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Me vio con asombro por mi manera de comportarme,
—Todos merecemos ser felices.
Negué con la cabeza,
—Si soy feliz, el no estará feliz, se enojará conmigo.
Hershel pregunto muy confundido,
—¿Quién se enojará contigo?
Suspiro,
—No lo entenderías.
Era la primera vez que veía a Hershel frunciendo el ceño,
—Si no me dices, no podré entenderte.
El limpia mis mejillas y seca mis lagrimas,
—Déjame ayudarte por favor.
Lo veo a los ojos muy seria,
—¿Por qué quieres ayudarme?
El me sonríe tiernamente,
—Porque eres la primera chica que conocí desde que vine a esta universidad, porque te me haces muy interesante.
Lo veo sorprendida, ahora todo tiene sentido, el no conoce mi historia porque no es de aquí,
—Lamento no preguntar por ti, soy muy egoísta.
—¿De dónde eres?
Aprieta mi mano, seguramente el no quiere hablar de su vida, así como yo no quiero hablar de la mía, me siento apenada,
—Lo siento, no me digas nada si no quieres.
El suspira,
—Vamos.
Lo veo confundida,
—¿A dónde?
El sonríe de lado,
—"Es una sorpresa."
Estamos frente a su auto, mi corazón está muy acelerado, no puedo, no puedo viajar con el en auto, además estamos en la universidad, con mis manos temblorosas y mi voz entrecortada,
—No pu, pue, puedo
Suspiro para controlar mis emociones y poder terminar,
—viajar en auto.
El me ve serio
—¿Por qué no puedes viajar en auto?
Comienzo a moverme de un lado a otro,
—¿En verdad no sabes o solo finges que no sabes nada de mi?
—¡TODOS EN LA UNIVERSIDAD LO SABEN!
El ríe con sarcasmo,
—Lola tranquilízate, no se nada de ti porque no soy de New York.
—Tampoco conozco a nadie aquí solo a ti.
Suspiro, debo confiar en el si quiero que en verdad me ayude,
—Tuve un accidente de auto.
No quise contarle toda la verdad, pero espero que eso sea suficiente para que no siga insistiendo, el me sonríe dulcemente,
—Entonces deberíamos caminar.
Lo veo con tanta gratitud,
—Gracias Hershel, eres muy amable.
Estamos de camina a Central Park, la verdad desde lo que sucedió a los únicos lugares que he viajado es a donde mi psicóloga, al cementerio y a mi casa, todo ha cambiado tanto, no me había dado el tiempo de observar como todo puede cambiar en tan poco tiempo, veo los edificios a nuestro alrededor y tantas personas que siempre están en sus mundos, Hershel no suelta mi mano, como si soy una niña que puede perderse en cualquier momento, así es como llegamos a Central Park, el me pregunta,
—¿Tienes hambre?
Lo veo confundida, pero asiento, el me sonríe,
—Ok conozco un lugar donde venden comida súper rica, ven por aquí.
Trato de hacer una broma, así que pregunto,
—¿Vas a matarme?
El me ve demasiado sorprendido y al darse cuenta que estoy bromeando comienza a reír en carcajadas,
—¿Qué me hace pensar que tú no me mataras a mi?
No se que pasó conmigo pero en ese momento comencé a reír, por su comentario, no recuerdo la ultima vez que reí, se siente tan extraño, es un sentimiento increíble,
—Disculpa, eres más fuerte que yo, ¿cómo podría matarte? Termino diciendo mientras río.
El me ve sorprendido y con tanto brillo en sus ojos carmesí,
—Lola, estás riendo, tienes una risa muy hermosa.
Automáticamente deje de reírme, las palabras del chico de mi sueño vinieron a mi mente, mi cara se tornó oscura y al mismo tiempo me sonroje y coloque las manos en mis mejillas para ocultar la vergüenza,
—Gracias.
Llegamos a un foot truck donde vendían comida Mexicana, levantó una ceja,
—¿Comida Mexicana?
El me sonríe,
—¿Qué?¿No te gusta la comida Mexicana?
Niego con la cabeza,
—Nunca la he probado.
El pide una cosa de cada comida del menú, llevo mis manos a mi boca por la sorpresa,
—Es demasiada comida Hershel.
El me ignora y me pide que me siente en una mesa, rápidamente llega y se sienta junto a mi,
—Nunca es demasiada comida, ve el lado bueno así podrás probarla toda y elegir cuál te gusta más.
Antes de que pudiera oponerme, el dice,
—Si nos sobra, le daremos a las personas de la calle.
Asiento aceptando su sugerencia.
Cuando tenemos toda la comida en la mesa vi a Hershel y pensé, ¿De verdad comeremos todo esto? A demás no le siento sabor a la comida, me hace sentir mejor el saber que regalaremos lo que no comamos a las personas que lo necesitan, Hershel se apresura y me coloca tres platillos diferentes frente a mi, dice con una sonrisa,
—Prueba esto primero.
Me comienzo a sentir nerviosa, como le diré que no le siento sabor a la comida, solo asiento mientras el me observa muy ansioso, tomo un bocado y comienzo a saborearlo, abro mis ojos con asombro, mientras mi cara se torna roja como un tomate, Hershel comienza a reír, es comida picante, no es comida extremadamente picante, trago el bocado y abro mi boca y comienzo a mover mis manos rápidamente para poder darme aire, veo que en la mesa también hay un vaso con coca-cola y comienzo a tomarla toda de un trago, cuando el picante se me pasa, frunzo el ceño,
—Oye, no es gracioso.
Hershel que aún ríe a carcajadas habla,
—Lo siento, debiste ver tu cara, estabas tan roja.
Mientras finjo enojo se me ocurre una idea, comencé a fingir que me faltaba el aire, Hershel rápidamente se puso serio y se paró frente a mi, preguntando preocupado,
—Lola, ¿Qué sucede?
—¿Te encuentras bien?
Finjo seguir sin poder respirar y digo,
—El...........inhalo.
—Chile......exhalo
—Me.........inhalo
—Da..........exhalo
—Alergia...inhalo
Hershel pone una cara de susto, comienza a caminar de un lado a otro, toma mi mochila y comienza a buscar si tengo alguna pastilla para la alergia, en ese preciso momento recuerdo que en la mochila tengo mis anti-depresivos y dejo de fingir, Hershel me ve sorprendido,
—¿Ya estás bien?
—¿Cómo mejoraste tan rápido?
Le sonrió apenada,
—Era una broma, no soy alérgica al chile, al contrario me gusta mucho la comida picante.
Hershel lleva sus manos a su cabello y me ve tan desorientado que no sabe que decir, antes de hablar comienza a reír,
—Oye eso estuvo mal, no debes bromear así, creí que te perdería.
No se que es lo que siento en este momento, pero me gusta mucho pasar tiempo con Hershel, no recuerdo cuando fue la ultima vez que moleste a alguien , tampoco recuerdo la ultima vez que reí de verdad, pero estando junto a Hershel es tan fácil, al seguir comiendo le sentí sabor a la mayoría de platillos, eso fue tan impresionante, disfrute mucho cada comida, los platillos que no supe cómo sabían fueron los que no probé porque estaba tan llena, así que junto a Hershel comenzamos a regalarle a las personas que los necesitaban.
Al terminar nuestra buena obra vimos la hora y aún faltaba bastante tiempo para salir de clases, así que Hershel tomo mi mano y me llevo a un lugar donde habían muchas máquinas de peluches, Hershel me ve con su hermosa sonrisa y pregunta,
—¿quieres uno?
Levanto una ceja,
—Esas máquinas son imposibles de ganar, solo te quitan el dinero.
El se cruza de brazos,
—¿Crees que no puedo ganarme un osito para ti?
Niego con la cabeza,
—Solo te digo la verdad, esas máquinas están creadas para que pierdas dinero.
El me calla,