Capitulo 5
~1 año atrás~
Estoy muy emocionada, hoy será el día en el que empezaré un curso nuevo. Reviso mi mochila para ver que todo esté en orden.
Libretas.
Borradores.
Lápices.
Lapiceros.
Calculadora.
Sacapuntas.
Creo que eso es todo, sonrió al ver todo en orden y una vez arreglado todo me pongo mi mochila. Me observo al espejo. Mi falda 4 dedos arriba de las rodillas esta completamente planchada, mi camisa adentro de está me sienta bien y mi cabello amarrado en una coleta alta es perfecto.
Alegremente bajo las escaleras y me dirijo a la cocina para tomar el dinero que mis padres siempre me dejan en la mesa, asisto a una escuela femenina desde primer año gracias a una beca.
Observo la cocina y por mi mente se me pasa una gran idea. Mis padres siempre están trabajando duro por mí así que decido prepararles el desayuno. Debido a que hoy es mi primer día en tercer año no me pude contener y me eh levantado muy temprano.
Me pongo mi delantal favorito y me dispongo a prepararles un par de sandwiches, río internamente, no soy muy buena cocinando así que hago lo que puedo. Una vez todo listo los guardo en un par de bolsas.
Abrí la puerta con una sonrisa pero se desvaneció al ver que estaba lloviendo, cojo mi paraguas que está a un lado de mi y salgo de casa.
Paso por el parque y puedo notar como unos niños se encuentran jugando en la lluvia, recuerdos de mi infancia me inundan. Desde pequeña siempre se me ah dificultado el hacer amigos por lo tanto me la pase en la guardería y en la primaria completamente sola.
Sonrió al saber que ahora tengo a Jésica y otras amigas en las que puedo confiar.
Llegué a la empresa dónde trabajan mis padres, el dueño de tan reconocida empresa es un cazatalentos. 1 vez al año abre audiciones para aquellas personas que les guste cantar o actuar, mis padres trabajan como secretarios, estoy tan orgullosa de ellos.
Procedo a entrar y cierro mi paraguas.
— Buenos días Sofía — le hablo a una de las administradoras que se encuentra abajo — vengo a traerles el desayuno a mis padres.
— Oh claro, adelante — me responde con una sonrisa.
Entró al elevador y pongo el piso en dónde se encuentran mis padres. Es el número 8.
Al salir los puedo visualizar. Mi padre se encuentra atendiendo el teléfono, camino con una sonrisa hasta estar frente a ellos.
— Buenos días mamá — les eh traído el desayuno, espero no les moleste.
Digo mientras empiezo a sacar los sandwiches de mi mochila.
— Gracias linda, no debiste preocuparte — me dirige una sonrisa y procede a tomarlos — le daré el suyo a tu padre ¿Y dónde están los refrescos?
— Jaja sabía que algo se me olvidaba, lo tendré en cuenta la próxima vez, los dejo, me tengo que ir al colegio.
— Ve con cuidado.
Me despido de ella y empiezo a caminar, mi padre me saluda y yo le devuelvo el saludo, subo nuevamente al elevador y mientras estoy ahí decido revisar la hora 7:40 am. ¡No puede ser, llegaré tarde!
— Nos vemos Sofía — le hablo a la administradora mientras me despido.
Salgo a toda prisa pero me detengo al ver a un chico que se está cubriendo con la capucha de su abrigo, por lo que puedo ver el espera a que la lluvia se detenga un poco. También carga una mochila, pobre chico, llegará tarde al colegio, observo un poco mi paraguas. De todos modos mi colegio queda cerca.
— Toma — digo mientras extiendo mi paraguas.
— ¿Qué? — Preguntó el chico, parecía extrañado.
Agarro su mano y se la doy.
— Pero...
Me dice mientras me la extiende nuevamente a lo que yo negué con la cabeza.
— Descuida, mi colegio está cerca así que ire corriendo.
Doy un suspiro y salgo corriendo de ahí, a lo lejos puedo oír como el chico me agradece, se siente tan bien ayudar a alguien más.
Llegué al colegio un poco empapada, algunas chicas empezaron a susurrar pero yo no les tome importancia.
— ¡Alice! ¿Qué te ocurrió? — Jésica me pregunta una vez que estoy en el aula.
— Estoy bien, encerio, esto no es nada.
Sonrió nerviosamente y me dispongo a sentarme a un lado de Jésica, aquí los asientos son de 2 personas. La maestra entra acompañada de una chica nueva.
— Bueno chicas, el día de hoy quiero presentarles a una nueva alumna que se integrará con nosotras esté año, les pido que se lleven bien con ella por favor, bien preséntate.
— Mu-mucho gu-gusto, m-me
Las chicas del salón se empiezan a reír de ella, incluída Jésica.
— ¿Qué eres? ¿Tartamuda?
La maestra las regaña por aquellos comentarios.
— Perdón, me llamo Danna.
Yo le sonrió para que se sienta más cómoda pero al parecer no me notó.
La clase continúo y pude ver cómo algunas chicas de la parte de atrás comenzaban a molestarla un poco en horas de clases.
— Bien chicas, es todo por hoy — dice la profesora saliendo del salón.
Yo me dirijo a dónde ella está y la saludo.
Ella me devuelve el saludo.
— ¡¿Qué?! — Jésica grito lo más que pudo, se veía muy molesta.
— ¿Qué ocurre? — digo acercándome a ella y está me regresa una mirada llena de furia para luego tranquilizarse y suspirar — No es nada, mi novio me dejó.
— ¿Quieres que hable con el por tí?
— ¡No lo hagas! — responde algo cortante.
— Jaja ¿Trajiste sandwich de huevo con atún? Qué gustos tan raros.
— ¿Quién trae lonche a la escuela?
— Incluso trajo 2 trencitas con unos lazos rojos ¿Acaso sigues en preescolar?
Escucho que unas chicas empiezan a molestar a la chica nueva, ella se veía que quería llorar.
— Basta por favor, la están haciendo llorar.
Digo mientras me acerco y me pongo frente a ella.
— Déjalo, no te metas en los asuntos de otras personas, vamos a la cafetería — Jésica me habla con su teléfono en mano.
— Pero ella... La están molestando.
— ¡Dije que no te metas en los asuntos de otras personas! — grita con la mirada hacía abajo, sus manos estaban empuñadas, se veía molesta por alguna razón — ¡¿Por qué siempre te tienes que meter en los asuntos de otras personas?!
— ¡Huy! ¡Una pelea de amigas! — empezaban a gritar las chicas del salón, Danna sólo observaba con su mochila frente a ella.
Me acerque a Jésica y cuándo la iba a tomar del hombro ella golpeó mi mano bruscamente.
— No te necesito — se acerco a la chica nueva y procedió a tomarla del cabello — por hoy quiero desquitarme con alguien.
Jalo hacía atrás y la chica grito de dolor, yo no podía soportar que le hiciera eso, las otras chicas se encontraban riendo.
— ¡Basta! ¡No le hagas daño! — grité con las lágrimas a punto de salir, me acerque hacía ellas y fuí empujada por Grecia, una de las chicas que consideraba mi amiga — iré a llamar a un profesor.
Me acerque hacía la puerta pero fue bloqueada por más de mis compañeras.
Jésica le dio una cachetada a la chica y la tiró al suelo, está estaba asustada.
— ¡Basta por favor! — Danna gritó entre llantos.
— ¡No! ¡Todos los días llego a casa frustrada por la escuela y nunca eh sido capaz de liberar mi estrés! ¡Hoy me voy a divertir tanto cómo pueda!
Cachetada tras cachetada recibía. Jésica se paro y le dió un golpe en el estómago, yo ya no pude soportarlo.
— ¡Déjala! ¡Si quieres golpear a alguien entonces hazlo conmigo! — cerré mis ojos y de pronto llegó un golpe hacía mi cara.
Ella y mis demás compañeras se reían.
— ¡Destruye su rostro!
— ¡No la dejes vivir!
Las chicas que consideraba mis amigas empezaron a gritar cosas obscenas, nadie se atrevía a hacer nada.
— ¡Me voy a divertir mucho contigo! — acto seguido me golpeo en el rostro — ¡Estoy harta de fingir! ¡Todas te odiamos!
Quedé en shock, pronto otra patada de una de las chicas me llego en el rostro, quedando inconsciente. No sabía que me dolía más, si los golpes o sus palabras.
***
Al despertar me encontré en la enfermería, la enfermera no estaba así que decidí levantarme y regresar a clases. Al finalizar las clases decidí contarle todo a mi profesora de aula pero está no me creyó diciéndo que Jésica siempre ah sido una chica muy linda y que jamás sería capaz de algo así.
Hasta está mañana yo también lo creía.
Mientras caminaba por los pasillos pude escuchar a un par de chicas susurrando algo. Al final de los pasillos, en la salida de la escuela pude visualizar a Danna.
— Hola — hablé alegremente llegando hasta ella.
Ella se asustó cuando me vió.
— ¡Por favor, no te acerques a mí! — gritó mientras se alejaba de mi a pasos rápidos.
Suspiré, esperaba que al día siguiente todo mejorará pero no fue así.
Una semana después decidí contarle todo a mis padres, éstos sólo me dijeron que aguantará hasta mi graduación.
Así mi último año de escuela media se transformó en un infierno. Cuándo estaba muy herida me dejaban de golpear por un tiempo y cuándo estás sanaban volvía mi pesadilla.
Unos cuántos señores que se dedicaban a beber siempre se encontraban en las tardes por el parque. Antes no eran problema para mi pues Jésica siempre me llevaba a casa en auto, ahora me tenía que ir caminando.
Lo que terminó conmigo fue cuándo Danna, la chica a la cuál defendí se volvió amiga de Jésica y ella también me empezó a golpear, más tarde Jésica me dijo qué la razón por la que me odiaban era por que sus parejas las habían terminado por qué yo les parecía más bonita que ellas.
Mi infierno se debía tanto cómo a las mujeres cómo a los hombres, llegué a cierto punto en el que llegue a odiar a todos.
«¿Por qué se desquitan conmigo?»
Actualmente estoy en preparatoria y me es imposible poder confiar en alguien.
No quiero que me vuelvan a lastimar, ya no quiero.
Incluso eh olvidado cuándo fue la última vez que sonreí.
«Aquella dulce mariposa desea ser libre, esa mariposa soy yo»