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Recordar su nombre

La noche se sentía fría, el estudio de Modelaje también se había sumergido en un silencio bastante escalofriante, lo único que se escuchaba era el tic tac del Reloj, Julieta se encontraba observando algunos vestidos de la casa de modas para su proximo desfile de moda la chica cerró la Laptop dejando escapar un profundo suspiro, miró por la ventana la luna brillaba, su belleza hizo que la joven se perdiera ante aquella seducción en la que la envolvía - Si tan solo todo esto fuera una pesadilla Hugo quizas estaríamos disfrutando del paisaje de la luna en Venecia — Susurró con mucho pesar Julieta.

Unos segundos despues el aparato celular había sonado, su corazón se saltó algunos latidos y un pequeño brillo de esperanza se vislumbró en aquellos ojos esmeraldas que la mujer poseía al ver el nombre en el identificador de la pantalla.

— ¡Amor! - Su saludo fue muy efusivo, no ocultando la emoción de recibir aquella llamada del hombre que ella amaba por ende tampoco reparo en llamarlo amor.

— No te emociones porque no estoy llamándote por gusto, odio escuchar tu quisquillosa voz, me da dolor de cabeza, solamente te llamó para avisarte que mañana mismo vamos a firmar el divorcio, hoy me han informado que todos los bienes que tenías han pasado a mi nombre agradecido con tu padre por cumplir, pobre viejo infeliz se creyó la mentira que le dije, yo la cuidaré tanto o mejor que tú, le había dicho - Se escuchaba la risa burlona del hombre al otro lado de la linea - tu padre cumplió con su palabra ni bien los documentos de nuestra boda llego en manos de su abogado los bienes pasan a mi nombre, soy el único que puede proceder por el dinero que tienes incluso si nos divorciamos tu padre ya no pudo poner observaciones porque murió, gracias y no intentes de impugnar el Testamento, porque no sabes quién soy yo.

Julieta sintió que aquellas palabras eran amenazas.

— Deja que se arrastre a ti mi amor, quiero ver a esa chiquilla de rodillas rogando por unas migajas - la voz de una mujer se escuchó y unos segundos después unos gemidos raros taladra los oídos de Julieta, no era estúpida sabe que las personas estaban teniendo intimidad.

Julieta cayó al suelo había terminado ella misma con la llamada, los sollozos se escuchan por el pasillo, al mismo tiempo que un hombre vestido completamente de negro transitaba por ahí ya dispuesto a marcharse de su empresa, hasta que escucho los sollozos femeninos sus ojos verdes se detuvieron en la puerta de una de las Oficinas, Maximus Ferran en pocas ocasiones estaba por aquellos lugares nunca prestaba atención a las modelos que trabajan para él.

Maximus se acercó a la puerta y sin dudarlo lo abrió encontrándose con la escena de la mujer llorando desconsoladamente en el suelo, el hombre frunce el ceño.

— ¿Vale la pena? - su voz ronca y profundo sobresaltó a la mujer en el suelo - ¿Tú?.

Maximus había sonreído— El destino nos quiere juntos, no hay duda de eso - El hombre tenía una pizca de arrogancia en su mirada — A decir verdad, no pensé volver a encontrarte tan pronto - Maximus sonreía de manera encantadora, pero sin ocultar lo peligroso que era en su mirada.

— Yo - La mujer dudo de las palabras que debía de expresar.

— ¿Qué está ocurriendo contigo? - Maximus cortó en definitiva la distancia entre ellos quedando por delante de la mujer.

— No es como que seamos muy cercanos para hablar de lo que ocurra conmigo— soltó Julieta.

— Bien, eres la primera mujer que llama la atención del Heredero Ferran, estoy a tan solo un estruendo de dedos para saber absolutamente todo de ti, todo - El hombre volvió a recalcar aquellas palabras Mientras lograba que Julieta retrocediera y su espalda entrará en contacto con la superficie de la fría pared.

— ¿Que es lo que quiere? Dudo que con su poder ya no haya averiguado acerca de mí - la mujer sintió que sus labios temblaban al hablar.

— La mujer que yo escoja para mi igual, debe de contarme por sí misma sus quebrantos, sus fortalezas y sus debilidades, no pienso en mi mujer como pienso en un enemigo, a mi enemigo lo estudio desde el primer segundo que conozca de su existencia, a mi mujer la respeto así como respeto su privacidad, no por ser poderoso abuso de esa virtud cuando se trata de mi mujer.

— Yo no soy su mujer, y estoy casada. - Expresó Julieta.

— Pues mañana mismo firmas el divorcio y problema resuelto, porque mientras seas la mujer que Maximus Ferran escoja para su igual, incluso si la sangre nos llega a unir, seguirás siendo la mujer que el Líder de la Mafia Italiana quiera a su lado.

— Eso es perturbador - Julieta se había puesto pálida al escuchar aquellas palabras.

— Es un decir, usted y yo no tenemos ningún parentesco, pero te dejo en claro que tú eres la que yo quiero a mi lado y no me importa de los brazos de quién deba arrancarte - Maximus la agarró de la barbilla.

— Usted es un egoísta, va por ahí eligiendo a mujeres al azar y destruyendo amores verdaderos— Julieta le sostuvo la mirada, pero la primera respuesta que obtuvo fue una media sonrisa que la hizo temblar, ella ha visto innumerables de hombres extremadamente guapos, incluyendo a su marido, pero Maximus era superior a ellos, tenía la fachada de alguien elegante, pero la mirada del típico chico malo.

— Eres la primera mujer que Maximus escoge, y no creo que tu amor sea tan verdadero hoy es domingo, no deberías de estar trabajando excepto que tengas guardia, pero no eres Guardia de seguridad de la empresa — el hombre era un Lobo astuto - estás llorando en lugar de estar con el marido compartiendo un hermoso domingo.

— Ya me iba, tenía algo con qué.

— Mejor no digas nada — los fríos dedos del hombre se posaron por encima de los labios de la mujer - no me mientas, a Maximus no le gustan las mentiras, tenlo en cuenta con los demás detalles que te he dado.

— ¿Para qué? - Preguntó Julieta.

— Te he dicho que recordarás mi nombre, te he dicho que mi mujer es la única que tiene el respeto de privacidad de este criminal, y te dejo en claro que las mentiras no me gustan, no me mientas, nunca lo hagas, y no me preguntes por qué actuó como si tú y yo fuéramos cercanos, pero te dejo en claro que tú y yo seremos más cercanos, seremos padres de pequeños retoños - Maximus había sonreído de una manera espléndida, mientras que la mujercita se había puesto colorada.

— Usted está mal - Expuso Julieta enojada y avergonzada.

— ¿Por qué estás llorando? - Preguntó el hombre.

— No pienso responderle aquella pregunta.

— Bien, que tenga una linda noche - el hommre, así como había llegado, se había marchado.

Eran aproximadamente las 10 de la noche cuando Julieta había tomado un taxi llegando a la casa que era de su madre, allí ella había venido en muchas ocasiones para pasar un domingo con su abuela, hasta que su madre murió y posteriormente lo hizo su abuela, la casa seguía teniendo aquella calidez, este era el escondite de ella, y su abuela le había hecho prometer que nadie debía de conocer aquella casa, aunque su padre la conocía respetaba la memoria de su suegra, Julieta agradecía lo bien que se sentía ella en el interior de la misma, esta casa no estaba contaminada de ambición o lujuria.

— Tenemos muchas mujeres que pueden ser tu Esposa, no olvides que debe de pertenecer a la Mafia.

— Con un demonio no quiero una mujer manchada con el pasado de la Mafia.

— Señor, aquí está toda la información del hombre que acabó con su padre, es Hugo Martín el dinero ha salido de las cuentas de la esposa con identidad Julieta Cerroni es la modelo más cotizada de su agencia Señor.

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