Prólogo
La vida es un asco.
Bueno, estoy exagerando, pero este año tampoco será mi año favorito de toda mi vida.
En primer lugar, mi hermano mayor Logan se fue a la universidad fuera de la ciudad. Lejos, muy lejos. El maldito me dejó sola con mis padres adictos al trabajo.
Igual me alegro por él. Lo malo, es que no se fue solo, se llevó a la mayoría de mis amigos. Su novia, Elena, y los demás, Autumn y Julian, se fueron junto con él a la misma universidad. ¡Se pusieron de acuerdo sin decirle a nadie! Son unos malditos desgraciados. Los odios. Los amo mucho, pero los odio.
Mis primo Matty y su novia Lexie también están estudiando lejos de la ciudad, pero de eso hace mucho. Han pasado ya tres años desde que Matty se fue a vivir con Lexie y se cambió de universidad. Tenía catorce años cuando eso pasó y ahora tengo diecisiete, a solo unos meses de cumplir dieciocho. La única de todo nuestro grupo que queda en la ciudad es Mia, mi otra prima hermana melliza de Matt.
Mia es la única chica leal entre nosotros. Bueno, ella no es la única que queda. Jacob Lawrence también está aquí. Quedamos los tres.
¿Quién es Jacob Lawrence para mí?
Esa es una pregunta difícil. No porque no pueda contestar sino porque tiene muchas respuestas. Primero, Jake es mi amigo de la infancia. Nos conocemos desde que estábamos en el vientre de nuestras amadas madres. Es el hermano de la novia de mi hermano así que debe haber una relación extraña entre nosotros, pero ni idea de cómo se dice. Es mi compañero de curso. Tenemos casi las mismas clases y nos vemos todos los días. Además, tenemos el mismo grupo de amigos en el instituto así que es inevitable pasar tiempo con él.
Por último, es mi exnovio. Si, como escucharon, exnovio. ¿Saben lo incómodo que es que uno de tus mejores amigos sea también tu exnovio? Y es que no es solo mi exnovio. Jake fue el primer y único novio que he tenido en mi vida. Fue el primero en muchas cosas. Duramos un año, quizá un poco menos, unos nueve o diez meses. Luego terminó.
Lo odié. Incluso, aun quiero matarlo a veces, pero ese idiota carismático hace que sea imposible odiarlo. Me convenció de que fuéramos amigos porque como sea nos íbamos a seguir viendo. Tenía razón así que acepté. No estoy segura de sí me arrepiento o no.
Según Camila, mi mejor amiga, Jake y yo seguimos queriéndonos, pero ella está loca. No siento nada por Jake y sé que él no siente nada por mí. Por alguna extraña razón le gusta recordármelo. Cami está en su estado romántico porque ella es feliz con su novio Christian, quien es uno de los mejores amigos de Jake.
Si, él y yo tenemos nuestros caminos unidos y enredados.
Mañana empieza mi año final en el instituto. Mis amigos y yo nos despediremos de este verano como corresponde y como solemos hacerlo... bromear y pasarla bien.
Como me gustaría que mi vida se quedará así. Donde mi única preocupación en este mundo es pensar qué haremos mis amigos y yo
Estoy sola en casa, como es usual. Mis padres entraron a trabajar hace dos días, luego de que acompañáramos a Logan a la universidad y nos despidiéramos. Sus turnos son un asco. Hay días en que no los veo y tengo que ir a quedarme a casa de mi tía junto a Mia. Así que mi casa es perfecta en estos momentos para una junta con amigos.
Mi timbre suena y camino a la puerta para abrirla. Jake está al otro lado con su sonrisa atrapa chicas y sus ojos celestes que han enamorado a muchas chicas. Incluyéndome, lamentablemente.
Otra cosa, Jake vive a solo unas calles de mi casa. Genial.
- ¡Hola, rubiecita! - saluda Jake pasando por mi lado y entrando a casa.
¿Acaso cree que está en su casa? Bueno, algo así. En su defensa, su casa también es como mi casa.
-Hola, celestito- lo llamo por el apodo que le puse por sus ojos y cierro la puerta para seguirlo hasta la sala.
Jake y yo nos pusimos esos apodos cuando éramos novios. Al principio era incómodo seguir usándolos, pero a la vez inevitable. La incomodidad se fue a los meses siguientes y ahora yo soy rubiecita y él celestito.
- ¿No han llegado los demás? - pregunta Jake después de sentarse en uno de mis sillones- Tengo hambre.
-Sabes dónde está la cocina, busca algo.
-Eres la peor anfitriona de la vida- bromea mientras se levanta y camina a la cocina.
Yo lo sigo ignorando su broma. Jake es una de las personas más bromistas que he conocido y después de una vida entera junto a él ya me he acostumbrado.
Toma con total confianza unas galletas que encuentra en la despensa, las abre y comienza a comer mientras se sienta en una butaca. Yo me siento a su lado y le quito algunas galletas y recibo una mala mirada de parte de él, pero sé que es solo broma.
-Los demás deben venir en camino- respondo a la pregunta que me había hecho antes.
- ¿Quienes vienen?
-Los de siempre- respondo y me llevo otra galleta a la boca- Cami, Nate, Chris y Maxi.
Jake hace una mueca al escuchar el nombre de mi mejor amigo Maximiliano. Cami y Max son mellizos y ambos son mis mejores amigos. Por alguna extraña razón, Max y Jake no se llevan bien. Para nada. Incluso, diría que hasta se odian, pero se soportan porque tienen los mismos amigos.
- ¿Por qué viene ese imbécil? - pregunta Jake con el ceño fruncido
Tomo una de las galletas y se la tiro a la cabeza. Mi buena puntería es genial porque la galleta le da en el ojo. Me río y me gano una mala mirada de Jake.
-No hables así de Maxi- le digo fingiendo enojo. Jamás me he podido enojar con Jake- Y viene porque es mi mejor amigo y lo sabes.
-Pero es un imbécil...
-Tú también y aun así estás aquí- respondo dando mi mejor sonrisa come mierda.
Nosotros nos tratamos así, ya es normal. Por mi parte, empezó como una defensa para que Jake no se diera cuenta que me gustaba cuando éramos niños. Él no me trata mal, suele seguirme el juego, pero nada más. Yo soy la tonta que los sigue tratando como si fuera mierda, pero no puedo dejar de tratarlo así.
-Me amas y lo sabes- comenta mirándome coquetamente
Algo se remueve en mí. Todo comenzó con esas simples palabras un verano hace tres años. ¿Cuántas veces escuché a Jake decir esas palabras? Miles.
Cosas así hacen que quiera a odiar a Jake.
El timbre vuelve a sonar y yo respiro. Quien sea que esté al otro lado de la puerta me ha salvado la vida.
Me bajo de la butaca y corro para abrir la puerta. No siento a Jake detrás de mí así que supongo que se quedó en la cocina comiendo sus galletas.
Al abrir la puerta me encuentro con mi mejor amiga y su ceño fruncido en mi dirección. Estoy a punto de preguntarle qué es lo que hice ahora para hacerla enojar, pero antes de que pueda siquiera abrir la boca mi amiga lo hace primero:
-Tu amigo es un idiota- tiene los brazos cruzados y con pasos decididos pasa a mi lado y entra a la casa.
Todos mis amigos se sienten como en casa siempre. Como mis papás nunca están en casa, ésta siempre es el lugar de encuentro. Logan también traía a sus amigos y a Elena todo el tiempo.
Cuando vuelvo la mirada al frente, veo a Christian parado ahí con una sonrisa en la cara.
- ¿Tú eres el idiota? - le pregunto al novio de mi amiga
-Me odia porque sabe que soy mejor que ella en todo- responde con el mismo tono de voz chistoso que usa Jake.
- ¡Eso no es cierto! - grita Cami desde la cocina.
Dejo entrar a Chris que me da un beso en la mejilla de saludo. Cuando llegué de mis vacaciones lo primero que hice fue ir a visitar a Cami así que ya había visto a la parejita.
Cami y Chris son novios desde hace cuatro años, es decir, desde que teníamos trece años. Son legendarios. Puede que peleen la mayoría del tiempo y a veces pareciera que se odiaran, pero en verdad se adoran. Son el uno para el otro. Ellos son ese tipo de parejas que sabes que se quedarán juntos por mucho, muchísimo tiempo más.
No es la única persona que está en la entrada. Me doy la vuelta nuevamente y ahí me encuentro a Nate, el mejor amigo de Jake y muy buen amigo mío.
Nate me ve y me abraza muy fuerte. Yo le devuelvo el abrazo. Conozco a Nate desde que teníamos cinco años. Puede que sea el estereotipo clásico del playboy de instituto que le gusta jugar con las mujeres, pero es buena persona dejando eso de lado. Además, tiene principios. Jamás ha intentado algo con Cami y conmigo. Con Cami porque es la novia de uno de sus amigos y conmigo porque soy la ex novia de su mejor amigo.
- ¿Han peleado todo el camino? - le pregunto haciendo referencia a la pareja del grupo.
-Como siempre, las cosas comunes- responde besando sonoramente mi mejilla- Al menos sabemos que las cosas no han cambiado.
Me hago a un lado para que pase y siento como se va a la cocina.
-Por cierto- escucho que dice Nate a mi espalda- Tienes mejor trasero este año, Emmie.
- ¡Vuelve a mirar mi trasero, Nathan Smith, y créeme que sentirás un gran dolor en tu entrepierna causado por mi pie! - le grito y escucho su risa como respuesta.
Todos son unos malditos bromistas. Nate, Jake y Chris son un trío de idiotas que viven por hacer al mundo reír.
- ¿Te olvidaste de mí? - escucho la voz de Maxi a mi espalda.
Vuelvo a ver a la entrada y me encuentro con la sonrisa adorable de Maxi parado allí. Me fijo en sus lindos hoyuelos. Hace más de dos meses que no veía a Max. Cuando fui a casa de Cami y Maxi, él estaba en una de sus clases de guitarra. Él no toma la clase, él las da. Maxi es un muy buen músico y canta como los dioses.
Me tiro a los brazos de Maxi. Él es mi mejor amigo. Cuando terminé con Jake fue él quien hizo el papel de paño de lágrimas a pesar de que yo no quería nada con nadie. No dejé que Cami hiciera ese papel, pero a Max no pude negárselo. Siempre está a mi lado. Pase lo que pase. Es el mejor de todos.
- ¿Cómo crees que voy a olvidarte?
-Pasaste dos meses con Jake- comenta casi vomitando el nombre de Jake- Sería bastante normal que te olvidarás de tu mejor amigo.
Maxi tiene razón. Como todas las vacaciones, las pasé con la familia de Jake y la familia de mis tíos. Siempre es difícil porque todo con él comenzó durante vacaciones, pero tengo que aprender a vivir con eso porque sé que siempre será así.
-Sabes que las cosas entre Jake y yo están cerradas con llave- comento aun abrazada a Maxi
-Pues, eso espero. No quiero volver a verte llorar por ese imbécil.
Ruedo los ojos. Siempre estoy entre Jake y Max. Intento que se lleven bien, pero es imposible. Al menos se soportan y se ignoran cuando estamos todos juntos. No hacen que el ambiente se ponga tenso y eso es genial.
Quiero a ambos en mi vida. Jake y Maxi son fundamentales y no me gustaría tener que elegir entre ambos porque sinceramente no sé a quién elegiría.
Pasamos a la cocina y ahí están todos saludándose porque la mayoría no se había visto en todo el verano. Chris y Cami ya se están besando así que su pequeña y tonta pelea ya terminó.
Este es mi grupo de amigos. Cuatro chicos y dos chicas. Cami y yo somos las típicas mujeres que prefieren tener amigos hombres a mujeres. Excepto entre nosotras. Somos las únicas mujeres que soportamos.
-Así que- dice Nate tomando una de las galletas de Jake y por eso se gana un golpe en la cabeza por parte de su mejor amigo- ¿Qué haremos para despedir el verano y saludar al año final?
Nos miramos entre todos. Mi mirada va a la cara de Jake y él también me mira a mí. Ambos sabemos cuál es el mejor lugar para despedir el verano.
...
Cami y yo corremos para agarrar un columpio y mi amiga castaña me gana. Como la persona madura que soy, le saco la lengua y golpeo su brazo. Los chicos vienen a nuestra espalda, aunque Chris también comienza a correr para llegar al columpio.
Estamos en un parque entre la casa de Jake y la mía. Cuando él y yo éramos más pequeños pasábamos todos los días después de clase por aquí y jugábamos hasta que alguien se daba cuenta de que aún no llegábamos a casa. Normalmente eran nuestros hermanos o mis primos. Poco a poco, los demás se fueron integrando a nuestra tradición. Es un buen lugar para despedir el verano.
Los tres payasos, como suelo llamar a Jake, Chris y Nate, se cuelgan en los fierros que sostienen los columpios. Max, quien es el tranquilo del grupo se sienta en el suelo frente a su hermana y yo y saca fotos. Él es el artista, en todo sentido.
-No quiero empezar este año- comenta Cami haciendo un puchero.
-Va a ser un año de mierda- digo a mi vez demostrando lo mucho que odio esto- Nos van a presionar como si no fuéramos humanos.
-Al menos tus padres son relajados- dice Chris sorprendentemente en tono serio- Los míos ya están molestándome con el tema de la universidad.
-Mis padres no son relajados, son ausentes.
-Al menos tu padre no es el director del instituto- dice Jake que sigue de cabeza junto con Nate.
-No, pero mi tía que es como mi segunda madre sí.
Mi tía Maddie y el padre de Jake, Cameron, comparten el puesto de director en nuestro instituto. Además, son nuestros profesores.
Ni cuando estamos en el instituto nos podemos librar de ellos.
-Hagamos un pacto- dice Cami con su usual buen humor- Pase lo que pase este año, al final de éste, nos juntaremos aquí como los buenos amigos que somos.
Los chicos se bajan de los fierros y nos sonríen. Cami es como el pegamento que nos mantiene unidos a todos. Suele hacer de mediador cada vez que tenemos algún problema. Excepto con Chris, pero ellos son novios así que no cuenta.
-Es buena idea- dice Jake sin su tono de sarcasmo normal- El último día de clases.
-No, después de la graduación que será la última vez que estaremos juntos como compañeros- comenta a su vez Maxi.
Nate y yo nos miramos. Sabemos lo que viene. Jake y Max se miran con dureza, pero en segundos la expresión de Jake se relaja y todos los demás también.
-Odio admitirlo, pero tienes razón, Wilson- dice Jake y Maxi lo mira con suficiencia- pero si dices algo al respecto voy a golpearte.
-No he dicho nada, Lawrence- responde Max.
-Entonces- Cami se levanta del columpio y yo también. Todos formamos un círculo y ponemos una mano en medio junto con todas las demás- Después de la graduación vendremos aquí y estaremos justo como estamos ahora.
-Juntos- complementa Chris besando la mejilla de su novia- Como siempre.
-Prometido- decimos finalmente entre todos.
Que comience la fiesta.