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Capítulo 2

Antes de bajar, Becka se mira en el espejo y se perfuma por tercera vez. Me pone nerviosa la idea de conocer gente nueva, tengo miedo de ser juzgada, aunque aquí nadie conozca mi pasado y ahuyento este pensamiento que empieza a asustarme. Iremos a un pub para pasar un rato en compañía y jugar al billar pero para mí esto es mucho más, para mí es la oportunidad de finalmente hacer amigos y conocer gente nueva, es la oportunidad de recuperar mi vida. Parezco una niña pequeña en su primer día de escuela y me da vergüenza.

- Oye, ¿está todo bien? - me pregunta Becka.

- Sí, perdón estaba pensando si mi padre había llegado a casa. - Estoy fingiendo, pero evidentemente lo entendió porque como siempre decía mi madre, soy una terrible mentirosa.

- Cariño, no te disculpes. Aunque tu ropa sea al menos una talla más grande te ves muy bien y cuando quieras ir a casa solo dímelo - dice para romper la tensión y se lo agradezco.

Inclino mi cabeza hacia un lado y sonrío tímidamente, mirando hacia abajo.

-Gracias Becka-​

Cuando salimos del dormitorio, la primera persona que encontramos es Aaron, de cabello oscuro y no demasiado alto pero lindo, que está fumando un cigarrillo con otro chico.

En cuanto nos ve viene a abrazar a mi pareja y me hace lo mismo, me desconcierta este gesto que para muchos es tan obvio, pero para mí no.

- Hola bellezas, ¿quieres que te lleve? - pregunta en broma.

Becka también abraza al otro chico y luego nos presenta.

-Ariadna este es Aaron y este es Derek, son súper sexys pero igualmente súper estúpidos – los mira y hace una mueca.

- En realidad, yo soy el súper sexy y él el súper estúpido - responde Aaron y todos nos echamos a reír.

Después de unos diez minutos de viaje, el coche reduce la velocidad y luego se estaciona.

- ¡Estamos aquí! - dice mi compañero mientras busca algo en el bolso.

Cuando salimos de la cabina y siento una punzada en el corazón.

¡Qué tarde tan tranquila, debe haber más de cincuenta coches aparcados en este pub!

Entramos y todos miran a Becka, quién puede culparlos, yo también lo hice esta tarde. Me alivia ver que nadie se fijó en mí, que no me dirigieron miradas acusatorias.

Aquí todos parecen conocer a mi compañera, quien por cortesía sonríe a quienes le hablan y siempre da respuestas a medias, por lo que entiendo que no le interesa ninguno de los presentes.

El pub es pequeño o quizás demasiada gente lo hace así, las mesas y sillas están revestidas de madera, las luces tenues cuelgan del techo y una parte del lugar está reservada para quienes juegan a los dardos y al billar. Becka me señala una mesa al fondo para que entienda que probablemente sean sus amigas.

- Chicos, ella es Ariadna, mi nueva compañera de cuarto, por fin una compañera de cuarto normal así que por favor no la dejen escapar - afirma con tono autoritario.

Todos me sonríen excepto la única chica sentada en la mesa con nosotros: Sara . En su grupo hay principalmente chicos, además de Aaron y Derek, están Jace, Jaxson y otros cuyos nombres ya no recuerdo.

- ¿ De dónde vienes, niña? - me pregunta Jace mientras se acerca.

- De Alabama - respondo bajando la mirada. Siento todas las miradas puestas en mí y empiezo a ponerme nerviosa creyendo que alguien pueda conocer mi historia.

- Eh, tuviste un buen viaje y ¿por qué elegiste Missouri? ¿Habías oído hablar de los chicos guapos? - responde, señalándose a sí mismo en tono de broma.

- Desinfla tu ego Jace – responde Becka. Todos se ríen y me obligo a sonreír, obviamente están bromeando, pero en realidad los chicos sentados con nosotros no están nada mal, especialmente Jace. Físico de atleta, pelo rubio oscuro, ojos castaños claros, el clásico deportista que vuelve locas a las chicas y seguro que lo sabe.

Al rato me propone ir a fumar un cigarrillo, miro a Becka que me guiña un ojo y no sé cómo reaccionar.

- No fumo - respondo sinceramente.

- Pero sí, puedes mirarme - dice mientras se pone la capucha de su sudadera con una voz que probablemente habría captado al resto de las chicas del pub, a todas menos a mí. Su tono de voz transformado para sonar más masculino y profundo me parece vergonzoso, pero quiero hacer amigos y esta no será la forma correcta de empezar.

Becka le lanza una mirada amenazadora, pero antes de que pueda decir algo, le grita.

- Podemos irnos Jace, necesito un poco de aire fresco – muestro la sonrisa más falsa jamás vista y me convenzo de que no será nada.

Tomo mi bolso y nos levantamos.

Estamos a punto de salir del pub cuando entran dos chicos al mismo tiempo y choco accidentalmente con el primero hasta perder completamente el equilibrio: estoy a punto de caer.

Ya puedo ver mi reputación hecha pedazos, así que cierro los ojos para no ver este momento en el que una mano firme y fuerte aprieta mi brazo y me pone de nuevo en pie. Mentalmente agradezco a Jace por ahorrarme tal figura entre tanta gente, vuelvo a abrir los ojos y mi corazón da un vuelco.

Este no es Jace frente a mí.

Me encuentro frente al chico más guapo que he visto en mi vida y él me mira con sus ojos verdes pero oscuros. Me pierdo totalmente en su mirada que hizo que mi estómago se apretara y me pierdo en él. Dejo de respirar sin perder contacto con su piel la cual justo donde me sostiene siento arder, un escalofrío comienza desde abajo y luego sube hasta mis mejillas las cuales se sienten rojas. Nos alejamos casi como si nos hubieran impactado, este gesto duró apenas unos segundos y sin embargo es la primera vez que siento que algo se mueve dentro de mí, algo desconocido.

Miro hacia abajo y me escondo detrás de mi cabello para ocultar lo que sea que haya pasado entre nosotros.

- Lo siento – susurro temblando.

- 'Ten cuidado la próxima vez -' responde en tono arrogante sin quitarme los ojos de encima.

Por primera vez escucho su voz tan profunda y penetrante que me hace temblar y estoy convencido de una cosa: tengo que alejarme de este chico que tanto me recuerda el pasado en el presente.

Me giro aún sintiendo su mirada sobre mí, paso junto a Jace y salgo delante de él que aún no ha entendido lo que ha pasado, tengo que empezar a respirar de nuevo. Camino lo más rápido que puedo, me tiemblan las manos y también las piernas, mi corazón late demasiado rápido y mi cerebro parece no dar ninguna respuesta.

¿Qué pasó allí?

Dejo de pensar cuando escucho la voz de Jace detrás de mí.

- ¡ Si la miras más se te caerán los ojos, idiota! - le está gritando a alguien. Viene a mi lado, enciende su cigarrillo y se protege con las manos.

- Ese chico es un gran idiota - dice mientras da el primer golpe, creyéndose perfecto.

No entiendo a qué se refiere pero luego conecto lo que acaba de pasar.

- Está bien, fue mi culpa, no vi que venía y nos estrellamos - Intento parecer lo más tranquila posible pero en realidad solo quiero ir a casa, dormir y empezar el día de nuevo fingiendo que todo este no es el caso nunca sucedió.

Lo único que debes hacer es evitar cruzarte con él, mirarlo y sobre todo tocarlo. Sin siquiera conocerlo, ese chico simplemente trastornó todos mis planes en cuestión de segundos. Vine a esta nueva ciudad para empezar de nuevo y en menos de un día ya tengo que evitar encontrarme con nadie.

Tan perdido en mis pensamientos, no me doy cuenta de que Becka y Aaron han salido y de repente los encuentro frente a mí.

-Ariadna me voy a casa porque tengo muchos compromisos mañana y Aaron me acompañará pero si quieres quedarte un poco más creo que Jace puede llevarte de regreso. - Dice guiñándome un ojo en mi dirección.

En respuesta, él acaricia mi espalda, sonriéndome, pero su toque me produce náuseas y me hace alejarme.

- No, prefiero regresar ahora, lo siento Jace pero hoy estoy muy cansado entre la mudanza y el viaje, quiero descansar un poco. Gracias de todos modos - respondo sinceramente.

- Está bien chica, te veré estos días – con un movimiento relámpago se acerca y me da un beso en la mejilla antes de desaparecer detrás de mí.

Aaron comienza a reírse tan fuerte que se tapa la boca con la mano para no ser escuchado pero su intento falla estrepitosamente

-Ariadna parece que acabas de ver un fantasma, ¡deberías ver tu cara! -

En realidad estoy a punto de vomitar, creo, o llorar, o ambas cosas. He experimentado demasiado en muy poco tiempo para una chica que ya no lo ha hecho: finalmente salgo con la gente, el chico del pub y Jace, me siento abrumada. Necesito absolutamente despejar mi cabeza de mil pensamientos y dormir un poco. Sí, y definitivamente estaré mejor mañana.

Me subo al coche al mismo tiempo que los dos chicos que conocí poco antes de salir del pub en compañía de otras chicas que parecían recién salidas de una revista de moda. Estoy a punto de apartar la mirada cuando noto que una de las dos es Sara , la amiga de Becka, y estoy aún más convencido de una cosa: mantente alejado del chico de los ojos magnéticos.

Cierro los ojos y me encuentro en un lugar que conozco bien, la música ensordecedora, los gritos ahogados por los sollozos, la sangre, la ambulancia, mi hermano Scott...y de nuevo, mi madre, mi padre, los barrotes, las imágenes. fluir repetidamente sin detenerse nunca.

No, otra vez no.

Intento gritar pero no puedo respirar, intento retorcerme pero el miedo me paraliza y hago lo único que puedo hacer: quedarme de pie y mirar. No quiero revivir esos momentos, no quiero llorar, no quiero volver a hacerlo… el sonido de la alarma haciendo que abra los ojos de repente, paralizada, parpadeo varias veces para volver a realidad.

Estoy en la habitación, respirando pesadamente, mi pecho sube y baja a un ritmo acelerado y las lágrimas comienzan a caer. La almohada está mojada de sudor, no he tenido un sueño así en meses, me seco las lágrimas rápidamente, no quiero que nadie me vea así, especialmente Becka.

-Ariadna ¿estás bien? - dice saliendo del baño con una toalla en el pelo sin mirarme, pero algo debió haber escuchado.

- Sí, acabo de tener un mal sueño – Miento y bajo la mirada para no mostrar mis ojos velados por las lágrimas, no quiero decirte mentiras pero no puedo dar a conocer mi pasado aquí también. Así que hago lo que mejor hago: cambiar de enfoque.

- Por cierto, ¿cómo llegué a la habitación? - digo señalando la habitación confundida.

- Te quedaste dormido en el auto, parecías tan agotado cuando salimos del pub que para no despertarte le pedí a Aaron que te llevara a la cama - Miro hacia abajo, y me pongo morado pero Becka comienza de nuevo - solo tomó Te acostaba y luego, si se iba, te quitaba los jeans para que durmieras más cómodamente. -

No estuve de acuerdo en nada, tuve que ser muy estúpido para no sentir nada.

Me levanto y miro la pantalla de mi celular, es : y la primera lección no empieza hasta :. Decido darme una ducha con la esperanza de que el agua caliente se deslice por mi piel y se lleve consigo los pensamientos de la noche. Me perturba saber que a pesar de los kilómetros que quedan para intentar empezar una nueva vida, el dolor siempre parece tan cercano, cuando crees que te has liberado de él reaparece y aunque parece doler un poco menos que el anterior. uno no es así, quizás cada vez que trae consigo es una parte integral de mí y por eso parezco intacto por fuera pero por dentro no siento nada. No puedes superar el dolor, si tienes suerte lo sobrevives, de lo contrario te rompe y esto lo aprendí de la manera más difícil.

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