Librería
Español
Capítulos
Ajuste

3

En una montaña oscura se encontraba Karius el líder de los Volt al lado de su perro fiel llamado Bulls, ambos estaban planeando los últimos detalles del plan que ya tenían en marcha.

BULLS

Observé un avispón que se acercaba al amo Karius llevando una caprina de néctar, lo más seguro es que ya había extraído el alma de un ser vivo. El de inmediato lo tomó y su cuerpo empezó a destellar. Siempre estaba tomando constantemente para volverse fuerte.

—¿Crees que Pavard pueda controlar su nuevo poder?—pregunte con muchas interrogantes en mi cabeza.

—Como puedes ver, el, al inicio se rehusaba a tomar este néctar de las almas de los vivos porque según estábamos violentando nuestras propias reglas, pero ahora míralo cómo está con su nuevo poder—me miró con esos ojos que daban miedo, aunque el fuer mi amor habían veces que su mirada me asustaba un poco—eso mismo pasará con todos los Volt del clan, todos nos volveremos más poderosos.

—Eso pude notar en cuanto probó el néctar, yo sé que lo soy un Volt como ustedes de sangre, pero al menos me considero uno de ustedes—bajé mi rostro, siempre sentía esa necesidad de haber nacido como un Volt y no un justiciero.

—¿Por qué dices eso?—se levantó de su asiento y me levantó mi mentón viéndolo a él—aunque no seas un Volt de nacimiento no quiere decir que no eres parte de nosotros, el hecho que estés conmigo apoyándome me basta, la confianza entre nosotros es lo más importante que debe de haber—se dirigió hacia la ventana—aunque ese tonto de Pavard no sepa usar su poder no me importa, lo que me importa es que él debe de fortalecer más.

ASTRID

—Mi muñeco es único—Pavard reía—tiene la habilidad de introducirse en los cuerpos de mis enemigos para después controlarlos a mi voluntad, esta vez morirás niña tonta—me señaló mientras Katsuro seguía apretando mi cuello.

—¡Suéltala!—gritó Kubo.

—Es imposible que él te escuche, ese muñeco está configurado para que el poseído escuche solo la voz de su amo—explicaba Pavard—puedes hablarle lo que quieras, pero te será inútil. Ahora Katsuro mata a Astrid—le ordenó.

—¡No lo hagas!—los ojos de Katsuro seguían igual, tomo mi cuerpo y me lanzó a gran altura, enseguida mi cuerpo venía cayendo en picada. A esa altura y a esa velocidad seguro que moriria producto del impacto.

—No puede ser—sonreía Pavard—no sabía que así se sentis el consumir las almas de los vivos y yo de tonto que me oponía, pero esto sin duda es lo mejor que me ha pasado.

Cerré mis ojos esperando el impacto en el suelo, pero por arte de magia de había formado un escudo psíquico, pero esta vez no había sido yo quien lo había activado.

—¿Qué diablos está pasando?—frunció el ceño—no importa, Katsuro mátala—volvió a ordenarle.

—¡Toma esto!—Katsuro había atacado con un hechizo muy poderoso, pero gracias a mi escudo salí ilesa.

—Por favor no sigas haciendo eso, no dejes que él te controle—Katsuro venía caminando a mi dirección con esa mirada tan fría.

—Sigue hablando, tonta—Pavard bufó—parece que aún lo has entendido qué digas lo que digas él jamás te podrá escuchar—abanicó su cara riéndose.

Katsuro colocó su palma de su mano frente a mi y detonó un hechizo más grande, coloqué mi escudo. Pero esta vez no había sido lo suficientemente fuerte para detenerlo, lo había destruido y me hizo caer.

—¿Estás bien?—Kubo llegó a auxiliarme—no sabía qué el poder de Katsuro era tan grande y la desventaja que tenemos ahora es que ese tipo lo puede dominar a su gusto y antojo.

—Ahora Katsuro, vuelve a atacar—ordenó con prepotencia. Katsuro colocó su mano al frente para poder liberar su hechizo nuevamente.

—Vamos, Astrid, colócate en defensa—Kubo estaba detrás de mí para dar un mejor soporte al momento que nos volviera a impactar. Katsuro librero su hechizo con la misma intensidad de antes, forme el escudo, pero lo destruyó en miles de fragmentos.

—¿Estás bien?—Kubo preguntó, yo sabía que él es quien había recibido el mayor daño intentado protegerme.

—Absorbe todos sus poderes—Pavard le ordenó a su flor y de inmediato el cuerpo de Katsuro empezó a iluminar tanto que dio paso a una transformación más fuerte—esto es Perfecto—frotaba sus manos—no sabía que este sujeto tenía un poder oculto.

—Es increíble—kubo se sorprendió, seguir hará que Katsuro libere todo su poder, pero eso quiere decir que su cuerpo se va a deteriorar poco a poco, porque tan solo mírale la mano como la tiene—señaló y de hecho estaba rojiza, parece que el estaba atacando forzosamente.

Katsuro tomó sus katanas y venía hacia mí dispuesto a matarme.

—Defiéndete —gritó kubo, active mi escudo y por error lastime a Katsuro.

—Lo siento mucho—intenté ayudarlo.

—¿Estás loca? No ves que él no es Katsuro—kubo me regalaba—tiene que hacer algo pronto o él nos terminará matando.

—Pero es que no puedo hacer nada, no puedo lastimarlo, en el fondo solo dañaríamos su cuerpo y yo no quiero eso.

—Qué graciosa situación en la que estoy viendo—Pavar reía—no sé qué se podrá sentir que el único método de supervivencia es matar a mi propio amigo, esto será muy interesante.

Una vez más venía Katsuro sobre mi.

—¡Maldita sea, Astrid! Reacciona y ataca también—kubo venía corriendo a mi dirección.

JAMES

Corríamos rumbo a la casa de Lakai, las heridas que le habían hecho esos avispones a Harry eran muy graves, si no llegábamos a tiempo lo más probable es que el moririra.

—Te ves muy cansado—decía Steve—si quieres yo puedo cargarlo por ti.

—No es necesario—lo llevaba en mis hombros—yo puedo cargarlo hasta allá, además el no tiene nada que ver con la locura que está pasando, estos malditos me las pagarán, no puedo dejar que él muera—iba muy lastimado, esa batalla me había dejado débil pero mi orgullo era más fuerte que aunque necesitaba ayuda no la pedía.

—Oye, no te sientas culpable de lo qué pasó con tu amigo, parece que los Volt están tomando sus victimas aleatoriamente y por mala suerte le tocó a tu amigo.

—Pues claro que me siento culpable—seguía corriendo al mismo ritmo—si no fuera por mi nada de esto hubiera pasado—sentí un dolor intenso en mi abdomen que hizo doblegarme.

—Oye, en serio, no tienes porque sentirte así conmigo, no soy tu enemigo—cargó el cuerpo de Harry—además no creas que soy débil, en estas condiciones no eres capaz de poder continuar con este peso. Ambos tenemos un enemigo en común y créeme que es lo que se siente estar en esta situación. Yo también perdí a un amigo en una circunstancia similar—extendió su mano para ayudarme a levantarme.

—Tienes razón—la estreché y salimos corriendo. Él tenía toda la razón, en estos momentos lo que más necesitábamos era estar unidos para poder vencer a estos sujetos que atentaban contra la vida de toda la ciudad.

ASTRID

—Estás bastante herida—kubo me tomó en sus brazos—tienes que atacar a Katsuro o de lo contrario nos va a matar a los dos.

—No puedo hacerlo kubo—sollocé—no después que intentamos salvarlo, aún puedo recordar todo lo que pasamos en la dimensión central. Lo que lucho James, Kai y mike, todos pusimos de nuestra parte ahí dando todo por salvarlo, yo sé que no fui un gran aporte que digamos, pero de todo corazón quise rescatarlo, además él el uno de mis mejores amigos, tengo tantos recuerdos con el, por eso no puedo atacarlo así por así.

—No te preocupes—puso su mano en mi hombro—creo tener la solución para este caso en especial—kubo había sonreído, parecía que tramaba un plan que no podía fallar.

LAKAI

—Lakai, ¿estás ahí?—James y otro sujeto habían llagado a mi casa.

—¿Pero qué diablos les sucedió?—de inmediato los atendí, James traía a un chico herido—¿Quién eres tu?—le pregunté a ese sujeto que parecía un justiciero.

—Soy Steve y vengo de parte de la dimensión central.

—Necesito que cures la heridas de mi amigo, Harry—cayó desmayado.

—Hay que hacer algo de inmediato—busqué a Diddo para que los pudiera ayudar con esto. Tomamos los dos cuerpos y los colocamos en el suelo, habíamos hecho unas cañas improvisadas—¿hay buenas noticias?—Diddo estaba atendiendo los cuerpos.

—Desafortunadamente para este chico la condición no es muy buena que digamos—lo estaba analizando—lo único que podemos hacer es inyectar un poco del poder de James al cuerpo de este chico, quizás y nos funcione—sugirió.

—¿Acá también está Jinsu?—preguntó Steve.

—Si, lo tenemos en el otro cuarto, Pelé el niño que cargaba en sus brazos no está tan bien que digamos, su cuerpo no le permite aguantar mucho como el cuerpo que poseen los justicieros.

ASTRID

—El plan que tengo es el siguiente—kubo se me acercó al oído—ya que no queires laginar a tu amigo lo único que se me ocurre es que debes de atacar a Pavard, de esa forma quizás el se distraiga y el hechizo se termine, pero debes de atacar.

—Está bien—asentí valientemente, tenía que hacer algo al respecto, pero fuera lo que fuera a mi no me gustaba lastimar a nadie.

—¿Ya terminaron su reunión?—Pavard se reía—Katsuro, vuelve a atacar—le rodeó y en seguida le hizo caso.

Tomó sus katanas y corría hacia mí, pero de pronto Kubo lo detuvo. Ellos dos estaban peleando.

—Es el momento que lo ataques, Astrid—kubo seguía luchando para distraer a Katsuro. Había un espacio pequeño en el cual Pavard había bajado la guardia.

—¡Ahora!—libere uno de mis hechizos, se había dirigido hacia Pavard, pero la trió había utilizado su paso flash sirviéndole como escudo—¡no!—me había dolido el alma ver qué había herido a mi propio amigo.

—Qué tontos que son, ¿creen que yo bajaría la guardia solo porque estaba controlando el cuerpo de Katsuro? Están equivocados—carcajeaba—Katsuro no solo puede atacar, el sabe que también me deberá de defender todo el tiempo que sea posible—el cuerpo de katsuro estaba sangrando por el ataque que le había hecho—ataca katsuro—volvió a ordenarle, esta vez no tenía ningún tipo de defensa, sin duda venía dispuesto a matarme, pero por milagro una espada se había interpuesto, había detenido su espada a tan solo centímetros de mi cara.

—¿Suiem eres tú?—había un sujeto fuerte delante de mi, tenía una armadura negra y se asemejaba a los justicieros.

—Si—Pavard fruncio el ceño—¿quien eres tu?

—Soy Max, justiciero del recuadro cuatro, la dimensión central me ha mandado a destruir a todos los Volt y veo que tú eres uno de ellos—tomó su espada y utilizó el paso flash ara atacado, pero Katsuro se había interpuesto—¿por qué estás defendiendo a este sujeto Katsuro?

—Es por la habilidad que tiene su muñeco, este le permite controlar las emociones y del cuerpo de su enemigo—traté de aclararle.

—Con que esa es la habilidad de tu muñeco—rascó su mentón—creo que de igual forma tendré que destruir a Katsuro.

—¡No lo hagas!—tomé su brazo.

—Qué tonto que eres—Pavard se mantenía a una distancia considerada—mi rosa podría incluso apoderarse de tu vuelo si yo quisiera—reía—me pregunto cómo será tu cuerpo d fuerte también, pero antes termina este trabajo Katsuro—ordenó, pero este no se movía—te he dicho que lo ataques maldito.

—A...Astrid—Katsuro tartamudeaba y no podía sostener bien su espada. Parecía que se estaba oponiendo a algo—necesito que me ataques en este instante.

—No lo puedo hacer Katsuro, no puedo lastimarte—me sentis impotente como siempre.

—Vamos, no pierdas más el tiempo, yo no podré dormimar esta cosa por mucho tiempo, no temas a qué me pase algo—se seguía oponiendo, con dificultad podía hablar—créeme que como justiciero morir bajo tu mamá o sería el acto más justo y honorable de mi parte, no dejes que esta cosa me controle nuevamente, solo hazlo por favor.

—Así es—aseguró Max—para nosotros los justicieros tenemos que rendir honor a nuestro nombre, la justicia es el camino a la verdad y tendremos que asesinar a Katsuro.

—Pero no quiero lastimarlo—mis lágrimas empezaron a rodar en mis mejillas, no sabia que hacer con todo esto, por un lado quería ayudar en la batalla, pero por el otro no quería Lagunes a mi propio amigo.

Katsuro empezó a retorcerse de dolor, gritaba como si fuese que lo estuvieran quemando vivo, hasta que sus ojos volvieron al mismo estado que se encontraba.

—No se preocupe, amo, ya volví a tomar el control de este cuerpo, le pido disculpas por lo sucedido—decía su muñeco.

—Esto es demasiado, siempre tengo que estar en una situación en donde mis sentimientos se encuentren rotos, pero esta vez no será así, Max—lo observé—muchas gracias señor ayudarme, pero es mi tuno de acabar con esto de una sola vez—caminé hacia Katsuro, esta vez sentis un enorme poder recorrer por mis venas.

—Katsuro, ataca—ordenó Pavard, Katsuro una vez más colocó su mano frente a mi para generar más de estos hechizo, logró lanzar uno que estremeció el suelo con su impacto—Perfecto, seguro esa chica quedó muerta—Pavard reia sintiéndose Victorioso más sin embargo yo salía de esa cortina de humo, siempre de frente caminando poco a poco hacia el, enseguida él empezó a lanzar una y otra vez sis hechizo, pero mi escudo era lo suficiente fuerte para resistir todos sus ataques.

Tomé su espada del filo con mi espada, el poder de mi corazón era muy grande que nada podía haceme dslo en este estado, mi cuerpo estaba luminoso como el sol. Abrace a Katsuro rodeándolo con una burbuja de poder.

—Esto no puede ser—gritó el muñeco desde su interior, poco a poco fue saliendo del cuerpo de Katsuro y este regreso a su normalidad—lo siento mucho amo, pero lo que esta chica hizo no sé cómo describirlo, solo que ya no tengo el poder para controlarlo.

—No te preocupes, los acabaremos de una buena vez—Pavard se ponía en posición de ataque, pero al instante había aparecido Max e hirió con su espada a Pavard.

—Tu tiempo ha llegado y no tienes oportunidad para poderme vencer y menos con tu tonto muñeco—alzó su espada para atacarlo con más contundencia, pero en lo que la espada cortaría la cabeza de pagar otro espada se había interpuesto había llegado un sujeto que portaba casi la misma armadura que Max—¿tu quien diablos eres?—los dos forcejaban con sus espadas.

—¿Acaso no te acuerdas de mi? Max—le respondió el sujeto misterioso, por su apariencia no podía decir que era un Volt.

—A decir verdad recuerdo tu rostro a la perfección—Max había recordado algo, pero lo sabía a qué se referían—después de todo las cosas que decían de ti eran cierta, qué el justiciero Bulls se había unido al clan de los Volt, no puedo creer que hayas caído tan bajo—negó con la cabeza y escupió—me das asco.

—Será en otro momento que tengamos que medir nuestros poderes Max—tomó el cuerpo de Pavard y se lo llevó entre la sombras.

Lo bueno de todo es que Katsuro había regresado a la normalidad.

—Por fin...—lo abracé fuertemente, el era mi amigo y tenía un cariño hacia el.

—Muchas gracias a ti, de lo contrario hubiera muerto siendo poseído por esa cosa—igualmente me abrazó con fuerza—lamiendo también por haberte dado problemas, no debí haberte forzado a que me mataras cuando se que tú tienes el corazón más puro que he conocido.

—Esto sí es emotivo—kubo estaba llorando. Si, así como lo vi, al parecer a él le había tocado el corazón la situación que pasamos.

—Qué patéticos que son ustedes lo humanos—Max cruzaba sus brazos. Quizás el no lo entendía porque ellos no creaban vínculos tan fuertes como nosotros con nuestros amigos, pero al menos no había sido una mala noche, no detuvimos a esos dos Volt, Pero habíamos rescatado a Katsuro.

Descarga la aplicación ahora para recibir recompensas
Escanea el código QR para descargar la aplicación Hinovel.