Sinopsis
Isa es una chica más del montón que escribe cartas cuando se siente triste o cuando está muy enamorada. Pasará por un mal momento cuando su mamá le dice que tienen que vivir en la casa de su nuevo novio junto con sus dos hijos. Lenin, un chico malhumorado y bipolar de 18 años y Brisa, una chica dulce y amistosa de 17. La relación entre Isa y Lenin no será buena, el odio abunda en ellos. Sin embargo la convivencia juntos y las metidas de pata de Isa harán que Lenin sienta curiosidad por ella. Una atracción mortal que no puede ser. Isa no sabe cómo convivir con un chico tan guapo y bueno como Lenin, pero los problemas y situaciones en las que se mete no son de su agradado. Un chico mujeriego y de la mala vida no cambia, o eso es lo que piensa ella. Pero quizás tenga toda la razón. Ni el amor los haría cambiar. Bien lo dice un refrán: árbol que nace torcido, nunca su rama endereza.
1
Odio mi vida.
Ese es el pensamiento que tengo cada vez que algo me sale mal y esto que me está pasando en este momento es algo muy malo, es lo peor ¿cómo pudo mi vida cambiar tanto? Esto es culpa solo de una persona, una personas cuyo nombre es Vanesa y a quién estoy fulminando con la mirada en éstos momentos. Estoy de brazos cruzados, sentada en el sillón de la sala, con mi ceño bastantemente fruncido, parezco niña chiquita haciendo puchero.
一Estoy segura de que te gustará tu nueva casa, es grande, al igual que tu habitación, Henry y yo la decoramos especialmente para ti. 一chilló de felicidad esa señora que se hace llamar mi mamá.
Aquí estoy, escuchando que me tendré que mudar a una nueva casa, con un padrastro y hasta dos hermanastros, esto es demasiado. Obvio no me quiero ir, no quiero dejar a Mack, mi mejor amiga, y mucho menos a Daniel, el chico de quien siempre he estado enamorada pero nunca me hace caso, el solo hecho de no verlo más me sobrepasa.
一Mamá, 一saqué mi labio inferior, como si fuera a llorar一 ¡No me quiero ir! 一fingí llorar. 一 ¡Por favor! Hago lo que me digas, te ayudo en los quehaceres del hogar por todo el año, ya no dejaré mi ropa sucia en el piso, limpiaré la popó de Perro siempre 一en realidad Perro es un gato一 Te lo suplico, no nos vayamos.
Cubrí mi cara con las dos manos, fingiendolo todo. Mamá se quedó callada, solo espero que este teatrito haya servido de algo. Tengo tanto por hacer, este fin de semana me enteré de que habrá una fiesta en las afueras de la ciudad, en la playa y que todos los de la escuela estarán allí, incluso va a ir Daniel, por eso siempre voy, aún tengo la esperanza de que me note. Soy invisible ante sus ojos, nunca he podido lograr que me mire, no a como yo quiero que lo haga.
一Isa, mi amor, 一Vanesa se sentó a la par mía, sobandome la espalda一 Entiendo que no te quieras ir porque no quieres dejar a tus amigos, y sé que también lo es porque quieres estar cerca de Daniel 一la miré ¿cómo es que sabe de él?一 No me mires así que no eres tan discreta que digamos, tu cuarto está lleno de fotos de él 一abrí la boca para hablar pero ella se adelantó一 ¿acaso creíste que me tragué ese cuento de que es un artista y que lo admiras? Por Dios, Isa, a mí no me engañas. 一me quedé callada一 Te prometo que vendremos de visita seguido, ¿si? 一se levantó一 Ahora, ve a hacer tu maleta que nos vamos mañana por la mañana.
Y se fue, dejándome con el corazón en mil pedazos, sorbí mi nariz y enterré mi cara en un cojín que tenía cerca, pegué un grito para desahogarme, espero que no lo haya escuchado mi mamá porque sino quién la aguanta, y me puse en pié para dirigirme a la calle. Era de noche, la carretera estaba solitaria, Mack vivía a unas cuantas casas de la mía así que no tarde mucho en llegar. Toqué el timbre y esperé unos segundos antes de que ella me abriera.
一Isa, pasale. 一me abrió la puerta.
Pase con cara de tristeza y la miré.
一Me voy, Mack. 一le dije y la abracé tan fuerte que espero no estarla asfixiando.
一I-sa, ¿porqué lo d-ices? 一reprimí una sonrisa y la solté.
一Mi mamá se irá mañana para la casa de su nuevo novio, y me arrastrará a mí también con ella. 一me senté en el sofá. 一No veré más a Daniel, no saldré de fines de semana, ya no nos veremos. Esto es el fin para mi vida.
Mack se sentó a la par mía, comiéndose su uña del dedo chiquito, hice una mueca.
一Isa, sí que es grave. 一murmuró, escupiendo un pedazo de uña en el suelo, tragué grueso y la miré mal. Se encogió de hombros y sonrió.
一En fin, solo quería venir a despedirme, 一respiré profundo一 Quiero que me mantengas al tanto de todo lo que pasa con Daniel, ¿okay? Ahora vas a ser su sombra.
Se inclinó para atrás y le miró con el ceño fruncido, será porque la última frase la dije como si fuera una asesina en serie.
一Claaaro. 一alargó la palabra y se levantó一 Yo te pondré al tanto de todo. Tú vete tranquila, y no te preocupes, te visitaré seguido.
Me puse de pié y le di un último abrazo. Pero no me iré así como así, quiero ver a Daniel por última vez.
一Mack, 一susurré en su oído.
一¿Si? 一inquirió ella, apuesto a que está con los ojos cerrados y sonriendo y hasta sé que abrirá los ojos del asombro para lo que le voy a decir.
一Quiero ver a Daniel por última vez.
一¿Qué? 一se separó de mí一 Isa, eso no es posible, Daniel vive muy lejos y se colonia es de esos millonarios, no nos dejarán entrar, además, recuerda que en éstos momentos está tomando clases de matemáticas con Betty la fea.
Casi reí al escuchar el apodo que le pusimos a Betty. Ella está en el mismo salón que Daniel y como él tiene problemas con las matemáticas ella lo esta ayudando. Zorra es lo que es, de largo se le hecha de ver que quiere con él.
一Tienes razón, ni modo lo veré otro día. 一murmuré. 一Además, no estaré tan lejos de aquí, solo a tres horas.
Me encaminé a la salida y abrí la puerta.
一¿Lo ves? No es tan malo. 一intentó calmarme. 一Nos vemos mañana.
Me despedí de ella y me dirigí a mi casa, tengo un montón de ropa que ordenar. Mañana será el peor día de mi vida, conoceré mi nueva casa, a mis hermanastros que por lo que sé uno se llama Alex y la otra Brisa. Alex tiene 18 años d edad y Brisa 17. Es de mi edad. Y algo me dice que no nos llevaremos bien, con ninguno de los dos.
***
一Despierta, Bella durmiente, despierta 一escuchaba que me decían a lo lejos. Seguí durmiendo y no hice caso. Ha de ser una pesadilla. 一Despierta, Isa, se nos hace tarde.
Sentía que me palmeaban las mejillas, arrugué la cara.
一Shhh... 一callé, porque quería seguir durmiendo.
Sin embargo, seguían removiendome.
一¡Isa, levántate, viene Daniel a la casa! 一exclamaron. En ese momento me desperté de golpe y miré para todos lados.
一¿Qué? ¿dónde? 一pregunté mientras miraba desesperadamente mi cuarto en busca de Daniel, pero luego escuché la risa de mamá y supe de inmediato que solo lo dijo para que me levantara. 一Con eso no se juega mamá, eso es sagrado. 一espeté, mientras salí de entre mis sábanas y me dirigí directo al baño.
一Está bien, 一escuché que dijo,一 Apresurate, Henry estará aquí en una hora.
¿Qué? ¿una hora? Rodé los ojos y me metí a la regadera, dejé que el agua helada me terminara de despertar y así poder pensar con claridad, hoy comenzaría la tortura. Enjaboné mi cuerpo, coloqué shampoo en mi cabello, canté músicas de romance usando el shampoo como micrófono.
一Esta canción va dirigida a Daniel, espero que te guste 一simulé estar en un concierto y que Daniel me estaba viendo. Empecé a cantar la canción de selena gomez love will remember como loca, hasta que alguien llegó a tocar la puerta del baño.
一¿Quién molesta, hombre? 一cuestioné, apagando el grifo.
一Solo quiero recordarte que tienes menos de cinco minutos, llevas mas de media hora cantando en la ducha, los vecinos se empezaron a quejar. 一se burló mi mamá del otro lado de la puerta.
一Muy graciosa. 一fingí reír一 Ya salgo.
Abrí nuevamente el grifo y ahora sí me terminé de lavar toda, mi cabello y todo. Apagué la llave y me envolví con mi toalla. Salí de la ducha, empezando a buscar mi ropa para ponermela, me puse un jean algo ajustado, junto con una camisa algo corta. Escogí unos converse blancos y de inmediato me puse la toalla en el cabello para que se vaya secando, para mientas me senté frente al espejo y me puse un poco de brillo labial, luego lo medité un poco y me lo quité, no voy para ningún evento, voy para el infierno, no es literal.
Empecé a acomodar algunas cositas que tenía afuera y bajé a la cocina, me detuve en seco al ver a Henry allí, sentado.
一Hola, Isa, ¿ya lista? 一preguntó, muy sonriente él.
Le di una media sonrisa y saqué un plato, junto con la leche y el cereal.
一Ya casi 一respondí, buscando una cuchara. Me senté, depositando algo de cereal en mi plato, luego la leche y a comer.
一Estoy seguro de que te llevarás muy bien con Brisa, es una muchacha muy dulce. 一murmuró. Mamá tomaba su café en silencio.
Yo estoy segura que no. Ya me imagino haciéndome mala cara y poniendome tinte en mi tarro de shampoo. Quité esos malos pensamientos y seguí comiendo.
一Eso espero. 一murmuré con la boca llena.
一¡Isa! 一reprendió mi mamá.
一Déjala 一se rió Henry.
Unos minutos después terminé de comer y dejé mi plato en el fregadero, subí a mi habitación a lavarme los dientes y a cepillarme el cabello, dejándolo suelto, cogí mis tres maletas y las bajé. Henry se percató de que no podía y se ofreció a llevarlas, se las di con gusto. En eso me llegó un mensaje de Mack:
Isa, no pude llegar, en el colegio nos dejaron escuchando el sermón de la directora. Te llamo en la noche para ver qué tal, ¿okay?
Respiré profundo y le respondí que estaba bien, me subí a la parte trasera del auto y emprendimos viaje hacia la otra ciudad, hacia el infierno.
Tres horas después.
En el trayecto del camino pude observar que estábamos entrando a un lugar muy lujoso, las casas no eran como mi vecindario, éstas eran mansiones, habían unos enormes árboles y podía escuchar el ruido del mar, Henry cogió un camino en dirección a la playa ¿tiene una choza en la playa? Bueno, al menos estaré frente al mar, pero lo que mis ojos miraron a continuación no era una casa común y corriente eso era como in palacio, en este momento me siento como cinderella entrando al castillo. Mierda, eso sí que es una mansión, literal. El enorme portón se abrió en cuánto Henry introduzco unos números en un extraño aparato. Rodeamos la fuente y el auto se detuvo. Jamás me imaginé que Henry tuviera esta enorme mansión.
一¿Qué te parece la casa? 一preguntó Henry al irse bajando.
一¿Casa? 一cuestioné, mirándole一 Esto es una maldita mansión.
一¡Isa! 一escuché a mi mamá reprenderme, otra vez.
Henry rió.
Mamá bajó del coche y los tres nos dirigimos adentro.
一Esperen, mis cosas. 一quise retroceder para ir a traer mis cosas pero Henry habló.
一No es necesario, Francisco las traerá y llevará a tu habitación.
La puerta se abrió dejando ver lo lujosa y enorme que era ésto, si aquí caben como diez de mi casa. Los pisos eran blancos, super limpios.
一¿Quién es Francisco? 一pregunté.
一El mayordomo.
Lo miré con la boca abierta ¿mayordomo? Esto es una locura. Había una enorme escalera que me imagino llevaba a los cuartos, habían sofás y un gran televisor. Enorme diría yo, como todo en este lugar. No puedo evitar sentirme menos y sentir que no pertenezco aquí.
Desearía estar en mi pequeña casa, sentada en mi pequeño sillón, mirando alguna serie en mi pequeño televisor. Suspiré frustrada. Jamás me acostumbraré a esto.
一¡Brisa! ¡Alex! ¡Llegamos! 一gritó Henry en dirección a la parte de arriba. De inmediato miré venir a una chica que me imagino que es Brisa corriendo hacia su padre.
一Ella es Isa. 一me presentó.
一Hola, Isa, soy Brisa. 一estrechó la mano. Dudé un momento pero igual se la tomé.
一Hola 一le medio sonreí.
Sí que es muy dulce como dijo su padre.
一¿Dónde está tu hermano? 一le preguntó.
No fue necesario que le respondiera, en ese momento escuchamos como azotaron la puerta principal y a un chico alto, rubio, con el cabello despeinado y su camisa de uniforme desabotonada llegar hacia donde estábamos. En el momento en el que levantó la vista se detuvo en seco. Chocamos miradas. Tenía fama de chico malo. Esto traerá problemas. Algo me dice que no nos llevaremos bien.
一Alex, llegas a tiempo para conocer a Isa. 一le dijo Henry.
一Hola, Alex. 一mi mamá se posicionó a la par mía.
Ese chico era tan guapo, pero nada que ver, puedo ver cómo me observa, con odio, le devolví el mismo sentimiento, que ya vaya sabiendo que no me hará menos. Estuvimos así varios segundos hasta que resopló y subió por las escaleras, sin contestar ni nada.
Joder, ¿porqué tengo que tener un hermanastro tan bueno?
Necesito aire.