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CAPÍTULO 3. BIENVENIDOS A PARÍS.

La mañana llegó, el sol se colaba por las elegantes cortinas de la habitación, el reloj daba las ocho y media de la mañana, aún Krislen y Scott continuaban en la cama después de pasar una increíble noche, tenían que arruinar el momento para ir a la oficina.

Ella tomó la camisa de Scott para cubrirse mientras preparaba todo para entrar a la ducha, tenía que darse prisa, era tarde, debía terminar muchas cosas en la oficina antes de salir de viaje

Poco después Krislen salió del baño, comenzó a vestirse para ir a la cocina por una taza de café, Scott saltó de la cama dándole un gran abrazo, beso sus delicados labios y se fue al baño, ella lo veía alejarse y pensaba que así de especial serían sus mañanas después que se convirtiera en su esposa.

—Buen día, Arthur, Rebeca, ¿cómo amanecen?

—Buen día, Krislen, nosotros de maravilla revisando las noticias por cierto en todos los diarios y redes sociales se habla de lo prometedor que será el desfile ya muero por estar en París.

—Si por cierto ya debemos irnos, se nos hizo tarde a esta hora ya deberíamos estar en la oficina, pero Scott aún debe estar en la ducha.

—Le decía a Rebeca que por primera vez a ustedes se le habían quedado pegadas las cobijas, en cuanto a Scott ya lo verás bajar por esas escaleras apresurado, porque va tarde y debe dar el ejemplo, en ocasiones supongo que se me fue la mano con lo estricto que fui con las normas y los horarios.

—Buen día, veo que están hablando de mí y si debo dar el ejemplo papá, pero valió la pena pase la noche con mi futura esposa y eso hace que todo sea perdonable ahora Leonard, por favor tráeme una taza de café para poderme ir.

—Hijo, después que regresemos de París quiero que organices una reunión con todos los trabajadores y cuando digo todos incluyo a los técnicos ejecutivos, personal de limpieza y seguridad los quiero a todos debo hacer un anuncio, pero solo lo haré después del viaje.

—Ok papá está bien, como tú órdenes apenas llegue a la oficina coordino esa reunión para que este todo listo a nuestro regreso bueno ya nos vamos nos vemos en la tarde los amo.

—Y nosotros a ti hijo, Krislen nos vemos pronto.

De camino a la oficina Krislen y Scott estuvieron en silencio, ella sospechaba que la reunión que Arthur mandaba a preparar era sin duda para dejar la empresa en manos de Scott. Eso era algo que generaba mucha tensión en él, su miedo por defraudar a sus padres era mayor que cualquier cosa en el mundo, después de todo era su único hijo.

—Amor, ¿quieres que te ayude a organizar la reunión que quiere tu padre?

—No cariño, yo me encargo de todo conozco a papá y sé que preferiría que me encargue yo personalmente te agradezco el apoyo, pero es algo que debo hacer solo.

—Está bien, pero trata de estar tranquilo, relájate y piensa que es una reunión más porque sé que cuando se trata de hacer algo para tu padre tu nivel de estrés aumenta y te sueles poner irritable.

—Tranquila nena con solo tener tu presencia a mi lado ya lo tengo todo. Te amo Krislen, eres la mujer de mi vida.

—Yo también te amo Scott y anhelo el momento en que vivamos juntos y formemos nuestra propia familia, aunque no imagino a Rebeca y Arthur con nietos.

—No quiero ni imaginarlo, mi padre corriendo por toda la casa o mi madre sufriendo por su maquillaje suena genial, aunque es una gran responsabilidad, no quiero que mis hijos estén con otras personas como yo lo estuve mientras mis padres se encargaban del negocio. Por esa razón quiero que todo esté bien en la empresa para que cuando llegue el momento le dediquemos tiempo a nuestros hijos.

—Así es amor, tienes razón, aunque ya no pensemos en eso ni siquiera estamos casados y ya estamos imaginando como será todo, además ya llegamos, vamos a dejar todo listo mañana salimos de viaje, así que hoy hay que trabajar duro.

Scott salió del auto, camino hacia el lado de Krislen y abrió la puerta, tomo su mano para que bajara del auto y la llevo del brazo hasta la recepción donde se tomaron con Paty, Aarón y otras chicas. Luego de dar los buenos días, Krislen y Scott continuaron hacia la oficina mientras Paty observaba a Scott de manera insinuante.

—Aarón te vas a quedar en la recepción o debo escoltarte hasta tu oficina. —Dijo Scott.

—De inmediato jefe ya los sigo, bueno, chicas pórtense bien en cuanto a ti mi hermosa Paty veré que puedo hacer, aunque no es mucho lo que prometo. —Contesto Aarón.

—Gracias Aarón, ¡ups lo volví hacer!, disculpé, quise decir Sr. Aarón, le aseguro que estaré muy agradecida. —Concluyo Paty.

Cada quien llego a su oficina y comenzaron con su día, Scott planeaba la reunión que su padre le había encargado con tanto ahínco, Alison Krislen saludaba a Alicia quien como siempre la ponía al día y la esperaba con su café. En cuanto a Aarón decidió seguir hacia su oficina y esperar a que Scott estuviera más tranquilo después de todo no sabía cómo le había ido con Krislen luego de la insinuación de Paty.

— Krislen las ubicaciones de los asientos en el desfile llegaron temprano, ya el jet está listo, hable con el capitán y los estará esperando, a las nueve de la mañana contrate un servicio de limosina para que los lleve hasta el aeropuerto. El hospedaje está listo los contratos que firmaste ayer ya se los entregué al abogado a por último llame a tu casa y le pedí a la Sra. Clara que preparara tu equipaje tranquila que le dije como y que debía empacar. Krislen ¿Me estás escuchando?

—Disculpa Alicia realmente tenía la mente en otro lado, esa chica nueva hay algo en ella que no me gusta, tiene una osadía, parece que me retara cada vez que me ve con Scott.

— Krislen no le prestes atención, en tal caso se le anula el contrato, además Scott y tú tienen años y en todo ese tiempo jamás ha dado motivos, no creo que ahora que están a punto de comprometerse vaya a cometer una equivocación.

—Eso espero Krislen porque por primera vez siento miedo, es un presentimiento que me dice que si esa chica no se aleja Scott va a terminar cayendo y si eso pasa será el fin de todo.

—Basta eres mi amiga y mi jefa y no dejaré que arruines este viaje maravilloso pensando en cosas que no sucederán

—Bueno, ya que tienes todas las bases cubiertas, quiero que vayas a tu apartamento y prepares tu maleta, iras al desfile.

—Veo que tu espíritu beisbolista salió del baúl de los recuerdos, Krislen; Gerald, las modelos y todo el equipo salieron anoche para París, además yo no encajo en esos eventos, prefiero quedarme aquí en la oficina.

—Alicia, no pregunte si querías ir así que ve por tus cosas y regresas para luego irnos a mi casa, ya tengo el traje que usaras, dejaras al tonto de Aarón impactado, ya verás.

— Krislen, ya para con eso les he dicho que no me gusta Aarón, él es un tonto superficial que le encanta andar con las réplicas de Barbie.

—No sé por qué te mientes a ti misma Alicia, si hasta Scott noto que te mueres por Aarón. Pero en fin date prisa ve por tu maleta para que regreses temprano a y en cuanto al béisbol sabes que amo ese juego, mi padre solía jugar en la liga y tengo los mejores recuerdos de él, simplemente tengo una opinión diferente acerca de los jugadores de hoy en día.

Tal como Krislen ordeno Alicia fue por su equipaje, estaba hecha un manojo de nervios tan solo de pensar que estaría cerca de Aarón en París, aunque al mismo tiempo sentía tristeza, después de todo él nunca volteaba a verla, para él solo era el patito feo del grupo.

La tarde llegó, era hora de ir a casa, afuera el sol se despedía lentamente, mientras se ocultaba tras los enormes rascacielos, las chicas esperaban a Scott para que las llevara a casa. Pero antes las llevo a cenar a un cálido restante italiano muy concurrido, allí degustaron una deliciosa pasta mientras platicaban y bromeaban acerca de lo que sentía Alicia por Aarón, poco después Scott las llevo a casa y se marchó.

El día había llegado el reloj no paraba de sonar, eran las seis y media de la mañana, las chicas caminaban de un lado a otro, entraban y salían de una habitación a otra buscando atuendos y cambiándose peinados, finalmente estaban listas, eran las ocho y solo debían esperar por la limosina.

De pronto tocaron el timbre, Krislen abrió la puerta y allí estaba Scott frente a ella con una hermosa rosa roja Ella lo abrazo y se dieron un largo y apasionado beso hasta que Aarón toco el claxon del auto para recordarles que bebían irse.

Al llegar al aeropuerto las maletas fueron llevadas al Jet donde la tripulación esperaba para dar la bienvenida.

—Buen día, bienvenidos, como este Sr. Arthur, en pocos minutos estaremos en la pista, pónganse cómodos, es un placer tenerlos de vuelta. —Dijo el Capitán.

—Gracias Tom y lo mejor es que ahora va toda la familia, ya puedes decirle a las chicas que sirvan el desayuno, solemos desayunar en casa, pero Scott tenía prisa. —Añadió Arthur.

—No se preocupe, Señor, ya los atenderán. —Contesto Tom.

—Oye Alicia y ¿y eso qué vas a París?, tú jamás asistes a estos eventos. —Pregunto Aarón.

—No vengo por placer sino por trabajo Aarón. —Contesto Alicia.

—Eso pensé porque sé que estos lugares no son para ti, me imagino que te hacen sentir fuera de lugar.

—Aarón, creo que tu comentario está fuera de lugar, además Alicia es capaz de estar en cualquier lugar si así lo desea, pero es alérgica a ese material plástico y frío que a ti tanto te atrae, por esa razón siempre está donde hay más cerebro y educación y menos silicona.—Respondió Krislen.

—Lo siento Alison, no quise ser grosero, es solo que estoy sorprendido, eso es todo.

—Bueno, chicos, basta de discutir, vamos a desayunar pronto estaremos en París y allá todo es amor y tranquilidad. —Dijo Rebeca

—Tienes razón tía y mucho trabajo porque no sé qué le ocurre a Scott últimamente, pero está más dictador que nunca no me deja perder ni un minuto de mi tiempo. —Añadió Aarón.

Después del desayuno algunos platicaban, otros leían y uno que otro dormía, las horas pasaron y el capitán anunciaba la llegada al aeropuerto de Charles de Gaulle, después de despedirse de la tripulación fueron al hotel para descansar.

— Por cierto, Alicia, ¿en qué hotel reservaste? —Pregunto Aarón.

—En el hotel d'aubusson, Aarón. —Respondió Alicia.

—Porque que paso con el Ritz allí es donde están Gerald y el resto del equipo, esto debe ser una broma. —Dijo Aarón.

—Realmente es una broma, solo quería ver la cara que ponías al pensar que estarías lejos de las modelos. —Respondió Alicia mientras se reían de Aarón.

Mientras todos sonreían el auto que los llevaría al Ritz se ponía en marcha, eran 57 minutos para llegar al hotel y tenían que descansar para ir a echar un vistazo al lugar donde se realizaría el desfile.

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