Capítulo 11
-Este es un buen pene-. fue todo lo que Rihana pudo pensar, antes de que Dinah chasqueara dos dedos frente a su cara.
-Zaan High llama a Cabello, ¿estás ahí?-
-¿Mh, qué?-
-Pensé que nos estabas escuchando-
-Oh, sí, te estaba escuchando, solo me estoy dando cuenta de lo malo que es mi papá para hacer que Liliana use ese uniforme de 14 años...-
-Mh-mh seguro cariño, te creemos-. , Normani hace una mirada explicativa con sus amigas, ya traviesa de que Rihana se sintiera atraída por su mejor amiga.
-¿Observaste el uniforme... o el uniforme interior?- , le da un codazo a Dinah, haciéndola reír.
-Vamos, basta... Yo no veo a Liliana de esa manera-
-¡Oh, sí, dije lo mismo para las chicas, yo!- , Halsey interviene.
-... Pero no lo eres--
-Sí, exactamente, soy lesbiana. Hazte dos preguntas, en resumen-.
Las cuatro amigas se echan a reír a carcajadas, incluida Rihana que niega con la cabeza y luego las empuja un poco a todas y vuelve a negar su supuesta atracción por el capitán.
Ahora eran las seis de la tarde, Liliana había llegado para entrenar cuatro horas y media seguidas, en la casa de su entrenador, incluyendo esa última hora de entrenamiento en el gimnasio. Estaba sudada, hecha pedazos y finalmente con su uniforme, al menos eso le había sido otorgado por el entrenador, una vez que llegaron a la casa de Cabello.
-Laurin...- , Alejandro detiene el balón, haciendo que el capitán contenga el aliento.
-¿Sí, entrenador?-
-Sabes cuánto me preocupo por ti, muchacho. Tengo que disculparme por los modales de esta tarde, tengo tanto miedo de que pierdas de vista el objetivo y--
-Entrenador, escuche… tengo muy claras mis aspiraciones. Quiero ir a la universidad, quiero jugar baloncesto. Créame, nunca he dejado espacio para las niñas, en estos años, como lo hacen muchos muchachos que conozco. créanme, soy una persona decidida, no me dejo distraer-.
-...Eso espero, porque sabes que cometí un gran error a tu edad. Y perdí tantos años dorados. Ahora tal vez podría jugar en la NBA, en cambio doy clases en una escuela. Estoy feliz todo el tiempo-. Lo mismo, pero la diferencia es sustancial... Creo que también se puede entender muy bien-.
-Lo entiendo, entrenador. Y no debe tener dudas-.
-Está bien chico... Eres como un hijo para mí. Y Sinu, mi esposa... Ella dijo que quiere conocerte esta Navidad. Finalmente estará en casa para la cena... Bueno, si quieres... Sabes, le hablo mucho del equipo y de ti, y parece que te ha cogido mucha simpatía gracias a mis stories-.
-Oh… Sería un honor para mí, señor Cabello…-
-Está bien, Laurin... Hemos terminado por hoy, entonces. Si quieres, solo usa el baño para ducharte-.
-Um, no gracias, ella ya ha hecho suficiente por mí esta tarde, me voy directamente a casa, tratando de arreglar mi bicicleta. Supongo que solo tendré tiempo para una ducha tarde esta noche-.
—¡Buenas noches entonces, Jauregui!
-¡A ella! ¡Saludos Rihana!-
-... Ah hablando de eso, capitán...-
Liliana se encontró tragando, ya de pie de espaldas a su entrenador, hacia la salida de su jardín.
-¿Sí, entrenador?-
-... Gracias por integrarla a su grupo. Tenía miedo de que no pudiera encontrar amigos fácilmente...-
-Oh, eso es todo, señor ... Es una chica muy amigable, habría hecho amigos pronto incluso sin mi ayuda ...-
Casi suspiró aliviado, el base, al darse cuenta de que el entrenador no había notado ninguna actitud extraña por parte de su hija hacia él, es más, le había dado las gracias por haberla presentado a su grupo. Mientras recogía su toalla y su pelota, dejado solo en el jardín, volviéndolos a guardar en la bolsa junto a la canasta de Cabello, se encontró pensando en lo que estaba pasando este mes con el joven cubano. Su padre debe conocerla bien, así que si no ha notado nada extraño o malicioso en las acciones de su hija, tal vez Liliana debe haberse equivocado con ella.
A Liliana le encantaba reflexionar, era más fuerte que ella, a menudo lograba alejarse fácilmente del mundo exterior, se dedicaba a sus viajes mentales, tanto que en ese momento no notó el crujido de la puerta trasera de la villa. , donde una Rihana en jeans y sudadera dio un paso al frente y salió al jardín.
-Liliana...- , al sonido de su nombre, el armador casi salta.
-Oye, Rihana… no te escuché venir-
-Papá me dijo que te ibas...-
-Sí, de hecho tengo un trabajo duro esperándome en casa-
-¿Estás seguro de que no quieres quedarte a cenar?-
-Oh, tu papá me acaba de invitar a una ducha -, se ríen los dos.
-Sí, olvídalo, él tiene sus propias maneras... Después de la ducha te habría pedido que te quedaras a cenar...-
-Gracias, Cam, tal vez en otro momento...- , el chico se ata el cabello en media melena, dejando suelto el cabello de la parte de atrás de su cabeza.
-Está bien... ¿Qué tienes que hacer tan urgente?-
-Eres una chica curiosa, ¿eh?-
Los dos intercambian miradas divertidas, caminando lentamente hacia la salida del jardín, Liliana cargando su bolso sobre su hombro.
-Tengo que volver a poner mi bicicleta en su lugar, no soporto tener que moverme a pie o en autobús-.
-Larga noche, bueno...-
-Sí... El garaje pedirá clemencia esta noche-.
-¿Puedo ir contigo?-
Ante esa petición, Liliana se preguntó mentalmente por qué, si una chica no estaba interesada en él, tendría que pedir pasar la noche en su garaje. También hay que decir que Liliana sabía bien que hubiera sido mejor no tener mucho contacto con la chica, para no meterse en problemas con su entrenador, esta frase se repetía cada vez que la cubana se asomaba a sus pensamientos, pero cuando estaba con ella, no podía mentir a sus instintos y despegarse. Le gustaba estar con la gente, y no los habría rechazado por un simple rumor, que no era un rumor infundado, pero trató de fingir que no pasó nada.
-No creo que puedas divertirte mucho viéndome arreglar la bicicleta toda la noche-.
-¡Qué sabes, tal vez yo pueda arreglarlo para ti, y mucho mejor que tú!- , los dos se ríen, acompañados por una mirada animada de Liliana, quien encuentra la actitud de la chica muy agradable y tentadora.
Su cabeza le dijo : 'Bueno, ya sea que lo intente o no, sigue siendo un misterio, y no me importa. Me gusta su compañía, así que a la mierda, no descarto la posibilidad de tener una amistad'
-Está bien, señorita mecánica mejor que yo, vamos. Dile a tu padre, sin embargo ...-
-Ya está hecho- , una sonrisa socarrona se abre en el rostro de la muchacha, haciendo que el capitán arrugue las cejas de curiosidad, hasta que el cubano se echa a reír, -sabía que a cualquier cosa que te propusiera no hubieras dicho que no-.