Sinopsis
Gigi no es una vampira como las demás, es una cazadora de vampiros. Transformada contra su voluntad, a la temprana edad de dieciocho años decidió matar a todos los que forman parte de su especie. Pero quien más intenta matar es quien la convierte en lo que es, Valter. Un viejo vampiro poderoso enamorado de su Gigi, una Gigi que quiere matarlo. ¿Qué pasará cuando él la necesite? ¿Le ayudará? ¿Se seguirán amando? Y Louis se interpondrá en el camino como ha sucedido en el pasado, sólo lo sabrás leyendo.
Capítulo 1
Huyen, se esconden, intentan escapar de mí pero no saben que soy más rápido que ellos, no saben que soy su muerte. De nada sirve intentar escapar de la muerte, porque hagas lo que hagas ella te ve, dondequiera que vayas ella está contigo, y cuando menos lo esperas ya se ha llevado tu alma.
Déjame presentarme, mi nombre es Gigi Lombardi y soy cazadora de vampiros.
Nací el 1 de diciembre para morir a la edad de años para convertirme en vampiro y llegar hoy y tener la belleza de los años. Junto con los cazadores de vampiros, cazo a mis semejantes para matarlos y liberar este mundo de estos monstruos.
Odio ser vampiro, nunca quise serlo pero me lo impusieron.
Y decidí usar quien soy ahora para poner fin a su reinado.
Pasé de carruajes a coches, de cartas a teléfonos, de damas de honor a sirvientes, pero mi objetivo sigue siendo el mismo: matar al vampiro más temido por todos, el que me convirtió en un monstruo.
El que me quitó la capacidad de elegir quien hizo que me agradara sin saber si eso era lo que quería.
Tomó mi humanidad, me moldeó a su gusto, me hizo lo que prefería.
Me usó como un juguete, pero al final me cansé y decidí rebelarme contra él, le puse fin a todo.
Si es lo último que hago en mi larga vida, lo lograré.
Podré vengarme de él, podré eliminarlo sólo por demostrarle que soy más fuerte. De mi creador.
Triunfaré donde otros han fracasado.
Podré hacerle entender que cometió un error, que entre tantas mujeres no debería haberme elegido a mí.
Odio ser vampiro, odio a los vampiros y eso es todo lo que implica.
Lo odio y lo mataré por privarme del derecho a elegir.
- ES INÚTIL SEGUIR ESCAPAR ALEX, TE ENCONTRARÉ Y TE MATARÉ, A MENOS QUE ME DIGAS LO QUE QUIERO SABER.-
Grito a todo pulmón, y durante una hora este idiota de vampiro no ha hecho más que huir y finjo que no puedo alcanzarlo.
En quinientos años de vida he visto muchos vampiros estúpidos y sin pelotas, pero debo decir que éste los supera a todos.
Tengo mucha curiosidad por saber qué planea hacer, porque si cree que la oscuridad de la noche lo salvará de mí, está muy equivocado.
He desarrollado todos mis sentidos vampíricos hasta el punto de poder ver en cualquier situación.
Esta noche me los recuerda , me recuerda la noche en que los encontré en la puerta buscando a mi padre, mi padre ya fallecido. Todavía recuerdo sus ojos mirándome como si yo fuera su Estrella Polar, la que les mostraría el camino correcto, su redención de sus pecados. Sin embargo, me traicionaron, me cambiaron, me convirtieron en un ser sin alma y los odio por ello. Los odio a todos.
Debí haber crecido, haber tenido mis experiencias, enamorarme, tener una familia e hijos. Tendría que imponerme mi vida, ver crecer a mis nietos y luego morir cuando llegara mi momento. Pero me quitaron todo.
Me despierto de mis pensamientos escuchando el susurro de ramas rompiéndose.
- Sal Alex, y mejor, te recuerdo que soy más rápido que tú y también más fuerte y sobre todo estoy entrenado.-
Vuelvo a gritar al viento para que me escuche, pero estoy empezando a perder la paciencia, no me gusta jugar cuando hay cosas importantes en juego. Siempre he odiado perder el tiempo, no soporto a la gente que no me dice lo que quiero saber.
- Estoy cansado de jugar a Alex, ahora pongámonos serios.-
Le digo en voz alta para que me escuche, para luego aparecer frente a él sin avisar y tirarlo a un árbol, con mucha facilidad.
Su espalda entra en contacto con el tronco del árbol de forma feroz, tan fuerte que debe haber roto algo, pero por suerte para él es un vampiro y se recuperará.
- Dime lo que sabes y no te mataré, lo prometo.-
Le digo mientras lo mantengo anclado al tronco, sin quitar nunca la mano de su cuello.
- No es cierto que todo el mundo te conozca por tu corazoncito, odias demasiado a los vampiros como para dejar uno con vida.-
Su voz está llena de terror. Y por extraño que parezca, estoy feliz de que mi fama me preceda. Por muy estúpido que me haya parecido, debo decir que no lo es tanto.
- Sí, es verdad, los odio demasiado a los vampiros como para dejarlos vivir, pero no pido mucho, quiero saber dónde está Valter y luego los dejaré ir.-
- ¿Lo prometes? -
Él Me pregunta en voz baja, para intentar suavizarme. Él mismo lo dijo, ya no tengo corazón y, sin embargo, intenta arreglárselas con él. Busca algo que dejé de tener hace siglos, mi compasión.
- Cierto. Todavía tengo corazón aunque no lata.-
Deberían darme un premio por mi actuación.
Me alejo para darle un poco de espacio, no tengo miedo de que se escape, lo llevaría de regreso sin ningún problema y le cortaría la cabeza sin ningún problema.
- Bueno. Está en un pequeño pueblo de Inglaterra, si no me equivoco debe llamarse Tupton.-
Lo que me dice no es factible, conozco demasiado bien a Valter.
- Odia los pueblos pequeños por qué iría allí.-
- Porque hay tres de sus vampiros de mayor confianza en el pueblo.-
Aunque imagino quiénes podrían estar allí, prefiero preguntar de todos modos.
- ¿OMS?-
Soy la única persona en todo el mundo que los conoce bien, sé cómo se mueven, cómo piensan pero siempre prefiero tener la confirmación. No dejar que los demás sepan que los conozco es lo más importante.
Nadie tiene que saber.
- No lo sé.-
- Alex, mi querido Alex, si no hablas no podré cumplir mi promesa así que dímelo. ¿Quién?-
le pregunto entre dientes, mi paciencia y cuando se acaba es mejor hablar.
- Sebastián, Walter y Luis
- Entonces esos tres decidieron echar raíces en algún lugar, interesante. Pero por qué Valter querría mudarse allí.-
Pienso en voz alta.
- Se dice que hay un aquelarre de brujas que quieren ir en su contra, y que necesita un ejército.-
Tengo que ser honesto Valter y su familia siempre han tenido enemigos pero nunca han creado un ejército para derrotarlos, siempre se las han arreglado solos, raras son las veces que han hecho uso de su círculo de sirvientes.
-¿Qué más sabes?-
-Nada más te lo juro Gigi no sé nada más.-
Me responde con voz temblorosa, soy bueno leyendo los ojos de las personas e incluso de monstruos como él, así que decido dejarlo ir por unos segundos.
- Te creo, pero ahora huye antes de que cambie de opinión.-
Sin tener que repetirlo por segunda vez, lo veo correr como una niña asustada, lo más lejos posible de mí.
- Irá hacia el este, lo seguirá y lo matará.-
Ordeno a los cazadores que han aparecido como por arte de magia, desde detrás de unos árboles.
Y cuando veo a los cazadores corriendo hacia el este para capturar a Alex, escucho que alguien se acerca detrás de mí.
- ¿Obtuviste la información que querías?-
Me escucho preguntar, y Sandro el cazador de vampiros más viejo es quien me enseñó a luchar.