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Después de que mi espíritu tomó el control de mi cuerpo en lo absoluto, yo había caído en una especie de abismo el cual se encontraba totalmente oscuro y vacío. No sabía dónde iría ni donde estaba realmente. Pero mi corazón latía fuertemente y mi deseo de ganar la batalla me hizo salir de ese estado y recuperar el control de mi cuerpo, la consecuencia de siempre hacer eso, generaba un cansancio terrible y fue así que caí postrado al frente de Marck.
KATSURO
—¡Hechizo número dos! Congelamiento total—intentaba conectar alguno de los ataques a este sujeto, pero me era muy difícil. Mis poderes y mis habilidades eran menores a las que tenía en mi mundo y ahora que había adoptado un cuerpo humano, aún, más las posibilidades de poder vencerlo eran nulas.
—Parece que estás cansado—analizó mis movimientos y sabía que era cuestión de tiempo para que él se diera cuenta—después de todo crei que eras fuerte, pero veo que me equivoqué, ahora sentirás el filo de mi espada—nuevamente lanzó su espada como un búmeran hiriendo mi costado, el dolor que me había provocado la cortadura era terrible.
—¿Te encuentras bien?—Astrid preguntó, a mi inmediato quiso auxiliarme.
—Tranquila—la detuve con mi mano colocándola en su pecho—esta herida no es nada que yo no pueda controlar.
—Si quieres te puedo ayudar—expresó Kubo, la marioneta espiritual que tenia la habilidad de tomar todas las formas que fuera posible—yo lucharé mientras ustedes piensan en algo—dio unos cuantos pasos hacia adelante y su cuerpo empezó a tomar la forma de Jinsu, su espada y su traje eran idéntico.
—Eso se ve interesante—sonrió el sujeto llamado Debra, éste tenía una espada que podía hablar, además de eso también tenía otro escudo que podía comunicarse con el. Casi toda la batalla de la pasaban fanfarroneando de su poder y sus habilidades.
—Mas interesante será cuando te ataque—Kubo se abalanzó sobre el, atacandolo en reiteradas ocasiones y en varias direcciones.
—¿Cómo es eso posible?—era increíble que Kubo estuviera atascándolo de esa forma,
Hace unos instantes solo creí que era una marioneta que solo servía para detectar la presencia de los Volt.
—Aunque no lo creas, Kubo, no solo tiene la habilidad de convertirse en lo que quiera, sino que también cuando él toma la forma de algo adquieres su poder—explicó Atrid—ahora hay que hacer algo para detener a Debra mientras Kubo lo está distrayendo, yo iré al frente mientras tú puedes utilizar el hechizo de sello para destruirlo—sugirió.
—Eso es un poco arriesgado—le comenté—eso requiere de una gran concentración de poder, además de gran precisión.
—No tenemos otra opción si—Astrid salió corriendo para atacar a Debra. Salto por el aire colocándose frente a él.
—No creerás que me podrán vencer los dos—Debra usó su escudo para repeler el ataque de Astrid, mientras tanto, Kubo lo había atacado por la espada, pero la velocidad y la destreza que tenía Debra le permitió defenderse a ambos lados.
Concentré una gran cantidad de energía para lograr terminar mi hechizo, la oportunidad era ahora y lo lancé.
—¿Qué?—espetó—con que esa era su estrategia—Debra abrió sus ojos en estado de shock cuando vio acercarse la esfera de poder que había creado—me distrajeron para que ese estúpido pudiera hacer eso.
Una enorme explosión había ocurrido, producto de ella una gran cortina de humo nos había envuelto, por el momento no se miraba nada, pero tenía la corazonada que mi ataque no le había generado tanto daño como pensé.
Poco a poco la cortina de humo se fuer disipando hasta quedar en total claridad.
—¿Creen que con ese plan absurdo me podrían vencer?—Debra estaba estático frente a nosotros—tendrán que utilizar algo mejor para poder vencerme—se dirigió con gran velocidad hacia Kubo y lo atravesó con su espada. Poco a poco el cuerpo de Kubo regresó a su forma Original cayendo al suelo—idiota...
—¡No!—Astrid intentó auxiliarlo.
—Espera—la tome de su mano—no puedes ir así por así o también te matará, créeme que Kubo estará bien, pero por el momento hay algo más importante que debemos hacer.
MARCK
—Mis piernas y mis brazos no responden—James se quejaba del dolor que le había generado mi muñeco de metal—incluso mi visión está borrosa.
—Es una pena que yo presencie tu muerte, James, tenías un camino por delante y tu juventud te lo hubieses permitido, pero ahora estás frente a mi y tendré que terminar con todo esto. Mi amo me encomendó con esta misión y no lo puedo defraudar.
—No quiero morir, Marck—susurró mientras seguía desangrándose.
Todo eso me hizo recordar hace mucho tiempo algo que me había ocurrido en un caso particular.
•
UN VAGO RECUERDO DE MUCHOS AÑOS
Fue hace muchos años cuando yo vivía en mi granja. Me gustaba la naturaleza y los animales, La Paz que me generaba ese lugar era inigualable, es por eso que siempre vivis solo, mi privacidad era lo más importante que tenía en mi vida. Es por eso que busque el poder constantemente, necesitaba hacerme más fuerte cada día para ganarme el respeto de las personas.
Ese día recuerdo que eran más o menos las diez de la mañana, yo estaba tendiendo una ropa en el alambre que tenía en el patio, cuando vi que mi amo Karius llegó con un chico bastante atractivo. Él se miraba que era callado y sus ojos podrían transmitir miedo.
—Hola Marck—Karius saludó—veo que siempre tratas de llevar una vida normal, pero eso no te servirá por mucho tiempo, las personas se darán cuenta que eres un Volt y pronto te querrán ver muerto—el chico venía a un lado pero no decís una sola palabra.
—No importa—tendí una camisa—al menos eso intentó, pero dime ¿a qué se debe tu visita?
—Bueno, te traje a este chico para que le enseñes a ser un Volt, tiene que aprender las mismas habilidades que nuestro clan tiene, así que pensé que tú eres la persona indicada para enseñarle todo lo que los caracteriza—el chico ni siquiera me había visto, siempre su vista era hacia el horizonte.
—Lo siento—me giré sobre mis talones y empecé a caminar hacia mi granja.
—¿Pero por qué?—Karius se había molestado.
—Por el simple hecho que nosotros los Volt no necesitamos que alguien nos enseñe a ser lo qué somos, el tiene que aprender solo, nuestro orgullo y poder vienen de la persistencia y tu lo sabes—me detuve en seco—además sabes muy bien que esas no son nuestras leyes. No me gustaría ir en contra de lo que se ha estipulado.
—kei—le dijo al chico, parece que ese era su nombre—necesito que vayas por ahí a distraer mientras yo hablo con Marck—el chico solo nos observo y obedeció.—escucha, el ese la esperanza de los Volt, es nuestra semilla y por eso mismo lo traje contigo—colocó su mano en mi hombro—tú has pasado por muchas situaciones duras, tu fuerza y tu valentía es lo que te hacen ser el hombre que eres.
—Aún así no quiero romper las reglas—observe al chico, el se comportaba muy diferente a un chico de su edad.
—Este chico ya no tiene nada en su vida—ambos lo estábamos viendo—incluso hasta su autoestima ha perdido.
—Así veo...
—Por favor hazme este favor cómo un amigo—insistió.
—¿Qué pasaría si aún así me rehuso?—quise saber hasta donde serían sus límites.
—Lo único que podría pasar es que perderías a un buen amigo, Marck, un buen amigo...
—De ser así esta bien, lo haré por ser un favor tuyo—finalmente me convenció y espero que todo esto saliera bien.
—Muchas gracias por apoyarme a como siempre lo haces amigo—palmeó mi espalda—sé que te llevará un poco de tiempo enseñarle todo, pero tiempo es lo que te sobra querido amigo—saco un libro pequeño.
—¿Qué es eso?—frunci el ceño.
—Es un libro de hechizos, esto nos permitirá invocar muñecos con gran poder, me llevo un buen tiempo hacerlo, pero ya está listo para que lo uses—se giró sobre sus talones y camino lentamente—lo dejo todo en tus manos querido amigo—elevó su mano para despedirse.
—Ambos compartimos él mismo deseo de estar solos—kei se acercó, hasta ese entonces conocí su voz—por esa razón creo que jamás nos podremos llevar bien.
—¿Eso crees?—tome sus brazos y los coloque detrás de su espalda.
—¿Qué diablos crees qué haces?—forcejeo para liberarse, pero le fue imposible.
—Te daré una pequeña lección niño malcriado—lo lancé hacia el pasto, el habia caído nova abajo—si queires irte cuando lo desees, el camino está libre y ya eres grande para tomar tus propias desiciones, pero de lo que si te puedo asegurar es que con la fuerza que posees no podrás sobrevivir en el mundo real. El mundo está llenos de fuertes y esa es la ley, entre más fuerte se vuelve una persona, más tiempo de vida le queda, así que si estás claro de todo toma tu decisión o ven a ayudarme con las cosas que tengo pendiente—camine sin ver atrás.
Durante semanas le enseñe todas las labores que se tenían que hacer en la granja, desde sembrar, cortar árboles para leña, incluso cazar y lo bueno de todo es que el chico se estaba comportando muy bien. Después de todo nuestra amistad estaba creciendo.
Llego tiempo de la cosecha y a nosotros nos tocaba cargar sacos para llevarlos al centro de la ciudad y venderlos.
—¿Cuánto me puede dar por esto?—le pregunté al dueño de un negocio, le estaba mostrando un costal de mis verduras.
—Vaya... debo de reconocer que lo que me está mostrando es un producto de calidad—da habia asombrado—lo que puedo ofrecerle es cien por cada saco.
—Perfecto—salí del local.
—¿Al menos nos pagaron bien los costales?—preguntó tembloroso, estábamos en la época en donde hacía más frío.
—Así es, pero vamos acá—empezamos a caminar para llegar a una tienda—¿me podría mostrar alguno de sus mejores suéteres?—le pregunte al tipo que me estaba atendiendo.
—Acá están estos estilos, son muy buenos para estas fechas—me mostró unos cuantos suéteres.
—Me llevaré este—le mostré lo que andaba de dinero—¿será que esto alcance?—quise saber porque también habían otras prioridades que cubrir.
—Si, suficiente—lo empacó.
—Ten, toma—le entregue el suéter—te hará muy bien para tus entrenamientos o de lo contrario terminarás congelado—caminamos de regreso a la granja.
—Sabes—se detuvo en medio camino—al principio que vine crei que no nos llevaríamos bien, pero ahora veo que fue la mejor decisión que pude haber tomado, te confieso que el estar acá me ha hecho un chico muy diferente al que fui en alguna ocasión.
—Yo también pensé lo mismo, pero sabes, deberías de sentirte orgulloso de lo que has logrado hasta el momento—seguimos caminando.
Al pasar los minutos nos encontramos con un grupo de chicos que estaban reunidos platicando alguna cosa. Por su fachada podría deducir que eran pandilleros. Uno de ellos tenía una vara en su mano y los otros estaban sentados.
—Qué bonito suéter tienes—se acercó uno.
—Si, deberíamos de quitártelo antes de que se manche de sangre—dijo el chico que cargaba la vara.
—¿Qué dijiste?—kei lo iba a golpear.
—¡Alto!—ordene—no lo hagas, no es necesario—tome de su mano y lo lleve conmigo.
—Pero...
—Te dije que dejes eso, no es necesario que uses la violencia—seguímos caminando y uno de ellos se puso en mi camino.
—Te enseñaré buenos modales anciano—me golpeo, pero no me movió ni un solo centímetro—¿Qué diablos?
—Hazte a un lado—dijo el chico que cargaba con la vara, me aventó en mi lecho y se quebró, pero tampoco me pudo hacer daño—¡es un demonio!—grito con tanto miedo.
Uno a uno se fueron rumbo al pueblo.
—¿Por qué no les hiciste nada?—kei pregunto con rabia—de no ser por ti les hubiera dado su merecido.
—No te preocupes, no era para tanto, ni siquiera me hicieron un rasguño—caminábamos dentro del bosque—el poder se usa en ocasiones especiales no con cualquier sujeto.
En poco tiempo los chicos habían regresado, pero con más refuerzos.
—Mira—kei señaló. Venía un buen grupo de sujetos armados.
—Qué mala suerte—susurré.
—Parece que ahora no te ves muy rudo que digamos—presumia el chico que me había dado con la vara. Esta vez tenía un revólver en sus manos—vamos, acabemos con esto de una buena vez—me apunto a la cabeza.
—Eso mismo digo yo—bufé—te invoco muñeco de metal—era la primera vez que lo usaba frente a tantas personas. Poco a poco se fuer regenerando hasta qué quedó formado.
—¿Me has llamado, Marck?—me dijo.
—Claro, quiero que te encargues de ellos—le ordene y enseguida los había atacado. Su cuerpo le permitía tomar el tamaño que quería así que su brazo lo esculpió como una espada con la cual pudo cortar en dos al revolver. Los chicos se habían asustados tanto que dejaron las armas en el suelo y empezaron huir.
—¿Así que ese es tu muñeco?—kei se miraba bastante sorprendido.
—Así es, pero no te preocupes—mi muñeco había regresado a mi amuleto de poder—tu también tendrás el tuyo. Después de todo eres un Volt elegido—rasque su cabeza—repite conmigo. Soy un Volt elegido.
—Soy un Volt elegido—repitió como un buen chico.
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—Uno, dos, tres—kei entrenaba golpeando el saco de boxeo que teníamos ene le patio. El se esforzaba mucho por dar su mejor versión.
—Oye, kei, descansa ya—le ordene—ya ha sido más que suficiente ¿no lo crees?
—No—su respiración estaba agitada—tengo que volverme tan fuerte como tu. Tu eres mi ejemplo a seguir—se detuvo—desde que he estado contigo mi vida ha cambiado mucho, podría incluso decir que me siento más vivo que nunca, las cosas que hacemos en la granja también me han ayudado.
Realmente el chico había entendido el significado de luchar.
—Creo que de ser así es el momento de que tú también tengas tu propio muñeco—me le acerque.
—Dices... ¿mi propio muñeco?—sus ojos esta vez habían burlado mucho de la emoción.
—Así es, en este libro están los pasos que debes de hacer para lograr invocar un muñeco—le mostré el libro—este libro fue creado por el amo Karius y debes de saber utilizarlo, así que te lo dare, pero antes de todo tendré que estar yo presente para qué puedas invocarlo, de lo contrario por favor no lo intentes sólo.
Pero fue muy pronto, fue demasiado pronto.
Una noche de tantas no podía conciliar mi sueño, me removía en esa cama de un lado a otro, sentía que algo no estaba marchando bien. Me levante y fui al cuarto de kei y no estaba. De inmediato supe que estaba haciendo lo prohibido.
Salí al patio y a lo lejos en una colina vi una fogata muy grande, corrí lo más rápido que pude y cuando llegue al lugar estaba kei con algo entre sus manos.
—Mira lo que logre yo solo—mostró un muñeco luminoso de color azul—le ordenaré cosas y veras que me obedece—lo coloco en el suelo.
—Por favor no lo hagas—le advertí—no tienes idea de cuanto poder puede expulsar esa cosa, tu fuerza no podrá controlarlo—insistí, sabía lo que pasaría.
De inmediato el muñeco de él había iluminado todo el entorno y se introdujo en el cuerpo de kei, intente hacerle algo, pero ya todo era imposible. Su propio muñeco se había apoderado de su cuerpo y su alma.
—Marck—camino tambaleándose hacia mi—no quiero morir, lo siento mucho por desobedecer tus órdenes—extendió su mano.
—kei...—estire mi mano tratando de alcanzarlo, pero fue inútil, su cuerpo tan solo desvanecía como polvo en el viento. Me sentí tan mal, sabía que en parte había sido mi culpa.
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—No puedes ser—Karius golpeaba la tumba que habíamos hecho en una colina, encima le pusimos él suéter de Kei—no es justo—lloraba desconsoladamente.
—Lo se, perdimos un Volt y un amigo muy importante—me acerqué para palmear su espalda—todo fue por mi culpa.
—Demasiado dolor no es bueno para uno solo—se levantó y puso su mano en mi hombro—desde ahora en adelante, Marck, viviremos juntos, todo el clan de los Volt tiene que estar junto.
Desde ese día Karius ha sido mi líder y nunca nos hemos separado.
REGRESANDO A LA BATALLA
—¿Cuál es el fin de ustedes?—james preguntó reincorporándose, no podia creer que todavía tenía fuerzas para ponerse en pie.
—Es simple, nuestro amo Karius quiere crear un mundo diferente al que tienen ustedes lo humanos, un mundo en donde los Volt seamos los que tengamos el control de todo, además si él incrementa su poder nosotros también ya que estamos conectado por una cadena espiritual, pero ya que te he explicado eso te tendré que matar—negué con la cabeza—no puedo creer que tenga que presenciar la muerte de jóvenes brillantes como tu, acábalo—le ordené a mi muñeco, pero enseguida vi que detrás de mi había un sujeto—¿Quién eres tu?—me volteé.
—Soy Steve, del escuadrón once, vengo de parte de la dimension central.