Capítulo III Iniciando mi nueva vida.
-” Desde luego hermanita no hay nada que se te escape. Simplemente me estoy asegurando que el próximo viernes tu y yo podamos entretenernos corrompiendo a las fuerzas de seguridad del estado”. -
-” Tú estás loca ¡el próximo viernes!, y pretendes envolverme en uno de tus despertares lujuriosos. Mira Agy estoy empezando a arrepentirme de hablarte de mi vida oculta”. Dijo Gara sonriendo.
Sabía a que se refería, Gara era lo que se decía una madraza de veinticuatro horas, excepto los viernes, que era cuando Jonay se iba a pasar el día y la noche con el abuelo materno, y su bisabuelo, como a toda la familia los tenía embobados, ya que mi abuelo tenía un chico que mimar después de tantas mujeres, y mi tío tenía al rey de su mundo y futuro heredero.
Ese día Gara, se transformaba en una diosa de pelo negro y ojos misteriosos, que tenían la faculta de dejarte con la sensación de que te podía robar el alma. Y hacía que todo hombre que se encontraba se muriese por poseerla, algunas veces algunos tenían suerte.
El afortunado mortal que conseguía sus favores de diosa, terminaba locamente enamorado de ella, error que contribuía a que pasara a la lista de los destinados a sufrir en el infierno, porque ella desaparecía de su vida para siempre.
-” Venga ya hermanita, he dejado mi versión inglesa en Londres, te encuentras ante la amazona guanche, que va vivir bajo sus reglas y condiciones, cuya primera regla es probarlo todo, descubrirlo todo y dejarlos muertos de deseo por tenerme”- Gara estallo en carcajadas.
-” Pobres hombres, no sabe lo que se le viene encima”.
-” Sólo hay una regla que no pienso romper, nada de ingleses, escoceses, galeses, irlandeses y demás, estoy del imperio británico hasta el coño”-.
-” Muy bien hermanita, ya hablas como una española, viva la españolización”-
Nos partimos de risa, decididamente había llegado a mi hogar.
Tras las largas celebraciones con la familia, me sentía feliz... y borracha.
-” ¿Sería, quizás, como un suponer...porque mi tío había vaciado su reserva de vino malvasía?”- pensé embriagada de alcohol.
Aunque mi tía nos había pedido que nos quedáramos con ellos, en el chalet, decidimos volver en al hotel.
Mi prima, el pequeño Jonay y yo regresamos con el chofer de mi tío, en nuestro coche y nos dejó segura en el hotel rural que regentaba mi prima.
Al día siguiente, inicie mi trabajo como directora del proyecto piloto creado por el Gobierno de Canarias para mejorar la relación entre familias con adolescentes con actitudes disruptivas, es un trabajo agotador pero muy gratificante.
Sobre las catorce horas, recogí a mi príncipe Jonay del colegio.
-” Tía, ¿cómo has pasado el día?” me dijo cuando regresábamos en coche a casa, tenía que ir muy concentrada porque no estaba acostumbrada a conducir por este lado de la vía.
-” Bien mi vida, hoy disfrute mucho de mi trabajo, ¿pero lo mejor sabes que fue?”- le pregunte.
-” No ¿qué tía?”- me respondió.
-” Recogerte en el cole, eso es lo mejor”- Jonay estalló en risas.
-” Mañana me quedo en casa de los abuelos, mamá y tú, ¿van salir?”- volvió a preguntar.
-” Claro mi amor, mami quiere que la tía conozca a sus amigos”- este niño era muy inteligente y sabia cuando su madre necesitaba liberar toda esa tención que acumulaba en su vida de madre devota y comprometida, para convertirse en una mujer liberal.
-” Genial, tía espero que lo pasen muy bien, el domingo vamos a dar la vuelta a la isla, para que la conozcas, y así nos bañamos en las playas, ¿vas a nadar conmigo verdad, tía?”- me suplico mi príncipe.
-” Claro, su majestad, sus deseos son órdenes para mí”. Le dije sonriendo.
-” ¡Tía, eres muy graciosa!”- se río él.
El resto del trayecto lo pasamos bromeando, y riendo.
Al día siguiente mi tío paso a recoger a Jonay para llevarlo al colegio.
-” Pásenlo muy bien preciosas”- nos dijo mi tío tras darnos un abrazo y un beso.
Mi Tío y padre de Gara era un famoso magnate de negocios egipcio, que se había enamorado de una recepcionista de un hotel de lujo, el era el dueño de esa cadena hotelera.
Mi tío dice, que mi tía trastorno su mundo, y a día de hoy, prefiere perder todo su dinero, a que “esa tigresa rubia de lengua deslenguada”, lo abandone.
Mi tío es un empresario muy famoso en el mundo de los pozos de petróleo, hostelería y empresas tecnológicas, pero en cuanto pisa la isla, se convertía en un canario más, padre, abuelo y marido. Mi tía, es la encargada de bajarlo a la tierra, nunca le ha gustado esa parte de la vida de su marido, pero como dice mi sabia Tía,” no lo cambiaría por nada”.
-” Bueno, ¿qué tienes preparado para esta noche, diosa?”- le pregunte a mi prima, cuando mi tío se fue.
-” ¿Ya has llamado a ese guapo policía?, pensé que querías quedar hoy con él”. Se burlo de mi Gara.
-” Aun no he decidido lo que voy hacer con él, cuando lo decida te lo hare saber”- le murmuré a mi primita.
-” Mientras te decides, podemos ir esta noche a cenar al M.B. y luego a un privado en el club Papagayo, en Las América, ¿qué te parece?. Como el próximo finde mi padre nos invitó al Rithz- Carlton Abama, porque tiene una convención de negocios, podemos pasar un fin de semana las dos entre lujos y cenas, y hombres guapos en traje diplomático... o sin él” soltó Gara con una sonrisa enigmática y sensual.
-” Ya sé porque te llaman diosa, sabes leer la mente, no podría estar más de acuerdo con tus planes”
Decidimos salir a comprar el vestido adecuado que llevaríamos esa noche, después almorzamos en el club. Tras una sesión de spa con su correspondiente masaje, peluquería y maquillaje, estábamos lista para morir o ...matar, lo que surgiera.
Mire a mi prima, con su vestido blanco que se ajustaba a su cuerpo como una segunda piel, con escote profundo en forma de V que se sujetaba sobre sus hombros en unas finas cadenas doradas, que parecían que en cualquier momento se iban romper, y revelar el tesoro que cubrían.
-” Desde luego diosa, muy mal se te tiene que dar esta noche para que no acabes arrodillando a media docenas de hombres, para suplicar por tus favores”- me burle, Gara me devolvió la mirada.
-” ¿Pero tú te has visto?, es verdad que cuando seleccioné ese vestido, pensé que te favorecería, pero ahora que lo llevas puesto, creo que no es tan buena idea, vas a provocar más de un accidente, y no estoy hablando de los de tráfico, que de seguro que, también, sino que cualquier hombre, soltero, casado, divorciado o viudo, entregara su alma, con tal de tenerte una noche para él”.
-” Exagerada”. Le dije mirándome en el espejo, tenía razón, no sabía si era por el vestido, o porque al fin había sacado de mi interior esa mujer de fuego segura de sí misma.
El vestido era rojo, resaltaba mi piel clara algo bronceada, por estos días en la isla, creando un ligero sonrojo, muy sexy, el escote era de estilo palabra de honor resaltaba la voluptuosidad de mis pechos, que siempre había ocultado, porque no era correcto, como decía mi padre, mostrarme tanta femenina.
El cuerpo del vestido se ajustaba hasta la cintura donde se abría en una falda voluminosa, pero de caída recta hasta unos centímetros por encima de las rodillas, dejado ver unas piernas larguísimas y torneadas enfundadas en unos tacones rojos, que hacían que al caminar las caderas se movieran con un movimiento hipnótico.
-” ¡Hay dios!, Gara”- grite de repente, asustándola.
-” ¿Qué?, ¿paso algo? ...”- me reí a carcajadas,
-"¿Crees que la población masculina de esta isla, está preparada para lo que les va ocurrir cuando nos vean juntas?”- le susurre al oído.
-" Arely Ágora Watson Arteaga, la próxima vez que me asustes así, te voy a rapar ese pelo rubio tan bonito que tienes"- me advirtió divertida mi prima.
No pude aguantar la risa, y estallé en carcajadas. Mi prima me miro seria y me dijo.
-" Gracias Avy, gracias por volver con tu familia, verte sonreír y reír, es mi segunda cosa favorita del mundo, hermanita"
La abrase fuerte, yo sabía quién era la primera porque en cierta forma también era la mía, Jonay.
-" En fin, vamos Avy a disfrutar de la vida… “riendo salimos hacia el coche.
La noche prometía mucho y no pensábamos perdernos nada. Mi vida de libertad se iniciaba y no sé si estaba preparada, pero desde luego pensaba aferrarme a ella con uñas y dientes.