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Después de esa NOCHE 2

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Sinopsis

El futuro parece incierto para Isabel y Terex, que se ven obligados a vivir separados durante años. Su amor es puesto a prueba. Blood nunca mintió y ellos lo saben bien. Un Wright y un Martin no pueden estar juntos, pero están dispuestos a luchar contra todo impedimento y todo obstáculo para vivir su amor. ¿Serán capaces de superar tantos años de distancia? ¿Serán capaces de continuar con sus vidas a pesar del dolor?

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Capítulo 1

ISABEL

En mi vida pensé que ya había tocado fondo.

Estaba seguro de que sucedió cuando descubrí todas las mentiras de mis padres, cuando a los doce años reconocí el hotel desde el que mi padre me enviaba fotos, me decía que acababa de aterrizar y que la nueva ciudad era maravillosa, entonces reconocí la tienda donde compraba todas las bolas de nieve que me traía cada vez.

O sucedió cuando decidí que el amor nunca me iba a hacer, que nunca dejaría que ese sentimiento me dominara. Nunca dejaría que nadie arruinara mi vida, me presentara esa destrucción. Esa devastación que reina en mi pecho desde la primera discusión de mis padres. Nunca dejaría que nadie me gritara como mi padre le grita a mi madre, nunca dejaría que mi hijo, si es que lo tuve, experimente lo que yo experimenté.

Entonces pensé que había tocado fondo nuevamente cuando conocí a Alan en el club y, después de humillarme en el baño de ese club, me hizo darme cuenta de cómo podía conseguir todo lo que quería. Me había hecho entender cómo mandar, cómo controlar a cualquiera sin poner en juego los sentimientos. Me había convertido en una persona horrible. Había aprendido a jugar con los sentimientos de los demás, alejando los míos, asegurándome de que entre los chicos y yo solo había algo físico y nunca sentimental. Me había convertido en alguien a quien repudiaba. No me gustaba la forma en que actuaba y actuaba, pero era la única forma que funcionaba. De esa manera habría sobrevivido, no me habría lastimado. Yo no habría conocido esa destrucción.

Había cubierto mi corazón con hielo y eso estaba bien para mí.

Cuando tocas fondo, no te importa. No importa si ya no late, si ya no se excita, si ya no es calentado por alguien. Está congelado y se siente bien en su estado indefenso, porque no puedes respirar profundamente, no eres feliz profundamente, no vives profundamente.

Sin embargo, después de algún tiempo, descubrí lo hermoso que era permanecer en la superficie. Me había cruzado con ese chico con ropa andrajosa, que tenía las manos frías y el estómago vacío. Desde ese día había descubierto que en la superficie se podía respirar, se podía disfrutar de un panorama maravilloso, se podía vivir. Ese chico me había acercado a un sentimiento que creía haber enterrado dentro de mí, un sentimiento que me prometí nunca tener. Hizo que mi corazón se acelerara. Mi corazón había comenzado a latir al unísono con el suyo y desde ese momento supe que él era muy especial.

Pero luego me di cuenta de que siempre estaba equivocado.

Toqué fondo cuando vi a dos policías esposar a mi novio y llevárselo, mientras mi padre lo acusaba de ser un delincuente.

Hemos luchado mucho para ser lo más alejado de nuestras familias. No me importa si es un Wright, no tiene absolutamente nada que ver con su familia. Él es simplemente Terex para mí y mi corazón le pertenece.

Ahora, sin embargo, mi corazón está hecho mil pedazos cuando estoy en el camino de entrada y veo alejarse el coche de policía con sus luces intermitentes y las sirenas a todo volumen.

¿Adónde te llevan, Terex? Te juro que iré a buscarte.

-Entra a la casa, Isabel- me ordena mi padre.

Mis ojos no se apartan del camino. Es como si pudieras sentir su presencia. Es como si pudiera estar allí con él en ese auto mientras sigo mirándolo, pero en un instante mi padre se acerca y me agarra por la muñeca.

-Te dije que entraras a la casa- repite con autoridad, arrastrándome adentro.

Mi madre también está aquí. Siempre perfecta con su elegante vestido, su impecable peinado y su postura erguida y orgullosa. Evelyn y Mark Martin son solo una exageración. Una puesta en escena para potenciar su imagen de perfectos compañeros de vida y de trabajo. Nada cierto Nada romántico. Nada que ver conmigo y Terex.

-Papá, por favor, escúchame- lo intento.

Aún no es demasiado tarde. Le explicaré todo y él irá a la policía y le explicará que todo fue un malentendido, un malentendido terrible. Comprenderá que Terex no tiene nada que ver con esto y que lo amo de verdad. Él me escuchará. Él tiene que.

- Terex no hizo nada. No tiene nada que ver con su familia. Se escapó de casa hace un tiempo precisamente porque no quería ser como ellos- les explico.

Con un movimiento de su mano me hace entender que tengo que dejar de hablar. En esta casa nunca ha habido lugar para mí y mis palabras. Siempre he sido Isabel la que habla mucho. Isabel te da dolor de cabeza. Isabel que nunca puede callar.

He encontrado a alguien dispuesto a escucharme sin interrupciones y no puedo dejar que me lo quiten.

-Isabel, es un Wright. Es un criminal. ¿De verdad creíste las palabras que te dijo?-

-Sí papá. el es sincero El me ama-.

Él se ríe. ¿Es compasión?

-Ay, Isabel, solo eres una niña. ¿Qué crees que alguien como él puede encontrar en alguien como tú? Él te engañó. Él te usó. Estuvo de acuerdo con toda su familia, estoy seguro. Los Wright siempre han querido vengarse de nosotros, todas las veces que tu madre y yo los enviamos a la cárcel. Ahora era simplemente el turno de los más jóvenes. Tenía que probar que podía contactarnos y lo hizo a través de ti.

- Papá, no es como tú dices. Si me permites explicarte...- empiezo a decir, pero él me interrumpe de inmediato.

-¡Ahora, para!- grita. - Pensamos que te educamos. Pensamos que eras más inteligente que eso.

Aquí están los gritos. Es la única forma en que mis padres saben cómo comunicarse. Siempre los escucho gritar, cada vez que se escupen insultos y se culpan por las faltas del pasado. Esta casa siempre ha estado llena de gritos.

Con Terex, sin embargo, es diferente. Terex nunca levantó la voz. Nos comunicamos de muchas maneras. Con susurros, caricias, besos, abrazos o simplemente con miradas. Nunca hubo gritos entre nosotros.

-¿Educados?- les grito a mi vez, ya que es la única manera de comunicarme con ellos. - Estás bromeando, ¿no? ¿Cómo me habrías educado?- pregunto.

-No levantes la voz con nosotros- me regaña.

- Levanto la voz tanto como quiero, en cambio. Ustedes solo están hablando tonterías y si esta es la única manera de…- pero en ese momento la mano de mi padre golpea mi mejilla con fuerza.

Nunca me ha abofeteado y, sinceramente, no me importa. Tomaría otros mil si me escucharas.

-Hemos satisfecho muchos de tus caprichos de adolescente, partiendo de la absurda idea de mantener la biblioteca. Ahora hay hasta una historia con un criminal y no cualquier criminal, sino uno de los Wright. Isabel, termina.

-No. Tienes que escucharme, lo digo en serio.

-No tengo que hacer nada. Necesitas calmarte y empezar a pensar en tu futuro. Ya no eres un niño y no puedes permitirte ciertas libertades.

-Estoy pensando en mi futuro, papá- le digo.

Mantendré el punto hasta el final. No dejaré que me abrumen.

-Terex es mi futuro. Lo amo y no dejaré que arruines su vida de esta manera".

-¿De verdad crees que te ama?- interrumpe mi madre.

Ha estado en silencio hasta ahora y se metió con una simple pregunta que amenaza con partirme el corazón.

Sé que nunca saldré de esta conversación a salvo. Sufriré y también mucho. Este dolor probablemente continuará por mucho tiempo.

-Sí, estoy absolutamente convencido de eso- respondo con la frente en alto.

Esa mirada nunca fue una mentira. El es sincero. Terex es el alma más pura, amable y bondadosa que he conocido. No hay forma de que todo haya sido un truco.

-¿Qué crees que sabes del amor?- me vuelve a preguntar mi madre.

Ahora me he convertido en una bomba de relojería y sé que estoy a punto de explotar. Dejaré solo devastación y escombros, como lo que hay en mi corazón en este momento.

-Seguro que se mas que tu- digo con todo el desprecio que siento hacia ellos. -Todas las mentiras que has dicho a lo largo de los años, toda la maldad que has dejado atrás. ¿Crees que eso es amor?- pregunto y se miran confundidos.

-Isabel, estás delirando- mi madre intenta detenerme.

-No. Nunca he sido más lúcido y serio que esto. He estado fingiendo que no pasó nada durante años, pero ahora estoy cansada. Llevo años oyéndote discutir desde mi dormitorio. Es hora de que escuches al doctor, consiguiendo toda su atención. Estás actuando como si te preocuparas por mí, pero nunca lo hiciste. Lo único que siempre has acariciado con amor es ese niño maldito que no nació. Me has estado ignorando todo este tiempo. Nací y estoy aquí frente a ti, pero la idea de ese niño siempre ha sido más importante. Os gritabais los peores insultos y decís señalando a mi padre. -Solías ir al hotel de aquí atrás, inventando excusas para una conferencia de trabajo. Sé toda la verdad desde hace años y el único que me ayudó en todo fue Terex, quien me abrazó cuando peleaban y me aseguró que el amor no era como el que siempre me demostraban. Nunca había sido toda esta devastación. Estoy cansado de tus mentiras y tus ideales de mierda, ahora sin energía.

Los míos están en silencio durante mucho tiempo. No esperaban que lo supiera todo. No esperaban que les arrojara toda la verdad en la cara de esta manera. Pensaron que habían hecho un gran trabajo, pero no podía ser peor que eso.

-Él fue quien te metió todas estas ideas en la cabeza, ¿no?- me pregunta y me doy cuenta de que todo lo que dije fue absolutamente inútil. -¿Lo ves, Isabel? Él te manipuló. Te hizo alejarte de nosotros. Se aseguró de tenerte de su lado. Es astuto y criminal como el resto de su familia”.

-No. Terex no es nada de esto y no lo vas a poder mandar a la cárcel porque no hizo nada y no tienes pruebas- digo convencido.

Mi padre da una sonrisa mezquina. Es una sonrisa lejos de las que me contaba la abuela, lejos de las sonrisas que me regalaba Terex cada vez que me miraba, lejos de mi sonrisa, que Terex siempre me decía que lo había enamorado de mí.

Al ver esa sonrisa en su rostro, entiendo que sentiré dolor, mucho dolor. ¿Seré capaz de recibir otro golpe más?

-¿Y de verdad crees que necesito pruebas?- me pregunta mi padre. -Te recuerdo que soy yo contra él. ¿A quién crees que escuchará el juez?-

Me desplomo en el sofá. Mi padre tiene razón. Él y mi madre se encuentran entre los abogados más prestigiosos de Estados Unidos, todos los jueces cuelgan de sus labios, mientras que Terex es el hijo de la familia criminal más buscada.

Ese juicio será una farsa. El veredicto ya está decidido, porque en la mesa de los acusados simplemente estará sentado Terex, un chico muy normal de diecinueve años y ojos muy dulces, pero de la familia Wright. Nunca lo verán como yo lo veo, como un niño dulce e inteligente. No necesitaba su apellido, porque no me importa nada lo que lo rodea. Solo me preocupo por él, pero el resto del mundo no.

Siento las lágrimas pinchar mis ojos. Un último intento de nuevo.

-Por favor, papá- digo con calma, tratando de no dejar que mis emociones me abrumen. -Te hiciste abogado porque tenías un ideal: encarcelar a los delincuentes y defender a los que no podían hacerlo solos. Sigue siguiendo tus ideales. Mira a Terex a los ojos y te darás cuenta de que no tiene nada que ver con su familia. Te darás cuenta de que es una buena persona, que nació en la familia equivocada. No puedes enviarlo a la cárcel solo por eso".

Realmente espero que mis palabras, lágrimas y determinación puedan convencerlo, pero hay un muro frente a mí. Nunca escuchará nada de lo que sale de mi boca, como lo han hecho todos estos años. Lo que pienso nunca ha sido más importante para ellos. ¿Cómo puedo esperar que me escuchen una sola vez?

-Isabel, aprende una lección importante ahora mismo- me dice y ya he entendido que no será nada bueno. -Si te haces abogado con esos ideales, no vas a salir adelante. Serás abogado como tu madre y como yo. Seguirás nuestra misma moral: no debes hacer concesiones a nadie. Siga el dinero y tendrá éxito.

-No quiero ser abogado- repito por millonésima vez desde que nací.

-Terminarás el bachillerato y estudiarás derecho. Trabajarás en nuestro estudio y operarás exactamente como te acabo de explicar y lo tendrás todo en la vida.

-¿Y qué sería todo esto para ti ?-

-Dulces. Dinero. Éxito- me dice, helando mi sangre.

-Esto no es nada, papá. No me importa el poder, el dinero y el éxito -.

-¿Y qué es importante para ti? ¿Amor?- pregunta burlándose de mí.

-Sí. No podrías haberme dado una respuesta más correcta que esta.

Se ríe de nuevo.

-Crece, Isabel. Crecer. De lo contrario, la vida te golpeará en la espalda y te dolerá. Te harás mucho daño.

-Ya me has hecho tanto daño. No dejaré que tengas más- digo convencida, caminando hacia las escaleras para ir a mi habitación, pero la voz de mi padre hace que me detenga de nuevo.

- ¿Crees que puedes detenernos? Isabel, no pararemos hasta que Terex sea sentenciado a pasar toda su vida en una celda".

Mis pies están en los escalones, mi mano en el pasamanos y mi mirada está al frente. Me siento tan cansada, tan débil. ¿Cuántos golpes más puedo tomar? ¿Cuánto tiempo voy a durar? Me vuelvo hacia él y lo miro mientras todavía está en la sala de estar.

-Hazlo, papá. Tendrás mi odio por el resto de tu vida. Puedes estar seguro de esto. Y no creas que todo termina aquí para mí. No me rendiré hasta que Terex salga de la cárcel y te juro que nunca me volverás a ver.

-Déjate de tonterías. Seguirás nuestra carrera, Isabel. Te puedo asegurar-.

-¿Por qué no dejas que ese niño por nacer siga tu carrera? Aparentemente siempre le prestaste más atención a él que al médico, continuando escaleras arriba y encerrándome en mi habitación.