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Capítulo 2

La gente abrió un círculo en la sala, toda la atención se centró en nosotros dos, pronto comienza a sonar una música tranquila y comenzamos a bailar, lo miro a los ojos y pronto el recuerdo de la propuesta de matrimonio comienza a atormentarme, ¿por qué estaba él? Haciendo esto, si es verdad ella sabe lo triste que me pondrá.

Espero que esto sea una ilusión porque sabía que si fuera cierto lo odiaría por el resto de mi vida, y odiaría hacer esto, dejé caer una lágrima solitaria, entonces vi su expresión cambiar, se veía preocupado.

Henry- ¿Estás bien querido?

- Sí, lo estoy, mi padre, simplemente emocionado por la fiesta.

Le doy una leve sonrisa y él me devuelve el abrazo, luego la canción termina. Después de eso traté de buscar al hombre que había visto pero no estaba, la noche pasó rápido así que la fiesta terminó.

Fui a mi cuarto y aparece Mariana.

- No necesito ayuda Mariana, gracias.

Ella acepta y se va, justo cuando me dispongo a acostarme, mis padres aparecen en mi habitación.

Cecilia- ¿te gustó la fiesta?

Asiento y ella sonríe.

Henry- hija mañana tenemos que hablar

Veo la expresión de mi madre, está preocupada.

- ¿Deberia estar preocupado?

En este momento sentí que mi corazón dejó de latir.

Henry- no es mi muñeca

Me besan en la frente y se van

Estoy completamente paralizada, ¿es verdad?, ¿va a hablar de la boda?

A la mañana siguiente me despierto y aún no había llegado Mariana, tomándome y viéndome, quisiera decir que se me había olvidado lo que mi padre me dijo ayer pero me atormentaba hasta en mis sueños, que quiere contar. ¿yo?, ¡Por favor Dios que no es lo que estoy pensando!

Llega mariana y estoy lista

mariana- lamento llegar tarde señora

- No hay problema Mariana, ¿estás bien?

Mariana- no muy señora hoy me levanté con un fuerte dolor abdominal

- entonces ¿qué haces aquí?, tómate el día para cuidarte por favor, te quiero vivo

Ella sonríe y sale del cuarto, tomo un libro y empiezo a leer, fue lo único que me distrajo, a los pocos minutos escucho un golpe en la puerta, era mi madre.

Cecilia- buenos días hija

- Buenos dias mama

Cecilia-¿lista para desayunar?

- Sí .

Hoy el desayuno fue en el jardín, no entendí por qué, ¿era un día especial?, apenas termino mi madre me recuerda que mi padre quiere hablar conmigo.

Cecilia- hija, ¿recuerdas que tu padre quiere hablar contigo?

- si mamá, ya voy a verlo, ¿vienes o es una reunión súper secreta?

Le digo sonriendo y ella me acompaña, llegamos a la oficina de mi padre él estaba ahí, al verme me dio una leve sonrisa.

Henry- buenos días muñeca, por favor siéntate.

- buenos días papá, ¿es tan importante la conversación?

Henry- entonces, tengo una historia que contarte, espero que mantengas la mente abierta sobre esto y trates de comprender todo lo que había que hacer, esto tendrá un gran impacto en ti de ahora en adelante.

- por favor dime mi padre

Henry- entonces, apenas tomé el trono supe que necesitaba aliados, y mi amigo de la infancia ya había subido al trono, en ese momento su reino estaba sufriendo mucho, sin hombres en sus tropas y sin comida para alimentar al pueblo, él estaba desesperado al punto de reclamar la corona, así que como era mi amigo y gracias a su abuelo nuestro reino era abundante y teníamos las mejores tropas, decidí hacer un trato, en ese momento su madre, Cecilia, estaba sospechando que ella estaba embarazada, y la esposa de Severus, mi amigo, estaba embarazada así que pensamos que sería mejor hacer una alianza, si yo tuviera un hijo y él una hija ya estaban prometidos el uno al otro, el reino de Severus siempre estuvo uno de los más grandes, pero en ese momento casi se cae, sabía que se volvería a levantar, solo necesitaba ayuda, y yo era la ayuda, pero lamentablemente no podía dar sin recibir nada a cambio, así que hicimos este acuerdo, desafortunadamente su madre no estaba embarazada, así que meses después el reino se recuperó con nuestra ayuda y nació el primer hijo de Severus, años después naciste tú, así que nos reunimos para hablar sobre el acuerdo. Decidimos que sólo se lo diríamos a ambos cuando cumplieran dos años, y estoy cumpliendo mi promesa.

Me arden los ojos, me doy cuenta de que hacía rato que no parpadeaba, entonces es verdad, Dios mío, es verdad, me levanto y las lágrimas empiezan a caer, mi madre intenta abrazarme pero le suelto los brazos, fue como si estuviera aturdido, como si el mundo estuviera en silencio

- como tu puedes ?

Henry- hija, no ha habido un día en estos años que no haya pensado en eso

- ¿Tengo otra opción?

Henry- no, ahora somos nosotros los que necesitamos la ayuda, tal vez el reino tenga problemas de dinero, si unimos nuestros reinos ninguno de los dos tendría que preocuparse por eso.

Me quedo seria y lo miro, ¿así que para ti soy una mercancía? Me voy sin dejar que nadie responda, corro a mi habitación y me encierro, rompo todo lo que tengo delante, con el odio y el dolor que estoy ahora. ¡Soy capaz de matar a alguien!

días después...

ya estoy aceptándome, después de todo mi reino está en juego, lloré tanto que tal vez no tenga lágrimas para las próximas decepciones, Mariana me está arreglando el cabello, hace dos días recibí el noticia de que llega mi futuro pretendiente, ¿Cómo reaccionó cuando se enteró?

Mariana- lista señora, se ve hermosa

- gracias mariana

Durante esos días mi única compañía era Mariana, no quería ver a nadie, solo hablaba con ella y solo comía lo que ella traía, digamos que nos volvimos un poco íntimos.

mariana- ¿estás ansiosa?

- emociones

lo digo en serio

Mariana- ¿y si es un gato, y si entre ustedes nace un amor platónico?

pongo los ojos en blanco

- claro que eso no pasará, él también debe odiarme

Mi madre aparece en la puerta y de inmediato me callo, dejando mi expresión seria.

Cecilia- es hora

Bajé a la habitación y ya estaban allí, todos bien arreglados, yo llevaba un vestido lila, era sencillo, al fin y al cabo no sabía cómo vestirme para encontrarme con mi pretendiente.

Henry- por favor hija, sé educada, sé que es difícil para ti

No lo miro, vimos llegar un carruaje, dios mio ya es, fuerzo una sonrisa amistosa, veo bajar del carruaje dos hombres y una mujer, se acercan y....... NO ES ¡POSIBLE!

Veo a un anciano, probablemente de más de un año, debe ser amigo de mi padre, Severus, la mujer era demasiado joven para ser su esposa, debe ser su hija, tenía el cabello muy negro y largo, era alta y tenía un cuerpo envidiable, postura impecable, rostro serio y rasgos llamativos, tenía ojos marrones, felinos, era como si prestara atención a cada movimiento que hacían las personas.

Fue como si sus ojos me retuvieran hasta que escuché pasos rápidos, un hombre estaba a su lado, Dios mío, es el hombre que vi en la fiesta, esta vez pude apreciar cada detalle de su rostro, era más alto que la chica. Mujer, él también tenía rasgos marcados, una mandíbula marcada y el color de sus ojos era el mismo color que la miel.

Henry- hija, este es mi amigo Severus, y estos son sus hijos, Milena y Sebastian.

Me inclino, la mujer corresponde y el hombre besa mi mano.

Severus- hola mi viejo amigo, y Cecilia, ¿no estás envejeciendo?, estás más hermosa que antes.

Cecilia- gracias Severus, ¿cómo estás?

ella pregunta sonriendo

Severus- con un bastón, en unos días me veo siendo cargado por mis hijos

Henry- Nunca Severus, todavía eres fuerte

todos sonríen

Henry- ¿vamos a mi oficina?, dejemos que los jóvenes se conozcan.

Severus asiente y se van, estoy muy nervioso, su postura me asusta, pero claro no lo demuestro.

- Entonces, mi nombre es Stephany.

Milena- Encantado de conocerte Stephany

El hombre solo me mira fijamente

- ¿Estás de acuerdo en dar un paseo por el castillo?

Ella asiente y él responde.

- Por supuesto, ¿podrías llevarnos a la biblioteca?

Su voz es fuerte y un poco ronca, era como si me estuviera dando una orden.

- Por supuesto

Los llevo allí, miran la biblioteca como si fuera el paraíso, Milena toma un libro y da una breve sonrisa.

Milena- ¿la princesa prometida?, Buena elección, ella se queda con el libro.

Sebastian- es bueno, aparte del cliché.

Milena- si tienes corazón de piedra no culpes al escritor sebastian

Sonríen, tenían sonrisas hermosas, parece que se olvidaron que estaba allí.

Milena- entonces Stephany, ¿qué te gusta leer?

Pregunta tratando de incluirme en la conversación.

- bueno, me gustan algunos clichés, pero mis favoritos son cuando la mujer no es una chica puritana

milena- buena respuesta

- ¿Y tú Sebastián?

trato de interactuar con el

Sebastian- No tengo un favorito, pero me gustan las historias con aventuras.

Él responde de manera seca.

Amigo, esta es la última vez que intento una interacción.

Milena- Stephany, ¿podrías mostrarme dónde está la toallita?

Por supuesto, se lo muestro y vuelvo a la biblioteca, miro algunos libros y escucho la voz de Sebastián.

Sebastian- escucha, se que debes odiarme por el matrimonio, pero me importa un carajo, me voy a casar contigo por la gratitud que tengo hacia tu padre, por ayudar a mi reino, sé lo que puedes pasa y sé que mi reino puede ayudar, no sé si estuviste de acuerdo con esto pero haré todo lo posible para que funcione, después de casarnos no necesitamos ser amigos ni dormir juntos, a menos que tú quieras. (dice acercándose) Pero si

te niegas solo porque quieres casarte por amor y ver caer tu reino, te diré que serías una pésima líder además de una puta egoísta.

Habla y se va, sin darme la oportunidad de defenderme, me hizo hervir la sangre, ¿cómo puede pensar que quiero ver mi reino en ruinas, cómo puede pensar que puede hablarme así y salir ileso?

Lo siguiente que sé es que tengo las uñas clavándose en la palma de la mano.

Milena llega y me mira confundida.

Milena- ¿Dónde está Sebastián?, ¿Por qué te perforas la mano?

- Camino hacia él y la enfrento, ella hace lo mismo al mismo tiempo, y como si fuera un animal entrenado para pelear.

- tu hermano es un idiota

Milena-dile eso

Ella se va y yo la sigo enseguida.

- ¡Voy a buscar a ese maldito idiota, me va a escuchar!

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