Capitulo 4
Capítulo 4
una sorpresa agradable
Christian Bolsatio
Narrado por Amy
Es fin de semana, y voy a desayunar a una panadería, entro, me siento y hago mi pedido, media leche y un croissant mixto.
Estoy comiendo y leyendo una revista cuando siento que alguien me toca el hombro.
-¿Amy? - me llama una voz familiar.
Miro hacia arriba y no veo a otro que a Christian Bolsatio, ¿lo recuerdas? ¿La que le dije a Alex que había sido una de mis mejores folladas? Bueno, este gato caliente está justo aquí, ahora frente a mí, hermoso como siempre.
Amy: -Christian- Me levanto y le doy un cálido abrazo y por supuesto dos besos en su cara, um, huele bien kkk.
Amy: -Siéntate y hazme compañía- le digo.
Christian: -Y tu esposo celoso no vendrá - bromea mientras se sienta.
Por un momento, pienso en él, con ese aire de macho alfa que hace notar su presencia, y que hermosa presencia, oh mierda, enfócate en esta que tienes frente a ti, no esa francesa depravada, glotona y sin muchas nacionalidades. .
Amy: -No te preocupes por eso, Alex no aparecerá.
Christian: -Oh ok, así está mejor - me mira un poco y pregunta - pero ¿está todo bien contigo?
Amy: -Nos separamos hace unos meses.
Veo una leve sonrisa en su rostro, pero por alguna razón no quiero ni pensar ni hablar, me siento triste, oh mierda, debo tener síndrome premenstrual, no puedo creerlo.
Christian: -No diré que lo siento, porque estaría mintiendo- dice con sinceridad.
Amy: -Ni siquiera esperaba que fueras hipócrita, no es tu estilo.
Christian: -Me quedaré en Londres las próximas dos semanas, si quieres conocerme, me encantaría.
Asenti.
Amy: -Claro que sí, a mí también me gustaría.
Hablamos un rato y acordamos cenar más tarde esta semana.
Una invitación inesperada… o no…
Narrado por Carolina
Trabajé con la Sra. Amy prácticamente desde el principio, llegó a la empresa a los 22 años, acababa de terminar sus estudios y era la nueva Directora de Marketing. Estaba terminando mi pasantía en la empresa, tenía 20 años en ese momento, y el presidente, el Sr. George, ya me había dicho que quería contratarme. Y así me convertí en la secretaria del nuevo Director de Marketing en el piso 42.
Nos gustamos mucho, creo que es una mujer increíble, inteligente y muy profesional. Muy humano y siempre dispuesto a ayudar.
En estos ocho años que siempre he trabajado aquí, nunca me he interesado amorosamente por nadie, no por falta de hombres muy guapos aquí, como los hay, en cada esquina del pasillo, pero cuando pongo mis ojos en el Director Financiero que vino a reemplazar al señor Alexander, eso ha cambiado, algo ha cambiado en mí. Es un dolor en el culo pero me gusta, es verdad, aunque no quiero admitirlo, mi corazón da un vuelco cada vez que se acerca.
Albert: -Mi querida Carolina.
Estaba tan distraída que ni siquiera lo vi llegar.
Caroline: - Me asustó Sr. Albert.
Albert: -Señor, estás en el cielo Carolina, para ti solo soy Albert- sonríe, esa sonrisa que derrite hasta mi piriquita, Dios mío.
Caroline: -Sabes que no puedo llamarte simplemente por tu nombre, no es ético.
Albert: -Qué tontería, aquí todos se llaman tú y por tu nombre- dice despreocupado.
Carolina: -Pero no las secretarias con los directores.
Se encoge de hombros.
Albert: -Eso me da igual, que estupidez, todos somos personas iguales.
Caroline:-Pero no todos piensan así, y no quiero problemas por mi parte, siempre he pasado desapercibida aquí en la empresa y quiero que siga así.
Albert: -Pero nuestra vida no es solo la compañía Carol – dice mirándome profundamente, y me gusto que su nombre es Carol, sale de su boca hermoso.
Soy un verdadero idiota.
Tomo una respiración profunda.
Caroline: -Es muy cierto - digo en voz baja, pero él escuchó y captó la señal de inmediato.
Albert: -Entonces, ¿puedo invitarte a cenar conmigo?
Estoy sorprendido por la invitación, y estoy tan tentado a aceptar. ¿Que hago ahora? ¿Acepto y doy alas a que suceda algo más? ¿O negar y cortar todo ahora mismo?
Termino aceptando, solo tenemos una vida, y no voy a dejar pasar a Albert en mi vida sin al menos intentarlo.
Noche en el hotel…
Narrado por Amy
Una semana después de conocer a Christian en la panadería, finalmente cenamos.
Me lleva a uno de los restaurantes más de moda en la zona exclusiva de Londres, "La Dame de Pic London", que se encuentra en el "Four Seasons Hotel". Muy sutil, un restaurante dentro del hotel kkk.
Nos quedamos en una mesa que tiene paredes cubiertas de espejos, es cómoda y agradable. Hablamos de muchas cosas, del pasado, del presente y hasta del futuro, pero su celular no para de sonar y recibir mensajes, hasta que termina por apagarlo.
Christian: -No me dejan salir del trabajo, es de día y de noche.
Amy: -Artesanía de huesos - le digo.
Christian: -Es cierto, pero a veces es aburrido.
Hablamos un poco más, hasta que dice.
Christian: -Me tomé la libertad de alquilar una habitación aquí en el hotel- sonríe.
Amy: - No esperaba nada más - respondo con descaro.
Así que decidimos ir a la recámara, ya que estamos aquí, disfrutemos, ¿no?
Llegamos y ya estábamos abrazados y casi sin ropa, añorábamos el cuerpo del otro, yo lo añoraba dentro de mí.
Me apoya contra la pared y me quita el vestido por completo, y me quedo allí solo con mis bragas, porque no tengo sostén.
Besa y chupa mis pechos, besa mi vientre y va directo a mi intimidad, pongo mi pierna en su hombro y me lame el clítoris y enseguida me mete la lengua y vuelve a mi clítoris de nuevo. Después de unos excitantes gemidos me corro en su boca. Vuelve a subir, me besa con avidez, agarra una de mis piernas y empuja su gran polla dentro de mí.
Christian: -Uhhh, qué mojada, qué bien- me dice al oído y me excita aún más.
Él sale de mí y me da vuelta sobre mi espalda, apoyando mi cuerpo contra la pared, mis pechos están presionados contra la pared fría, y yo solo quiero que vuelva a meter su polla dentro de mi intimidad, y él la empuja, la empuja profundamente. , muy sabroso. Pasa su mano por mi cabello y tira suavemente, estoy tan sudada que siento que mi cabello se me pega a la cara.
Christian: -Me voy a correr - me susurra al oído
Amy: -Vamos, yo también vendré.
Y disfrutamos juntos.
Pasamos la noche en la habitación del hotel y no salimos hasta el día siguiente a la hora del almuerzo. Terminé y solo quiero ir a casa y descansar el fin de semana.