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- Está bien belleza. Pero quiero ser honesto, vamos a saltar. ¿Dónde quieres que te lleve? Nathy
miró la nota en sus manos.
- Yo... no sé a dónde ir. Solo tengo este número para llamar, ¿sería tan amable de llevarme a un teléfono público? El hombre la miró y
sacudió la cabeza, las trenzas bailando alrededor de su rostro negro.
Luego metió la mano en su bolsillo y sacó un teléfono celular y se lo entregó.
- Aquí. Si no tienes dinero para pagarme, ¿cómo vas a llamar? Y salta que el diluvio está a punto de bajar. -
Nathy aceptó con gusto el celular y se subió al lado del hombre, esperando que no todos fueran pendejos como Marie Jefferson.
Marcó el número y esperó.
La voz de Ethan al otro lado del teléfono la sobresaltó.
- ¡Hola! -
- ¿Ethan? -
- Hola hermanita. Finalmente apareciste. -
Se quedó atónita, como siempre Ethan era el idiota de siempre.
- ¿Me presenté? ¿Ethan te dio su cerebro por casualidad? ¿Dónde estás? ¿Dónde están mamá y papá? ¿Qué diablos está pasando? -
- Wo wo, detente hermana. Tantas preguntas juntas me confunden. Supongo que has venido a lo que solía ser nuestro hogar si me estás llamando. -
- ¡Ethan no le des la vuelta a las cosas! ¡Dime dónde estás por el amor de Dios! Se puso nerviosa y Ethan se rió
.
- Relájate Nathy . Mamá y yo estamos en el aeropuerto, mamá está haciendo boletos. -
Nathy estaba estupefacta.
- ¿Aeropuerto? ¿Me estás tomando el pelo? ¡Vuelvo allí y no te he visto! Entonces, ¿había tantos problemas para hacerte sentir? Ethan resopló
.
- Vamos Nathy , eres el dolor en el culo de siempre. Teníamos prisa. -
- ¿De qué hablas Ethan? ¿Qué prisa? ¡Avión a donde Dios santo! Pásame papá o mamá. ¡Eres el imbécil de siempre! -
- Negativo hermanita, tu papá está en la onda y mamá no te puedo pasar. En ese momento , la
paciencia de Nathy , ya bastante probada, se agotó por completo.
- Siento desarrollar subespecies pásame uno de nuestros progenitores. Me cansaste. -
- ¡Ahora en cambio escúchame presumido sabelotodo! Tu padre, como no tengo sus genes, tiene pulseras en las muñecas. Mamá y yo estamos cortando la cuerda. Si quiere un consejo, tome su fondo fiduciario y desaparezca también. Bebe Sayonara. -
- ¿Qué? ¿Ethan? ¿Ethan? -
Cerró la llamada.
Intentó devolver la llamada pero estaba apagada.
Se mordió el labio.
- ¿Colgó? Nathy
asintió .
- Oye niña, no es de mi incumbencia y hasta puedes enviarme a ese país. Por lo que me pareció entender, no tienes adónde ir ni sabes a quién acudir. Si quieres un consejo, necesitas hablar con alguien que lo entienda. En fin, alguien como abogado, policía, de esos que te ayudan a solucionar la situación en fin. Nathy
lo miró con ojos apagados y confundidos
. Había comenzado a llover.
¿Por qué dijo Ethan - tu papá - ?
¿Y por qué él y su madre habían huido al aeropuerto?
fondo fiduciario?
¿Había un fondo fiduciario a su nombre y usted no estaba al tanto?
Pero más allá de todo eso.
¿Por qué estaba su padre en prisión?
- Oye niña me estas escuchando? Nathy
negó con la cabeza
. - Pero ya ves si este día no nació realmente bajo mala estrella. -
Murmuró.
Puso en marcha el motor de nuevo y se dio la vuelta.
- Entonces como te acabo de decir necesitas a alguien que te ayude a solucionar la situación. ¿Te decides por comisaría o por algún bufete de abogados? Nathy lo pensó
.
¿A quién podría recurrir?
¿A la policía?
Pero ya tenían a su padre.
Si su madre y su hermano habían escapado, algo grave había sucedido.
Si iba a la policía y la encerraban a ella también, no podría ayudar a su padre de ninguna manera.
¿Abogado?
No conocía a nadie, tenía los medios para poder permitírselo.
- Sin policía. -
- Bien. Tampoco quiero tener mucho que ver con eso. ¿Entonces elegimos un abogado? Nathy
asintió aunque no sabía cómo
. El hombre se inclinó frente a ella y tomó las páginas amarillas del cajón del tablero.
- Aquí, ve a abogados y elige el nombre que más te inspire. Nathy
lo miró con escepticismo
. - ¿Así que al azar? ¿Y quién me dice que realmente me puede ayudar? Ciertamente no puedo elegir uno al azar. El taxista le quitó el libro grande de las manos y lo arrojó sobre el tablero
.
- Está bien. Espera, haré un par de llamadas. Se detuvo en la carretera principal y
se detuvo en una acera.
- Hola cariño, sí, estoy trabajando. Qué importa, te llamo porque necesito un favor. Sí, está bien, ¿puedes pasarme a tu papá ahora? Gracias. Sí te quiero. Nathy escuchó tratando de no sonar entrometida
.
- Es mi novia, sabes que es bastante celosa. Siempre quiere escuchar te amo. Oh, Jerald, no, no te dije que te amo. Estaba hablando con un cliente. Nathy miró por la ventana y observó a la gente
paseando en hora punta.
Gente hablando por sus celulares, alguien que corría se topó con la gente sin molestarse en disculparse.
Otros se detienen en el carrito de perritos calientes para comprar un sándwich antes de regresar a la oficina.
- Jerald ahora mismo no quiero saber de que color es tu orina. Nathy volvió a
mirar al taxista.
- ¡Qué quieres que sepa por qué está casi rojo! -
- Esto puede ser una infección leve del tracto urinario o algo más grave en los riñones o la vejiga. Por deformación casi profesional se
sintió obligado a opinar.
El taxista la miró asombrado.
Nathy se encogió de hombros.
- Yo estudio medicina. -
Explicó.
- Hola Jerald, mi cliente dice que podría ser una infección o algo grave en el riñón o la vejiga. Deberías hacerte revisar. No, no hablamos de eso, ya me has hecho perder suficiente tiempo. Ve a tu médico y pregúntale. Ahora llegamos al tema por el que te llamé. ¿Recuerdas cuando te metían en la chula? El hombre puso los ojos en blanco y trató su cabeza
.
- Sé que eras inocente, pero un abogado lo demostró. ¿Cual era su nombre? -
Tal vez el tipo, ese Jerald, no le dio buenas noticias porque el taxista apoyó la frente contra el volante y resopló de frustración.
- ¿Y mi niña ni se acuerda? Sí, sí, Jerald es tu niña, ¿vale? -
Esperó y después de unos minutos comenzó a asentir felizmente.
Cuando cerró la llamada, miró a Nathy y le sonrió.
- Chica, este es tu día de suerte. Te llevaré a un abogado. -
- Gracias. -
Al menos creo que pensó para sí mismo.
Ella solo esperaba que este esquivo abogado pudiera manejar la situación y, sobre todo, aceptar pagar a través de este fondo fiduciario del que teóricamente no estaba al tanto.
Quince minutos después estaban en Saks Fifth Avenue frente a un enorme edificio de cemento y vidrio de treinta y siete pisos.
- Está bien chica. Hemos llegado. En ese edificio encuentras al abogado Michael Peters, espero que te pueda ayudar. Nathy
miró el edificio y luego al hombre otra vez
. - Realmente no sé cómo agradecértelo. Por favor, solo una cosa si puedo, no regales ese reloj. Chicago es genial, pero quién sabe si algún día no la volveré a encontrar y redimiré. El hombre rió y
sacudió la cabeza haciendo bailar las trenzas.
- Puedes apostar a eso chica. -
Nathy se bajó y saludó nuevamente al taxista quien le deseó buena suerte.
Miguel
En resumen, subir y bajar de Nueva York ciertamente no estaba planeado.
O al menos no lo hagas en cuestión de horas.
Cuando llegó a su departamento eran las siete de la noche, estaba cansado y solo quería darse una ducha, comer algo y luego irse a dormir.
Pero Jack lo llamó tan pronto como abrió la puerta del apartamento.
-Hola Jack . -
- Oye amigo ya regresaste? ¿No hay noticias? -
- Me llevaste justo cuando entraba a mi apartamento. Lamentablemente no, nada nuevo. No sé dónde diablos buscarla, su amiga me dijo que vino a Chicago. Pero tal vez lo hizo solo para huir con su madre y su hermano. ¡No sé por dónde empezar Jack! Se aflojó la corbata y
abrió la nevera para sacar una cerveza.
-Michael no quiero decírtelo pero estás en la mierda. Es decir, digamos que no es como su madre y que volvió aquí por... ¿qué sé yo de explicación? ¿Dónde irías tú en su lugar? -
Michael lo pensó y en general las palabras de Jack fueron perfectas.
Por otro lado, sin embargo, no era posible que ella no estuviera al tanto de los negocios de su padre.
Vivir de cierta manera tenía su costo.
- No conozco a Jack. Opto por mi teoría. Pero, en caso de que tuviera que considerar el tuyo, y me encontrara en su lugar, iría y le preguntaría a mi padre al respecto. -
- Escucha amigo que dirías para abrir la puerta y cerrar el teléfono? -
Michael hizo una mueca de decepción, adiós ducha y cama.
Cerró la llamada y fue a abrir la puerta.
Jack estaba apoyado contra la pared con un paquete de cuatro cervezas y dos pizzas en la mano.
- Sé que estás cansada pero pensé que tal vez tendrías hambre y no hacía falta acompañar la cerveza con tofu y láminas de seitán. -
Michael tomó las pizzas de sus manos y lo precedió a la cocina.
- Deberías probar el tofu en su lugar. Te haría bien. Jack se unió a él y
negó con la cabeza.
- Me importa mucho envejecer y prefiero una pizza con queso, tocino crocante, aceitunas y piña. ¿Verás? También es dietético. La piña quema grasa. Michael abrió las cervezas y le entregó una
.
- Espero por ti que la mía sea menos dietética. El tuyo es ingerible. -
- No seas un fanático como tu novia Michael . Mejor hablemos de cosas serias. ¿Cómo planeas encontrar esa muñeca? -
Jack le dio un mordisco a la primera rebanada de pizza y sonrió cuando Michael lo miró fijamente.
- Es una niña pequeña Jack, ¿no lo ves ni remotamente claro? -
- Ok ok amiga, quédate tranquila pero eh. Es una broma. Imagínate si hago avances, aunque no sea tan viejo. Jack fingió estar ofendido en su propio amor
.
- Jack no he dicho que seas viejo, pero vamos, tendrá veinte años. Jack tomó un sorbo de cerveza y
se encogió de hombros.
- ¿Y qué? Tengo treinta y cinco años, no veo dónde está el problema. Tal vez prefiera a los mayores como su madre. Miguel negó con la cabeza