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Capítulo 4 Nunca vuelvas

A Olivia se le ocurrió una idea... ¿Podría ser muda esta niña?

Pensando en esta posibilidad, dijo suavemente: "Dame la mano, ¿vale?".

Mientras hablaba, extendió la mano.

La niña la miró tímidamente y su expresión se suavizó al oír su voz reconfortante.

Después de dudar un rato, estiró la mano hacia Olivia.

El tacto de la niña era suave y desprendía una sutil fragancia.

El corazón de Olivia se ablandó y no pudo evitar pensar en la niña que había fallecido.

Si hubiera crecido bien, ¡tendría esta edad!

Con este pensamiento, una pizca de ternura y pesar apareció en los ojos de Olivia.

Aunque la niña sabía que no debía acercarse a extraños, sintió un impulso inexplicable de acercarse. Y esta señora era innegablemente hermosa...

Isabelle no pudo evitar exclamar al ver esta escena: "¡Esta niña es tan delicada, su aspecto está a la altura de nuestros dos preciosos hijos!".

Cuando Olivia terminó de comprobarlo, asintió: "Creo que se ha separado de su familia. Llevémosla a la comisaría y veamos si podemos contactar con su familia".

Nada más terminar de hablar, la niña tiró repentinamente de la mano de Olivia.

Olivia bajó la mirada, desconcertada.

Era evidente que la niña se resistía a la idea.

Al ver la expresión de lástima en el rostro de la niña, Olivia sintió que se le partía el corazón.

"No tenemos que ir a comisaría".

Se agachó y negoció con la niña: "¿Tienes el número de teléfono de tu madre y de tu padre? Puedo llamarles para que vengan a recogerte".

Al oír esto, la niña dejó de mover la cabeza, pero en sus hermosos ojos apareció un atisbo de tristeza.

Después de esperar un rato su respuesta, Olivia pensó que no entendía y estaba a punto de decidirse firmemente a llevarla a comisaría, pero la niña volvió a hacer un movimiento.

Olivia vio cómo sacaba un bolígrafo y una nota adhesiva del bolsillo y escribía en ella una serie de números, seguidos de la palabra "papá", y le entregaba la nota adhesiva a Olivia.

Olivia extendió la mano y cogió la nota adhesiva, marcando el número del padre de la niña según los dígitos escritos en ella.

"Realmente es un poco muda".

Sebastian y Ethan susurraron en voz baja.

Olivia se detuvo y miró a sus dos hijos, advirtiéndoles: "No digas eso".

Los dos pequeños se enderezaron de inmediato, sonriendo con simpatía a la niña.

La niña los miró e instintivamente se acercó a Olivia, agarrándose a su falda. Sin darse cuenta, Olivia volvió a comprobar el número y pulsó el botón de marcar...

En la mansión Leer, Víctor atravesó la verja de la villa con rostro severo y preguntó: "¿Ha vuelto Sofía?".

El mayordomo, con expresión preocupada, le saludó diciendo: "No, no hemos visto a la señorita Sophia en absoluto".

Justo cuando terminó de hablar, el mayordomo percibió un aura opresiva que emanaba de su joven amo.

Los finos labios de Víctor formaron una curva fría y severa, y su ceño se frunció con fuerza.

¿Podría haber ocurrido realmente algo?

Al pensar en esta posibilidad, una oleada de ira se acumuló entre las cejas de Víctor, como si quisiera destruirlo todo en el mundo.

En ese momento, una mujer glamurosa entró apresuradamente desde el exterior, con un tono lleno de ansiedad. "Víctor, he oído que Sophia ha desaparecido. ¿Es cierto? ¿La has encontrado?"

¡La que llegó era Emma Thornton!

¡La mujer con la que Víctor quiso casarse una vez!

Pero ahora, la expresión de Víctor era bastante imponente. "Has venido en el momento oportuno. ¿Le dijiste algo a Sophia esta tarde? ¿Por qué se escapó de casa sin ninguna razón?"

Emma se quedó desconcertada por su pregunta, con cara de sorpresa. Luego lo miró atónita y protestó. "Víctor, ¿qué quieres decir? ¿Estás sospechando que le he hecho algo a Sophia?".

Su voz tenía un deje de dolor y sus ojos llorosos reflejaban inocencia. "¡Víctor, te juro que no he hecho nada! Estos años he tratado a Sophia como a mi propia hija, y tú lo sabes. ¿Cómo podría hacer algo para que huyera de casa?".

Mientras hablaba, su expresión llevaba un tinte de queja, sus ojos enrojecidos, retratando la mayor inocencia.

Por la tarde, le dijo a Sofía que cuando se casara con Víctor, tendrían unos hijos aún más guapos.

Para entonces, a Victor ya no le gustaría Sophia.

Como Sophia era muda, a Emma no le preocupaba que le contara la conversación a Victor.

Pero no esperaba que Sophia se escapara de casa.

¡Buen viaje!

Emma deseaba en secreto que aquella niña se muriera fuera, ¡para que no se interpusiera más en su camino!

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