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capitulo 5

— voy a la cafetería, estoy muy cansada, el día mi guardia ha estado muy pesada, suenan los parlantes del hospital.

— doctora, Kate, es requerida en obstetricia, doctora, Kate, es requerida en obstetricia.

— suelto el café que me iba a tomar y corro al llegar, me dicen paciente de veintisiete años con ocho meses de embarazo, viene con desprendimiento de placenta, ritmo cardiaco de ella deficiente, igual el del bebe, nombre de la paciente Zara Smith.

— empiezo a llamarla Zara, me escucha, está muy delicada, vamos a hacer todo posible para salvarlas a las dos, ¿algún familiar al que podamos llamar? Y ella dice en voz baja.

— ninguno.

— tranquila, Zara, quédate con nosotros, no te duermas, hazlo por tu bebe. Entramos a quirófano y ella pierde el conocimiento, procedemos a hacerle una cesárea de emergencia, ayudo a la obstetra a sacar a la beba, la cual nace con problemas cardiacos y baja de peso al ser prematura, no respira por sí sola.

Me llevo a la beba corriendo a Uci, es hermosa para ser prematura, tiene los ojos verdes aceitunas, el cabello rubio como su madre, creo que es lo único que saco de ella, es tan pálida que parece una muñequita de porcelana. La examino me toca entubarla con cuidado, la coloco en la incubadora y conecto todo lo necesario para mantenerla con vida y escucho.

—doctora Kate es requerida en uci de adulto.

— salgo corriendo al llegar veo que es Zara está teniendo un ataque cardiaco. La atiendo con mis otros compañeros y digo su corazón está muy débil, si sobrevive es un milagro hay que rezar que reaccione para que pueda darnos indicación de algún conocido que pueda ser responsable de su bebe.

Soy Kate Williams, tengo veintiocho años, soy cirujana cardiovascular y tengo también especialidad en neonatología. Me he dedicado toda la vida al estudio, la medicina es mi pasión, soy de Chicago, hija única, solo tengo a mi madre, ya que mi padre falleció hace diez años. Estoy reunida con el doctor Robert revisando el caso de Zara, Robert estoy muy preocupada por él bebe, ella dijo que no tenía a nadie y la bebe necesita a alguien responsable que firme los permisos de los tratamientos y más que le dé calor cuerpo a cuerpo, si su madre falta.

— sí, Kate, hay que hacer lo posible para que sobreviva o este consiente para que nos dé los datos de alguna persona, sea familiar o conocido o si no tocara llamar a servicios sociales. Ojalá que ella logre decir a quién le deja a la niña, porque que si ella se va de este mundo así no se podrá hacer su última voluntad, o servicios sociales, tendrá que ponerla en el sistema.

— ¿Cómo puedes decir eso, Robert? Tú sabes que el sistema no sirve, estará de hogar en hogar, sabes las cosas malas que viven esos niños. Me voy y dejo a Robert, solo, Dios, no permitas que esa beba quede desamparada, sigo al cuarto de Zara y hablo con ella, Zara, si me escuchas por favor reacciona la bebe necesita de ti, por lo menos para que nos des los datos de algún familiar o amigo.

Siento como empieza a pitar la máquina. Toco el botón y logramos estabilizarla nuevamente, pero no sé hasta cuando pueda soportar ella, necesita un trasplante de corazón, pero en ese estado es imposible operarla.

Voy a ver él, bebe reviso que todo esté bien y me siento a su lado, tengo que vigilarla, las primeras cuarenta y ocho horas son las más críticas. Así que me pongo cómoda reviso mi teléfono y me doy cuenta de que no tengo ni mensajes ni llamadas de Marco, ese es mi novio, tenemos tres años de relación, está de viaje desde hace dos semanas, pero es la primera vez que no me ha llamado ni escrito. Ya no sé qué pensar de esa situación, a él lo conocí aquí en el hospital, su padre fue mi paciente y desde que me vio no perdió oportunidad para conquistarme, debo decir que él es un amor conmigo, solo que no le gusta mucho mi trabajo, pero yo no dejaría mi profesión por nada del mundo.

No quiero pensar mal de él, pero ¿será que me está engañando? Eso me dolería mucho porque he tratado de ser la novia perfecta, casi no tengo tiempo para salir con él, pero cuando nos vemos siempre es como la primera vez. Hasta que me llaman del trabajo y él se molesta y volvemos a la misma pelea de siempre, él cree que debería trabajar en una clínica para tener más tiempo libre. Pero a mí me gusta ayudar a las personas y en un hospital público lo puedo hacer, tomo la manito de la beba y veo como respira, no sé en qué momento me quede dormida.

— doctora, Kate, vaya a descansar a su casa son las dos de la mañana.

— gracias, por despertarme Julia, pero no puedo ir a casa, esta beba está muy delicada igual que su madre y las dos son mis pacientes, así que no puedo mover de aquí.

— usted siempre sacrificándose por los pacientes, entonces vaya a la cafetería y tómese un buen café, el doctor Robert me pregunto por usted hace un rato.

— voy a verlo, por favor cuídala y cualquier cosa me llamas, salgo de uci y voy a la cafetería, pido un café cargado y un pastelito, me siento a comer y veo a Robert entrar, colega, me dijeron que me estabas buscando.

— sí, Zara, cada vez está peor, no creo que llegue hasta mañana con vida, ya llame a la visitadora social, está haciendo el papeleo para ingresar a la niña al sistema.

— no quiero eso, pero sé que no es algo que yo pueda decidir, esto me afecta, hay tantas mujeres que regalan a sus bebes y ella que la quiere, se va a morir, ¡la vida es injusta!

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