Jenny se burla de mi nuevo amigo, por lo tanto, me dan ganas de echarla de mi fiesta.

—¡No es cierto! ¡Él es mi amigo! —Me cruzo de brazos y hago un mohín.

—¡Entonces eres la novia del monstruo! Si te besa te conviertes en una bruja chupa sangre. —Ron me ataca con sus tontas palabras.

—¡Pero Ashton vive en tu casa! Eres un brujo entonces. —Lo enfrento, no obstante, él niega con su cara de niño malo.

—Yo no le hablo ni me le acerco. Además, mi mamá no le permite que nos coma. Ella lo recogió de la calle porque es huérfano y no tiene donde vivir, yo le advertí que él es peligroso, pero mamá me regañó y me amenazó con castigarme. —Ron se defiende como el tonto que es.

—Tal vez no sea un monstruo de los que comen gente —sugiero para que lo acepten, mas ellos niegan con cara de desprecio.

—Pero es un monstruo y no nos agrada. Si le hablas a él no seremos tus amigos. —Jenny me amenaza y quiero llorar. Se están comportando muy feo con mi nuevo amigo.

—Pues no les daré de mi pastel —amenazo, también.

—Tú mamá nos dará. —Ron dice con sorna. Al instante, todos me sacan la lengua, entonces yo hago lo mismo.

—¡Tontos! —Me alejo de esos niños malos y miro a Ashton, quien no deja de observar el suelo—. ¿Escuchaste lo que dijeron? —le pregunto y él asiente con timidez. Me da penita con él—. No les hagas caso, yo seré tu amiga.

Ashton no responde. Aprovecho el momento para preguntarle:

—Oye… ¿Eres un monstruo? —Él encoge los hombros—. Ummm... —Lo observo pensativa—... No importa. No todos los monstruos son malos. Yo tengo muñecos de monstruos muy bonitos y veo muñequitos donde hay monstruitos buenos. —Le sonrío—. Tú serás mi amigo y te voy prestar mis juguetes, te puedo enseñar a bailar ballet si quieres. Podríamos buscarte un tutú azul o negro... —Ashton sale corriendo dejándome con la palabra en la boca.

***

—Cariño, ¿cuánto tiempo llevas allí parada mirando a la nada? —Mi mami me saca de mi ensoñación, todavía observo el camino por donde ese chico raro se fue, no entiendo la razón de salir corriendo—. Vamos a cantarte ‘feliz cumpleaños’, ven.

—Pero... —Observo el camino otra vez, me siento triste porque mi amigo monstruito no estará cuando cantemos.

—Ven, cariño. —Mi mami me lleva a rastras.

—¡Feliz cumpleaños! —gritan todos a coro después de la canción.

—¿Ves? Tu mami nos dio pastel. —Se acerca Ron y lo miro mal.

—Ojalá te de diarrea —espeto y me voy.

—Mami, saca un pedazo aparte, por favor —le pido a mi mamá.

—Ummm... —Ella analiza con recelo.

—No es para mí, es para un amigo —aclaro, pero ella se queda mirándome con desconfianza—. ¿Recuerdas el chico raro que vino con los Morris?

—Sí, creo que es el sobrino de ellos, los Morris lo adoptaron porque... —Mi mami se calla de repente y tapa su boca.

—¿Él es primo de Ron y Kimberly? —pregunto con asombro, eso no me lo esperaba.

—Sí. Es hijo de la hermana de Peter. Debes ser buena con él, se ha quedado solito y necesita mucho cariño. —Mamá me sonríe extendiendo el pedazo de pastel.

—Sí —asiento con emoción y me apresuro a la salida.

***

—¿A quién buscas? —Kimberly me aborda.

—A tu primo Ashton, ¿lo has visto?

—Ummm... —Pone su dedo sobre sus labios—… Lo vi que regresó corriendo hace un momento. Le pregunté la razón de haberse marchado, pero no me respondió. Ese niño es muy raro.

—Gracias, Kim. Lo buscaré entonces.

***

—¿Qué haces aquí? —Suspiro al encontrarlo y me siento a su lado.

—Me gusta sentarme debajo de los árboles —responde con la mirada en dirección al suelo.

—Toma, lo saqué especialmente para ti. —Le extiendo la porción de pastel que guardé para él.

—Gracias...

—A ti no te agrada hablar mucho. ¿Te gusta mi pastel? Está delicioso y es rosado como Rosita Fresita. No lo viste porque no me cantaste ‘feliz cumpleaños’, tenía una muñeca muy bonita de ella y ya me la comí. Jenny la quería, pero yo le dije que es solo para la cumpleañera; entonces ella me pidió un poquito, yo le saqué la lengua y no le di, puesto que ella no me habla.

—Haz pausa o te vas a ahogar.

—Perdón. Mi mami me dice que debo hablar más lento, sin embargo, se me olvida. ¿Por qué tú no hablas? ¿Y por qué comes gatos? Tú no te comes a las personas, ¿cierto?

—Arg... Ummm.... Toma...

—¿Para mí? —Agarro la pulsera rosa y me la pongo. Es muy bonita—. Gracias. ¿De dónde la sacaste tan rápido?

—¡Feliz cumpleaños!

—Gracias, pero no me has respondido.

—Eres muy parlanchina y tu voz chillona. Gracias por el pastel. ¡Adiós, Rosita!

—¡No me llamo, Rosita!

—Como sea. ¡Qué disfrutes tu fiesta, Rosita!

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