Capitulo 7: Jessica Rabbit
Escucho nuevamente el llanto de Matthew, abro los ojos y aun esta oscuro, me giro y el reloj marca las tres y doce minutos, me levanto aun dormida para preparar el biberón del bebe, desde que llegue hace cuatro días no sé lo que es dormir por más de dos horas. Arrastro mis pies hasta la habitación mi hijo, lo cargo
- ¡Sshh! ¡Sshhh! Sé que tienes hambre Matt, ya voy a preparar tu biberón
Coloco a Matt en su silla y procedo a preparar el biberón, saco la pequeña olla, la lata de leche para bebes recién nacidos y comienzo a prepararlo con los ojos cerrados, el llanto de Matt ni siquiera me termina de despertar estoy tan agotada y solo llevo cuatro días.
- ¡Ya! ¡Ya! Tranquilo bebé estoy preparándolo en un minuto te lo doy
Decidí preparar café para mí, para estar un poco más despierta para darle a Matt el alimento, todo lo hacía con los ojos cerrados y no me di cuenta que agregué en mi taza el alimento de Matt y el café en el biberón cuando lo eché en el dorso de mi brazo para tomar la temperatura abrí los ojos de inmediato, rodé los ojos y comencé de nuevo...
- ¿Por qué no me dijiste que necesitabas ayuda hija?
- Peque de inocente, sabía que no era fácil pero nunca en mi vida había estado tan agotada, siento que en cualquier momento me quedaré dormida y causaré alguna tragedia, además estoy sensible, lloro a cada momento y ni hablemos de mi cuerpo está todo cambiado – Y así sin más comienzo nuevamente a llorar-
- Hija tranquila eso es la maternidad los primeros meses son los más difíciles poco a poco irás recuperándote y es mucho más complicado sin ayuda ¿Qué buscas con tanto apuro?
- Mi bolsa no tengo ni idea de donde la coloque, segura que la llevabas cuando salí del hospital
- ¡Uhm! recuerdo haber tomado todo lo del bebe pero nunca vi tu bolsa
- ¡Genial! Ahí estaban todos mis documentos mamá, mis tarjetas –Me tiré en el sofá y hundí mi rostro sobre mis manos-
-Debes calmarte Sarah, los bebes sienten todo lo que sienten las madres, respira
Luego de que mi mama se fue, pude tomar algo de respiro, me pude dar una ducha de veinte minutos y comer con tranquilidad, mi mamá tiene razón hacer esto sola es… muy difícil.
Me miro en el espejo y veo todo mi cuerpo mis bubis están enormes y eso que Matthew come a cada rato, el tamaño es desproporcionado a mi cuerpo no tenía un cuerpo esbelto pero estaba muy conforme con él
- ¡Extraño mis viejas estructuras! –Suena el timbre- ¿Quién será?- Cargo al bebe y voy hasta la sala de estar y pongo a Matt en su sillita, me acerco a la puerta y observo por la mirilla, abro la boca.- ¿Qué hace él aquí? ¡No, no, no! Estoy hecha un desastre ¡Un momento! –Grito y corro rápidamente a mi habitación y me coloco mi bata y trato de arreglarme el cabello un poco ¡Ay dios! –Abro la puerta-
-¡Hola!
- ¡Uhm! Hola ¿Cómo supiste? –Me muestra mi bolsa y doy un bufido- ¡Oh dios! Creí que la había perdido lloré como una hora por eso –Me arrepentí de haberle dicho eso-
- ¡Eeeey amigo! ¿Cómo vas? –Se acerca a Matthew y lo saluda con cariño- estaba en la parte baja de mi asiento no lo traje antes porque no lo había visto, lo descubrí limpiando el taxi
- No sé tu nombre y no creo que quieras que te siga llamando idiota –Le sonrió y él me mira fijo-
- Evans me llamo Evans Miller
- Me llamo Sarah
-Lo sé, lo escuché ese día en el centro comercial y luego el medico lo repitió varias veces además lo vi en tus documentos
- ¿Revisaste mi bolsa? –Replico indignada-
- ¿Y cómo querías que supiera a quien le pertenece y donde entregarla? No soy adivino, agradece que no tome mi pago, aun me debes el viaje
- ¡Bien! ¿Cuánto es?
- Doce dólares –Dice mientras sigue haciéndoles muecas a mi hijo-
- ¿Doce dólares? ¿No te parece algo costoso? –Centra su atención en mi-
- Todavía tengo dolor en mis dedos y nunca podré borrar de mi mente lo que vi ese día saliste barata -Siento mis mejillas sonrojarse, él vio… vio… no quiero ni pensar lo que vio allá abajo-
- ¡Esta bien! –Saco de mi bolsa los billetes- ¡Quédate con el cambio!
- ¡Gracias! oye te fui buscar el día siguiente al hospital pero ya te habías ido
- ¡Uhm! Sí, fueron mis padres, yo… no estoy casada –Me miro confundido-
- ¿Y el padre? –Señala con su dedo a Matt-
- Después del incidente que presenciaste ese día, pues no supe mas de él –Me mira sorprendido-
- ¡Oh! ¡Oh! Ya ok, resultó ser un idiota peor, entiendo ¿Querías tener un bebé? -Asentí y le di media sonrisa, me giré hacia la estufa para preparar café-
- Sí, decidí hacerlo así, tengo un buen trabajo tengo un lindo hogar –Me giro para tenderle el café y observo el desastre que hay en todo el lugar- No siempre se ve así, ordenado es lindo –Ambos nos reímos-
- Por cierto… no pude evitar que pareces a Jessica Rabbit –Suprime la risa, ruedo los ojos-
- Muy gracioso, esto lo causa el tener un bebe ¡idiota! –Se carcajea-
- No digo que te veas mal, es solo que en cuatro días ¿aumentaron tanto?
- Sabes que… creo que mejor te vas
- ¡Jajajajaja! Lo siento, lo siento, pero si debo irme necesito trabajar
- ¡Oye! Mañana ¿Podrías venir a buscarnos? Debo llevar a Matt a colocarle una de las vacunas ¡Por favor! –Me sonríe, tiene una linda sonrisa… ¿Por qué pensé eso?
- Seguro ¿a qué hora?
- A las ocho está bien –Desvío la mirada, para que no note que me volví a sonrojar-
- Perfecto, estaré aquí a las ocho