Capítulo 4
Ella se volteó. Y se encontró con unos ojos de un color azul celeste casi sobrenatural, que la miraban desde un rostro muy atractivo. La observó de arriba hacia abajo con algo que ella reconoció como lascivia.
— Brandy...que nombre inusual...
— La bebida favorita de mi padre — respondió con cortesía, pese a su incomodidad.
— Y es igualmente deliciosa...y bella, debieran haberla llamado Linda o Barbara...— dijo tomando su mano y besándola con galantería
—.Un inesperado placer conocerla — le dijo con la voz como el terciopelo.
Brandy se sintió ofuscada por el atrevimiento del hombre pero disimuló.
Quiso contestar que el placer no era mutuo, que ojalá y pudiera responder lo mismo. Pero no sería apropiado, claro.
— El placer es mutuo —dijo ella con una falsedad que tranquilamente podría haberle hecho ganar una partida de poker, mientras soltaba su mano aún aferrada por el hombre.
El hombre le dedicó una sonrisa seductora mientras Brandy revoleaba los ojos por dentro.
Solo le faltaba pedirle algo sexual en la oficina y sería el calco de su padre. Odiaba a los hombres así y ahora estaba rodeada por dos así . ¿Qué habría hecho de mal ella en otra vida?
—Venía a decirle a mi padre de ir a comer juntos — y hacerlo entrar en razón al hijo de puta pensó con ironía — pero me dijo que estaría ocupado y no era un buen momento, ahora entiendo ... solo intentaba convencerlo, no se si será posible... — dijo mirándolo con su mirada de 'el gato con botas' como decía su madre, aprovechando la atención de ese hombre sobre ella.
— Me temo que hoy no será posible efectivamente, su padre tiene razón... estará muy ocupado durante el día — dijo Matt con una mirada fría como el hielo, dirigida a su padre.
—. Pero yo puedo acompañarte, no creo que tu padre tenga inconveniente...¿no SEÑOR Sanders??? — Matt lo miró de modo incluso amenazante.
Brandy tragó saliva, no sabía que pasaba allí pero de repente se sintió en medio de alguna clase de guerra o fuego cruzado del que realmente no formaba parte y se maldijo por haber elegido precisamente ese día para hablar con su padre
— Es muy amable señor Jones pero yo no...
— Mi hija estará encantada de comer con usted, ¿no querida? Es un gran detalle del señor Jones el tomarse tiempo para acompañarte a comer...— se acercó y le dió un beso en la frente y por un instante se sintió como si fuera parte de la mafia y el infeliz de su padre le estuviera dado el beso de la muerte.
Ella miró a su padre y después al famoso Matt Jones, él parecía satisfecho como el gato que se comió la crema. Hablando de gatos, puff.
Y ella se sintió atrapada.
Poco después Brandy estaba sentada en la parte de atrás de una lujoso vehículo, de
camino a un restaurante al que no quería ir con un hombre que acababa de conocer y prefería no haber conocido.
— ¿Estás bien Brandy?
— Sí, perfecta — dijo ella y sonrió ella falsamente. Cuanto antes terminara con eso mejor, pensó. Todavía estaba preguntándose cómo terminó allí.
—El restaurante está a unos quince minutos. Es uno de mis favoritos en Manhattan.
— Ok —murmuró ella, sin prestarle demasiada atención. Miraba por la ventanilla y lo único en que pensaba era en cuánto tiempo faltaba para poner la mayor distancia posible entre ella y ese hombre.