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Capítulo 9: ¿Quién nos ayudó?

Al momento que Diego dijo el caso, Juan respondió apresuradamente.

-Y Juan, ¿conoces a alguien que se llame Celipe? Tiene como propiedad familiar un restaurante en la calle comercial.

En ese momento, Diego frunció el ceño de repente. Él no era de las personas malvadas. Pero, Celipe había planificado para que Germán y Florín le quitaran a Zeltia, y le dejaran en dicha situación de deshonra total.

Diego quería saber de todo corazón, ¿qué pasaría si algún día Celipe y su grupo se quedaran arruinados?

- ¿Celipe? Sé quien dices, su padre es un subordinado mío, ese restaurante está bajo el nombre de usted. ¿Le ha ofendido? -Juan habló cuidando las palabras.

-Sé cómo hacerlo, no se preocupe señor Diego . -Juan dijo después de un momento.

Diego no sabía qué iba a planificar Juan, porque ni siquiera él sabía lo que le estaba pasando a sí mismo. Fue la primera vez que Diego usó su identidad para presionar a otra persona, aunque le odiaba bastante, pero siguió sintiendo molestias en su corazón tras haberle presionado.

Diego no pensó más, guardó el móvil y salió del baño dirigiéndose al palco del restaurante.

No obstante, dentro de la sala se tomó un grande viraje. Justo antes, el grupo de Hilda y Blanca estaban llamando por teléfono para contactar con todos los amigos posibles en búsqueda de la solución. Pero en ese momento, Hernán vino corriendo repentinamente y pidió disculpas de forma solemne inclinándose delante de cada uno.

Claramente, eso significaba que no tenían que pagar por la rotura de la pecera de la buena suerte.

Cuando todos estaban en duda, vieron entrar a Celipe y entendían lo que había pasado.

- ¿Fuiste tú, Celipe? - preguntaron las chicas con sentimiento de adoro.

Incluso Celipe se estaba preguntando de la situación, porque en realidad se había escondido antes. Pero, cuando vio a Hernán correr de prisa hacia la sala, le siguió y al entrar se encontró con esa situación.

Celipe no dijo que no fue él, solo se rio diciendo que Hernán y su padre eran amigos, que no habría problema.

- ¡Dios!!Qué fuerte Celipe!

- ¡Qué guapo Celipe!

Las chicas guapas se convirtieron en fans de Celipe. En ese momento, Hilda miraba a Celipe sintiendo sorpresa y más amor por él.

-Al fin y al cabo, se trata de uno de los propietarios de la calle comercial JL. ¡Qué poderoso! -pensó Hilda.

Sin embargo, en este momento se abrió la puerta de la sala y entró Diego desde fuera.

- ¡Anda! ¡Ahora ve que se ha resuelto el caso y vuelve este cobarde! -dijeron las chicas mirándole con los ojos agrandados.

-Blanca, tengo mucha curiosidad de saber cómo has conocido a alguien así. -dijo Hilda con cara de disgusto.

Se dio cuenta Diego de que Juan ha hecho muy rápido las cosas, cuando Hernán vino corriendo ya se había solucionado el caso. Claramente tenía que ser eficaz, porque era propiedad propia suya.

No obstante, por las miradas de la gente, Diego sabía que al parecer se trataba de un malentendido, ellas creyeron que se solucionó gracias a Celipe.

¿Aclararlo?

Diego consideró que es innecesario explicarlo.

De verdad, opinó que Hilda era bastante guapa, pero ahora ya no tenía nada de interés por ella.

Esta vez, solo vino para hacer el favor a Blanca. Además, ¿aunque intentase aclarar alguien le iba a creer? Diego decidió no buscarse angustias.

-Basta, basta, si ya se ha resuelto el caso, ¿qué tal si nos vamos de juergas a otro lado?!Os invito! -dijo Celipe aplaudiendo las manos y miró a Hilda y las chicas guapas que tenía ella al lado, aunque Celipe todavía no entendía lo ocurrido.

- ¡Bien, bien! -aceptaron la gente y Hilda también sonrió levemente.

En comparación con Florín, ella pensó que Celipe además de que era guapo, maduro y responsable. Lo mas importante, fue que la hizo ver en ese día lo importante que era los beneficios que traían el poder y las relaciones sociales. ¡Eran muy fuertes las relaciones que tenía Celipe!

- ¿Seguir de juergas? Ya son casi las cuatro de la tarde, qué tal vamos a terminar…-dijo Blanca, porque después de este asunto ya no tenía más ganas de seguir.

-Sí, nosotros tampoco vamos, iros vosotros a jugar…-aceptó Niceto.

En realidad, los compañeros de dormitorio de Diego estaban algo decepcionados, porque se había planteado conocer y quedar con las chicas guapas del dormitorio de Hilda en el cumpleaños de Blanca. Sin embargo, se notaba claramente que Diego y su gente sobraban en ese momento.

-Ja ja, está bien. Porque los sitios que iremos, me temo que no tendréis ni ocasión de entrarlo en vuestra vida. Además, tampoco creo que pueda llevar a tanta gente a la vez, ¡es mejor que no vayáis! -dijo Celipe fríamente mirando a Niceto y Diego.

- ¿Qué? ¿Dónde? ¿No me digas que vamos al hotel de Celipe? - las chicas levantaron la cabeza.

-No, es a Club Fuente. ¿No se si lo habríais oído? -Celipe movió un dedo hacia los dos lados diciendo.

- ¿Club Fuente? Es el líder de la calle comercial JL, aquella Club donde se reúne a la gente rica. - Hilda se sorprendió en un instante por las palabras de Celipe,

Como lo que ha dicho Celipe, para algunas personas, realmente no hay esta oportunidad de entrar en este lugar en su resto de la vida.

El estatus familiar de Hilda era bastante buena, aun así, su padre pudo visitar el Club gracias a la invitación de otro familiar plutocrático. Hilda no había pensado que Celipe tenía esa habilidad.

- ¡Bueno chicas, voy a por el coche, os espero en la puerta! -Celipe saludó a la gente y salió.

Ese día, la belleza de Hilda sorprendió seriamente a Celipe y este decidió usar la misma táctica de lanzar dinero, que le había enseñado a Germán para perseguir a Zeltia. Celipe estaba muy seguro de que no habría chica que pudiera resistir el dinero.

-Blanca no seas aguafiestas, vamos juntos, que hoy es tu cumple. ¿No has dicho que tarde o temprano tendrás que ir a visitar este club?!Ahora es la ocasión! -Hilda cogió la mano de Blanca.

-Venga, que nosotros tampoco hemos ido al club. ¡Blanca, vámonos, que hoy es por tu cumpleaños! No pasa nada, que tenemos a Celipe, puede solucionar todos los problemas que ocurren en la calle JL , ¡tú misma acabas de ver su poder! -Florín sonrió con esperanza.

-Pero, lo que no entiendo era eso, Hilda, ¿no os parece extraño lo de antes? -Blanca frunció el ceño.

- ¿Extraño? ¿Qué quieres decir? ¿Te refieres a la pecera de la suerte? -Hilda también frunció su bello ceño.

-Sí. Acababáis de ver todos antes, la actitud de Hernán es tan dura, ni siquiera le hizo el favor a Celipe, incluso Celipe se comportó como un inferior. Pero, en menos de diez minutos, ¡la actitud de Hernán cambió totalmente! Incluso vino a pedirnos disculpas, ¿no os parece anormal? -dijo Blanca su duda y la sala se quedó en silencio en ese instante.

-Cierto, también me parece raro. Hernán no es de buen carácter, aunque fuera muy fuerte el padre de Celipe, que tiene el mismo poder que Hernán, ¿no sería raro que conseguiría que nos pidiera perdón en tan poco tiempo? -dijo Niceto.

Tras la explicación, Hilda también sentía que había algo ilógico, y antes lo ignoró porque estaba admirando a Celipe...

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