CAPITULO 7
El cubículo que Lucky orgullosamente llamaba oficina apenas cabían tres personas, lo que obligaba a tres de sus hombres a quedarse fuera, Mientras Ellis se sentaba en una silla de hierro y Ezio y Lucky se posicionaban al otro lado de la mesa de madera que parecía que iba a estrellarse en cualquier momento. Lucky se sentó en su sillón que demostraba más espuma que el cuero negro que un día ya estuvo por completo allí. Haciendo una pose digna de dueño del local, él encaró a Ellis y reveló:
— Tu hermano debe 500.000 dólares.
— ¿Qué? - Gritó Ellis indignada con el discurso de Lucky. Ella golpeó en su pecho mientras lanzaba al italiano: — Yo vine aquí y pagué toda la deuda de mi hermano. Toda la droga que te debía y me diste tu palabra de que esos 40.000 dólares pagaban por el arresto de la policía.
—Sí, lo recuerdo, Srta. Barker- Confirmó Lucky moviéndose en la silla.
— ¿Su palabra ya no sirve, es eso? ¿Usted decide cuándo y cuánto cobrar? Hoy él debe 500 mil dólares y mañana él deberá qué? - Interrogó a Ellis, irritada.
— Señorita Barker, mi palabra es algo serio. Ya no me debe la droga. - Afirmó Lucky, irritado por la osadía de Ellis en cuestionar su palabra.
— ¿Entonces qué es ahora? - preguntó Ellis, frustrada por estar de nuevo en esa posición.
— Los jugadores que tu hermano robó para su juego. - Respondió Ezio en lugar de Lucky.
— Ningún jugador fue arrestado. No hubo ningún daño para ellos. - Argumentó Ellis encarando Ezio. Ella se volvió hacia Lucky y pidió: — Dile, Lucky.
— Su hermano llevó a 9 jugadores del juego que yo coordinaba. - Comenzó Lucky acomodándose en la silla. — vigorish de 55 mil dólares cada uno. Por todos los problemas que ha causado, ha generado intereses de 5.000 dólares... haga las cuentas, señorita Barker...
—Ese dinero está con los clientes. ¡La policía no se llevó nada! - Argumentó Ellis, nerviosa mientras arreglaba sus cabellos dentro de su cola de caballo. — Lucky, ¿le estás cobrando a mi hermano un dinero que ni siquiera fue incautado?
—No. - Negó Ezio que atrajo la atención de la joven una vez más. — Luciano no está cobrando nada...
—Esa deuda no es conmigo, Señorita Barker. - Respondió Lucky mientras se frotaba la nariz con la mano, rápidamente. — Como dije, solo coordinaba el juego y con la situación que su hermano causó, acabó alejando a esos jugadores que forman parte del selecto grupo de personas más ricas de Nueva York. Y esos jugadores, señorita Barker, no eran míos.
— ¿Y de quién eran esos jugadores? - ¿Preguntó Ellis que entonces miró a Ezio y dijo: — ¿Eran de él?
—Ezio está aquí representando los intereses de aquel que está cobrando la deuda de su hermano. - Limitó Lucky a decirle a Ellis.
— Su hermano nos debe 500.000 dólares... y él tiene que pagarlo. - Dijo Ezio moviendo la cabeza de un lado para el otro. — De una forma u otra.
—Mi hermano no puede pagarlo ahora. ¡Acaba de salir de la cárcel. Está en libertad condicional, apenas tiene trabajo, Lucky! - Dice Ellis mirando a Lucky.
—Hable conmigo, señorita Barker. - Pidió Ezio acercarse.
— Lo siento, pero Lucky es el jefe aquí... Capo, algo así, ¿no? Una cosa de la mafia... - Comenzó a decir Ellis que dejó de hablar al notar la mirada sorprendida que Ezio lanzó para Lucky.
— Señorita Barker, yo soy capo y Lucky tiene suerte de estar vivo. - Reveló Ezio encarando a la joven. — Así como su hermano. Por cierto, él solo está vivo, ya que Don Vittorio lo permite. Y su generosidad también le permite Arque con la deuda de su hermano.
—Yo no tengo de dónde sacar ese valor... - Respondió Ellis que más parecía un susurro.
— Hipoteque la casa de ustedes. - Sugirió Lucky compadecido por la expresión de tristeza de la joven que parecía que iba a llorar en cualquier momento.
—Ella no llega ni cerca de ese valor. - ¿Explicó Ellis que ahora se gira en dirección al Ezio. — Su jefe acepta parcelar? Mira, yo trabajo en dos lugares, puedo hipotecar la casa y darle el resto a plazos.
—Ah, señorita Barker, usted es tan generosa... - Dijo Ezio que se reía mirando a Lucky que se reía hacia Ellis que no entendió nada.
Después de todo, ¿Ezio estaba de acuerdo o no con la propuesta? ¿Toda esa risa significaba eso? Ellis hasta llegó a esbozar una sonrisa y entonces Ezio paró de reír y se volvió hacia él, con odio en la mirada:
— Tiene 24 horas para pagar 500 mil dólares, o su hermano será entregado en 500 mil pedazos, ¿está claro, señorita Barker? - Dijo Ezio.
— Y yo dije que no tengo como pagar. - Rebateu Ellis, irritada.
— Entonces tú jugarás a la caza del tesoro con los restos de tu hermano. - Finalizó Ezio.
— Bien. - Acordó Ellis levantándose de la silla. Ella arregló su abrigo, dio dos pasos hacia la puerta y luego se volvió diciendo: — Dile a tu jefe que si él no quiere a la policía en la puerta de él dentro de 24 horas, es bueno que él entregue a mi hermano sano y salvo.
— ¿Cómo? - Cuestionaste a Ezio sin creer las palabras de Ellis.
— Así es. - Reforzó a Ellis acercándose a la mesa. — Le dije que mi hermano en libertad condicional, luego la policía está encima de él. Además, hoy el Oficial entró en contacto y no tuvo éxito en hablar con mi hermano y en ese momento la patrulla que él afirmó que enviaría hasta mi casa ya debe estar allí esperándome. Tengo absoluta convicción que esa patrulla ya debe haber revuelto mi casa y en ese momento ¿se estarán preguntando adónde fueron para los Barker? Van a presionar al Oficial que sin duda revisará el expediente de mi hermano y llegará hasta ese club de striptease de quinta categoría y va a arrestar a Lucky que es tan bocazas...
—Hey! - soltó a Lucky, indignado.
—Y va a delatar a cada uno de ustedes. - Continuó Ellis con su amenaza. —Y estoy segura de que a tu jefe no le gustaría ir a la cárcel sólo por un chico insignificante.
— Usted no nos conoce, señorita Barker. - Habló Ezio apretando su mandíbula para no extrapolar con sus palabras. — No sabes de lo que somos capaces.
—No, su jefe no sabe de lo que soy capaz por mi hermano. - Rebatió a Ellis apuntando el dedo hacia Capo. — Así que lleva este mensaje a tu jefe: si realmente quiere su dinero, creo que es bueno ponerse en contacto directamente conmigo, ya que no hago trato con subordinado. Ya lo hice una vez, no cometeré ese mismo error. - Finalizó la joven que encaraba a Lucky.
Ella giró hacia la puerta y salió dejando a los dos hombres en silencio.
— Dije que era una dosis. - ¿Dijo Lucky girando hacia el Ezio. —Y ahora?
—Yo le pasaré el recado. - Respondió Ezio revisando el bolsillo interno de su traje.
—¿Y yo? - Preguntó Lucky. — Mira, hice todo lo que me pediste... ¿Hablarás con Rocco sobre mí? ¿Al menos hablarás con él para que me convierta en asociado? Sé que lo prometido era sólo librarme del Pizzo de esta semana, pero creo que merezco un poco más
—Sabes, la señorita Barker dijo algo que atrajo mucha mi atención. - Comentó Ezio sosteniendo en el hombro de Lucky.
— ¿Qué? - preguntó Lucky que encaraba a Ezio.
— Hablas demasiado. - Respondió Ezio que puso el arma en la frente de Lucky y disparó.
El cuerpo de Luciano "Lucky" Conti cayó sobre la mesa de madera que acabó cediendo mientras Ezio marcaba en su teléfono. En la primera llamada, la llamada fue atendida y él se limitó a decir:
— Rocco, dijo que te contactaras directamente para negociar la deuda.
— Bien. gracias, Ezio, por tus servicios. - Dijo Rocco al otro lado de la línea.
Rocco caminó hacia la oficina de Vittorio que disfrutaba de su cigarro tranquilamente. Entró, cerró la puerta y la cerró, atrayendo la atención del hombre que lo miró, en serio:
— ¿Qué te pasa?
— Ezio dice que la joven te mandó a buscarla, para negociar la deuda.
—Genial, tal y como lo imaginé. - Vittorio habló antes de fumar y echar el humo por el aire.
— ¿Cuál es el siguiente paso, Don Vittorio? - preguntó Rocco.
—Negociar con la señorita Barker... personalmente.