Sinopsis
Alice anderson es una muchacha de veinte años hija de un ceo multimillonario, ella gasta y disfruta del dinero de sus padres hasta que la obligan a trabajar para ganarse la vida la empresa es de el padre de alice y kevin, otro ceo mas joven, mas arrogante, mas dominante y mayor que alice. Kevin tiene que viajar a las vegas para cerrar el contrato con unos clientes acompañandolo alice por recomendacion de su padre. Pero lo que pasa en las vegas no se queda en las vegas, ya que en la primera noche y por culpa de una borrachera, regresan el jefe y la ayudante casados y algo más.............
Capítulo 1 * LA ULTIMA FIESTA SIENDO LA NIÑA PIJA*
Me llamo Alice Anderson y soy hija de un CEO multimillonario de Kansas, tengo veinte años y una vida muy fácil, estudio lo que me gusta informática para empresas, pero no trabajo, me gustan ligar con los chicos más guapos de las fiestas, pero una cosa os puedo asegurar, ligar si, acostarme con ellos es otra cosa, porque me guardo y mucho para mi futuro marido, cuando lo encuentre claro.
Tengo una amiga que más que amiga es como una hermana para mí. se llama Cati y es un amor, su hermana Dory es la novia del socio de mi padre, otro CEO pero este aunque sea más gruñón, es un bombón, guapo, inteligente, unos ojos como el color de la miel, unos labios perfilados pero muy deseables, un abdomen muy bien trabajado y marcado, vamos el hombre ideal de cualquier chica, pero es el novio de Dory y es intocable según ella.
Mi padre ya me ha amenazado muchas veces con no darme más dinero, pero yo le hago mimitos y enseguida se le pasa el cabreo, aunque a veces se pone muy pesado, casi siempre consigo lo que quiero.
— Alice esta noche hace una fiesta en su casa mi cuñado y gracias a mi hermana estamos invitadas, me ha hecho prometerle que nos portaremos bien, pero he cruzado los dedos “”Fiesta”” — me dijo mi amiga gritando cuando entro en mi casa.
Para ir a la fiesta mi amiga y yo fuimos casi iguales vestidas, vestido corto malva, con la espalda al descubierto porque hacía calor, zapatos de brillantes y bolso de cachemire, como debe ir una damita. Cuando llegamos a casa del novio de Dory, saludamos a los conocidos mezclandonos entre los invitados, acercándose a mi el asistente de mi padre ofreciéndome una copa, Klaus que así se llama no está nada mal, pero a mi el que verdaderamente me gusta es Kevin, muero por él aunque tenga treinta años. y sea el cuñado de mi amiga, daría lo que fuera por estar una noche completa con él.
Ya casi era de madrugada y me encontraba mal, busque un cuarto de baño a oscuras, cuando entre me acerque al inodoro vomitando hasta el desayuno, me lave la cara y me enjuague la boca, intentando salir pero me tropecé con kevin que en ese momento iba a entrar, cayendo los dos al suelo estando yo encima de él. Nos quedamos mirando fijamente a los ojos y sin darnos cuenta nuestros labios quedaron pegados como si tuviéramos miel en ellos, Kevin me giro quedando de pronto encima mia, enrede mis dedos en su pelo, mientras él acariciaba mi entrepierna haciéndome sentir algo electrico que me subía por la espalda, y como si fuera un reflejo involuntario abri mis piernas dejando que me acariciara mientras me hacia gemir, deseando tenerlo dentro de mi. Aún no sé si fue la bebida o fue el deseo, que terminamos los dos desnudos, con su miembro duro dentro de mi, embistiendo cada vez más fuerte, mientras yo rodeaba sus caderas con mis piernas sintiendo muy dentro de mí aquello tan duro y tan largo. notando cómo temblaba dentro de mi ser cuando tuvimos los dos un clímax maravilloso..
Dos semanas después de la fiesta, mi padre me hizo ir a su empresa, cuando llegue su secretaria me hizo acompañarla hasta el despacho de mi padre, tocó a la puerta con los nudillos y cuando mi padre le dio paso, abrió la puerta para que yo entrara en el despacho, entre temerosa de lo que me iba a decir viendo a Kevin sentado en uno de los sillones que allí habían, quemándome la cara de lo roja que estaba.
— Bueno yo me voy, lo que tenéis que hablar es cosa de padre e hija — dijo Kevin levantándose del sillón
— Quedate Kevin, eres mi socio y por tanto dueño también de la empresa, — le dijo mi padre muy serio
— Sientate Alice, quiero hablar contigo de la empresa, ya va siendo hora que trabajes, que tengas responsabilidades y sepas lo que es ganarse la comida del dia a dia— me dijo
— Pero papá, aún no he acabado de estudiar y soy muy joven aún para ponerme a trabajar — contesté causando una pequeña risita a Kevin
— Serás la secretaria particular de Kevin, harás de su asistente cuando viajes con él, irás a las conferencias que de, a las reuniones que yo no pueda ir y me tenga que sustituir, ya es hora de que sepas lo que cuesta todo el dinero que te estás gastando y espero de ti mucho Alice, eres mi única hija y tendrás que hacerte cargo algun dia de la empresa junto a Kevin. — me dijo mi padre
— Está bien como quieras papá, ¿me puedo marchar ya? — pregunté deseando marcharme de allí avergonzada por haber hecho reír a Kevin con mi tontería de niña
— Te puedes marchar, pero en casa terminaremos de hablar, ¿entendido? — me preguntó
Sin querer mirar a Kevin avergonzada, me levanté de la silla, abri la puerta del despacho marchandome de la empresa, sali a la calle, cogi un taxi dando al conductor la dirección de mi casa, nada más llegar vi a mi madre en la cocina con Adeli la cocinera.
— Papa me queria ver para decirme que me tengo que ganar el dinero que gasto, habla tú con él, por favor mamá — le dije ronroneando
— Alice ya tienes veinte años hija, tienes que trabajar, ¿en qué puesto de la empresa te ha dicho tu padre
qué te pondrá? — preguntó
— Secretaria de su socio Kevin, tendré que viajar con él, estar en sus reuniones, yo tengo que terminar mis estudios — protesté
— Hija con Kevin aprenderás mucho, — contestó
Antes de irme a dormir, preparé la ropa que me iba a poner al día siguiente, falda de tubo, camisa blanca y chaqueta para sentirme como una verdadera ejecutiva ejecutiva. Esa noche casi no dormí pensando en que día a día estaria muy cerca de Kevin y eso me hacía sentirme mal, ya que me gustaba mucho y pensar que tendría que verlo abrazar o besar a Dory, no me hacía ninguna gracia.