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5

"Dilo!"

"Yo lo pedí, yo me lo merezco..."

"No te escuché bien, dilo de nuevo con más convicción princesa."

"Yo lo pedí Rey y me lo merezco!"

"Perfecto."

Fue todo lo que dijo Rey antes de que aumentara sus embestidas contra mi cuerpo y el placer mezclado con el dolor me recorriera tan fuerte que sentía que me podría desmayar en cualquier momento.

"Maldición princesa, eres tan flexible y moldeable en mis manos, eres pura perfección para mis perversiones..."

Resoplaba y jadeaba pesadamente porque el cinturón que rodeaba mi cuello estaba algo apretado y Rey lo jalaba para que pudiera controlarme a la vez que me mantenía amarrada a la pared.

No sabía cuanto tiempo había pasado o me había dejado descansar, pero no parecía que Rey estuviera cansado pero mi cuerpo si.

Tenía cortadas que sangraban un poco, varios chupetones y marcas de mordidas en mis hombros, el dildo en mi sexo vibraba y Rey ahora eyaculaba en mi entrada posterior.

Frente a Rey que parecía un demonio apuesto completamente brillante por el sudor en su cuerpo marcado, mi cuerpo exhalaba sus fuerzas en cada orgasmo que alcanzaba.

Rey me había amarrado con la soga a algo parecido a un gancho que sobresalia de la pared y me dejo colgada varios segundos en esta posición mientras que me sacaba fotos el pervertido.

Después sin sacarme el dildo que seguía vibrando en mi interior cargo mis piernas con sus manos y e enterro completamente en mi interior por atrás haciéndome gritar porque no había entrado por ese lado.

"Grita princesita, grita, me excita tu dolor..."

Dijo cuando entro de una sola vez y sentía mi piel rasgarse un poco por su agresiva intrusión.

Como si jugara conmigo en un columpio me balanceaba hacia atrás y hacia adelante para su placer.

Yo solo podía gemir, gemir de placer y mirarlo mientras que sonreía por mi cara de sufrimiento.

1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9 y casi en la decima embestida Rey se convulsiona contra mi cuerpo mientras que una de sus manos me rodeaba la garganta hasta casi asfixiarme y la otra me rodeaba por mi trasero.

"Carajo, maldición princesa, eres mi perdición!"

Sin salir de mi ni quitar el vibrador de mi interior Rey me besa con desesperación saqueando los pocos fluidos que aun quedan en mi boca, todos me los ha robado Él.

Este perverso hombre que poco a poco sale de mi interior y solo deja trabajándome el dildo.

Jadea contra mi y lame mis lagrimas cuando salen de mis ojos.

"Dulce y salado, me encanta tu sabor princesa."

"Dame todo, no te guardes nada, quiero poseer todo de ti."

Un suspiro sale de mi boca sin querer y Rey se arrodilla contra mi y su lengua pasa por mi entrepierna que esta adolorida.

"huuuummmm...sabes a sangre, tan deliciosa...."

Sigue lamiendo y ruego que mi corazón se detenga para no seguir en esta tortura sexual.

Tal vez pienses que estoy exagerando y tu darías todo por estar con Rey, pero comprendeme, nunca antes había tenido sexo con nadie, es más ni frotamientos, toqueteos, nada con ningún chico.

Solo besos esporádicos, la promesa de elevarlos hasta intimar pero por algún motivo que nunca se esclarecia los pocos pretendientes que tuve desaparecían al dia siguiente de haberme declarado su amor.

Si me tocaba frustrada por no poder tener sexo con nadie, no sentía alivio, no sentía nada en realidad.

Pero Rey ha llevado esto lo más lejos posible y no tengo una idea de cuantas veces me ha penetrado, pero me siento tan flácida y sin fuerzas, no se si mis piernas resistirán mi peso.

"Rey...Rey..."

Sin posibilidad de poder tocarlo, ni moverme, mi cuerpo de nuevo siente esta oleada de placer que me recorre y alzo la cabeza por alivio para la sensación que me recorre y me deja casi al borde de la inconsciencia.

Rey de un solo movimiento rápido saca el dildo y se levanta para mirarme a los ojos.

"Abre la boca."

Lo hago y Rey introduce ese falo de plástico con mi sabor interno y después el también lo introduce en su boca para probarme.

"Tan putamente dulce, tu interior es tan dulce, no puedo parar de probarte, quiero comerte entera."

"Pero también debo alimentarte...ooohhhh que hermoso."

Puedo sentir que su venida gotea de mi combinada con mis propios fluidos cuando saco ese dildo y Rey se agacha para pasar su lengua por todo mi sexo.

Cuando esta satisfecho se levanta y alza las manos para desatarme, pero me sostiene con sus manos por mi cintura cuando lo hace.

"Te llevaré a la tina y te dejaré relajarte unas horas."

"Haz trabajado muy bien princesa."

Me acaricia mientras que me sienta como una muñeca sin fuerzas en su regazo y su mano abre la llave del agua caliente que rápidamente comienza a llenar la habitación del baño con vapor.

Su mano me acaricia la carita, después sus dedos recorren mis heridas con calma y puedo ver en su rostro que esta orgulloso de su obras de arte en mi piel.

"Mañana vendrá un tatuador para ponerte mi marca."

"Después del baño, tendrás una merecida comida con un pastel muy especial princesa, te lo haz ganado."

Me sienta con extremo cuidado en la bañera bajo previa revisión de la temperatura del agua y me acerca todas mis productos de belleza para que me de un baño.

"Mientras tu te bañas arreglare todo y me dare un duchazo en la recamara de las visitas."

"Disfruta de tu baño."

Me besa en los labios rápidamente con su mano rodeadome fuertemente por mi mentón y después me besa en la cabeza, sale del baño y me quedo por fin sola.

Sollozo agarrada con mis manos a cada lado de la bañera y mis lagrimas caen por mi mejillas calidas y abrasadoras.

Todo mi cuerpo duele, mi sexo duele, mi trasero duele y puedo ver como el agua se pinta un poco de rojo con mi sangre.

Una de mis manos se desliza por la orilla de la bañera incapaz de asirse, no tengo fuerza alguna.

La otra mano la sigue y de pronto siento un sueño incontrolable y me dejo llevar cerrando los ojos ladeando la cabeza un poco para acomodarme mejor.

De pronto siento que el agua se mueve, me revive, sabe salada, al parecer estoy en la playa.

Alguien grita mi nombre y puedo sentir el sol en mi piel que brilla por lo mojada que esta sobre la arena.

"Es hora de comer princesa, vamos, tenemos tu favorito!"

Mi padre se acerca a mi con una sonrisa radiante y me extiende su mano para que pueda levantarme de mi comoda posición en la arena.

Cuando lo hago puedo ver mi traje de baño de dos piezas de color azul oscuro que me sienta muy bien y algo mas que me deja anonadada de la felicidad, no tengo herida por al grillete en mi tobillo.

No hay dolor.

No tengo marcas de mordidas o cortadas en mi piel.

Mi reflejo en el vaso de cristal es de una joven feliz y radiante.

Un joven de mi edad nos atiende, mi madre me acaricia con ternura mi brazo y jamas senti tanto amor de ellos dos.

"En este cumpleaños queremos decirte que estamos muy orgullosos de ti."

"Y también darte tu obsequio, tu propio lugar para vivir, claro cerca de nosotros pero independiente de nosotros."

"Tu papa consiguió un trabajo para ti en su empresa y podras trabajar por la mañana y estudiar por la tarde."

Un pastel grande se acerca a nosotros en un carrito empujado por dos jóvenes guapos que sonríen mientras que entonan una canción de cumpleaños.

El restaurante entero se une a la canción de cumpleaños y siento felicidad absoluta en mi pecho.

Soplo las velas que tiene el numero 21 en color azul fuerte, mi favorito y corto un pedazo de pastel que es de chocolate.

Saboreo con calma su deliciosa textura y de pronto siento que tengo mucho sueño.

La imagen cambia rápido y me encuentro en una fresca y enorme cama recostada con el ventilador encendido y las ventanas de la habitación abiertas.

El viento entra moviendo las cortinas largas de color crema que ondean silenciosamente y me acomodo de lado para poder descansar mejor.

Mis ojos se cierran pesadamente y de pronto siento que algo me aprisiona el pecho.

Dolor en mi pecho y trato de abrir los ojos pero me es imposible.

Intento abrir la boca pero parece que esta sellada, dolor aplastante de nuevo y siento que mi pecho se romperá.

"CRACK" se escucha y grito con todas mis fuerzas queriendo expulsar todo este dolor que siento.

Toso violentamente y me retuerzo en la cama pero a cada movimiento el dolor incrementa.

"PRINCESA, PRINCESA!"

Escucho la voz de mi papa gritar e intento abrir los ojos para buscar a mi papa y pedir ayuda, pero cuando logro abrirlos solo puedo ver a mi captor.

"No, no, no, no..."

Lloro, dejo que mi llanto salga y el dolor punzante en mis costillas me detiene de sollozar más fuerte.

"Puta madre, que susto me diste princesa, debere de vendarte y tratare esa costilla rota."

"Princesa, no me vuelvas a asustar así, casi muero contigo también!"

Que? todo fue un sueño? un dulce sueño del que acabo de despertar.

Algo que no conocía en la cara de Rey se asoma y es preocupación?...

Ceño fruncido, las esquinas de los ojos humedos...que cambio en él?

"No te muevas, quédate así, iré por la camilla."

Me dice y sale por la puerta casi corriendo.

Mas lágrimas escurren de mis ojos para tratar de confortarme y cuando intento incorporarme grito de nuevo por el dolor.

Rey entra por la puerta con una camilla blanca y me dice alarmado.

"No te muevas princesa, tienes un par de costillas rotas por la presión que tuve que ejercer para salvarte, iremos a rayos X y examinaré el daño."

Ya no respondo, mi cuerpo cede y me voy a mi mundo donde soy feliz, donde de nuevo revivo esas ultimas vacaciones con mi familia hace tantos años, cuando era niña.

Unas vacaciones que se quedaron tan grabadas en mi mente que son mi refugio en este momento.

"Princesa?"

"Papá?"

"Es hora de irnos, te quedas en este lugar?"

"No, quiero irme, quiero irme con ustedes, como podría quedarme aquí?"

"Eres de su propiedad, él te compró."

"No soy cosa para que alguien me compre, soy un ser humano, no tengo valor monetario."

"Lo tienes, lo tienes, aun eres muy joven para entender el mundo de los adultos, pero crecerás, entenderas."

"No creo que me perdones o a tu madre, pero lo hicimos por tu bien."

"No podíamos hacer mas."

Una luz potente me deslumbra y me obliga a abrir los ojos, cuando respiro algo me comprime y puedo ver que tengo un vendaje en mi torso que me cubre hasta mis senos.

Una intravenosa comienza a arderme en mis muñecas y una más esta en mi otro brazo.

Rey esta sentado con la cabeza hacia el suelo y se pasa las manos por el pelo muchas veces.

"Es tu culpa."

Rey escucha mi débil susurro y alza la cabeza para mirarme con sus ojos.

"Gracias al cielo, Princesa, tuve tanto miedo de que me dejaras!"

Cierro los ojos por el dolor además de que no quiero verle la cara pero escucho sus palabras cerca de mi mientras que me agarra la mano y la sostiene entre las suyas.

"Casi te ahogas en la bañera, te rescaté a tiempo porque no me respondias princesa."

"Lo lamento, me dejé llevar y te dejé sin fuerzas, no estoy molesto contigo."

"También me disculpo por tus costillas rotas."

"Sentí tanto miedo de verte con los labios morados y tu palidez extrema que ejercí demasiada fuerza sobre tu cuerpo."

Siento sus labios en mis manos y no puedo ni siquiera retirarlas por mas asco que me que de su toque en mi piel.

Algo dentro de mi cae, algo que no se que es se rompe, algo que no sabía que había en mi se desmorona y me siento tan impotente.

Mi vida y muerte están en sus manos, no tengo control de mi vida en ningún sentido.

"Princesa mírame por favor."

Con miedo abro los ojos lentamente y puedo ver su rostro afligido frente a mi.

"Hola princesa."

"No hagas el intento de hablar, tienes que descansar mucho ahora, te atenderé para que sanes..."

"Mira te traje tu regalo."

Se levanta y me enseña una caja enorme cuadrada adornada con un moño rosa de princesas.

Putas princesas las odio a muerte.

La abre y de su interior extrae una sudadera gris larga con un dibujo de unos labios rojos y tiene bolsas en ambos lados.

"Mira tiene capucha y es afelpada por dentro, para que estes abrigada."

"Te gusta princesa."

Lo miro sin poder creer lo que esta pasando, todo es surrealista.

Cierro los ojos poco a poco para poder dormir y descansar, no quiero saber nada de esta realidad por ahora, realidad que me duele tanto como cada respiración que doy y arde como estas agujas que están en mis venas de las manos.

No se cuanto tiempo estuve dormida pero cuando despierto tengo una pantalla frente a mi apagada claro esta y ramos de rosas blancas, alcatraces, globos y peluches.

Que es todo esto?

Escucho voces abajo pero no puedo distinguir quienes hablan y para cuando por fin estoy mas despierta Rey entra en la habitación rápidamente.

"Mi Princesa!"

Aquí vamos de nuevo y decido que no quiero decir nada, no tengo ganas de hablar nada con este hombre.

"Como te sientes mi princesa?"

Entorno los ojos hacia las flores, los peluches, los globos...que hacen todas etas cosas aquí?

"Te gustan? las compré para ti, todo es para ti, princesa..."

"Estos cuatro días he estado muy preocupado por ti."

La puerta se abre y una chica joven como yo entra en la habitación vestida de enfermera.

"Ella es tu cuidadora, ella ha estado al pendiente de ti mi princesa."

La chica es preciosa, totalmente hermosa y libre...una violenta envidia me correo porque quisiera ser ella en estos momentos y salir por mi propio pie de este lugar.

"Hola Princesa, es bueno verte despierta."

La chica se acerca a mi y puedo oler su perfume dulce, su cabello recogido en una coleta alta y el rosado de sus mejillas.

Un pensamiento me asalta de pronto.

Ella podría ayudarme a escapar de este hombre si le digo todo lo que me ha hecho?

La enfermera se acerca a mi cama y me sonríe y le sonrio de vuelta.

"Ella esta mejorando, verdad que si Princesa?"

Intento mover los labios pero no puedo, como si los tuviera pegados y la enfemera me pasa con cuidado por mis labios un ungüento que sabe a fresas y cerezas.

"ssshhhh nena, no intentes hablar, debes de estar lo mas tranquila que puedas para que te recuperes  rápido."

"Quieres comer algo?"

Intento mover la cabeza para asentir pero lo hago tan torpemente que me siento tan estúpida al lado de ella y la enfermera sale de la habitación para traerme algo de comer.

"Princesa, mi princesa, no sabes como te extrañé..."

"Llevé tu cuerpo al limite, prometo controlarme la próxima vez..."

Rey me abraza delicadamente y todo la rabia que siento por él emerge de mi interior y si pudiera en este momento lo mataria.

La enfermera regresa y le entrega un plato hondo que huele muy bien y una cuchara pequeña de plástico se asoma.

"Me encargaré de darle de comer, te llamaré si necesito algo, vete ya."

La chica me sonríe por ultima vez y sale de la habitación y quisiera levantarme e irme con ella.

Rey se sienta y actúa tan bien su papel de hombre preocupado por mi.

"Abre la boca mi princesa hermosa, esto te devolverá las fuerzas que perdiste."

"Después de tu comida te daré un masaje con crema en tu cuerpo para activar tus musculos."

Abro la boca un poco y Rey deposita una papilla que sabe a zanahoria con chayote y papa.

Me siento como una bebé enorme que le están dando sus primeras comidas en pure.

Pero no puedo quejarme, en verdad esta delicioso y pronto me lo acabo.

"Iré por mas a la cocina, espera un segundo, no tardo."

Rey se levanta y enciende la pantalla y elige la opción de YouTube para que pueda ver algo, para mi sorpresa mis pasadas elecciones están ahí todavía.

Pronto los videos de música que tanto me gustan aparecen ante mi.

"Disfruta mi princesa, regresare antes de que me extrañes."

Sale de la habitación y puedo escuchar voces abajo, un ruido sordo y después un portazo.

Rey aparece con mas comida en el plato y se dedica fervorosamente a darme de comer en la boca.

"Eso es suficiente por ahora."

Revisa mis bolsas con fluidos, aplica algo a una de ellas con una jeringa y me concentro en la pantalla para poder escapar de esta realidad.

Rey sale de la habitación y la puerta se abre de nuevo.

Esta vez no es Rey quien entra sino la enfermera.

"Te ayudaré, se que estas en contra de tu voluntad en este lugar con mi jefe."

"Pero necesito que te recuperes, pude ver tus heridas y se que no fue un accidente que golpearas en la bañera y te cayeras...."

"Estoy contigo pero tienes que ser docil con él comprendes?"

Se oyen pasos subiendo las escaleras y la chica entra en la habitación y se esconde en el armario cerrando la puerta haciéndome una señal de que guarde silencio, lo cual hago.

Rey reaparece en mi habitación y trae consigo una botella de crema con aroma a chocolate.

Me frota con extremo cuidado mis brazos primero de forma casi amorosa, luego me destapa los pies y puedo ver mi herida de mi tobillo casi recuperada.

Solo permanece el color rojo encendido pero cuando pasa con cuidado sus manos por ella ya no siento dolor y las llagas ya no supuran ni sangran.

Pero cuando sube más arriba la cobija y deja ver mis piernas puedo ver las terribles heridas y moretones que tengo en mis muslos.

Duelen cuando Rey pasa sus manos por ellas frotándome la crema.

"Se ven tan hermosos estos colores..."

Bastardo miserable, regodeándote con mi dolor.

***By Liliana Situ***

Valoro mucho tu opinión.

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